'La ventana indiscreta' es una de las mejores películas de Alfred Hitchcock, una de las que más disfruto. Por muchas cosas, desde ese beso ralentizado a que, por supuesto, el protagonista es un fotógrafo. 'La ventana indiscreta' es una película perfecta para las noches de verano fotográficas.
Además me gusta mucho porque nació el mismo día que yo, en este mes de agosto. Fetichista que es uno. Alfred Hitchcock era consciente del poder de la imagen, de la fuerza de la fotografía. ¿Quién, con un mínimo de cultura fotográfica, no reconoce su oronda figura? Es un ícono del cine, una silueta en negro contra blanco de su perfil. Quién lo veía, sabía que algo iba a pasar, y no precisamente agradable.
En La ventana indiscreta un fotógrafo tiene la pierna rota por un accidente laboral. No le queda más remedio que guardar reposo durante un cálido verano. Como buen fotógrafo es un voyeur. Y para pasar el tiempo decide espiar a sus vecinos. Para ser sincero, es algo perversa esta costumbre. Investigar la vida privada de la gente que le rodea cuando no sabe qué hacer con la suya.
¿Por qué? Su novia es una periodista de moda que no para de pedirle que cambie de vida. Que deje sus viajes de fotógrafos y se meta en una oficina con ella. La quiere, casi la adora, pero le cuesta asumir la aburrida vida laboral que le espera si quiere seguir con Lisa Freemont, interpretada por la musa del director Grace Kelly.
Mientras vemos su vida, él contempla los quehaceres diarios de sus vecinos, desde la bailarina, los recién casados, o el matrimonio aburrido, hasta el pianista, la triste mujer solitaria y el matrimonio que siempre se pelea. Este último será el que concentre todo su interés, por la desaparición de la mujer y la actitud sospechosa del marido.
La dirección de fotografía en La ventana indiscreta
Podría ponerme a analizar de una forma más profunda la visión del voyeur, las relaciones de pareja, el apasionante mundo vecinal (del que recomiendo huir, si puedes, a toda prisa). Incluso del mundo del cine para el genial director, su forma de rodar,... pero aquí estamos en una página de fotografía. Y es de lo que he venido a hablar.
El director de fotografía es Robert Burks, uno de los colaboradores más famosos del director. Su trabajo en esta película es espectacular. Está rodado todo en un mismo plató. Y creó, con la ayuda de su equipo técnico, la sensación de estar viendo en todo momento un decorado real, donde amanece, llueve, hace sol o anochece con gran realismo. Esto fue posible por el largo tiempo de planificación que tuvieron antes de empezar a rodar.
Alfred Hitchcock depositó toda su confianza en Robert Burks, como demuestra la gran cantidad de películas en las que trabajaron juntos como Vértigo, Intriga internacional, Para atrapar al ladrón, ¿Quién mató a Harry?... Hacía tanto calor en el estudio que los actores no tuvieron que simular en ningún momento que estaban viviendo una ola de calor:
La película se rodó completamente en el plató 18 de los Estudios Paramount. El monumental decorado tenía 33 metros de ancho, 63 de largo y 10 de altura, con estructuras que se elevaban cinco y seis pisos. Fue el resultado de meses de planeamiento y construcción. Había 31 apartamentos, con la mayor parte de la acción transcurriendo en ocho habitaciones completamente amuebladas, además de un laberinto de escaleras de incendios, terrazas, un callejón, una calle y el fondo de la ciudad.
Se necesitaron más de mil arcos de luces gigantes para iluminar el plató desde arriba, mientras más de dos mil variedades de pequeñas lámparas se usaron para tener luz suplementaria. De hecho, «La ventana indiscreta» fue tan meticulosamente planeada y calculada antes de comenzar el rodaje en sí, que sólo fueron descartados al final unos pocos cientos de metros de película con tomas desechables.
No podemos olvidar que en aquella época las películas tenían muy poca sensibilidad, y seguramente utilizarían una de 25 ASA. Era tan poco sensible que obligaba a trabajar con gran cantidad de luz. Seguramente también emplearían filtros para simular las distintas temperaturas del día, por lo que la luz extra de esos mil arcos seguro que era bien recibida por la delicada emulsión.
Podría ponerme a analizar de una forma más profunda la visión del voyeur, las relaciones de pareja, el apasionante mundo vecinal (del que recomiendo huir, si puedes, a toda prisa). Incluso del mundo del cine para el genial director, su forma de rodar,... pero aquí estamos en una página de fotografía. Y es de lo que he venido a hablar.
El director de fotografía es Robert Burks, uno de los colaboradores más famosos del director. Su trabajo en esta película es espectacular. Está rodado todo en un mismo plató. Y creó, con la ayuda de su equipo técnico, la sensación de estar viendo en todo momento un decorado real, donde amanece, llueve, hace sol o anochece con gran realismo. Esto fue posible por el largo tiempo de planificación que tuvieron antes de empezar a rodar.
Alfred Hitchcock depositó toda su confianza en Robert Burks, como demuestra la gran cantidad de películas en las que trabajaron juntos como Vértigo, Intriga internacional, Para atrapar al ladrón, ¿Quién mató a Harry?... Hacía tanto calor en el estudio que los actores no tuvieron que simular en ningún momento que estaban viviendo una ola de calor:
La película se rodó completamente en el plató 18 de los Estudios Paramount. El monumental decorado tenía 33 metros de ancho, 63 de largo y 10 de altura, con estructuras que se elevaban cinco y seis pisos. Fue el resultado de meses de planeamiento y construcción. Había 31 apartamentos, con la mayor parte de la acción transcurriendo en ocho habitaciones completamente amuebladas, además de un laberinto de escaleras de incendios, terrazas, un callejón, una calle y el fondo de la ciudad.
Se necesitaron más de mil arcos de luces gigantes para iluminar el plató desde arriba, mientras más de dos mil variedades de pequeñas lámparas se usaron para tener luz suplementaria. De hecho, «La ventana indiscreta» fue tan meticulosamente planeada y calculada antes de comenzar el rodaje en sí, que sólo fueron descartados al final unos pocos cientos de metros de película con tomas desechables.
No podemos olvidar que en aquella época las películas tenían muy poca sensibilidad, y seguramente utilizarían una de 25 ASA. Era tan poco sensible que obligaba a trabajar con gran cantidad de luz. Seguramente también emplearían filtros para simular las distintas temperaturas del día, por lo que la luz extra de esos mil arcos seguro que era bien recibida por la delicada emulsión.
La fotografía en La ventana indiscreta
Cuentan que la historia entre Lisa Freemont y L.B. Jefrries está basada en la historia de amor de Robert Capa e Ingrid Bergman de 1945, un romance que todavía no ha llegado a las pantallas. Un fotógrafo de guerra que va a Hollywood para trabajar al lado de su amada hasta que se da cuenta de que su vida está en el campo de batalla.
Robert Capa murió el mismo año del estreno de la película, en Indochina por culpa de una mina. La verdad que es triste pensar que la vida de los dos protagonistas de la película puede terminar igual. Como dice Ingrid Bergman en su biografía:
Decían que Capa tenía algo especial que los demás no tenían. Creo que se trata de algo que no tenía. No tenía miedo. Era valiente, demasiado valiente, inteligente, divertido, un romántico
Si es verdad la anécdota, hace que la película sea mucho más interesante para nosotros los fotógrafos. Aunque me cuesta imaginar a Robert Capa con la Exakta Varex VX que porta Jeff en toda la película, con el teleobjetivo Kilfitl 400mm f/5.6 Tele-Kilar. Esta cámara es especial por algo único: el disparador está a la izquierda. Es una cámara para zurdos.
Otro dato fotográfico es que el bueno de Jeff consigue, en un momento tenso de la película, defenderse a base de flashazos con aquellos flashes de un solo uso en forma de cubo. Parece un poco ridículo, pero en la oscuridad de la noche puede ser bastante molesto que alguien te dispare esos fogonazos.
Para el recuerdo queda el primer beso de la pareja y la insinuante iluminación de la aparición de Grace Kelly mientras va encendiendo, una a una, todas las luces del apartamento de James Stewart.
Cuentan que la historia entre Lisa Freemont y L.B. Jefrries está basada en la historia de amor de Robert Capa e Ingrid Bergman de 1945, un romance que todavía no ha llegado a las pantallas. Un fotógrafo de guerra que va a Hollywood para trabajar al lado de su amada hasta que se da cuenta de que su vida está en el campo de batalla.
Robert Capa murió el mismo año del estreno de la película, en Indochina por culpa de una mina. La verdad que es triste pensar que la vida de los dos protagonistas de la película puede terminar igual. Como dice Ingrid Bergman en su biografía:
Decían que Capa tenía algo especial que los demás no tenían. Creo que se trata de algo que no tenía. No tenía miedo. Era valiente, demasiado valiente, inteligente, divertido, un romántico
Si es verdad la anécdota, hace que la película sea mucho más interesante para nosotros los fotógrafos. Aunque me cuesta imaginar a Robert Capa con la Exakta Varex VX que porta Jeff en toda la película, con el teleobjetivo Kilfitl 400mm f/5.6 Tele-Kilar. Esta cámara es especial por algo único: el disparador está a la izquierda. Es una cámara para zurdos.
Otro dato fotográfico es que el bueno de Jeff consigue, en un momento tenso de la película, defenderse a base de flashazos con aquellos flashes de un solo uso en forma de cubo. Parece un poco ridículo, pero en la oscuridad de la noche puede ser bastante molesto que alguien te dispare esos fogonazos.
Para el recuerdo queda el primer beso de la pareja y la insinuante iluminación de la aparición de Grace Kelly mientras va encendiendo, una a una, todas las luces del apartamento de James Stewart.
Por Fernando Sanchez
Publicado
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