Wes Ball ha conseguido algo al alcance de pocos directores en el Hollywood actual: dirigir todas las películas de una franquicia. En su caso se ocupó de las tres entregas que dieron forma a 'El corredor del laberinto' ('The Maze Runner'), la última de las cuales ha llegado recientemente a los cines dando cierre con eficacia a una saga que nunca terminó de despegar. Sin embargo, Ball no contaba con ello y en sus planes estaba ocuparse únicamente de la primera.
Por ello, Ball se centró únicamente en hacer lo mejor posible 'El corredor del laberinto'. Como es lógico, dependía bastante del libro original de James Dashner, ya que Fox nunca pretendió rodar únicamente una película, pero incluso ahí tenía cierto margen para la libertad. De hecho, el final original que él y T.S. Nowlin, guionista de la película y sus dos secuelas, tenían en mente era muy diferente, tal y como explica el propio Ball:
En mi final original los soldados no iban a atraparlos y llevárselos en un helicóptero. Ellos iban a llegar a esa habitación y encontrar a todos los científicos de CRUEL muertos con una grabación de Ava diciéndoles: "Están listos para las pruebas que van a llegar: el mundo va a necesitarlos". Entonces saldrían de la habitación y los seguiríamos en un plano mientras salen al mundo. El último plano de la película iba a ser la civilización destruida, patas arriba. Habría sido un final genial al estilo del cine de ciencia-ficción de los 70 y aún podrías adaptar el resto de libros.
Y es que Ball pensaba que iba a ser problema de otro cómo continuar la historia. A fin de cuentas, con un éxito en su haber iba a tener más fácil sacar adelante otros proyectos, pero Fox logró no solamente que siguiera en la saga, sino también que aceptase rodarla íntegra. Lo curioso es que fue entonces cuando lamentó una serie de decisiones que había tomado en 'El corredor del laberinto' que le hicieron la vida más complicada al ponerse manos a la obra con ellas:
Pasamos mucho en las dos primeras películas tratando el tema del subterfugio de CRUEL. En perspectiva, habría sido más sencillo si El Brazo Derecho los hubiese tomado al final de la primera película y que fuesen de ellos de quienes escapaban. Esa habría sido la mejor manera de proceder si nos hubiésemos sentado y pensado sobre las tres películas. Al mismo tiempo, quería cambiar solamente lo que sentía que tenía que cambiar de los libros para que fuese una buena experiencia cinematográfica, así que no me arrepiento de nada.
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