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jueves, 1 de febrero de 2018

ESTRENOS DEL 8 DE FEBRERO

A 47 metros

2017
Duración 87 min.
País: Reino Unido
Dirección: Johannes Roberts
Reparto: Mandy Moore, Claire Holt, Chris Johnson, Yani Gellman, Santiago Segura, Matthew Modine, Mayra Juarez, Axel Mansilla


Durante una inmersión, dos hermanas que están de vacaciones en México, se quedan atrapadas en una jaula de avistamiento de tiburones, con el oxígeno agotándose y rodeadas de peligrosos tiburones blancos. Sin ayuda en la superficie, sin ayuda bajo la superficie.

Dentro de este exitoso género, los films con tiburones como protagonistas han generado clásicos absolutos del cine de suspense como Tiburón de Steven Spielberg, Deep Blue Sea de Renny Harlin o la más reciente Infierno Azul de Jaume Collet-Serra



Todo el dinero del mundo

2017
Duración 132 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Ridley Scott
Reparto: Michelle Williams, Mark Wahlberg, Christopher Plummer, Timothy Hutton, Romain Duris, Charlie Shotwell, Charlie Plummer, Andrea Piedimonte, Marco Leonardi, Roy McCrerey, Kit Cranston, Maya Kelly, Stacy Martin, Olivia Grant, Adam Astill, Andrew Buchan, Charlotte Beckett, Francesca Inaudi, Giulio Base, Olivia Magnani, Maurizio Lombardi


Film sobre el secuestro en Italia en 1973 de John Paul Getty III y los desesperados esfuerzos de su madre por conseguir que el abuelo del joven, el magnate del petróleo John Paul Getty Sr., considerado uno de los hombres más ricos del mundo, pagase el rescate.

El director y los productores de TODO EL DINERO DEL MUNDO tomaron una decisión sin precedentes: reemplazar a Kevin Spacey en el papel del multimillonario J. Paul Getty por el prestigioso actor Christopher Plummer.

"Scott Free Productions e Imperative Entertainment confirman la reciente decisión de reemplazar a Kevin Spacey por Christopher Plummer en el papel de J. Paul Getty en la película TODO EL DINERO DEL MUNDO. Se volverán a rodar las escenas en las que interviene Kevin Spacey a partir del 20 de noviembre en Roma y en Londres. Si bien ello representa un gran desafío, tanto los actores como el equipo técnico afectados por las escenas que se deben rodar nuevamente apoyan por completo esta valiente decisión.

Bajo la dirección de Ridley Scott y los productores Dan Friedkin y Bradley Thomas, y con el apoyo de su equipo de producción, todo el equipo de la película está motivado y decidido a que los procesos de producción y postproducción sean lo más transparentes posible para todas las partes interesadas, en el mundo.

Sony Pictures también respalda totalmente la decisión de volver a rodar, con la producción programada para finalizar el rodaje a tiempo para su estreno en EE.UU el 22 de diciembre.

Las circunstancias que se han producido no tienen precedentes y afectan a una película de la que todo el equipo se siente muy orgulloso. Scott y el equipo de producción creen que adoptar esta posición, a pesar del desafío que supone, es determinante para garantizar que las desafortunadas acusaciones contra un actor no socaven una película en la que han trabajado incansable y éticamente durante varios años más de 800 actores, escritores, artistas, artesanos y equipo técnico".




Paddington 2

2017
Duración 95 min.
País: Reino Unido
Dirección: Paul King
Reparto: Hugh Grant, Hugh Bonneville, Sally Hawkins, Brendan Gleeson, Jim Broadbent, Peter Capaldi, Julie Walters, Samuel Joslin, Daniel Stisen, Ben Miller, Sanjeev Bhaskar


El oso Paddington ya está felizmente integrado en casa de la familia Brown. Se ha convertido además en un miembro muy popular de la comunidad de Windsor Gardens. Su tía Lucy cumple 100 años y él tiene el regalo perfecto para ella: un maravilloso libro pop-up de la tienda de antigüedades de Mr. Gruber. Para poder comprar el libro, Paddington decidirá realizar una serie de extraños trabajos. Pero todo se complica cuando el libro es robado.

El retorno de Paddington a la gran pantalla, de la mano de las productoras Heyday Films y STUDIOCANAL, corre por cuenta del director nominado a los premios BAFTA® Paul King (PADDINGTON, 'COME FLY WITH ME', 'THE MIGHTY BOOSH'), con un guión de Paul King y Simon Farnaby ('YONDERLAND' y MINDHORN) y con la producción del varias veces galardonado productor David Heyman (responsable de las ocho entregas de la saga de HARRY POTTER, GRAVITY, EL NIÑO CON EL PIJAMA DE RAYAS, ANIMALES FANTÁSTICOS Y DÓNDE ENCONTRARLOS).

Con Hugh Grant y Brendan Gleeson recién incorporados al reparto plagado de figuras de la primera película en el que destacan Hugh Bonneville, Sally Hawkins, Julie Walters, Jim Broadbent, Peter Capaldi, Madeleine Harris y Samuel Joslin, con Ben Whishaw dando voz al encantador Paddington e Imelda Staunton como la tía Lucy.

PADDINGTON 2 es la secuela de la exitosa cinta de animación de 2014 PADDINGTON, basada en los mundialmente famosos y exitosos libros del fallecido autor británico Michael Bond.

PADDINGTON 2, una producción de Heyday Films y STUDIOCANAL, ha sido dirigida por el director nominado a los BAFTA® Paul King (PADDINGTON, BUNNY AND THE BULL) con un guion de Simon Farnaby ('YONDERLAND', MINDHORN). También repite en las labores de producción el varias veces galardonado David Heyman (GRAVITY, la saga de HARRY POTTER) y los productores ejecutivos de Heyday Rosie Alison (TESTAMENTO DE JUVENTUD, LA LUZ ENTRE LOS OCÉANOS) y Jeffrey Clifford (LA LUZ ENTRE LOS OCÉANOS), además de Alexandra Ferguson-Derbyshire (EL TOPO, ANNA KARENINA). 

El reparto de PADDINGTON 2 está liderado por Ben Whishaw (SPECTRE, BRIGHT STAR), quien presta su voz a Paddington, Hugh Bonneville (de la serie de televisión "Downtown Abbey", "W1A", MONUMENTS MEN) como el señor Brown y Sally Hawkins (LA FORMA DEL AGUA, HAPPY, UN CUENTO SOBRE LA FELICIDAD) encarnando a la señora Brown.

También repiten Jim Broadbent (de la saga de HARRY POTTER, las películas de BRIDGET JONES y MOULIN ROUGE) como el señor Gruber, el propietario de la tienda de antigüedades en la que Paddington descubre el libro desplegable; Julie Walters (BILLY ELLIOT, de la saga de HARRY POTTER) como la excéntrica asistenta de los Brown, la señora Bird; Peter Capaldi ("Doctor Who", IN THE LOOP) en el papel del señor Curry, el vecino cotilla y desconfiado de los Brown; y Madeleine Harris y Samuel Joslin como Judy y Jonathan, los hijos de los Brown. Además de la de Ben Whishaw, también podremos disfrutar de las voces de Imelda Staunton (PRIDE, HARRY POTTER) como la tía Lucy, Michael Gambon (KINGSMAN: EL CÍRCULO DE ORO, HARRY POTTER) en el papel del tío Pastuzo.

En esta segunda entrega se unen al elenco Hugh Grant (CUATRO BODAS Y UN FUNERAL, EL DIARIO DE BRIDGET JONES y FLORENCE FOSTER JENKINS) como el malvado actor Phoenix Buchanan, y Brendan Gleeson (ESCONDIDOS EN BRUJAS, la saga de HARRY POTTER y CALVARY) como el impresionante cocinero de la cárcel "Nudillos" McGinty.

El equipo detrás de las cámaras se completa con el director de fotografía Erik Wilson (REDENCIÓN, SUBMARINE), el diseñador de producción Gary Williamson (BUNNY AND THE BULL, SUBMARINE), la oscarizada diseñadora de vestuario Lindy Hemming (WONDER WOMAN, EL CABALLERO OSCURO), el montador Mark Everson (MINDHORN, ALAN PARTRIDGE: ALPHA PAPA) –junto a Jonathan Amos (BABY DRIVER, UN REINO UNIDO)– y la aclamada empresa de efectos visuales británica Framestore, liderada por el director de animación Pablo Grillo (ANIMALES FANTÁSTICOS Y DÓNDE ENCONTRARLOS) y los supervisores de efectos visuales Andy Kind (GRAVITY, GUARDIANES DE LA GALAXIA) y Glen Pratt (LA BELLA Y LA BESTIA). La banda sonora de PADDINGTON 2 corre por cuenta del ganador de un Óscar Dario Marianelli (EVEREST, ANNA KARENINA). El film se rodó en escenarios reales en el centro de Londres y sus alrededores, además de los icónicos estudios de Leavesden y Pinewood.

Paddington se presentó a los niños por primera vez en el libro de Michael Bond de 1958 Un oso llamado Paddington. Paddington's Finest Hour, el último título del autor, fallecido en junio de este año a los 91 años de edad, se puso a la venta en enero de 2017. Entre ambas fechas, Bond escribió más de veinte libros de este oso del impermeable y aficionado a los sándwiches de mermelada de los que se han vendido más de 35 millones de ejemplares en todo el mundo traducidos a 40 idiomas. Las locuras del osito procedente del más oscuro Perú cuyos perfectos modales y buenas ideas suelen tener un desenlace cómico y generar un cierto caos se han ganado el corazón de todos, y sus historias se consideran en nuestros días clásicos infantiles internacionales.

Lo mismo puede decirse del debut cinematográfico del personaje. Paddington tardó un tiempo en dar el salto a la gran pantalla, tras varias incursiones en televisión, incluida la exitosa y popular serie británica de 56 episodios que comenzó a emitirse en 1975, diseñada y dirigida por Ivor Wood para FilmFair con un impagable Michael Hordern como narrador. Pero, cuando lo hizo, el resultado no pudo ser mejor. PADDINGTON se estrenó en 2014 y ya se ha convertido en un clásico infantil gracias a su maravillosa combinación de calidez, magia e ingenio que ha encandilado a los espectadores de todas las edades. Fue nominada a varios BAFTA®, recibió el premio a la mejor comedia en la edición de 2015 de los premios Empire y recaudó más de 250 millones de dólares en todo el mundo. Este éxito sorprendió incluso a quienes trabajaron en la primera película al ser el título familiar más rentable de un estudio no estadounidense de todos los tiempos.

"El guion de la primera película era estupendo y fue increíble trabajar en ella", recuerda Hugh Bonneville. "Pero era perfectamente consciente de todos los temores y nervios que rodeaban al salto a las pantallas de cine de este oso al que todos quieren. ¿Lograríamos el tono adecuado? Me quedé impresionado cuando vi la película. Llegué a olvidarme de que el oso no era de verdad, ¡y eso que había trabajado en ella! Estoy muy orgulloso de haber participado en la primera entrega".

Paul King imaginó una película que resultaba tan divertida como encantadora, con frecuentes momentos de realismo mágico que servían para hacer que la presencia de un oso en Londres resultara lo más natural del mundo.

Cuando se confirmó el rodaje de PADDINGTON 2, tras el éxito de la primera cinta, Heyman sabía que solo quería a una persona para que fuera su director. "Paul es tan amable y generoso como divertido y falto de cinismo", señala David Heyman". Y todo eso fluye en la primera entrega y en esta también. Tiene una voz realmente única, un talento extraordinario y excepcional, así que era natural que quisiéramos que repitiera". Y puesto que King se mostró encantado de volver a contar las aventuras de Paddington, lo único que faltaba ahora era la historia.

Una secuela llamada Paddington

Al final de PADDINGTON, el oso del mismo nombre parece bastante satisfecho con su vida, cómodamente instalado en el desván de la casa de los Brown y disfrutando de una guerra de bolas de nieve con su nueva familia en Windsor Gardens. Era un lugar estupendo en el que terminar. Pero no era quizás el mejor punto de partida, como descubrió el propio King. "Sin darnos cuenta, escribimos un final en lugar de decir '¡nos vemos en la segunda parte!'", confiesa divertido.

Sin embargo, tampoco tenían que empezar de cero. "Teníamos muchas ideas que no llegaron a incluirse en la primera película porque siempre tuvimos la sensación de que encajarían mejor en una secuela que en la historia original. Siempre pensé que sería divertido ver a Paddington trabajando", afirma King, "y es un personaje tan decente que nos pareció que sería emocionalmente interesante verle como presa de una injusticia". "La gran inspiración de esta película procede de CABALLERO SIN ESPADA", comenta David Heyman, a propósito de la gran película de Frank Capra y James Stewart acerca de un hombre idealista en Washington. King también bebió de las fuentes de Pixar, en particular de TOY STORY 2, para analizar cómo el gigante estadounidense de la animación se había planteado esa secuela. Lo que King no quería era repetir los problemas y obstáculos a los que se había enfrentado Paddington en la primera película. "Pixar hizo un gran trabajo conservando la sinceridad de la primera entrega. Encontraron una situación creíble para Woody y la usaron como punto inicial".

Para ayudarle a encontrar esa credibilidad y la historia para PADDINGTON 2, King recurrió a un antiguo amigo y colaborador. Simon Farnaby ya había trabajado con él durante más de una década en lo que Farnaby denomina "espectáculos en solitario del Battersea Arts Centre"además de en BUNNY AND THE BULL, protagonizada por el propio Farnaby. Como guionista profesional, entre otras cosas, Farnaby también había ayudado con el guion de PADDINGTON y tiene un cameo memorable como Barry, un desastrado guarda de seguridad que se enamora inexplicablemente del señor Brown... cuando este aparece disfrazado de señora de la limpieza escocesa. Por eso contar con Farnaby para todo fue una progresión natural para King. "Recibí una gran ayuda de muchas personas brillantes en diferentes momentos mientras estaba escribiendo el primer guion, y pensé que sería bueno tener a alguien a mi lado desde el principio esta vez", explica. "Simon y yo podemos presumir de un historial memorable de desastres comerciales y esperaba que fuéramos capaces de aplicar todos esos conocimientos en PADDINGTON 2".

La colaboración fue un éxito inmediato. "Muy pronto ya teníamos un montón de cosas", admite King. De hecho, al final de la primera semana, ya contaban con la base de la historia. En PADDINGTON 2 se vería al entusiasta joven oso esforzarse en cuerpo y alma para comprar un regalo para el 100 cumpleaños de su tía Lucy y, debido al caos que se desencadena, iría a la cárcel acusado de un delito que no ha cometido. Sí, en PADDINGTON 2 el encantador osito termina a la sombra. Pero, como en toda la evolución de la trama en ambas cintas, para King era importante que todo emergiera orgánicamente de los personajes y de los temas que quería explorar.

La primera película hablaba de la importancia de la tolerancia y la aceptación cuando el joven oso inmigrante llega a Londres y descubre que, a pesar de sus evidentes diferencias, puede integrarse en una sociedad que le acepta como es. Aunque esos temas también están presentes en PADDINGTON 2, King quería explorar además nuevas facetas del personaje. "Se trata de reconocer el valor de la amabilidad y la compasión", explica. "Paddington pasa de pensar que no es más que un pequeño oso en un mundo muy grande a darse cuenta de que sus innumerables actos de bondad tienen un gran valor para la comunidad".

Esa idea llevó a King y a Farnaby a enfrentar a Paddington, y al público, a una serie de nuevos personajes en la comunidad más amplia de Windsor Gardens. "Se trata de ver a los buenos en lugares insospechados", comenta David Heyman. "Y, a veces, como en el caso de la señora Bird y la señora Brown, ver el mal donde otros no son capaces de apreciarlo. Es un buen mensaje para un mundo en el que todos tendemos a juzgar por las apariencias".

En última instancia, la historia nos lleva junto con Paddington a la cárcel, donde en un primer momento tiene un enfrentamiento con su imponente cocinero, "Nudillos" McGinty, para terminar ganándoselo en un ejemplo típico de generosidad paddingtoniana. "Lo que he hecho en ambas ocasiones es ver todas las películas de Chaplin", explica el siempre meticuloso King. "Es un placer ver a un payaso en una situación que la mayoría consideraría terrible. Y la cárcel me pareció una buena manera de enfrentar a Paddington al desafío de regresar a Windsor Gardens, conociendo a otros personajes y transformándolos por el camino". Aunque el siempre duro "Nudillos" McGinty termina sucumbiendo a los encantos almibarados de Paddington, en el film hay un personaje que parece inmune al osito. Y ese es el malvado Phoenix Buchanan.

Aparece Phoenix

En la primera película, Nicole Kidman bordaba el papel de la fría y calculadora Millicent Clyde, que quería atrapar a Paddington, matarlo, disecarlo y convertirlo en una pieza permanente del Museo de Historia Natural de Londres. "Nicole resultaba tan divertida y amenazadora que una de las cosas que más me frustró en su día fue que su historia discurría en paralelo a la de Paddington durante toda la primera hora, por lo que solo compartía plano con él al final del film. Esta vez decidí que sería divertido rodar con un infiltrado, un miembro de la comunidad al que Paddington conoce pronto y que le irrita enormemente".

King y Farnaby estudiaron diferentes posibilidades sobre quién podría ser ese personaje malvado antes de terminar con una idea que King ya había atisbado durante un breve espacio de tiempo para la primera entrega: un actor. "Los actores, como todo el mundo sabe, son lo peor del mundo", afirma King, citando con sarcasmo una de las intervenciones de la señora Bird en la película. "Pensamos que podríamos hacer algo divertido con alguien que estuviera muy pagado de sí mismo y que fuera bueno proyectado esa imagen de tipo bueno, aunque solo él sepa cómo es en realidad".

Y ahí es donde entra en escena Phoenix Buchanan, una antigua estrella del West End que se dedica ahora a inaugurar ferias locales y protagonizar anuncios de comida para perros. Su nombre, Phoenix ("fénix" en español), por el pájaro mitológico que renace de sus cenizas, resume de manera certera la situación profesional de Buchanan cuando entra en escena en PADDINGTON 2. Lo de Buchanan tiene que ver con la idea de que "afirma ser escocés", añade Farnaby. "En la película se le ve de pie en una cañada, con un pie sobre una roca y vistiendo un kilt".

Aunque no siempre se ha llamado Phoenix Buchanan. En un momento dado fue Phoenix Barr, y recibía su nombre del famoso local entre los actores londinenses en el que Farnaby conoció a su esposa. Antes, también tuvo un nombre bastante curioso que terminó siendo el de un actor de verdad. Y aún antes, era simplemente Hugh. Porque King sabía sin dudar con quién quería contar para encarnar al nuevo enemigo de Paddington. "Le escribí una carta a Hugh en la que le decía: 'he escrito este papel de un viejo actor vanidoso venido a menos pensando en ti' y creo que se lo tomó con mucho humor", recuerda King. "Es un gran actor cómico, con una espléndida visión de lo absurdo de esta profesión, y es genial verle construir este personaje".

Grant no había visto PADDINGTON cuando le ofrecieron el papel, pero se la descargó rápidamente y "quedó profundamente maravillado. Es bastante difícil hacer películas para niños que no resulten demasiado sentimentales o desagradables, y pensé que Paul King lo había logrado".

Intrigado por la idea de encarnar a Phoenix, a quien King describe como "un tipo odioso", Grant se embarcó en el proyecto y se lanzó de cabeza al papel. "Pasé gran parte de los primeros años de mi carrera a principios de los 80 trabajando con memorables personajes histriónicos", explica. "Los aproveché todos para este personaje, porque este hombre es insoportablemente arrogante y vanidoso. No puede ver más allá de su propio físico y talento, y eso le hace cometer actos de los que estoy seguro se avergüenza". Paddington y Phoenix chocan porque tienen un interés en común: el libro desplegable que Paddington quiere comprarle a la tía Lucy para su 100 cumpleaños. Para Paddington, no es más que un libro desplegable, algo que desea pagar con el dinero que tanto le ha costado ganar haciendo trabajos de lo más curiosos por toda la comunidad y que permitirá a la tía Lucy disfrutar de una ciudad que le encanta pero que nunca ha podido visitar.

En el caso de Phoenix, es la llave para su ambición máxima: un espectáculo en solitario titulado 'Una velada de monólogos y canciones con Phoenix Buchanan'. "Suena como la peor velada posible, reconoce King". Grant se muestra de acuerdo. "No sé si sería el plan que elegiría para salir una noche", añade.

El libro es clave para los planes de Phoenix porque solo él sabe que contiene la llave –literal y metafóricamente– de una gran fortuna que ocultó Madame Kozlova, la tatarabuela del propietario de un circo ruso cuya enorme feria ambulante llega a Londres al arrancar la película y sirve de excusa para que Paddington conozca a Phoenix. Decidido a echar mano al libro, Phoenix lo roba de la tienda del señor Gruber y acusa a Paddington, lo que hace que este termine entre rejas. "Su lógica es que el mundo debe estarle tan agradecido por su espectáculo que puede hacer casi cualquier cosa para financiarlo", apunta Grant.

De esta forma, el villano de PADDINGTON 2 es una pesadilla de hombre, rebosante de orgullo y vanidad, aunque no necesariamente "decidido a acabar con Paddington", en palabras de King. "Pensamos en un buen antagonista para Paddington, que es alguien tan poco egoísta, amable y educado, debía ser justo lo contrario".

La casa de Phoenix en Windsor Gardens también tiene un papel destacado en la historia, especialmente en una escena en la que los señores Brown irrumpen en ella para espiar y en la que ella se muestra bastante desconfiada con respecto al peso que ha tenido Phoenix en la detención de Paddington. Lo que encuentran resulta bastante desconcertante: una casa literalmente forrada de fotos de Phoenix a lo largo de su carrera. "Necesitábamos cien fotografías de Hugh", recuerda King. "Me dijo que él tenía algunas, y vino al día siguiente con varias fotos y retratos a carboncillo que le habían regalado sus fans. Nadie me ha regalado nunca un retrato mío en un sofá medio desnudo. Pero ¡es que yo no soy un sex symbol internacional!"

Y, finalmente, hacen un descubrimiento que roza lo aterrador y que lleva al siempre peculiar señor Brown a exclamar: "¡menudo bicho raro!": el desván secreto de Phoenix, donde conserva todos sus preciados trajes. Y es que Phoenix es un maestro del disfraz, capaz de alterar su apariencia, modales y acento prácticamente a voluntad, y nada podría resultarle más útil en el robo del libro de la tienda del señor Gruber primero y en su búsqueda del libro de Madame Kozlova después. Eso quiere decir que en PADDINGTON 2 veremos a Hugh Grant con distintos atuendos, incluida una armadura de caballero, vestido de monja y un hombre casi calvo con unas patillas de leñador gigantes. "Cuando me enteré de que el malo era un as del disfraz, pensé: 'Esto va a ser divertido'", añade Christine Blundell, la oscarizada directora de peluquería y maquillaje del film. "Y a Hugh se le da muy bien".

Trabajando en estrecha colaboración con otra ganadora de un premio de la Academia —Lindy Hemming, quien repite colaboración con King—, Blundell diseñó varios looks diferentes para Phoenix, moldeando una cabeza de Grant en escayola para poder mostrárselos al actor, quien se entregó en cuerpo y alma al proceso. "En la primera reunión con Hugh, me dijo: 'No quiero nada pegado'", recuerda divertida Blundell. "Al cabo de un rato, era como, '¡venga ya, ponédmelo!'" De hecho, fue él quien sugirió llevar un gorro de calvo en la secuencia en la que un cobarde Buchanan trata de escapar por la vía rápida. "Nos dijo: 'Quizás podría hacer algo con el pelo más largo y patillas?' Y lo que hice fue combinar todos esos elementos en el molde de su cara para que pudiera verlos objetivamente y dijo: 'Se le ve bastante calvo, ¿no?'"

Ese planteamiento improvisado del vestuario de Phoenix sirvió para que Hemming no se durmiera. "Creo que es la película en la que más trajes he tenido que crear para un mismo personaje", afirma. Y no es poca cosa viniendo de alguien que ha trabajado en diferentes títulos de James Bond y Batman. "Me dedico a esto desde hace cuarenta y tantos años, pero nunca había tenido que preparar tantos cambios de vestuario. Phoenix tiene como once o doce looks totalmente diferentes sin ninguna relación entre sí. Pero Hugh ha sido una gran ayuda, realmente brillante".

El resto del reparto

Una vez que los personajes de Paddington y Phoenix ya estaban en pie, llegó el momento para King y Farnaby de prestar atención para asegurarse de que el resto del amplio elenco que conforma PADDINGTON 2 estuviera igual de bien atendido. Y el primero, el señor Brown –Henry para los amigos– que también es otro Hugh, aunque Bonneville en este caso. En la primera entrega vimos a un señor Brown abiertamente receloso hacia Paddington pero que ha bajado las defensas ahora. King tuvo cuidado de no repetir la historia, y en lugar de ello nos presenta a un señor Brown inmerso en una crisis de la mediana edad. "Acaba de perder un ascenso", explica Bonneville. "Y ha empezado a teñirse el pelo y a practicar una forma extrema de yoga que no se le da muy bien. Los hombres de determinada edad, o que se enfrentan a una situación similar a la del señor Brown, lo entenderán. Tienen la sensación de que han llegado a la mitad de su vida, ¿y eso era todo? Pero, al final, se da cuenta de que la vida no está tan mal. Especialmente si hay un oso cerca".

En un primer momento, el señor Brown, analista de riesgos de profesión, idolatra a Phoenix Buchanan, que es uno de sus mejores clientes. "Cree que Phoenix Buchanan es lo más. Es miembro del club Platinum, e incluso aunque Phoenix esté encantado de conocerse y trate con condescendencia a cualquier miembro de la comunidad, el señor Brown está muy contento. Y el golpe es mayúsculo cuando se le cae la venda de los ojos".

Otro personaje recurrente en esta entrega es el de Sally Hawkins en el papel de la señora Brown –Mary para los amigos–, quien detecta la falsa fachada de Buchanan casi desde el principio y se empeña en demostrar a toda la comunidad de Windsor Gardens de que es un charlatán y un mentiroso. Para Hawkins, este regreso ha sido un placer. "Formamos un gran equipo y trabajamos increíblemente bien juntos", comenta acerca de los Brown. "Creo que eso es lo que tienen de maravilloso. Cuando te enfrentas una crisis, y pienso que esto es extensivo a mucha gente, si encuentras ese espíritu, eres capaz de todo. Cuando alguien a quien amas está en peligro, haces lo que haga falta. Y creo que esa es precisamente la esencia de esta película".

Peter Capaldi regresa también como el señor Curry, el vecino cotilla. En la primera parte, trataba de deshacer a Windsor Gardens de su peludo nuevo miembro, y se enamoraba perdidamente de Millicent Clyde, interpretada por Nicole Kidman. Ahora, "se ha autodeclarado Fuerza de Defensa de la Comunidad", explica Farnaby, lo que le permite fomentar un creciente descontento hacia Paddington.

Pero entre los residentes de Windsor Gardens también hay caras nuevas. Mientras Paddington está tratando de conseguir dinero para pagar el libro desplegable realizando todo tipo de trabajos en Windsor Gardens, conocemos a Sanjeev Bhaskar en el papel un vecino olvidadizo, Ben Miller como un coronel quisquilloso y Jessica Hynes dando vida a una solitaria vendedora de prensa cuyo único amigo es un loro. Cuando Paddington va a la cárcel, se suman otras incorporaciones como Noah Taylor en el papel de Phibs, Aaron Neil como Spoon, el cómico Tom Davis encarnando a T-Bone y Jamie Demetriou interpretando al Profesor.

Y también está "Nudillos" McGinty, el irascible chef que dirige la prisión con mano de hierro. Hasta que Paddington se cruza en su camino. Para interpretar al personaje, al que David Heyman describe como "Santa Claus pero con una coraza más dura", King recurrió al brillante actor irlandés Brendan Gleeson. "Tengo un recuerdo estupendo de la primera película", confiesa Gleeson. "'Nudillos' es muy divertido. Es uno de esos tipos con el corazón de oro cuyo exterior dice algo totalmente diferente".

"Nudillos", que desempeña un papel vital en la salida de la cárcel de Paddington y su vuelta al mundo real, resume a la perfección la tesis central de la película: no se puede juzgar un libro por la portada. "¡Ni por su gorro de chef!", añade Gleeson divertido. "Brendan fue increíble", añade King. "Mantuvo un registro muy real en medio de esta comedia extremadamente visual. Ha aportado muchas cosas que me gustaría pensar que le dimos nosotros, pero que en gran medida proceden de él. Le ha regalado a 'Nudillos' mucha calidez y profundidad. Ha sabido analizar al personaje y su trabajo ha sido mucho mejor de lo que nunca imaginamos".

Paddington a bordo de un tren. La escala de Paddington 2
La mayoría de las secuelas siguen un formato predeterminado: son más grandes que sus predecesoras en casi todos los aspectos de la producción. En cierta medida, es el caso de PADDINGTON 2, pero David Heyman insiste en que no era el objetivo final. "Creo que es ligeramente mayor", afirma. "Pero no se trataba de tener más acción, sino de capturar el espíritu de Paddington: su generosidad, su amabilidad, su optimismo y su decencia. Eso era lo que nos importaba".

King, como estudioso de las secuelas, conocía a la perfección los riesgos y peligros que le esperaban cuando preparaba esta nueva entrega. "Algunas funcionan a la perfección pero, en otras, ves esa escalada que puede dar al traste con todo lo que tenían de especial". Más gran no es sinónimo de mejor. Pero, si se hace bien, puede ocurrir. Por eso, animado por el éxito de la primera cinta y con presupuesto ligeramente superior, King quería ampliar el alcance de PADDINGTON 2. No era cuestión de que el osito tuviera que ir sorteando explosiones o de que, de pronto, le prestara su voz La Roca ("Eso lo dejamos para Paddington 7, probablemente", apunta entre risas). Pero la mayor confianza de King puede apreciarse en diferentes momentos clave del film, desde las secuencias en la cárcel hasta las dimensiones del decorado de la feria que se construyó en los exteriores de Knebworth House. Y luego está la escena de la persecución del tren. Sí, la persecución del tren.

Sin entrar en demasiados detalles, el desenlace de PADDINGTON 2 incluye a un Phoenix Buchanan en una fuga desesperada, un oso decidido, un resuelto matrimonio Brown, a la señora Bird, y no uno, sino dos trenes de vapor en una espectacular persecución. Y gran parte de esas escenas se rodaron de verdad, con el equipo de producción liderado por el diseñador de producción Gary Williamson, que construyó unas vías de tren en los estudios Leavesden para poder mover las máquinas de verdad por ellas. "Paul quería esta espectacular secuencia de la persecución", comenta Williamson. "Y tuvimos que ingeniárnosla para rodarla. Fue muy divertido. Mi trabajo con Paul me fuerza a tener que hacer las cosas mejor de que él mismo se imagina".

Orson Welles es famoso por haber descrito un set de rodaje como "el mejor tren de juguete para cualquier niño". Y, en el caso de King, ha sido de verdad. "Teníamos un tren de tamaño real en el rodaje todos los días. Instalaron las vías y trajeron el Belmond British Pullman en un camión. Se movía con un mando a distancia, y era extraordinario". Y todo en una jornada de trabajo para el productor de la película, David Heyman. "En el universo de David, somos como una mota de polvo", sonríe King. "A menudo se te olvida y le dices, mira ese decorado, ¡es increíble! Pero luego te das cuenta de que tiene el tamaño del cuarto de baño de Harry Potter".

Hay otra secuencia clave que King estaba decidido a rodar y que ya se había quedado fuera de la primera película por motivos de presupuesto y agenda. En ella, Paddington imagina que abre un libro desplegable y se ve a sí mismo dentro de sus páginas tridimensionales, llevando a la tía Lucy de visita por las principales atracciones turísticas de Londres. En un primer momento, iba a ser la escena inicial de la primera entrega. "Resultaba muy cara y complicada de rodar", admite King. "Y terminó fuera. Pero, esta vez, me he asegurado de que la secuencia del libro desplegable esté tan profundamente entrelazada con la trama que no pudiera volver a pasarme." Y en gran medida eso ha sido genial para Gary Williamson. "El libro desplegable es increíble. Tuvimos que trabajar en él desde el primer momento ya que es esencial dentro de la historia, y Framestore tenía que saber cómo sería y qué lugares de Londres visita Paddington", explica. "Tuvimos que encontrar a alguien que fabricara un libro desplegable de verdad en el que los personajes de la película tuvieran el aspecto de haber sido creados en Rusia en los años 30. Pero lo logramos. Si la película se destruyera mañana y solo me quedara el libro desplegable, sería feliz".

La visita del libro desplegable supuso para Framestore, que ya habían creado a Paddington, uno de sus mayores desafíos. "Trabajando con Paul, me dijo, 'esta es la idea, ¿cómo lo hacemos?'", recuerda Glen Pratt, supervisor de efectos visuales del film. "Me gusta eso. En parte por eso me dedico a este trabajo".

Pratt colaboró estrechamente con Dale Newton, supervisor de animación de Framestore (a cargo de controlar la creación del libro desplegable digital), Gary Williamson y el director de fotografía de la primera entrega, Erik Wilson (REDENCIÓN, SUBMARINE), para enfrentarse a la animación del libro desplegable preservando la integridad del diseño original. "Era algo artesanal", explica Pratt. "Está el carácter pictórico de las ilustraciones, al que se añade una dimensión plana a la par que escultural a medida que avanzamos en la narración. Es verdaderamente único. Utilizar los efectos visuales de forma tan inteligente es todo un arte".

El libro desplegable también es una forma muy inteligente de reintroducir a un personaje destacado dentro del mundo de Paddington: Londres. La capital inglesa tenía un papel crucial en la primera película, con localizaciones que iban desde Portobello Road hasta el Museo de Historia Natural, y la versión de D'Lime del clásico 'London Is The Place For Me' (Londres es mi lugar) aportaba al film verdadera personalidad y sabor. Para el equipo, Londres también es su lugar en PADDINGTON 2. "Sigue siendo una carta de amor a Londres en muchos sentidos", confirma Hugh Bonneville. "Y de forma aún más explícita, porque el guion nos acerca a muchos de sus grandes iconos". De hecho, mientras Phoenix Buchanan va siguiendo las claves del libro desplegable que le llevarán finalmente al tesoro de Madame Kozlova, nos embarcamos en un tour alocado por la ciudad, con secuencias en Tower Bridge, la catedral de San Pablo y el lago Serpentine de Hyde Park. Al mismo tiempo, algunas localizaciones que vuelven a estar presentes en el film son Chalcot Crescent, que hace las veces de Windsor Gardens, y Portobello Road, donde se encuentra la tienda de antigüedades del señor Gruber. Y no se puede concebir una película del oso Paddington sin la estación homónima. "Podríamos haber elegido otra", comenta un divertido Gary Williamson acerca de la breve aparición de Paddington Station. "Pero no habría funcionado".

Como ilustra el propio libro desplegable, el tamaño no lo es todo. En parte, lo grande que tiene Paddington es que lo más pequeño y cotidiano termina convirtiéndose en una espiral descontrolada. Pensemos, por ejemplo, en la escena del cuarto de baño de la primera película, en la que los sinceros intentos de Paddington de cepillarse los dientes terminan con el oso cayendo por las escaleras de la casa de los Brown a bordo de una bañera. PADDINGTON 2 incluye varias escenas similares, pero no siempre son fáciles de lograr. "Todo tiene que ser orgánico", comenta Farnaby. "Son siempre lo más difícil. Parecen sencillas, pero todo ocurre por algún motivo". En dos de ellas, vemos al oso enfrentándose a problemas con una escalera mientras trata de limpiar unas ventanas para conseguir dinero, y luego le hace un corte de pelo horrible a una persona cuando lo toman por un barbero. Para rodar esas secuencias, King las divide en varias fases y cuenta con los servicios de Javier Marzan, un ejecutante físico que entra en acción para interpretar algunos de los movimientos. Eso también ayuda a Framestore cuando tienen que animar a Paddington más adelante. "Nos divertimos mucho preparando esas secuencias", recuerda Farnaby. "La de la barbería fue una de las más complicadas".

El oso cobra vida. Animar a Paddington

Y luego, durante muchos meses una vez terminado el rodaje físico, el director de animación Pablo Grillo y su equipo de animadores en Framestore tuvieron que esforzarse para dotar de vida al oso.

La creación del protagonista de la película evolucionó a lo largo de muchas fases en las que Ben Whishaw grabó la voz del oso y Grillo y su equipo trabajaron con King para revisar al minuto los calibrados de cada expresión y cada gesto. "En lo que respecta a la animación facial de Paddington, hemos tomado mucho del propio Ben Whishaw. Se puede transmitir mucho con el rostro, una pequeña modificación de una expresión o delineación puede transformar al personaje", confirma Liam Russell, responsable de animación de la película y miembro del equipo de expertos de Grillo en Framestore. "Usamos mucho a Ben como referente para eso. Para animar un diálogo, no basta con la voz, y poder incluir las expresiones concretas de Ben en nuestro trabajo nos ayudó mucho a dotar de vida a Paddington".

Con la primera entrega como material de partida, Grillo y su equipo, por supuesto, contaban con una base sólida a la hora de animar a Paddington y trasladar su personalidad a la pantalla. "Fue genial tener la primera película como referencia, porque ya sabíamos hacia dónde teníamos que ir, y hemos podido aprender y mejorar nuestro trabajo anterior", explica Russell.

Sin embargo, dada la ambición de ampliar la escala e incorporar nuevas aventuras en esta secuela, el equipo se enfrentaba también a nuevos desafíos, sobre todo debido a la inclusión de secuencias más exigentes en términos físicos. Buen ejemplo de ello es la última escena del film, plagada de acción, y que supuso todo un reto para el equipo. "Nos planteó muchos problemas desde el punto de vista de la animación", confiesa Russell, "porque teníamos que preservar el carácter de Paddington mientras el personaje interactuaba con un tren en movimiento y toda la física que eso implica".

Los movimientos físicos de Paddington y su interactuación con objetos reales fueron algunos de los mayores obstáculos que tuvieron que superar al animar al oso. "Tanto si estaba caminando entre las mesas como escurriéndose por debajo de una barandilla, tenía que resultar realista y acorde al mundo real, y preservar al mismo tiempo sus maneras y resultar atractivo en pantalla", comenta Russell. "Algunas de las escenas más divertidas suelen tener ser aquellas en las que sencillamente tiene que hacer algo de humanos. Me acuerdo, por ejemplo, de la secuencia de las ventanas, en la que fuimos capaces de explorar una manera divertida en que Paddington pudiera acometer esa tarea. Nos dio la oportunidad no solo de crear algo original, sino también de pasárnoslo bien mientras lo hacíamos".

Grillo y su equipo en Framestore han puesto mucho de ellos en cada una de las escenas del film, y es que gran parte de la ejecución física procede de los propios animadores. "Muchos miembros del equipo rodaron escenas de referencia para poder comprender la ejecución o las acciones concretas que eran necesarias", señala Russell. "El hecho de que Paddington sea mucho más pequeño que una persona hizo que tuviéramos que tener en cuenta su forma de ver el mundo y a las personas que lo rodean desde una perspectiva diferente a la nuestra".

"Pablo es un genio, y a él le debemos en gran medida que Paddington haya cobrado vida", concluye Paul King acerca del director de animación y uno de sus colaboradores clave en la película. "El oso es una recreación tan fantástica que resulta fácil olvidarse de que cada huella, cada surco de su entrecejo, incluso su propia forma de respirar, ha sido diseñado por Pablo y su maravilloso equipo de animadores. Se trata de un proceso increíblemente pormenorizado y complejo, una cuestión de amor. Gran parte del alma de Paddington es la de Pablo y, en cierta medida, eso se aprecia en cada fotograma".

Por favor, cuiden de este oso. Michael Bond CBE

Pero King y Farnaby han bebido de otra fuente de inspiración: Michael Bond y sus libros. Aunque PADDINGTON 2 no es la adaptación directa de ninguna de las historias del autor, siempre las han tenido a mano. "Mirábamos los libros", confiesa King. "La escena de la barbería es muy de Michael Bond, y aunque en la película limpie ventanas mientras que el libro pinta, es más o menos lo mismo. Siempre es un placer releerlos".

El fallecimiento de Bond a los 91 años en el mes de julio dio paso a una oleada de afecto y pena en las redes sociales. Gran parte de ella giraba en torno a un gif del cameo Bond en la primera película en el que brinda con una copa de vino a la salud de Paddington mientras este se zambulle en Londres con los ojos como platos en la parte de atrás de un taxi. En ese momento, fue algo entrañable, un guiño del creador hacia su criatura. Ahora, resulta increíblemente más conmovedor. "Es muy triste", afirma King, quien llegó a conocer a Bond durante el rodaje de la primera entrega. "Creo que se divirtió mucho con ella, y me encantó que así fuera. Tenía mucho que aportar, algo extraordinario en una persona de su edad". Sin embargo, en muchos sentidos, Bond y su legado siguen vivos a través de su extraordinaria creación: un oso de gran corazón llamado Paddington.




La bóveda

2017
Duración 91 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Dan Bush
Reparto: James Franco, Taryn Manning, Francesca Fisher-Eastwood, Scott Haze, Q'orianka Kilcher, Jeff Gum, Clifton Collins Jr., Keith Loneker, Jill Jane Clements, Michael Milford, Debbie Sherman, Lee Broda, Aleksander Vayshelboym, Anthony DiRocco


Dos hermanas se ven obligadas a robar un banco para salvar a su hermano. Pero no se trata de un banco normal.



Entre viñedos

2017
Duración 113 min.
País: Francia
Dirección: Cédric Klapisch
Reparto: Pio Marmai, Ana Girardot, François Civil, Jean-Marc Roulot, María Valverde, Karidja Touré, Yamée Couture, Florence Pernel, Eric Caravaca, Jean-Marie Winling, Tewfik Jallab


Jean dejó a su familia y a su Borgoña natal hace diez años. Al enterarse de la inminente muerte de su padre, regresa a la tierra de su infancia. Él se reencuentra con su hermana, Juliette, y con su hermano, Jérémie. Su padre murió justo antes del inicio de la cosecha. En el espacio de un año, al compás de las cuatro estaciones, los tres jóvenes se recuperarán y reinventarán su fraternidad, floreciendo y madurando junto con el vino que producen.

"Entre Viñedos" (Ce qui nous lie) es una nueva película de Cédric Klapisch (Las muñecas rusas, Una casa de locos).

Protagonizada por Pio Marmaï (El primer día del resto de tu vida), Ana Girardot (El hombre perfecto), François Civil (Ellas) y la española María Valverde (La flaqueza del bolchevique, Ahora o nunca), Nuestra vida en la Borgoña narra el reencuentro de tres hermanos tras la muerte de su padre, en la región vinícola de Francia que da nombre a la película.

Una película de sentimientos y recuerdos familiares, contada a través de las cuatro estaciones desde el inicio de la vendimia.

Han dicho

"Una mirada penetrante y tierna en una saga familiar (...) encarnada por unos carismáticos intérpretes" - Le Parisien.
"El director de Las muñecas rusas vuelve al ritmo de las estaciones (...) y ofrece una excelente cosecha dentro de su filmografía" - 20 Minutes.
Entrevista a Cédric Klapisch
P: Después de Nueva vida en Nueva York, una película urbana rodada en Nueva York, ¿por qué quisiste hacer "Entre Viñedos", una película sobre el terruño?

R: Lo cierto es que estuve a punto de hacer esta cinta antes de Nueva vida en Nueva York. Tenía ganas de hacer una película sobre el vino desde 2010. Ese año, me puse en contacto con algunos viticultores que conocía. Nunca había estado en una vendimia y sentía curiosidad por ver cómo era.

Me dije, sin saber muy bien por qué, que podía ser el tema de una película. Y Jean-Marc Roulot me dejó que hiciera fotos durante su vendimia. Después, me dije que tenía que observar atentamente el cambio que experimentan los paisajes con el paso de las estaciones.

Durante los seis meses siguientes, hice viajes de ida y vuelta a Borgoña para encontrar un árbol. Ese árbol ideal que pudiese contar el paso del tiempo y el ciclo de las estaciones. Me encontré con Michel Baudoin, un fotógrafo que conocía los viñedos de Borgoña. Fue él quien me ayudó a documentarme. Al final elegimos dos cerezos: uno en Meursault y otro en Pommard. Después tuvimos que encontrar el encuadre adecuado, el buen objetivo, y la hora adecuada para fotografiarlos. Michel aceptó el reto y durante un año fue a fotografiar cada semana estos dos árboles y siempre a la misma hora... Cada vez, hacía una foto y grababa una película de un minuto. De esa forma hizo 52 fotos/planos de estos dos árboles en medio de los viñedos.

Me pareció que había material para hacer una película. En 2011, volví a la vendimia, pero a diferencia del año anterior, estaba nublado, había llovido mucho y las uvas no eran nada bonitas. Comprendí hasta qué punto el mundo del vino estaba ligado a los caprichos de la meteorología.

Al final, ese mismo año de 2011 decidí rodar Nueva vida en Nueva York porque a Bruno Levy [productor] y a mí nos pareció que era un buen momento para los actores, casi 10 años después de Las Muñecas Rusas...

Tres años más tarde, cuando terminé Nueva vida en Nueva York, me dije que quizás debía retomar esta película sobre el vino.

Lo más curioso es que durante los tres años que dediqué a Nueva vida en Nueva York, granizó todos los años en Borgoña y las cosechas se echaron a perder. De hecho, no se podría haber hecho la película durante ese período.


P: ¿Qué es el vino para ti?

R: No es necesario irse por las ramas, para mí, el vino es mi padre. Me familiaricé con el vino gracias a mi padre que prácticamente sólo bebe Borgoña. Cuando empecé a beber (a los 17 o 18 años) me hacía catar sus vinos... Así que aprendí gracias a él. Hasta hace poco, nos llevaba a Borgoña a mis hermanas y a mí para hacer catas en las bodegas. Era un ritual que tenía lugar una vez cada dos años aproximadamente... A los 23 años estaba estudiando en Nueva York y fui camarero en un restaurante francés. Éramos unos quince camareros y me di cuenta de que era el único que podía aconsejar un vino. Los camareros norteamericanos me preguntaban: "Pero, ¿cómo te las arreglas para distinguir entre un Côte-du-Rhône y un Burdeos?". En ese momento me di cuenta que el vino era una cultura... En literatura, todo el mundo sabe que hay que leer para conocer y diferenciar ideas y autores. En el vino, hay que beber para identificar el origen y distinguir los sabores...

Sabía que era mi padre quien me había transmitido la cultura del vino y el interés por la Borgoña. Así que siempre asocié el vino con la idea de la transmisión. Sabía por intuición que si quería hacer una película sobre el vino era porque quería hablar de la familia. Lo que se hereda de los padres, lo que se transmite a los hijos.

Para mí, la elección de Borgoña era evidente, a pesar de que había "descubierto" otras zonas, en especial Burdeos. En Borgoña, las explotaciones suelen ser más familiares. En Burdeos, las superficies son mucho mayores y casi todos los viñedos están industrializados hasta el punto de que a veces los gestionan grandes grupos financieros. La problemática de la película habría sido completamente diferente.

En cierto modo, escoger otra región vitivinícola francesa (Alsacia, Languedoc, Côtes-du-Rhône, Beaujolais, etc.) habría dado lugar a temáticas diferentes...


P: La familia suele estar presente en tus películas. Sin embargo, esta es la primera vez que filmas la naturaleza...

R: Es muy extraño, porque me di cuenta de ese hecho cuando estaba rodando en medio de los viñedos. Hasta entonces no me había dado cuenta de que solo había hecho películas en ciudades. Antes de "Entre Viñedos", sólo había filmado a gente en calles y edificios... Ya fuera en París, Londres, San Petersburgo, Barcelona o Nueva York, siempre hacía la misma película. Siempre intentaba identificar la relación entre una ciudad en particular y la psicología de la gente. Pero esta vez, después de 11 películas, necesitaba cambiar, hacer algo diferente y volcarme en la naturaleza...

No puedo estar un año en París sin ir al campo o al mar. Y en esta ocasión sentí la necesidad de filmar algo que no había filmado nunca. Esa necesidad de naturaleza se convirtió en algo más fuerte que yo. No sé si está relacionado con la edad, pero lo cierto es que va a la par de cierto cambio sociológico.

La relación de la gente de la ciudad con la agricultura o la comida está cambiando. No se trata sólo de una moda. La gente de la ciudad siente una necesidad imperiosa de mitigar los límites entre ciudad y campo. El documental Mañana refleja muy bien ese tema.

El hecho de que gran parte de nuestra vida discurra en un mundo virtual nos llevar a querer establecer una relación concreta con las cosas. Es muy probable que estemos hartos de la distancia que impone la virtualidad. Hay un interés nuevo por la cocina (y el vino), que para mí significa un regreso a las cosas más directas o más esenciales.


P: "Entre Viñedos" aborda muchos temas diferentes...como el del vino. ¿Qué hay en una copa de vino?

Hay una región concreta, es decir la combinación de un clima en particular, de sol, de lluvia, de una geología del suelo. Cada elemento dará un olor, un sabor, una densidad particular a ese vino.

También hay elementos relacionados con la intervención humana, la elección del tipo de viticultura, los métodos de vinificación. Es fascinante ver que en Meursault hay un centenar de propietarios diferentes y también hay un centenar de maneras de "interpretar" esa región. Un viticultor estampa su firma en una botella y lo mismo hace un director estampando su firma en una película. Hay una idea de autoría. Es lo mismo que hay en una copa de vino... Ese tipo de complejidad. Hay tiempo y espacio, historia y geografía. La unión del hombre y la naturaleza. Era fundamental que la película contara todo eso... Es un mundo muy sofisticado.

Por eso tenía ganas de hablar de vino. La película narra la elaboración del vino durante un año. Al mismo tiempo, se cuentan 10 años de la vida de una familia de viticultores. Intento relacionar ambas cosas. Narrar los ciclos de la naturaleza y las etapas en la evolución de tres individuos. Primero somos niños, luego adultos, luego padres... ¿Se pueden comparar esos cambios humanos, esas etapas de la vida con las estaciones de la naturaleza?


P: En "Entre Viñedos", no solo has filmado la naturaleza, sino también las estaciones...

R: Tuvimos que convencer a Bruno Levy de rodar durante todo un año. Como productor, él habría preferido que el rodaje se llevara a cabo durante dos temporadas, no cuatro. Pero le dije que no funcionaría, que había que respetar todo el ciclo de la naturaleza. No se podía hacer trampas porque los maravillosos colores del otoño sólo duran 15 días. Hay que rodar durante todo ese periodo, de lo contrario es imposible. Lo mismo ocurre con la vendimia: solo se sabe con dos semanas de antelación cuándo va a tener lugar, y en un viñedo como él de Jean-Marc Roulot, dura una semana o 10 días los años buenos. Solo se puede filmar a Ana pisando la uva en las cubas durante cuatro o cinco días. Volvimos a rodar un día en enero porque había nevado... Y ocurre lo mismo en primavera: los árboles frutales sólo tienen flores durante una semana... La vid solo da esas hojas grandes y verdes durante tres semanas... Toda la película se hizo a la inversa: en lugar de decidir nosotros las fechas, fue la naturaleza la que decidió el calendario de rodaje.


P: En "Entre Viñedos", te has vuelto a encontrar con tu compañero de escritura, Santiago Amigorena. ¿Qué tal fue el reencuentro?

R: Hacía 15 años que no trabajábamos juntos. Empezamos juntos con Le Péril Jeune y la última vez fue en Ni a favor ni en contra (sino todo lo contrario). No quería escribir una película sobre el vino yo solo. De hecho, me reuní con expertos en vino con la idea de escribir con ellos...

Después, me dije, ¿por qué elegir a un extraño si tengo un amigo de infancia que conoce muy bien el vino? Santiago acababa de producir Resistencia Natural, un documental sobre el vino de Jonathan Nossiter. Le gusta tanto el vino como a mí, conoce a gente como Alix de Montille o Jean-Marc Roulot... Así que era lógico que trabajara conmigo en este tema. Y volver a encontrarnos fue una gran alegría. La película lo exigía, esa la idea de que las cosas mejoran con el tiempo es importante. Es cierto en el caso del vino, pero también en la amistad.


P: El espectador se hubiera podido sentir perdido en el magma del lenguaje especializado, de todas esas técnicas relacionadas con la viticultura. ¿Te preocupaba ese tema cuando escribías el guión?

R: Desde luego. Santiago y yo compartimos una cultura del vino, pero comprendimos enseguida que no podríamos hacer esta película sin la colaboración de alguien que conociera Borgoña mucho mejor que nosotros.

Para escribir esta película, tuvimos que descubrir y profundizar en miles de cosas. Y la persona perfecta era Jean-Marc Roulot con quien había ido a hacer fotos en 2010 y que había sido extremadamente acogedor y receptivo. Trabajar con él ha sido muy importante: él siempre releía los borradores del guión, corregía frases de "parisinos", y nos sumergió en la realidad del mundo agrícola actual explicándonos las diferencias entre la Etiqueta Bio y biodinámica, entre el vino natural y el tradicional. Él, junto con otros viticultores de Borgoña, nos habló en profundidad de todo lo que preocupa al mundo agrícola actual. Ese cajón de sastre donde cabe toda la agricultura oficial, los problemas notariales específicos de la Borgoña, etc.

Sin embargo, a veces, cuando Jean-Marc traducía a la lengua habitual del viticultor, yo tenía que volver a traducirlo al lenguaje universal. Cuando en un diálogo Juliette dice: "il a fait sa malo très vite cette année", sólo un 10% de los franceses saben lo que significa. Aunque mantuvimos esa frase, la rodeé de elementos que permiten comprender que Juliette habla de una etapa de la vinificación. Ya tuve que hacer ese trabajo de traducción en Ma Part Du Gâteau, con relación al lenguaje de las finanzas. Debemos aceptar que hay cosas que no comprendemos porque se trata de términos técnicos de una profesión muy concreta, pero otras veces es necesario traducir. Así que hay que escoger en cada frase el lado didáctico y comprensible y la realidad del lenguaje de la gente de este sector.


P: ¿Intentaste mantener un equilibrio entre las estaciones cuando escribías el guion?

R: Sí. Ese también fue uno de los problemas del montaje. Al final no se parecía tanto, pero sí que lo era en el guion. Fue increíble ver la similitud entre la historia narrativa y la historia de la naturaleza. Y el invierno fue la estación más perjudicada. Tuvimos que tirar a la basura un montón de escenas. En esta película, el invierno es una sala de espera, así que en el montaje nos dimos cuenta de que esa "espera" dura tanto como las temporadas altas. Así que tuvimos que prescindir del invierno.


P: ¿Y el equilibrio entre los personajes? ¿Cómo surgió la idea de los hermanos?

R: Ocurrió muy pronto. En 2010 yo ya tenía en mente una idea que le conté a Romain Duris: la historia de una relación entre un padre que iba a cumplir 70 años con un hijo de 40. Pero cuando empecé a abordar el tema, me dije que quería algo que estuviera más cerca de la infancia. Quería hablar de la transición a la edad adulta. Así que automáticamente reduje la edad de los personajes. Y partimos de la idea de dos hermanos y una hermana. Puede que fuera para invertir la relación porque en la vida real yo tengo dos hermanas y soy el único chico. Para construir esa relación entre hermanos, me basé, como hago a menudo, en los actores con los que quería rodar. Acababa de conocer a Pio Marmaï y pensé que sería perfecto para este papel porque tenía la edad ideal. Acababa de trabajar con François Civil y pensé que Pio y él harían unos hermanos muy creíbles. A partir de ahí, busqué a la actriz que pudiera encajar con ellos. Para ser sincero, ya tenía en mente a Ana Girardot, pero aun así vi a un montón de actrices para estar seguro de que no me equivocaba. ¡Necesitaba una chica con suficiente personalidad para sobrevivir con estos dos tipos tan masculinos! Y Ana era la mejor con diferencia. Así que al final me quedé con los tres actores que quería. Fue genial ver que los tres se llevaban tan bien, casi como hermanos. Es increíble. Y llegó un momento en el que se hicieron con el control de la película. Al principio era más bien la historia de Jean/Pio Marmaï. Y después, con el paso de las estaciones, cuando Santiago y yo reescribíamos el guion, se convirtió en la historia de los tres hermanos. Sus relaciones eran tan maravillosas que se apoderaron de la película. Creo que Santiago y yo nos convertimos en los narradores de lo que ocurría ante nosotros. Dejamos que el tiempo participara en la elaboración de la historia.


P: ¿Fue fácil conseguir que los actores estuvieran disponibles todo un año?

R: Si. En realidad, es como una serie de televisión, salvo que en vez de decirles que se les contrata para tres temporadas, les dices que vamos a rodar la vendimia a finales de agosto-primeros de septiembre; después en otoño, hacia finales de octubre, cuando las hojas son de color amarillo-rojizo; en invierno en diciembre-enero; y después en primavera, en mayo o junio. De hecho, es como si hubieran hecho cuatro rodajes distintos. Y estuvieron de acuerdo cuando les dijimos que tenían que estar disponibles tres semanas durante esos cuatro periodos. Fue bastante fácil, sobre todo porque Ana, Pio y François estaban entusiasmados con la idea de participar en esta película. Creo que por esa razón rechazaron otras películas o consiguieron encajar otros proyectos en los momentos en los que no rodábamos...

P: ¿Qué te atrajo de Ana Girardot?

R: Dudé en contratar a Ana en Ma Part Du Gâteau. A pesar de que la hice pasar un casting, me pareció natural elegirla para "Entre Viñedos"...

Sabía que era una gran actriz y que debía aprovechar la ocasión... Pude comprobar durante el rodaje de Nuestra vida en la Borgoña que no he había equivocado. Ana es una actriz que tiene un potencial enorme. Es una mujer que puede hacer comedia, ser glamurosa o sencilla. En este caso encarna a una viticultora pero si le pones unos pantalones cortos y le pides que conduzca un tractor, a pesar de su lado glamuroso, no parece una modelo que "hace como que conduce" un tractor. Tiene un abanico interpretativo increíble: en los momentos emotivos, en los cómicos, en su relación con los hombres... Es maravilloso ver la relación que tiene con sus dos hermanos, cómo se enfrenta a la masculinidad. El ADN de este personaje está vinculado a esa problemática: ¿cómo sobrevive una chica tan femenina en un mundo de hombres? Y lo hizo maravillosamente bien. Ana ha estudiado en Estados Unidos. Le gusta el naturalismo y ese "dejarse llevar" muy francés, pero también tiene un lado muy "pro" y domina la técnica americana. Y confieso que la mezcla de ambas cosas es un espectáculo digno de verse.

P: Y ¿qué nos puedes decir de Pio Marmaï, que parece haber nacido para hacer este papel?

R: Pio es lo que se denomina un actor "nato" y, al igual que Ana, es evidente que todavía no ha desarrollado todo su potencial. Con su lado de chico guapo, puede interpretar "el yerno ideal", el tipo guay, simpático y entrañable con el que todos podemos identificarnos. Pero también quería sacar ese lado rebelde, oscuro o loco que también tiene.

Quería que la gente sintiera que le hierve la sangre... En la película tiene un lado inestable. Es un adulto joven que está abierto a todo porque todavía no sabe lo que quiere. Aún no se ha encontrado a sí mismo. Ese lado "en movimiento" me gusta muchísimo. Pero también tiene un lado muy sólido y "firme". Además, quería que aprovechara su aspecto de hombre grande y fuerte que hace que cuando arranca un terrón de tierra, parece algo natural.


P: François Civil está fantástico en la escena en la que se pelea con su padrastro sin terminar nunca las frases. ¿Estaba escrita así o fue una improvisación del actor?

R: Estaba muy elaborada en el guion, pero era difícil interpretarla debido a que no deja de balbucear. No logra terminar ninguna frase. Cuando se me ocurrió esa escena le dije a Santiago: "Estaría bien que se pelease con su padrastro retrocediendo". Empezamos a escribir la escena como si fuera una partida de ping pong entre Santiago y yo. Y el juego consistía en no terminar ninguna frase. Pero había que saber hasta dónde podíamos llegar, comprender dónde iba a parar su razonamiento, a pesar de que parezca que salta de un tema a otro: habla de su hermano, habla de sí mismo, del café que se ha tomado... Fue muy difícil de interpretar porque François no podía entrar en una lógica coherente, en un encadenamiento rítmico de palabras. Tenía que ser siempre sincopado. Es una escena que ha sido muy difícil de montar. Tuvimos que hacer que el lado "inacabado" pareciera algo acabado. Fue difícil, pero creo que lo conseguimos... Gracias a la magnífica interpretación de François, a la relación con Jean-Marie Winling que le ayuda mucho interpretando una especie de payaso blanco, y por supuesto al montaje. La montadora, Anne-Sophie Bion, supo encontrar el elemento orgánico que hace que la escena no resida solo en las palabras, sino también en las actitudes. Manejar todo eso es tremendamente delicado. Hay que hilar muy fino. Y como siempre ocurre en estos casos, funciona cuando intentas ser literal y serio, no cuando intentas hacer reír. François Civil tiene esa rara habilidad de mezclar técnica e intuición. Es lo que se denomina precisión...


P: ¿Y resultó fácil decirle a un viticultor que los actores tenían que moverse libremente por su viñedo?

R: Creo que esta película no habría sido posible sin Jean-Marc Roulot. Tiene la doble cultura, es actor y viticultor. Así que sabe lo que es un rodaje. Para él, era una oportunidad increíble. Nos dijo: "Es la primera vez que hago una película en la que consigo mezclar mis dos vidas". ¡Hizo esta película mientras vendimiaba! Le encantó que la gente con la que lleva trabajando hace 30 años viera cómo era su otra profesión. Pero creo que en un primer momento no comprendió la intensidad de la aventura... ¡Cuando accedió a que rodáramos en su viñedo no sabía que iba a ser una experiencia personal tan fuerte!


P: ¿Cómo se conocieron?

R: En el casting de Rien Du Tout, mi primer largometraje. Yo tenía 30 años y ya iba a Borgoña a comprar vino... Al final del casting, Jean-Marc me dijo que también era viticultor en Meursault. No le contrataron para la película, pero tres meses después, cuando estaba en Borgoña, fui a comprarle vino. Y desde entonces soy cliente suyo... ¡Jean-Marc y yo nos reímos mucho de que le diera un papel 25 años después de que aquel casting!


P: ¿El hecho de tener esa "doble cultura" refuerza la autenticidad?

R: Él ha hecho cosas que no se le pueden pedir a un actor. De hecho, fue quien nos explicó lo que teníamos que hacer. En muchas ocasiones el proceso era el inverso, como si se tratara de un documental. Por ejemplo, en la secuencia en la que arrancan cepas viejas, fue el quien vino a preguntarme si me interesaba rodar ese momento justo cuando yo estaba rodando una escena con Ana y Pio. Les dije: "Vamos a ver cómo es y ya veremos si podemos filmarlo". En cinco minutos, Jean-Marc enseñó a Ana y a Pio cómo se hacía y acabaron arrancando cepas. En cada etapa, ya sea pisando uvas en otoño, o cortando sarmientos en invierno... él era quien se encargaba de explicar a los actores los gestos que debían hacer. ¡Y también la forma de beber! Cómo hacer girar el vino en la copa, cómo olerlo, escupirlo... Jean-Marc fue un asesor técnico que explicaba cómo había que hacer todas esas cosas a los actores, a Santiago y también a mí.


P: ¿Los actores siguieron algún tipo de formación o aprendizaje antes del rodaje?

R: Sí, pero fue muy corta porque llegaron tres días antes del rodaje. Pero hubo un primer día bastante iniciático. Llegaron a las 11 de la mañana, fuimos a comer, y cataron los ocho tipos de Borgoña que había en la mesa. Una forma de "familiarizarse con el paisaje"... A las dos de la tarde estaban completamente borrachos. Pero la cosa continuó porque justo después fuimos a visitar varios viñedos. Hablaron con viticultores que les dejaron catar sus vinos. Así que se pasaron todo el día bebiendo. La jornada terminó con una cena en casa de Jean-Marc Roulot y Alix de Montille. ¡Al final de la noche estaban totalmente catatónicos! Me asusté un poco y me dije: "¿Qué estamos haciendo? ¡Esto es una barbaridad!"

Pero lo cierto es que ese primer día fue muy importante porque supe cómo tenía que filmarlos en la secuencia en la que están borrachos.

Cuando ruedas no puedes beber así que hay que había que fingir ese estado de embriaguez.

Y ese primer día, pude ver lo que les ocurría y tomé nota de muchas cosas... De hecho, la escena de las consonantes se inspira en esa velada.

Por lo tanto, aunque parezca extraño decirlo, fue un ensayo de verdad. Este tipo de momentos forma parte de esta profesión tan extraña. Para nosotros, actores y directores, es parte del trabajo.

Por supuesto, la película también significa el descubrimiento de la Borgoña, en un sentido más amplio. Hablando en serio, no he hecho esta película sólo por la bebida. No se puede hacer esta película sin conocer la Borgoña, es decir, la realidad de los "climats" de Borgoña catalogados como Patrimonio Mundial por la UNESCO Humanidad [un "Climat" es una zona vitivinícola que reúne parcela, variedad y saber hacer] con las personas, los viticultores, los municipios, las parcelas, los grandes vinos, los vinos tempranos, los pueblos... la clasificación de los vinos... Así que los actores debían aprender todo esto. No podían interpretar a los personajes sin conocer algo de todo esto. El periodo de aprendizaje se llevó a cabo durante esos tres días de formación intensiva, pero sobre todo gracias a que el rodaje duró un año. Y a mí me ocurrió lo mismo.

Por ejemplo, yo no sabía en qué consistía el trabajo en un viñedo en invierno o en primavera. El hecho de que se apliquen tratamientos en primavera, que se corten los sarmientos en invierno... esa es la realidad de la viticultura que los actores aprendieron al mismo tiempo que yo.


P: En lo que se refiere a la embriaguez, cabe preguntarse si la escena de la fiesta que se celebra al final de la vendimia es más un documental que una ficción...

R: Está entre documental y ficción. Como la vendimia al comienzo de la película. ¡La vendimia es la vendimia! Y dentro de esa realidad rodé escenas en las que se lanzan uvas... ¡aunque está claro que no es la uva de Jean-Marc Roulot! Hay escenas totalmente escenificadas que se mezclan con otras totalmente documentales. Para la Paulée [la fiesta que celebra el final de la vendimia], grabamos la auténtica Paulée desde las ocho de la tarde hasta medianoche. Después nos fuimos y dejamos que la gente disfrutara de su fiesta. Cuatro días después reconstruimos lo que habíamos visto. Muchas de las personas que estuvieron en la auténtica Paulée volvieron a estar con nosotros, salvo que se trataba de una fiesta falsa durante la cual tenían que parar de vez en cuando y en la que bebían zumo de uva en vez de vino. Pero como ya habían vivido el verdadero momento festivo al final de los 10 días de trabajo en los viñedos, supieron reconstruirlo a la perfección. En resumen, es una mezcla muy especial: ficción con grandes dosis de realidad. No todo es ficción ni todo es documental. Esta película es un híbrido de ambos géneros...


P: En esta película, has vuelto a cambiar de director de fotografía. Y elegiste a Alexis Kavyrchine, que procede del género del documental...

R: De hecho, suelo pedir a los mismos directores de fotografía que trabajen en mis películas, pero no siempre están libres. ¡Así que son ellos los que no repiten! Pero en última instancia, no me importa buscar a otras personas para una película en particular. Natasha Braier era perfecta para rodar en Nueva York. Pero no la veía rodando en Borgoña. Por el contrario, Alexis Kavyrchine está acostumbrado a filmar la naturaleza, el campo, Francia, y como has dicho tiene experiencia en documentales. Era la persona perfecta porque sabe hacer ambas cosas (ficción y documental). Sabe estilizar una imagen, crear una estética -los interiores, la fiesta del final de la vendimia-, y además todas las pequeñas cosas bastante técnicas que exigía esta película, los lapsus de tiempo, las escenas en la que hay que esperar a que cambie la luz... Se fija mucho en la narración y en los actores, pero también sabe improvisar y rodar sin equipo de iluminación. Era muy importante contar con alguien que tuviera esa doble cultura. Compartíamos con Alexis la misma visión, ese deseo de simplicidad, que en el fondo es una falsa simplicidad.

Quisimos mezclar una estética algo asiática en lo que se refiere al encuadre, con imágenes muy elaboradas, con el naturalismo francés y la cercanía con los actores. No fue fácil de combinar estos dos enfoques que a menudo están en conflicto. Al final, como ocurre con el vino, es muy complicado hacer algo sencillo y a la vez "bio".

En la posproducción también intentamos conseguir esa imagen sencilla y limpia, casi "zen " pero sin ser fríos, descarnados o artificiales. Se necesita gente tremendamente competente como Alexis para lograr ese grado de simplicidad.


P: Al igual que los viticultores, también cuentas en tu equipo con temporeros fieles que trabajan contigo desde hace mucho tiempo: Cyril Moisson en el sonido, Anne Schotte en el vestuario, Marie Cheminal en los decorados o Antoine Garceau, tu primer ayudante...

R: ... ¡Qué se convirtió en director! Siempre es agradable estar en familia. Pero me gustan las dos cosas. Por ejemplo, contar con actores con los que me gusta trabajar como Romain Duris o Zinedine Soualem, pero también cambiar, descubrir actores jóvenes. Me gusta esa sensación de descubrir personas. Y eso también se aplica a los técnicos. Son dos placeres que van en paralelo. Me volvería loco si siempre rodara con los mismos actores y los mismos técnicos. Y también me volvería loco si fueran siempre distintos. Anne Schotte (vestuario) o Marie Cheminal (decorados) tuvieron que hacer un esfuerzo cuando conocieron a Alexis en Nuestra vida en la Borgoña y fue muy bonito.


P: También está Loïk Dury...

R: Con quien trabajo desde Tal Vez, desde 1999...


P: En teoría, su música es muy urbana. ¿Por qué has querido volver a colaborar con él y con Christophe Minck en "Entre Viñedos"?

R: ¡Creo que no podría trabajar sin Loïk! Es verdad que es muy electrónico, muy urbano. En CASSE-TÊTE CHINOIS, estábamos en Nueva York así que podíamos meter hip hop, fanfarria, rock, jazz porque todo eso era muy neoyorquino. Y Loïk se sentía como pez en el agua. Pero aquí, en el campo, tanto él como yo tuvimos que hacer un esfuerzo. Y nos interesamos por el terruño, el campo, la identidad musical de Francia... Loïk me habló enseguida de la Bourrée, un arquetipo musical que apenas ha cambiado y que resurgió en la música de grupos como Louise Attaque y los Rita Mitsouko. Así que ese fue su punto de partida. Loïk me dijo: "Hay que ser telúrico, establecer una relación muy fuerte con la tierra". Y para él, el instrumento que mejor lo reflejaba era el Cristal Baschet [un instrumento francés inventado en 1952, que consta de barras de cristal conectadas a vibradores de metal y cuyas ondas se amplifican a través de una hoja de acero y de conos]. Y lo cierto es que le da personalidad a la música de la película; es una especie de órgano grandioso sin connotaciones religiosas.

Buscó imágenes musicales tradicionales francesas sin perder de vista la realidad eléctrica y electrónica actual. Utilizó amplificadores de los años 60 y 70, guitarras muy distorsionadas. Creo que esta es una de las músicas más hermosas que Christophe Minck y él han compuesto para mis películas.


P: Te has referido a Tal Vez donde la figura paterna tiene tanta importancia. También ocurre esta vez con un padre al que vemos en flashbacks... como el padre de Como en las mejores familias...

R: Hay similitudes con Como en las mejores familias porque al fin y al cabo es la historia de una familia. Cuando empezamos a escribir "Entre Viñedos", creo que es Santiago el que dijo: "Estaría bien ver a los personajes cuando eran niños". Y comprendí que tenía razón.

Así fue como nació el personaje del padre que interpreta Eric Caravaca. Está francamente bien en la película. Pensé en Eric porque puso la voz en off en Enfants Rouges, la película de Santiago, y me encanta su voz. Y creo que, en "Entre Viñedos", la fuerza de la escena con la voz en off del padre le debe mucho a la voz de Eric Caravaca. Pero como dices, en esta película era importante hablar de forma bastante cruda de la relación padre/hijo. A medida que me hago mayor, me doy cuenta de hasta qué punto los hombres tienen una sensación de fracaso en la relación con sus padres. Las madres suelen estar más presentes (a veces demasiado...). La sensación de ausencia o de alejamiento en la relación con los padres crea la necesidad de asumir una responsabilidad personal cuando uno mismo se convierte en padre.


P: En tu opinión, ¿hay un vínculo entre el mundo del cine y del vino?

R: He dicho que hay tres fuentes de inspiración en esta película, pero en realidad hay una cuarta: el mundo del vino es muy similar al mundo del cine. Hay similitudes increíbles entre la elaboración del vino y la de una película. Para empezar, la relación con el tiempo es muy parecida en ambas áreas. Es un ejercicio lento durante el cual hay que ser muy paciente; un rodaje es casi como una vendimia; el montaje se parece a la vinificación: ocurre en la bodega y nos gustaría saber si va a envejecer bien; y si todos los viticultores de la Borgoña utilizan dos tipos de uva, Pinot y Chardonnay, para hacer vinos que serán todos diferentes, lo mismo ocurre en el cine. Aunque otro director utilice los mismos actores que yo, eso no quiere decir que el resultado vaya a ser el mismo...

En mi opinión hay muchas similitudes entre los dos mundos y creo que la profesión de viticultores como Jean-Marc Roulot se parece mucho a la mía.


P: ¿Crees que los realizadores mejoran al envejecer? ¿Es tu caso?

R: Como sabes... no es el caso de todo el mundo... Y lo mismo ocurre con el vino (risas). Hay unos que envejecen bien y otros no.

Pero aun así hay directores que envejecen muy bien. Acabo de comprobarlo con Ken Loach en Yo, Daniel Blake. Realizadores como John Huston, Kurosawa o Hitchcock han mejorado con el tiempo. Pero también hay directores que envejecen mal.

En cuanto a mí, no sé si seré mejor dentro de 10 años que hoy. He dicho muchas veces que, en mi opinión, mi mejor película es Le Péril Jeune. La hice cuando empezaba... aunque es cierto que tengo la impresión de "progresar adecuadamente". Creo que soy mejor director ahora que entonces. Pero eso no quiere decir que haga mejores películas. Para mí eso forma parte del misterio del cine.

Trabajamos como locos para adquirir conocimientos y experiencia, pero en el fondo todo eso no sirve de nada para hacer una buena película...

Me sigue asombrando que una buena película no dependa en realidad de uno mismo. Está más allá de la experiencia y los conocimientos. Ser consciente de ese hecho me permite cierta espontaneidad. Sé que hay que hacer las películas que se quieren hacer y dejarnos guiar por la intuición. Sé que esa intuición me llevará a emprender un proyecto que durará un año o dos. Nunca sé muy bien a dónde me va a llevar, pero sé que es importante experimentar esa sensación de vacilación... Estar demasiado seguro de uno mismo no quiere decir que estemos en el buen camino...

Tiene que pasar mucho tiempo antes de saber si hemos hecho una buena película o no. No lo podemos saber de antemano. En lo que se refiere al vino, si queremos que envejezca bien no debemos hacerlo igual que el año anterior. Debemos asumir el presente con humildad y tener en cuenta las novedades y las inclemencias del tiempo... buscar incesantemente una intensidad que no sabremos qué dará ni dónde se esconde. Se puede intentar hacer las cosas precipitadamente para mantener la intensidad, pero aun así hay que tener paciencia. En el fondo hay que ser el buscador y el guardián de la intensidad...


P: ¿Después de una buena película, un buen vino? ¿Cuál?

R: (risas) En Borgoña bebimos vinos excepcionales que no se pueden beber en París, porque son demasiado caros o sobre todo imposibles de encontrar. Descubrí el Borgoña blanco haciendo esta película y el Meursault en particular. Muchas personas del equipo dijeron al llegar que les gustaba menos el blanco que el tinto. ¡Pero creo que se fueron prefiriendo el blanco!


P: Para hacer una película como esta se necesita tener conocimientos en muchas materias...

R: En el lugar donde rodamos, entre Puligny-Montrachet, Chassagne-Montrachet y Meursault, se dice que están los mejores vinos blancos del mundo y creo que tienen razón. ¡Son excepcionales! El vino es el producto humano con una H mayúscula. Cuando Santiago y yo empezamos a escribir el guión nos dimos cuenta de que se podía contar algo sobre este extraño matrimonio entre el hombre y la naturaleza. Es una historia que se repite hace miles de años y que no se limita a la historia del zumo de la uva...

Cuando haces vino estás custodiando una civilización. Debes tener conocimientos muy diversos y precisos de geología, agronomía, química, un saber hacer extremadamente preciso... El único fin de todo eso no puede ser sólo emborracharse.

Me gusta esta escena de la película: a la muerte del padre, los tres hijos descorchan una botella del padre y una botella del abuelo.

Después de unos pocos sorbos, se hacen una idea bastante clara de lo que eran el uno y el otro. En esas copas hay tiempo, esfuerzo, reflexión y vida... En el fondo, cuando hacemos vino estamos introduciendo el factor humano en una botella.

Entrevista a Pio Marmaï

P: Antes de rodar con Cédric Klapisch, ¿qué te parecía su cine?

R: Trabajé hace unos años con su mujer, Lola Doillon, en una película titulada Contre Toi y conocí a Cédric. Pero no tuve valor para decirle que era uno de los realizadores con los que tenía muchas ganas de trabajar. Yo era demasiado tímido en aquella época, y no me atrevía a decir ese tipo de cosas; pensaba que estaba mal visto. No quería trabajar con él porque le admirase, sino porque sus películas, como Le Péril Jeune o Una casa de locos, eran la prueba de que existe un cine inteligente y popular, a la vez que poético y divertido. Cuando descubrí esas películas, me dije que ese era el tipo de proyectos en los que quería trabajar cuando fuera actor. Pero nunca se lo dije. Así que sí, Cédric era alguien importante para mí. Pero lo recordaba como un tipo normal, alguien muy accesible. En Nuestra vida en la Borgoña hemos creado un vínculo humano muy fuerte. Y yo soy muy sensible a los encuentros humanos.


P: ¿Cuál fue tu reacción al enterarte del proyecto?

R: Lo supe por Bruno Levy, que me dio a entender que Cédric estaba preparando una película "ultra secreta". Un día, fuimos con Cédric a ver En un patio de París de Pierre Salvadori. Después, empezó a hablarme de varios proyectos. ¡Me dije que era extraño que me hablara de sus proyectos después de ver una película en la que actuaba yo! No sabía qué pensar. Así que no me hice demasiadas preguntas. Después, me puse muy contento cuando me dijo: "Tenemos que vernos para probar algunas cosas". Fue muy agradable porque siempre hablábamos de un proceso de trabajo. Nunca dio nada por sentado. No decía: "Lo vais a hacer François, Ana y tú". Era una especie de laboratorio. Así que yo estaba encantado. Como cuando trabajar por fin con personas con las que hace tiempo que querías trabajar. Es una mezcla de excitación y ansiedad. Tienes miedo de no estar a la altura. Sobre todo porque "Entre Viñedos" era un proyecto muy especial. Pero yo estaba súper emocionado. De todas formas, no puedo hacer una película si no siento esa emoción.


P: Una característica de este proyecto es que tenías que comprometerte todo un año. ¿Eso formaba parte de la emoción?

R: Desde luego. A pesar de que para mí era agotador ya que estaba interpretando al mismo tiempo Roberto Zucco de Bernard-Marie Koltès, un espectáculo bastante extenuante. Era un esfuerzo físico notable, pero al final logramos compaginar los calendarios. Pero la fuerza de Nuestra vida en la Borgoña, su singularidad, reside en el tiempo que pasamos juntos para elaborar la película. Si la hubiéramos hecho en dos meses, es posible que no se hubiera producido esa relación entre los hermanos. Ese laboratorio -y subrayo el término- donde se ensayan cosas, donde se ruedan secuencias que no se han montado... todo eso nos demostró que teníamos que hacer la película. Además, hubo cortes entre las estaciones, lapsus de tiempo que permitieron a Cédric pulir el guión y cuyo resultado es esta película.

Antes del último mes de rodaje, me acuerdo que tuvimos una reunión con Cédric en la que nos dijo: "hasta este momento hemos estado buscando, ahora vamos a concretar". Era necesario cerrar ese proceso de trabajo.


P: Cédric Klapisch, que tenía muchas ganas de trabajar contigo, dice que le parecía que no hacías papeles a la altura de tu talento. Pero esta vez te ofreció un papel a la altura de tu envergadura física...

R: Sí, es verdad. Pero también creo que lleva tiempo trabajar con un gran director. Hay que atravesar una etapa en la que te ponen una etiqueta, y hagas lo que hagas, tienes que responder a ella. Afortunadamente hay gente como Cédric que dice: "Puede hacer algo totalmente diferente y funcionará igual de bien. ¡Y es muy posible que sea más denso que algunas cosas que haya hecho antes!"" Pero hacen falta muy buenos directores y muy buenos guionistas para que funcione. Y Cédric es uno de ellos.


P: ¿Cómo fue rodar con él?

R: Tenía plena confianza en él. No padecía crisis de ansiedad a pesar de que el proceso de trabajo hubiera podido generar momentos de vacilación ya que entre una sesión de rodaje y la siguiente había un vacío. E incluso cuando hubo momentos de vacilación, Cédric estaba al mando, y aunque él también albergara dudas, no nos lo decía. Cédric no es uno de esos directores que llegan al plató diciendo "yo lo sé todo, vamos a hacer esto y lo otro". No pretende imponer nada. Más bien intenta construir la película con su equipo. Él está al mando de su película, pero también escucha a los demás. Por eso puede decir: "¡No sé a dónde vamos, pero iremos juntos!" Y eso me da suficiente confianza para querer seguirlo.


P: ¿Conocías a Ana y a François? ¿Cómo se convirtieron en hermanos?

R: Conocí a Ana hace unos años. Pero no conocía de nada a François. Aunque había oído hablar de su trabajo. Así que, ¿cómo logramos convertirnos en hermanos? Creo que hacer una película sobre el vino y el hecho de que nos guste la buena vida fue un buen punto de partida. Pero, creo que lo conseguimos viviendo muchos momentos juntos, estando con ellos en momentos en momentos de profunda tristeza o de grandes alegrías... Cuando se vive con la misma gente durante un año, se produce un fenómeno muy particular. Es cierto que Ana, François y yo hubiéramos podido llevarnos mal... ¡pero lo cierto es que ocurrió todo lo contrario! ¡Nos lo pasábamos genial juntos! Sé que es algo que se suele decir a menudo, pero si no te lo pasas bien trabajando un año con las mismas personas, se acabará reflejando en la pantalla. A medida que avanzaba el rodaje nos conocíamos mejor y necesitábamos hablar menos. Era una situación evidente, pero eso no hizo que nos relajáramos. La exigencia era la misma. Así que convertirse en hermanos es algo que se construye con el tiempo, pero sobre todo confiando los unos en los otros. Puedes decir: "Me alegro de que trabajemos juntos porque si veo que me hundo, podré apoyarme en los otros". El cine se hace con los compañeros. No se hace solo. Y yo tenía una confianza absoluta en mis compañeros. Fue un gran placer. Un placer lúdico. Era una pasada. Es genial trabajar con alguien y preguntarte: "¿Con qué me va a sorprender esta vez?" ¡Es fantástico! Y es lo que me ocurrió con Ana y François. Y también con todo el equipo técnico. Estábamos en Borgoña, todos juntos, y la experiencia humana ha sido inolvidable. Se consigue hacer una película como esta cuando hay un feeling positivo entre las personas con las que trabajas.


P: También hay un compañero con el que pudiste contar. Me refiero a Jean-Marc Roulot...

R: Yo sabía que Jean-Marc era viticultor porque había visto Mondovino, y además conocía a su compañera, Alix de Mantilla. Sabía que hacía un Meursault, un vino blanco, es decir un Borgoña. La primera vez que nos vimos, estaba muy impresionado así que tuve que beber para relajarme un poco... Durante el rodaje nos llevamos muy bien. No hubo problemas. Y además Jean-Marc estaba muy atento a los detalles técnicos. Pero no presumía de nada. No tenía ese lado problemático que tienen algunas personas que intentan imponerse contándote sus batallitas. Jean-Marc decía cosas que sabíamos que eran verdad, pero siempre lo hacía con un estilo elegante y para aportar algo positivo a la película. Nunca me dije: "¡Ya está otra vez! ¡Nos va a contar otra historia insufrible!"" Todo lo contrario. De hecho, también supo adaptar el lenguaje a los personajes. Reinaba un gran respeto entre nosotros. Éramos conscientes de que sabía mucho, él también lo sabía, pero no le dábamos más importancia. Había un acuerdo tácito. Admiro a las personas que tienen este tipo de elegancia y generosidad. Saben que son muy buenos en algo, pero no están siempre presumiendo.


P: Para Cédric Klapisch, existe un paralelismo entre el oficio de viticultor y el de realizador...

R: Sí, en ambos oficios hay mucha intuición. Además, hay que saber delegar. Tanto el viticultor como el realizador deben saber escuchar a sus equipos, tener confianza en ellos. Pero lo que me gusta del viticultor es que también tiene una dimensión manual. Los directores suelen ser más cerebrales. Lo que me gusta de Cédric es que también es un tipo muy físico. Cuando algo no funciona, no se rompe la cabeza intentando interpretar el problema. Si algo no funciona, pasa a otra cosa. Por eso se llevaba tan bien con los viticultores que conocimos. Funciona de la misma manera: respeta el trabajo manual, la experiencia... No ha hecho esta película por casualidad. Se mostró igual de humilde que los viticultores, al menos los que yo conocí.


P: ¿Cómo se prepara uno para interpretar a Jean? ¿Descorchando botellas?

R: ¡Toneladas y toneladas de botellas! ¡Bebimos como cosacos! (risas) Es muy fácil de entender: hay libros, hay literatura, pero lo más necesario es vivir experiencias. Comprender el mundo del vino y el proceso de trabajo. Y nosotros tuvimos la suerte de seguir todo el proceso del vino de la A a la Z. Y cuando asumes lo que conlleva físicamente hacer vino, tu cuerpo lo interioriza. De esa forma, cuando tenía que explicar lo que me pasaba, sabía de lo que estaba hablando. Tenía que ver con acontecimientos concretos que había vivido durante el rodaje. Eso le da una gran autenticidad. Pero lo mejor ha sido catar vinos, descubrir sus diferencias y conocer a las personas que los hacen. Conocimos a muchos viticultores con personalidades muy diferentes, con ideas sobre el vino absolutamente apasionantes. Nos fijábamos en lo que nos decían, en lo que escuchábamos y, sin salirnos del guión de Cédric, íbamos construyendo los personajes.


P: El rodaje tuvo mucho de documental porque llegaste a pisar la uva o a podar... ¿Eso da mayor veracidad a la película?

R: Si me pongo en el lugar del público, lo cierto es que la veracidad me importa muy poco. Me interesa más la experimentación y el aprendizaje. Íbamos acumulando cosas que fueron apareciendo a medida que rodábamos y que dotaban de mucha fuerza a los personajes. Puede que por esa razón, como dijo Cédric, cuando arranco un terrón y lo miro parece más real que de costumbre.


P: Y después de todas esas experiencias, ¿quién es Jean, tu personaje?

R: Es una buena pregunta. Creo que al igual que en Le Péril Jeune, Jean es un personaje que representa a una generación. Esa generación de personas que ha evolucionado viajando, viviendo experiencias vitales, pero también de trabajo... Jean tiene algo de lo que yo he vivido. La manera en que Jean termina en la película, en lo que se ha convertido después de pasar un año con su hermano y su hermana, es algo que hubiera podido vivir yo, Pio Marmaï con Ana Girardot y François Civil. Y con el resto del equipo.


P: Cédric Klapisch dice que dirigir una película también es realizar un documental sobre los actores mientras trabajan. Después de escucharte, parece que tiene razón...

R: La verdad es que sí... Pero eso se debe a que es un director que se compenetra al máximo con los actores. A veces no sabes dónde está el límite entre lo que vives en el plató y lo que interpretas, sobre todo en un proyecto tan particular como éste. Por ejemplo, en la película hablábamos de vino ¡y mientras tanto Jean-Marc hacía vino de verdad! En algunos momentos todo estaba muy mezclado... Me ha encantado vivir esta experiencia tan estimulante que crea vínculos tan fuertes entre las personas...

Entrevista a Ana Girardot

P: Antes de rodar "Entre Viñedos" con él, ¿qué opinión tenías de Cédric Klapisch?

R: Formaba parte de mi paisaje cinematográfico. Para mí, es uno de los mejores directores franceses. Y para una actriz es un auténtico privilegio participar en una de sus películas y ser la protagonista femenina. ¡Y además sabiendo que es una película que llevaba años queriendo hacer! Yo ya había hecho castings con Cédric para otras películas y era obvio que íbamos a acabar trabajando juntos. Así que formar parte de este reparto es un auténtico placer para mí. ¡Un placer enorme!


P: Cuando te habló por primera vez de esta historia, ¿cuál fue tu reacción al leer el guion?

R: Digamos que me asusté cuando me presentaron al personaje: una viticultura, una mujer del campo, alguien que trabaja la tierra. Me dije: "Espero que no me encuentre demasiado etérea, que pueda enseñarle mi lado más terrenal". Porque es cierto que tengo un lado un poco volátil. No soy el estereotipo de mujer terrenal. Aunque sé que es algo que llevo dentro de mí. Y tenía muchas ganas de enseñarlo. Cédric había hecho hincapié en la escena en la estábamos trabajando con Pio Marmaï y François Civil, una escena en la que la hermana pequeña se rebela y se enfrenta a los dos chicos, en la que no tiene miedo de hablar a los hombres con autoridad. En eso consistió mi desafío, en demostrarle a Cédric que podía estar a la altura porque yo creía que él albergaba ciertas dudas. Y Cédric también me había hablado de la relación entre los tres hermanos. Y me gustó muchísimo porque cuando era más joven fantaseaba con la idea de tener hermanos mayores que me protegían, me guiaban y que en cierto sentido me hacían más fuerte. Así que cuando Cédric me habló del personaje y de la escena en el casting, me sentía cada vez más intrigada. Tenía muchas ganas de formar parte de esta película. ¡Quería ese papel! Lo quería tanto que fui a los ensayos como si me subiera a un ring de boxeo. ¡Recuerdo que grité a los dos hermanos como una auténtica verdulera! (risas) Pero quería darlo todo y salí de la sesión sin saber si lo había hecho bien. Cuando tienes muchas ganas de trabajar con un director, lo peor es salir del casting pensando: "¿Lo he dado todo, absolutamente todo? Y esa vez lo había dado todo, pero tenía miedo. Cédric me llamó media hora después de llegar a casa y de que me hubiera calmado. Cuando vi su número en la pantalla del teléfono, me dije que me llamaba para decirme: "Mira, ha sido divertido, pero no va a funcionar." Contesté a la llamada y me dijo: "-Ya formas parte de la familia. ¡Por fin vamos a trabajar juntos!" Me puse contentísima porque un director al que admiro y respeto me había aceptado. Y además iba a tener dos hermanos mayores.


P: ¿Es cierto que, a veces, durante el rodaje decías: "Voy a buscar a mis hermanos"?

Sí. ¡Me metí totalmente en el personaje! ¡Me dieron la oportunidad de tener dos hermanos mayores así que lo aproveché al máximo! Pio, François y Cédric y yo fuimos a Borgoña antes del rodaje a visitar las bodegas, a conocer el terreno y a conocernos entre nosotros. E inmediatamente surgió algo extraordinario entre Pio, François y yo. Se produjo una química increíble entre nosotros. Cada uno conservaba su personalidad, pero juntos formábamos una cuarta entidad: la de ser hermanos. Cédric nos observaba y creo que para él fue fantástico ver cómo evolucionaba la situación. Porque establecimos inmediatamente una relación de hermanos. A veces nos peleábamos, aunque sin llegar demasiado lejos... Ese tipo de vínculo inquebrantable que se tiene con la familia. Creo que a esto se le denomina un buen reparto. Cuando existe esa química que hace que todo funcione.


P: ¿Cómo te preparaste para el papel?

R: Nada más llegar a Borgoña, nos invitaron a comer y había que probar siete copas de vino diferentes [¡ocho según Cédric Klapisch!] ¡Siete! ¡Es muchísimo! ¡Siete! Así que nos sumergimos en el tema del vino inmediatamente. ¡Sin contar las visitas a las bodegas a las 8 de la mañana para catar vinos, otra vez a la hora de comer y después por la noche! ¡Y nosotros, al igual que los Vermillard en la película, no lo escupíamos! (risas)


P: ¿Y qué me dices del aspecto técnico?

R: ¡Recuerdo que cuando llegué al rodaje con François, nos reímos mucho porque habíamos pasado el verano leyendo multitud de libros sobre el vino! Había visto reportajes, documentales... Además, conozco a gente que trabaja en el sector del vino que me enseñó algunas cosas. ¡Ya teníamos el aspecto teórico, pero nos faltaba el aspecto práctico! ¡En realidad no teníamos ni idea! Aprendimos tantas cosas sobre la elaboración del vino que para mí abrir una botella de vino ya no será nunca como antes. No tenía ni idea del trabajo que conlleva. La vid, la vendimia, el mantenimiento de los viñedos, el procesamiento de la uva, del alcohol, del azúcar... la conservación... ¡Hay tantas etapas! Es apasionante. Y uno de los mejores aspectos de nuestra profesión de actor es que nuestros personajes nos permiten aprender cosas que nunca aprenderíamos en la vida real. En el cine he aprendido a bordar, a tocar la guitarra, a hacer miles de cosas, ¡pero en esta aprendí a hacer vino! Y el hecho de rodar durante un año fue una oportunidad increíble. Pudimos ver cómo evoluciona la vid, las etapas de la vinificación, de la vendimia, cómo se cuida la tierra... ¡y todo eso en un curso de ocho meses!


P: Y además con un actor que también es viticultor...

R: ...Jean-Marc Roulot. ¡Fue el mejor compañero de trabajo y el mejor maestro del curso! ¡A él le apasiona lo que hace y habla de ello con tanto entusiasmo que vale la pena escucharle! Lo cuenta de forma muy sencilla y por eso logra transmitir el amor que siente por el vino.


P: Cédric Klapisch quería darle un aspecto documental a la película. ¿Se notaba en el plató?

R: Al principio no entendí cuando Cédric me dijo: "Voy a hacer una parte documental"". Me dije: "¡Qué rabia, por fin ruedo con Klapisch y va a ser un documental! ¿De qué va esto?" ¡Me sentía decepcionada, aunque me encantan los documentales (risas)! No lo había entendido. Nos habíamos adaptado a lo que ocurría alrededor de nosotros en vez de hacer lo contrario. Y ocurrió desde el principio. De hecho, teníamos que empezar en septiembre y de repente, a finales de agosto, ¡tuvimos que ir a hacer la vendimia! ¡Dependíamos completamente de la naturaleza y de los fenómenos naturales! Recuerdo una vez en la que los auténticos vendimiadores ponían la uva en los contenedores, y, como se suponía que yo era la jefa y daba las órdenes, Cédric me llamó, me empujó delante de la cámara y dijo, "¡Venga!". Me adelanté y empecé a dar órdenes a los vendimiadores que me miraban pensando, 'pero, ¿quién es esa chica que grita y gesticula tanto?' Esa era la parte de documental: una manera de integrar lo real. Y fue tremendamente divertido.


P: ¿Te pasó lo mismo cuando tuviste que pisar las uvas? ¿Cómo fue?

R: ¡Siempre me había preguntado cómo sería! Y la verdad es que es muy agradable. Está muy caliente. Se ve claramente que Pio pisa con más fuerza que yo. Yo dejé de hacerlo enseguida porque es un trabajo muy físico, hay que empujar con las piernas. Y además no había que pisar demasiado porque estaba en una cuba de verdad y hay que respetar los tiempos dependiendo de las cubas. Además, hay que tener cuidado con el vapor del alcohol porque puede ser peligroso. ¡Pero por lo demás es una verdadera terapia para los pies!


P: Juliette, tu personaje, es una mujer joven que sigue los pasos de su padre. Igual que tú. ¿Te ayudó esa similitud a la hora encarnar al personaje?

R: Siempre investigo las similitudes que pueden existir entre mis personajes y yo. Y es cierto que este personaje, como yo, sigue los pasos de su padre. Pero hay una gran diferencia entre nosotras y es que su padre ha muerto. Así que no es lo mismo ejercer la profesión de tus padres escuchando lo que te dicen, y asumir el nombre de un padre que ya no está y darle vida. Es cierto que al principio me apoyé mucho en ese hecho, pero lo dejé de lado enseguida. Se trata de una mujer joven que tiene que liberarse de los lazos familiares para reafirmar su personalidad en un entorno masculino. Su emancipación es lo que me permitió identificarme con Juliette.


P: ¿Sentiste presión en un ambiente con tantos hombres?

R: Cada vez que hablaba de mi personaje con la gente de la zona, que les explicaba que interpreto a una joven que tiene que hacerse cargo del viñedo familiar, mucha gente me decía: "¿se encarga de la contabilidad? "Yo les respondía: "¡No, eso no es lo mío, lo mío es el vino! "Hablé con otras viticultoras como Alix de Montille, y todas me dijeron que es complicado que te acepten. Aunque todas ellas hacen vinos fantásticos. Así que incluso las que tienen talento atraviesan dificultades. ¡Además, los hombres odian verlas subidas a un tractor!


P: Por el contrario, a Cédric Klapisch le encantaba verte subida a ese tractor...

R: ¡Pues es muy difícil conducir un tractor! Es muy complicado, hay 25 pedales, es enorme. Tienes la impresión de que vas a matar a todo el que se te ponga delante cuando avanzas y hace muchísimo ruido. ¡Además tuve que conducirlo en una escena bastante triste!


P: Por otra parte, hiciste una de las escenas más divertidas, la de la Paulée, ¡cuando Juliette se emborracha...

R: (risas) Cuando bebo demasiado se nota porque no articulo bien y tengo un verdadero problema con las consonantes! Y también con vocales. ¡De hecho, es incapaz de articular una palabra! Todo el mundo se rió muchísimo, sobre todo Cédric que lo observaba desde su sitio. ¡Pero lo mejor es que cuando me pasó el guión de la escena, en el papel faltaban consonantes y vocales! ¡Todo estaba escrito! ¡Me dije que nunca conseguiría hacer una escena como esa! Para ayudarme, recuerdo que cogí una botella de zumo de uva para servirme a menudo y me decía a mí misma. "mi cerebro va a convencerse de que es una botella de vino". ¡Pero al final lo único que me dio fue dolor de estómago! (risas) Pero llegado el momento me lancé y funcionó. Pero no fue nada fácil.


P: Para Cédric Klapisch, rodar una película también consiste en hacer un documental sobre los actores mientras ruedan. ¿Qué opinas?

R: Que es la frase de un gran realizador. Es una de las razones por las que quería rodar con él porque es alguien a quien le interesa lo humano, por encima de la ficción o de la imagen. Quiere contar una historia, quiere contar lo que son los personajes, las relaciones humanas, retazos de vida... No hay una sola de sus películas en las que no vea una autenticidad absoluta en sus personajes o en sus situaciones, en sus diálogos o en su forma de ser. Veo todo lo que es el ser humano, la sociedad actual y las complicaciones emocionales que podemos sufrir cualquiera de nosotros. Si no observas como observa él, no consigues escribir algo así. Y esa es su mayor cualidad. Así que te das perfecta cuenta que te está observando. Hay cosas que le hacen reír, que le emocionan, y es muy agradable que te miren con tanta benevolencia porque sabemos perfectamente que cuando escriba para nosotros eso se notará. Y eso se traslada al ambiente del rodaje.


P: ¿Cómo fue el rodaje?

R: Al principio nos dijeron: "Van a cambiar muchos jefes de sección durante estos ocho meses, porque tendrán otros rodajes, y habrá que volver a formar a los equipos cada vez". Pero lo cierto es que ni una sola persona prefirió irse a otro rodaje. Todo el mundo prefirió no rodar durante dos meses para estar seguros de que iban a seguir haciendo la película. Así que se produjo un deseo común de que la película funcionase. No hubo discusiones, ni problemas de ego que a veces enturbian un rodaje. Y eso se debe a que cuando el realizador no tiene ese tipo de problemas, el equipo está encantado. Como actriz, pude hablarle como nunca le había hablado a un director. Por ejemplo, le dije que tenía muchas ganas de que se viera que mi personaje acaba imponiéndose. Y lo aceptó. Es genial porque además fue un auténtico desafío. Es algo que había escrito para mí, así que no podía defraudarle.


P: ¿No te dio miedo comprometerte a rodar durante ocho meses?

R: En primer lugar, ocurre algo muy parecido en el teatro donde tienes que estar disponible al menos durante seis meses. Y para una actriz de mi edad, tener la oportunidad de rodar durante un año con Cédric Klapisch es la mejor escuela a la que puedas aspirar. ¡Estaba contentísima! Incluso de no haber hecho otras cosas en los momentos en los que no rodábamos. Recuerdo que me dije que era mi año para la película de Cédric. Mi padre me dijo: "¡Keep Cool! ¡Vas a hacer una película con Klapisch! ¡Relájate! No necesitas hacer otras cosas. Haz bien esta película, trabaja, estudia, habla con Cédric, tómate tu tiempo para hacer las cosas bien". Y tenía razón. La peor parte es que no pude hacerme nada en el pelo durante un año. ¡Y eso es bastante complicado para una chica! (risas) ¡De hecho, lo primero que hice al terminar el rodaje fue cortarme el pelo!


P: ¿Resultaba fácil volver a sumergirse en el rodaje después de cada pausa?

R: Cada vez que volvíamos a encontrarnos, Pio, François, Jean-Marc y yo nos dábamos cuenta de que los personajes no nos habían abandonado en ningún momento. ¡De hecho era bastante inquietante! ¡Y lo mejor es que mi personaje evolucionaba, se imponía cada vez más y yo también me imponía más! En un año ocurren muchas cosas en tu vida: maduras, te emancipas. Y, de hecho, la película es el reflejo de mi propia emancipación. Para mí y para mi personaje fue una gran suerte tener un año entero para actuar, para estar en contacto con cosas reales. Para atreverse. Porque cuando trabajas con un gran director como Cédric, el peligro es tener miedo a arriesgarse. Pero eso no ocurrió porque Cédric dejó que me atreviera, que propusiera ideas. Le encanta. Y la Ana de junio de 2016 comparada a la Ana de agosto 2015 ha dejado de ser tímida y eso se debe a la confianza que depositó en ella un director. ¡Fue absolutamente genial!.




Mujer y marido

2017
Duración 100 min.
País: Italia
Dirección: Simone Godano
Reparto: Kasia Smutniak, Pierfrancesco Favino, Marta Gastini, Andrea Bruschi, Paola Calliari,Francesca Agostini, Valerio Aprea, Gaetano Bruno, Flavio Furno, Sebastian Dimulescu


Sofia y a Andrea forman una pareja que, a pesar de estar casada desde hace diez años, está a punto de divorciarse. Él es un neurólogo genial que saca adelante un experimento sobre el cerebro humano; ella, una ambiciosa presentadora en plena ascensión. A raíz de un experimento científico de Andrea, ambos se ven, de repente y literalmente, en el cuerpo del otro, sin otra posibilidad que la de vivir la existencia y el día a día del cónyuge.


Recreo

2018
País: Argentina
Dirección: Hernán Guerschuny, Jazmín Stuart
Reparto: Carla Peterson, Juan Minujín, Fernán Mirás, Jazmín Stuart, Martín Slipak, Pilar Gamboa


Tres parejas con sus hijos. Un fin de semana largo en el campo. El reencuentro entre amigos, el disfrute y las risas son el punto de partida de una convivencia en la que pronto aparecerán antiguos conflictos, secretos ocultos, cruces inesperados. Como una radiografía de los 40 años, “Recreo” profundiza en la dualidad de la vida familiar, la fantasía de volver a la adolescencia, las cuentas pendientes, la contradictoria vida burguesa, y el tiempo que se escapa. Una historia coral situada en un contexto poco habitual: un campo sobrevolado por globos aerostáticos, alterado por la misteriosa muerte de un perro y regado por litros de buen vino tinto. Una comedia ácida sobre sexo, pañales y rock and roll.



Leatherface

2017
Duración 90 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Alexandre Bustillo, Julien Maury
Reparto: Sam Strike, James Bloor, Lili Taylor, Nicole Andrews, Stephen Dorff, Finn Jones, Jessica Madsen, Vanessa Grasse, Simona Williams, Julian Kostov


Precuela de la saga "La matanza de Texas", centrada en los años de adolescencia de Leatherface, su protagonista. El joven Leatherface escapa de un hospital psiquiátrico con otros tres reclusos y secuestra a una enfermera a la que llevará a un viaje por carretera de pesadilla mientras un policía trastornado le persigue.



Cincuenta sombras liberadas

2018
País: Estados Unidos
Dirección: James Foley
Reparto: Dakota Johnson, Jamie Dornan, Eric Johnson, Eloise Mumford, Rita Ora, Luke Grimes, Victor Rasuk, Max Martini, Callum Keith Rennie, Bruce Altman, Arielle Kebbel, Robinne Lee, Brant Daugherty, Kim Basinger, Marcia Gay Harden, Fay Masterson, Tyler Hoechlin, Dylan Neal, Michelle Harrison, Amy Price-Francis, Andrew Airlie, Sachin Sahel, Gary Hudson, John Emmet Tracy, Lisa MacFadden, Laura Jacobs, Brad Harder, Ashleigh LaThrop


Adaptación de la última novela de la saga "50 sombras de Grey", con Anastasia Steele y Christian Grey casados.

Jamie Dornan y Dakota Johnson vuelven a encarnar a Christian Grey y Anastasia Steele en CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS, el tercer capítulo de la saga basada en la exitosa novela convertida en fenómeno mundial Cincuenta sombras. El esperado final de la historia iniciada con los éxitos de taquilla de 2015 y 2017, cuya recaudación ascendió a casi 950 millones de dólares en todo el mundo.

La oscarizada Marcia Gay Harden junto con Eric Johnson, Rita Ora, Luke Grimes, Victor Rasuk, Jennifer Ehle, Eloise Mumford, Max Martini, Callum Keith Rennie, Bruce Altman y Robinne Lee vuelven a encarnar a sus personajes de las dos entregas anteriores. Arielle Kebbel y Brant Daugherty se unen al reparto.

CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS está dirigida por James Foley (Pasión obsesiva, la serie "House of Cards") y producida de nuevo por Michael De Luca, Dana Brunetti y Marcus Viscidi, con E L James, la creadora de la popular saga que ha traspasado fronteras culturales. El guión, basado en la novela de E L James, es de Niall Leonard.

El equipo detrás de la cámara está compuesto por el director de fotografía JOHN SCHWARTZMAN (Cincuenta sombras más oscuras, Seabiscuit, más allá de la leyenda), el diseñador de producción NELSON COATES (Cincuenta sombras más oscuras, La proposición), el montador RICHARD FRANCIS-BRUCE (Cincuenta sombras más oscuras, Seven), la diseñadora de vestuario SHAY CUNLIFFE (Cincuenta sombras más oscuras, El ultimátum de Bourne) y el compositor DANNY ELFMAN (Cincuenta sombras más oscuras, Los vengadores: La era de Ultrón).


Nada de cuento de hadas: Empieza Cincuenta sombras liberadas
Teniendo en cuenta la cifra de ventas alcanzada por las tres novelas de Cincuenta sombras, escritas por E L James, y la impresionante recaudación de taquilla de los dos primeros largometrajes, los responsables del acontecimiento de la cultura pop que representa Cincuenta sombras están más que dispuestos a hablar de su participación y de cómo se sienten ahora que va a estrenarse el último capítulo de la influyente trilogía.

El primero en hablar es el productor Dana Brunetti: "Como productor de las tres entregas que han llevado los libros a la pantalla, es absolutamente extraordinario ver la reacción de los lectores y el enorme éxito conseguido. Algo así no le ocurre a mucha gente en su vida profesional de mucha gente, sea de un productor, un guionista, un director, o un miembro del equipo técnico o del reparto. Además, hacerlo con tres películas seguidas ha sido de lo más gratificante y satisfactorio. No solo estoy muy agradecido a Erika por aceptarme como parte de la familia de Cincuenta sombras, sino también a todos sus seguidores porque son personas muy críticas, y lo último que deseábamos era estropear algo que aprecian y quieren tanto".

No faltaron las señales en el camino que dejaron entender a los productores que los seguidores estaban de acuerdo con lo que hacían, empezando por la explosiva taquilla de la primera película. El tráiler de la segunda entrega, Cincuenta sombras más oscuras, se lanzó online en septiembre de 2016 y fue visionado más de 114 millones de veces en 24 horas, batiendo el récord hasta entonces detentado por el tráiler de Star Wars: Episodio VII - El despertar de la fuerza con 112 millones de visitas.

La autora y productora E L James sigue sorprendiéndose ante el interés y las emociones que el relato de Anastasia Steele y Christian Grey despierta en los seguidores. Hubo un tiempo en que se conformaba con contar la historia en un solo libro. "En realidad, los dos primeros libros eran uno solo. Me detuve donde le pide que se case con él", explica la escritora. "Me parecía un buen sitio para dejarlos, pero los fans empezaron a pedir más. Recuerdo que estaba de vacaciones, escuché la versión de Michael Bublé de la canción "You Will Never Find Another Love Like Mine" (Nunca encontrarás otro amor como el mío) y empecé a ponerla una y otra vez. Fue entonces cuando me vino a la cabeza una pregunta: 'Si escribiese más, ¿hacia dónde iría?'

"Comprendí que la única posibilidad era que Ana estuviera embarazada y ver la reacción de Christian, que no es la mejor del mundo", sigue diciendo. "Entonces supe que la historia debía seguir ese camino. Así fue como empecé a escribir el tercer libro, para ver a Christian totalmente aterrado, furioso, cuando Ana le dice que está embarazada. Pierde los estribos porque, en realidad, no es más que un niño grande lleno de miedo".

Los productores decidieron rodar dos entregas simultáneamente, Cincuentas sombras más oscuras y CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS, esta última acerca de Ana y Christian después de haberse casado. Desde un principio, los productores tenían claro que se trataba de una historia dividida en dos o incluso de dos proyectos diferentes, dos entidades estilísticamente distintas. Esta decisión se vio reforzada por la contratación de James Foley para dirigir ambas entregas, debido a su experiencia en la realización simultánea de capítulos de la muy aclamada serie "House of Cards".

James Foley reconoce que rodar ambos capítulos a la vez ofreció grandes ventajas. "No puede decirse que la dificultad fuera doble porque ambas películas se siguen en el tiempo. Siempre es difícil tener una historia tan grande como esta en la cabeza, pero aunque solo se filme una, no se rodará cronológicamente. Hay que tener muy clara la historia. En este caso, era algo más larga, desde luego, pero con una continuidad emocional inmediata. No es como si CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS empezase diez años después, con Christian y Ana completamente diferentes. Solo han pasado unos meses desde Cincuenta sombras más oscuras, por eso fue posible rodarlas juntas".

Dana Brunetti vuelve a tomar la palabra: "Jamie Foley es un gran narrador y queda muy claro que tanto Cincuentas sombras más oscuras como CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS son películas independientes. No hace falta haber visto Cincuenta sombras de Grey o Cincuentas sombras más oscuras para ver CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS. Forman parte de una trilogía, pero cada una funciona por sí misma. Todas cuentan una historia increíble y son películas absorbentes".

En cuanto al título de este capítulo, E L James dice: "En el tercer libro, Christian aprende a no controlarlo todo y a aceptar lo que le depara el destino. Creo que por fin se libera. Y ver embarazada a la mujer que ama es el proceso más sanador por el que jamás habría podido pasar".

Sin embargo, el tono general de CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS no tiene nada que ver con el de una película romántica y curativa. El guionista Niall Leonard, que también regresa con este nuevo capítulo, dice: "La película empieza con un hombre misterioso visitando la oficina de Grey Enterprises. Muy pronto nos enteramos de que se trata de Jack Hyde y de que sus intenciones no son precisamente buenas. En vez de centrarnos en la vida idílica de Ana y Christian, comenzamos con la amenaza de Jack. Queda claro que todos sus movimientos se verán restringidos por la amenaza que representa la presencia de Hyde y su sed de venganza. Christian lo sabe, pero prefiere no decirle nada a Ana, convencido de que así la protege. No comprende que entre dos esposos, guardar un secreto no siempre ayuda a proteger al otro. La verdad acaba saliendo a la luz y se convierte en otro obstáculo que deberán superar juntos mientras se esfuerzan en establecer una confianza mutua duradera".

Puede parecer ineludible que la pareja acabe viviendo un cuento de hadas, pero Niall Leonard no está de acuerdo: "Incluso me atrevería a decir que la propia Erika se resiste a esa idea del destino. Sugiere que, pase lo que pase, hagan lo que hagan, acabarán siendo felices. Pero de hecho, Ana y Christian deben esforzarse mucho, deben ir más allá de sí mismos, salir de su elemento, para encontrarse y crear una relación que les salve. La palabra 'destino' hace que parezca demasiado fácil. Emprenden un viaje deliberado, viven una lucha y un momento de mucho conflicto. Espero sinceramente que el público piense que no ha sido fácil, porque no lo fue para los personajes".

"Para nosotros, el matrimonio es el principio de una nueva aventura, una nueva historia, una nueva serie de retos", sigue explicando el guionista. "No es un fin en sí. Erika hizo muy bien en enfocar esto desde el principio de la tercera novela porque se trata de algo totalmente nuevo para los personajes".

E L James consideraba crucial que CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS empezara con Christian y Ana dándose cuenta de lo que significa estar casados y de que no todo funciona según lo planeado. "Esto abre un interrogante desde el principio", explica la autora. "Y también la nueva amenaza que se ciñe sobre ellos. Nuestra querida pareja debe empezar a conocerse y aprender a vivir juntos. Llevo mucho tiempo casada y sé que en una relación hay ocasiones en las que se empuja al otro sin miramientos; exactamente lo que Christian y Ana empiezan a hacer".

Niall Leonard, el marido y compañero profesional de E L James, siempre ha disfrutado con la mezcla de ingredientes personales y circunstanciales que rodean la vida de los personajes, pero también es lo más difícil de trasladar a un guion. "Explorar el recorrido de ambos en el matrimonio fue un auténtico reto", reconoce. "Espero que haya salido bien. Me ayudó mucho que Erika, al ser una autora que quiere entretener al lector, incluyera genialidades en la novela, como persecuciones de coches, robos y accidentes de helicóptero. También me tomé la libertad de pasar algunos incidentes del segundo libro a la tercera entrega para que la historia no se ralentizara. Aun así, creo que esta tercera película ha sido la que más dificultades ha planteado".

Podría parecer que contar con la presencia en el plató de la creadora de los tres libros fuese una restricción; sin embargo, el realizador no está de acuerdo: "Como productora, Erika opinaba en ocasiones, pero no muy a menudo. Y si quería opinar, lo hacía de un modo absolutamente respetuoso. Cuando me preguntaba algo, nunca sentí que debía hacerle caso porque sí, ella me planteaba posibilidades. A veces estaba de acuerdo con ella, otras no, pero siempre en un tono amistoso. Y de hecho, nos hicimos amigos y seguimos siéndolo".

Además de E L James y Dana Brunetti, regresan como productores Michael De Luca y Marcus Viscidi. Este último también fue el director de producción de las dos entregas anteriores.

Marcus Viscidi fue el que más se empeñó en que ambas películas se rodaran juntas, convencido de que era la mejor decisión desde un punto de vista creativo y también lógico. "No me planteaba ningún problema; es más, convencí al estudio", explica. "Se habló mucho, pero al ser productor financiero acabé convenciéndoles por la ventaja que representaba construir decorados increíbles que servirían para ambas películas. ¿Qué necesidad había de desmontarlos, almacenarlos y volver a montarlos un año después?"

"Pero también había otras razones, aparte de la económica", sigue diciendo. "Me pareció que tanto a James Foley como a los actores, les ayudaría ver Cincuenta sombras más oscuras y CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS conjuntamente, leer ambos guiones y entender dónde están los personajes. El proceso sería más fluido durante todo el rodaje. Incluso pasando de un decorado a otro, yendo de una película a otra, rodarlas conjuntamente fue de gran ayuda".

"Ver que la trilogía se acaba deja un sabor agridulce", reconoce Michael De Luca. "Todos nos lanzamos con pasión en este proyecto hace ya unos cuantos años, y se convirtió en algo mucho más grande de lo que esperábamos. No solo nos entregamos a la labor que representaba llevar la brillante obra de Erika a la pantalla, sino que la versión cinematográfica de Cincuenta sombras ha sido adaptada para decenas de millones de seguidores decididos a vivir desde el principio el viaje que emprenden Christian y Ana. Reconozco que al acabar este capítulo, nos ha costado a todos despedirnos... de momento".


La Sra. Grey le recibirá ahora: Dakota Johnson y Jamie Dornan encabezan el reparto
En cuanto a los personajes de Ana y Christian, el realizador James Foley habla de lo que significó el trabajo de Dakota Johnson y Jamie Dornan: "Jamie y Dakota tienen una conexión instintiva con sus personajes, algo que solo ocurre con los buenos actores. A estas alturas, se meten realmente en el papel, no actúan. No sé cómo lo consiguió, pero Dakota entró directamente en la cabeza y en las emociones de Ana; y esta vez, Jamie se relajó totalmente. En CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS encuentra al verdadero Christian Grey".

El productor Michael De Luca está de acuerdo: "En estas tres entregas, Jamie y Dakota han entrado en un entorno y un espacio muy especiales, lo que no es muy habitual para un actor. No solo han dado vida a dos de los personajes más amados de los últimos años, también han descubierto todos los matices de Christian y Ana bajo el escrutinio de los seguidores. Lo han hecho con elegancia, encanto, compasión y seriedad, sin dejar de llegar a lo más profundo de sus personajes. Sé que expreso la opinión de todos los que hemos producido estas películas cuando digo que no existen otros dos actores que hubieran podido hacerlo mejor que ellos".

Dakota Johnson encarna a Anastasia Steele por tercera vez y no dudó en zambullirse de cabeza en un mundo aún más complicado. La actriz habla del momento que viven los personajes: " En CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS hay más suspense, se asemeja más a un thriller, los personajes son más numerosos, hay más acción, y todo se entremezcla con la historia de amor. Una historia de amor que ha evolucionado y se ha hecho más profunda. Anastasia y Christian están casados, ella tiene un puesto ejecutivo, y tanto su vida personal como profesional es mucho más intensa".

La actriz está de acuerdo con E L James y Niall Leonard: "Es una historia de amor épica, pero nos esforzamos en que fuera realista. Es una de esas conexiones inexplicables y totalmente innegables entre dos personas. En los tres relatos vemos a los protagonistas enfrentándose a situaciones en las que uno de ellos deberá ceder y adaptarse a su historia de amor".

Jamie Dornan también se sintió fascinado por el torbellino de retos e intriga a los que se enfrenta la pareja en CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS: "No puede decirse que la reacción de Christian, al enterarse de que Ana está embarazada, sea positiva. Hace exactamente lo contrario de lo que debe cuando Ana se lo dice porque siente que no es el momento de ser padre. El punto en que están en su vida común y la relación que desea tener con ella hacen que un niño sea lo último que quiere, no tiene cabida en la estructura que ha diseñado. Además, desde el punto de vista emocional, haber tenido una infancia tan terrible, con unos padres biológicos realmente horribles, se hace preguntarse si será capaz de ser mejor que ellos. Está muerto de miedo".

Pero hay otra amenaza igual de aterradora que Christian empieza a adivinar detrás de la serie de desgraciados acontecimientos que acaban de tener lugar. "Cuando entiende que el helicóptero y el servidor fueron saboteados, deduce que Jack Hyde es el responsable", explica Jamie Dornan. "Sabe que se enfrenta a un hombre que no se detendrá ante nada para conseguir lo que quiere. En este sentido, ambos se parecen".

Eric Johnson vuelve a dar vida a Jack Hyde, cuya obsesión por Ana no tiene límites, pero esta vez el actor decidió ir por otro camino para encarnar al personaje: "Para mí, Jack Hyde es lo opuesto de lo que deja ver. Además, Christian y él tienen algo en común, aunque el resultado es totalmente diferente. Leí que cuando una persona sufre una experiencia traumática durante la infancia, algo en ella no consigue ir más allá, no madura, y siempre lleva consigo esa parte infantil, a menos que se someta a una terapia profunda. En la historia hay un hombre con un tremendo trauma infantil, ¿y cómo se manifiesta en su vida? Hablé de esto con James Foley. Hyde puede controlarlo todo, ser sofisticado, pero de golpe pierde los estribos y hace exactamente lo que no debe".

"Quiere lo que tiene Christian", sigue diciendo el actor. "Quiere su casa, su helicóptero, a su mujer. Y si no puede tenerlo, hará todo lo posible para destruirlo. Está convencido de que tiene derecho a una vida así y, por lo tanto, no se detendrá ante nada, da igual quién se interponga en su camino. En realidad, solo quiere castigar a Christian por disfrutar de la vida que él considera que tendría que ser suya".

La vida de Christian puede parecer perfecta: es un joven y apuesto multimillonario, pero debajo de esta brillante superficie se esconde una profunda herida. Marcia Gay Harden, que vuelve a encarnar a la madre adoptiva de Christian, siempre se ha interesado por personajes que no son del todo lo que parecen, y también por lo que atrae al público.

"Todos conocemos a personas que, psicológicamente, son como Christian", dice. "Son incapaces de revelar sus emociones, no parecen necesitar a nadie, no devuelven los abrazos, no hacen un gesto hacia el otro. Parte del recorrido de Christian es aprender a tener empatía, sentir por el otro, permitirse tener sentimientos y deseos, ser vulnerable... Literalmente quitarse la máscara y ser él. Y eso es exactamente con lo que intento conectar, la parte humana de la historia. Me encanta que mi personaje le diga cosas como: 'Los matrimonios que permiten a los errores no duran mucho', o 'Vuelve y discúlpate de corazón. Dale tiempo'. Esta historia le permite a Ana ser la heroína, la salvadora. Se transforma en una heroína sexual y de acción, una combinación muy buena".

La amenaza de Jack Hyde alcanza todos los aspectos de la existencia de Christian, y muy especialmente a su familia. Su hermana Mia, a la que da vida Rita Ora, es muy consciente de dicha amenaza. "Como actriz, CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS es totalmente diferente", dice. "Participo en un thriller. Jack Hyde amenaza a mi personaje, y no es nada agradable porque él es aterrador, aunque Eric sea adorable en la vida real. Considero está película un thriller".

A pesar de que la sombra de Jack Hyde parece estar agazapada en todos los rincones, Ana y Christian se esfuerzan en seguir adelante con su nueva vida juntos. Ana regresa a su despacho de Seattle Independent Publishing en el recién creado puesto de editora de Nueva Ficción, y está muy interesada en el exitoso blogger Boyce Fox, al que encarna Tyler Hoechlin. El actor habla de su personaje: "Ana descubre el blog de Boyce y piensa que podría jugar un papel decisivo para aumentar los lectores de Seattle Independent Publishing. Tiene muchos seguidores online y está entusiasmado con la idea de trabajar con una persona como Ana. Imaginé una relación entre ambos en la que Boyce piensa que la opinión de Ana es más válida que la de otros. Cuando deciden trabajar juntos en un libro, Boyce está encantado y es profesionalmente beneficioso para Ana".

Ser la esposa de un multimillonario tiene ventajas, pero también requiere ciertos ajustes, como sacrificar una parte de la vida privada. Aquí es donde aparece Sawyer, el guardaespaldas de Ana, al que da vida Brant Daugherty, que conquistó al público con sus papeles en la telenovela "Days of Our Lives", y en las series "Army Wives" y "Pequeñas mentirosas".

El actor presentó un vídeo de prueba que gustó al realizador. "James me dijo que buscaba a un actor que comunicase con realismo su capacidad de manejar un arma con absoluta soltura", explica Brant Daugherty. "Interpreté un papel recurrente en un serie como teniente del ejército, por lo que tengo experiencia con las armas y la táctica. En la cinta que mandé hay un momento en que saco la pistola. Según me dijo Jamie, el gesto le convenció del todo. Habían visto a muchos actores para el papel, pero yo desenfundaba naturalmente, con total seguridad".

"La novela no cuenta quién es Sawyer", sigue diciendo, "pero sí se habla mucho de lo que hace y de cómo afecta a los personajes que le rodean. Usé esta información para meterme en su piel y convertirle en un personaje de carne y hueso. Necesitaba tener una vida interna sustancial, aunque no hable mucho".

La gran amiga de Ana, Kate, a la que vuelve a dar vida Eloise Mumford, sigue enamorada de Elliot, el hermano de Christian, encarnado de nuevo por Luke Grimes.

Eloise Mumford habla de su personaje: "La historia de amor entre Kate y Elliot continúa. Tienen una muy buena relación porque no deben enfrentarse a tantos obstáculos como Ana y Christian. Para ellos es mucho más fácil. Luke y yo siempre decimos, riendo, que en casi todas las escenas, Elliot y Kate están bailando".

Sin embargo, también ven peligrar el romance cuando reaparece una persona del pasado de Elliot. "Se trata de Gia Matteo, una arquitecta encarnada por Arielle Kebbel", explica Eloise Mumford. "Elliot tuvo una aventura con ella hace tiempo y, de pronto, surge del pasado. Kate no puede remediarlo y saca las uñas, está preocupada. Pero en realidad, todo es muy inocente y el misterio se aclara de forma sorprendente. Lo pasé muy bien rodando esta parte".

Para Luke Grimes, trabajar con Eloise Mumford significa "química pura desde el primer momento. No tuvimos tiempo para ensayar ni nada parecido. En la primera escena que rodamos juntos [en Cincuenta sombras de Grey], llegué al plató y empezamos a besarnos. Por suerte, Eloise es maravillosa y nos llevamos estupendamente desde el primer momento".

A medida que la historia se desarrolla en las siguientes entregas, la relación entre los dos actores se hizo más sólida. "En la primera entrega, la llama entre Kate y Elliot arde con pasión. En Cincuenta sombras más oscuras ya se trata de una relación más consolidada y ahora, en CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS, Elliot ha madurado, la relación ha progresado. Por fin se da cuenta de que Kate es la mujer con la que quiere pasar el resto de su vida. Lo descubre durante la boda de Christian. Erika y James Foley consideraban de suma importancia que ya se intuyera en la forma en que mira a Kate".

James Foley quería que la pareja fuese el motor del cambio entre sus amigos y familia. "Hay algo en Elliot y Kate que hace más emocional la relación de Ana y Christian", dice. "Tienen un efecto dominó muy positivo en la gente que les rodea. Cuando Elliot le pide la mano a Kate, nos damos cuenta de que las cosas están cambiando. Todos los personajes han madurado con los años. Me gusta la sensación que desprenden de ir hacia delante de forma positiva".

Por otra parte, Arielle Kebbel disfrutó dando vida a su misterioso personaje, la única soltera del grupo. "Gia Matteo tiene carácter", dice. "De hecho, se habla de ella antes de que aparezca en la boda de Christian y Ana, donde la vemos flirteando y pasándolo en grande. Se dice de ella que es una gran arquitecta, pero que viste... no del todo como debería. Cae mal a muchas mujeres. Es muy inteligente, está acostumbrada a moverse en la alta sociedad y sabe cómo llamar la atención. La escena posterior en la que ella y Ana se conocen es genial, de esas que hacen disfrutar a los actores".

Refiriéndose al reparto habitual de Cincuenta sombras y a las nuevas incorporaciones, E L James dice: "Los miembros del reparto demuestran poseer un talento excepcional y también son muy atractivos físicamente... Bueno, ¿y por qué no?"


Bodas y persecuciones: El diseño
Esta última entrega transcurre inmediatamente después de Cincuenta sombras liberadas, por lo que gran parte de los elementos del diseño se crearon y construyeron entonces. Sin embargo, el mundo de Ana y Christian no tiene nada de estático y los cambios en sus personajes no solo se reflejan en el vestuario, sino también en el entorno.

"Al principio de Cincuenta sombras de Grey conocimos a una chica joven que nunca se maquillaba y era incapaz de combinar dos colores para vestirse", explica Dakota Johnson. "Era bastante ingenua y no le importaba mucho su aspecto. A medida que transcurre CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS descubrimos a una mujer joven que se cuida y viste con elegancia, que sabe mandar en su vida profesional y privada. Entiende su cuerpo y su sexualidad. Tiene una opinión, dice lo que piensa, y todo esto se traduce en su aspecto y su ropa".

La diseñadora de vestuario Shay Cunliffe dice: "Las dos películas son mundos diferentes, el título mismo lo explica todo, 'más oscuras' y 'liberadas', por lo que cambiamos la paleta de colores para la ropa de los personajes. La primera vez que me reuní con James Foley para hablar del look de ambas películas, me dijo: 'Bueno, Cincuenta sombras más oscuras es eso, oscura, y CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS es ligera, veraniega, libre'. Estas sencillas palabras nos dieron la clave en la que basarnos. Las vidas de Ana y de Christian evolucionan en ambas películas, sobre todo la de Ana, y eso influyó mucho en el diseño de vestuario".

La decoradora CAROLYN 'CAL' LOUCKS añade: "Entramos en una época alegre. Ana se siente mucho más segura de sí misma. La película empieza en primavera, con el flashback de la boda, y hay muchos más colores que describiría como 'felices'".

Aun así, algunos personajes no van vestidos con colores "felices", concretamente los que protegen a la joven, Taylor (al que vuelve a encarnar Max Martini) y Sawyer, los miembros del equipo de seguridad. "En este caso me ceñí a la realidad y al atuendo habitual de Taylor y Sawyer, así como de los otros miembros de seguridad", explica la diseñadora de vestuario. "Llevan trajes bien cortados, oscuros, que no llaman la atención. Todos son apuestos y están en plena forma. Son atractivos, pero sus trajes son sencillos, correctos, perfectos para seguir discretamente a un multimillonario y a su mujer".

Brant Daugherty agradece que la diseñadora se preocupara tanto por el traje de su personaje: "Sawyer necesita poder moverse, luchar y proteger, además de llevar una pistola sin que se note. Los trajes de Jamie son maravillosos, hechos a medida, pero yo como guardaespaldas no podría moverme con uno de esos". El actor incluso consiguió que le dejaran llevar barba e ir ligeramente despeinado. "No quería que pareciera demasiado rígido. Debía comunicar un poco de calidez. Tampoco es una caricatura".

En cuanto al diseño general de la película, el diseñador de producción Nelson Coates vuelve a ser el encargado del mundo en el que transcurre CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS. Además de los decorados naturales, también se rodó en los grandes estudios de Vancouver, como el Canadian Motion Picture Park, cerca de Burnaby, y los North Shore Studios, donde se construyó el ático de Christian. En opinión del diseñador, era lo más sensato: "Una de las razones por las que construimos el decorado en su totalidad es porque los decorados naturales no siempre están disponibles. Además, un decorado ofrece la posibilidad de mover una pared, hacer que algo explote o se derrumbe, o lo que sea necesario para una escena; en un entorno natural, no es fácil conseguirlo. Un decorado es muy controlable, se puede lograr exactamente lo que se busca".

Pero ¿cuál es el mayor problema a la hora de crear un espacio funcional donde puedan moverse los actores y el equipo? "Detrás del plató siempre instalamos una mesa de trabajo con duplicados de todos los dibujos y planos que están en la oficina", explica Nelson Coates. "Para que los carpinteros puedan trabajar con total precisión necesitan los planos con las últimas revisiones. Por ejemplo, para torcer un trozo de metal, deben saber las medidas exactas. Anotan cada detalle como si se tratara de una casa de verdad. Los detectores de humo son reales y están conectados a los sistemas de alarma. Trabajamos en entornos muy seguros porque en el diseño está todo incorporado. Cualquier cosa que se ve en la pantalla ha sido planeada, diseñada y medida meticulosamente por nuestro increíble equipo de diseño".

El director y el diseñador de producción se reunieron en numerosas ocasiones para determinar con exactitud los cambios que debían realizarse en los espacios personales de Christian y Ana. En CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS se aprecian las innovaciones en la decoración de una vivienda perteneciente a gente adinerada.

Nelson Coates lo resume con una sola palabra, "cambio": "Cambian la decoración a menudo. Puede que tengan un lugar especial donde colgar el cuadro recién adquirido y, por lo tanto, hay una rotación. Se nos ocurrió que no había reglas definidas y que Christian cambiaba muy a menudo de decoración. Si se cansa de una cosa, la renueva sacando otra de su almacén privado o poniéndola en su despacho. Hablamos de esas posibilidades con Erika y le encantó la idea. Nos esforzamos en seleccionar piezas que aún no se habían visto".

Uno de los lugares que cambia radicalmente desde su primera aparición en Cincuenta sombras más oscuras es el despacho de Ana en SIP (que ocupaba Jack Hyde cuando era su jefe). "Hemos iluminado el despacho mediante unos sofás de tonos pálidos, plateados y grises, y una fantástica mesa de color cemento", explica la decoradora Cal Loucks. "Llenamos la estancia de luz, abriendo ventanas, con flores frescas cada día. Básicamente, añadimos un toque de humor, además de convertirlo en un despacho femenino mediante aguamarinas, rosas y lavandas, un contraste absoluto con lo anterior".

Al igual que su despacho, Ana también ha cambiado de aspecto con su nuevo puesto ejecutivo en la empresa. La diseñadora de vestuario Shay Cunliffe reconoce que Ana tendía a vestirse como cualquier mujer joven en su primer empleo, es decir, con faldas un poco cortas y un impermeable tres cuartos, algo muy alejado del look ejecutivo. La diseñadora explica que "a los pocos días de su ascenso, Ana aparece con un vestido precioso. En CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS, donde en realidad es la dueña de la empresa, nos decantamos por un look de alto nivel, como un maravilloso traje negro, sencillo, pero que rezuma autoridad". Teniendo en cuenta que la jefa y dueña es aún una mujer muy joven, la diseñadora se aseguró de que el vestuario fuera el adecuado para su edad y descartó un diseño más clásico por uno más juvenil.

Para la decoración de la boda de Christian y Ana, uno de los momentos cumbre de la película, todos estaban de acuerdo en dar rienda suelta a su imaginación. James Foley tenía muy claro que debía estar a la altura de las expectativas de los fans y ser un acontecimiento que rezumara elegancia. "Lo pensamos mucho", reconoce. "Christian es multimillonario, no había límites en cuanto a extravagancia. Pero comprendimos muy rápidamente que ni Anastasia ni él se inclinarían por una boda llamativa. Por eso buscamos algo bastante íntimo, pero lujoso, caro. Creo que encontramos un buen equilibrio".

Cal Loucks estudió pilas de revistas especializadas en bodas y descubrió que se sentía especialmente atraída por "eventos desmesurados celebrados en Dubái". Después de escoger unos objetos clave a modo de inspiración, se puso en contacto con una tienda de Vancouver especializada en bodas indias. Encargó unos faroles exclusivos, además de miles de flores de seda, ya que el rodaje de las escenas iba a durar tres días. Las flores se pintaron una a una con esprays y los árboles de glicinia fueron hechos especialmente en India. Desde que encargó los materiales hasta que los suministraron, transcurrieron algo más de tres meses.

En cuanto al vestido de novia de Ana, la diseñadora Shay Cunliffe dice: "Muy al principio, Erika me mandó notas especificando lo que debía incluir el vestido, concretamente numerosos botones en la espalda. Por mi parte sabía que quería algo con sabor antiguo y a la vez fresco e innovador, como el personaje de Ana, una mujer atemporal, con una cualidad de eternidad, sensual, dulce, pero nunca empalagosa. Trabajé con una asombrosa diseñadora de vestidos de novia, MONIQUE LHUILLIER [que ya había colaborado en el diseño del vestido que lleva Ana en el baile de máscaras de Cincuenta sombras más oscuras]. Las dos diseñadoras se vieron en Los Ángeles para hablar del personaje, y Shay Cunliffe llevó fotos de vestidos antiguos de sus archivos. También tuvieron en cuenta la descripción del vestido que hace la autora E L James en la novela.

Monique Lhuillier mandó bocetos y muestras de telas a la diseñadora, y volvieron a reunirse en varias ocasiones. Dakota Johnson también participó en el proceso, dando su opinión. "Fue una auténtica colaboración", dice Shay Cunliffe. "Una vez que estuvo todo decidido, se lo mandé a Monique, que nos devolvió el vestido de novia más perfecto del mundo. Era exactamente lo que había imaginado. Reconozco que la prueba de la noche anterior al rodaje de la boda fue un momento bastante emotivo. Habría sido imposible encontrar un vestido mejor para Dakota".

Otro momento cumbre de CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS es la invitación que Christian organiza cuando su esposa se queja de que ya no ve a sus amigos desde que viven juntos. En un caso así, ¿qué hace un multimillonario? Organizar un viaje a la mansión Grey en Aspen (que Ana adquirió en la subasta celebrada en la fiesta de máscaras con el dinero que le había dado Christian). Cuando Ana sube al avión privado, se encuentra inesperadamente con Kate, Elliot, Mia y José.

La casa de la cantante canadiense Sarah McLachlan en Whistler, Columbia Británica, una vez vaciada a excepción del piano y unas cuantas piezas de arte, hizo las veces de la mansión Grey. La decoradora explica, riendo: "Llevé objetos y muebles más acorde con el gusto de los Grey; por ejemplo, sofás modulares ultramodernos en tonos crema delante de unas maravillosas chimeneas. La casa tiene una increíble vista panorámica de las montañas. El grupo de amigos ha ido allí para dar largos paseos por el campo, pero quería dejar claro que en invierno es una estación de esquí, por eso hay mantas de piel a los pies de las camas, y también para aportar diferentes texturas mediante objetos y telas de tacto sensual, como en la entrega anterior. Es un lugar realmente lujoso; incluso hay una bañera muy sexy desde la que se ven las montañas y cientos de velas". En la casa también hay un baño alucinante, con una cascada que parte del techo, desde donde se ven los picos Whistler y Blackcomb.

Otra sorpresa que Christian le tiene reservada a Ana es la adquisición de lo que será su nuevo hogar. En la historia, una mansión deshabitada que descubren mientras practican vela en el estrecho de Puget. En realidad, la Cecil Green Park House, un edificio histórico propiedad de la Universidad de Columbia Británica. Construida en 1912, fue diseñada por el arquitecto Samuel Maclure para Edward Davis, un conocido abogado del Canadian Pacific Railway (Ferrocarriles Canadienses del Pacífico). La casa lleva el nombre del matrimonio que la donó a la universidad.

Una vez más, la elección de esta casa muestra el uso del "diseño narrativo" donde todo tiene que ver con el relato. La decoradora Cal Loucks dice: "Es interesante darse cuenta de que la pareja se aleja del ático, incluso de la Sala Roja. Han entrado en una nueva fase. Ana enseguida ve el potencial de la casa, hecha para una familia, y Christian la deja elegir, le gusta que lo haga". El tenso enfrentamiento entre Ana y Gia también se produce en la casa, y queda patente que Ana tiene muy claro que es la "dueña" de su relación con Christian.

Pero en cualquier cuento de hadas debe haber un malo. El Jack Hyde que encontramos en CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS poco tiene que ver con el ejecutivo seguro de sí mismo que conocimos en Cincuenta sombras más oscuras. Se optó por darle un aspecto desaliñado desde su decaimiento. Ha estado en la cárcel, acaba de salir bajo fianza y viste para pasar desapercibido. "Cuando llega el final, ha caído muy bajo", explica Shay Cunliffe. "Lleva días sin dormir y está andrajoso, un aspecto que nada tiene que ver con el hombre elegante que conocíamos".

Del mismo modo, el vestuario escogido para dos personajes nuevos, el escritor Boyce Fox y la arquitecta Gia Matteo, dice mucho acerca de ellos. "Quería que Boyce fuera totalmente diferente de Hyde y de Christian. Su prenda principal es una chaqueta de ante que envejecimos; es obvio que no tiene mucho dinero, pero lo compensa con el estilo. En cuanto a Gia, decidí que Arielle Kebbel sería mi Barbie. Las dos estábamos de acuerdo en que es una mujer que sabe estar en cualquier situación. Lleva ropa carísima que resalta su cuerpo. No es inapropiada porque tiene mucho mundo y sabe exactamente qué ponerse, pero son prendas llamativas".


Cuentos del Nuevo Mundo: El rodaje del capítulo
El actor Eric Johnson estaba encantado con la idea de rodar Cincuenta sombras más oscuras y CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS simultáneamente: "Fue un poco como rodar una miniserie donde el arco del personaje está claramente definido, lo que me permite realizar los ajustes necesarios y tener una idea muy clara de la dirección en que debo ir. Al rodar las dos películas seguidas, pude inclinarme por ciertas cosas en la segunda sabiendo que afectarían a la tercera, es decir, crear capas".

Para el productor Dana Brunetti, y aunque los dos largometrajes pueden tomarse como dos piezas totalmente independientes, también encajan a la perfección: "En cada una de las películas, los dos protagonistas se enfrentan a la posibilidad de perder al otro. En la anterior, Christian sufre un accidente de helicóptero, y en esta, Ana tiene que rescatar a Mia. Las dos se equilibran".

Para los intérpretes que aún no habían trabajado en las entregas anteriores, no hubo el típico "primer día de colegio" que les permitiera ajustarse. "Un actor siempre se zambulle en mundos que ya existen", dice Brant Daugherty. "Por ejemplo, cuando eres artista invitado en una serie que lleva siete temporadas emitiéndose. Siempre ocurre, no hay nada que hacer. Pero en este caso, quiero decir que Dakota es fantástica, recibe a todo el mundo con los brazos abiertos; es una de las personas más generosas que conozco. Nos presentaron muy rápidamente el primer día, y al día siguiente se acercó y me dijo: 'Hola, Brant, ¿qué tal va todo hoy?' Tenía una escena difícil, no habíamos trabajado juntos, apenas nos habíamos visto. Pero se molestó en recordar el nombre de todos y hacer que se sintieran cómodos. Siempre es delicado entrar en un mundo como ese, enorme y secreto a la vez, pero Dakota y James Foley allanaban todas las dificultades".

El rodaje empezó el 16 de febrero de 2016 y se dividió de la forma siguiente: 42 días para CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS, 44 días para 50 sombras más oscuras y 17 para rodar escenas de ambas películas el mismo día. Esta última entrega se rodó en decorados naturales y estudios de Vancouver, además de cinco días en Whistler, Columbia Británica, que hace las veces de la estación alpina de Aspen, tres días en el sur de Francia y dos días en París.

El primer día de rodaje de CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS fue en realidad el sexto día del rodaje completo, después de filmar escenas en las oficinas de SIP con Ana y Jack Hyde durante los momentos más felices de Cincuenta sombras más oscuras. El departamento cambió el decorado, llegó el guardaespaldas de la Sra. Grey y se rodaron las escenas con Ana como editora de Nueva Ficción y jefa.

Con el fin de prepararse para las escenas en las que Ana escapa del coche que la persigue, Dakota Johnson pasó tiempo en el YPK Integrated Training Track de Vancouver conduciendo un Audi R8 V10 de 2017 de color Daytona Grey Pearl (Gris perla Daytona), claro, una de las últimas compras de Christian. La actriz también se entrenó en el manejo de armas de fuego para rodar las escenas posteriores en las que se enfrenta a Hyde. En cuanto a las escenas de acción, dice: "Hay pistolas, trucos, persecuciones en coche, nada que ver con la vida sedentaria de Ana en las otras entregas".

El día 11 se volvió a rodar en las oficinas de SIP, esta vez con el Sr. Grey (oficialmente era el primer día de rodaje de Jamie Dornan) y Tyler Hoechlin en el papel del autor Boyce Fox.

Mientras seguía rodándose Cincuenta sombras más oscuras, la segunda unidad se desplazó al teatro Queen Elizabeth, en el centro de Vancouver. Reformado en 2009 y con un aforo de 2.765 butacas, es uno de los mayores proscenios del país. Esta vez, las cámaras se habían desplazado para captar una representación de "Madama Butterfly", de Puccini, y quizá el aria más famosa de la ópera, "Un bel di vedremo". El guion especificaba qué opera debía rodarse, pero el director James Foley escogió las partes que vería el público mientras la pareja disfruta en la famosa Ópera de París durante su luna de miel. Las tomas de Ana y Christian iban a rodarse posteriormente en "la ciudad de la luz" y la voz de la soprano es de la famosa diva búlgara Anna Tomowa-Sintow.

El día 19 se rodó en el edificio Burnaby, donde se encuentra la consulta del ginecólogo de Ana, el Dr. Green. A continuación, las cámaras se trasladaron al Anvil Centre Theater de West Westminster, Columbia Británica, para filmar la escena del tribunal que no está en el material original, en la que Hyde se presenta ante el juez para obtener su libertad bajo fianza. "Niall quería incluir esta escena para dejar claro dónde está Hyde y enseñar su posible conexión con Linc, el exmarido de Elena", explica E L James. "Ana está presente en una de las últimas filas de la sala. Cuando el juez concede la fianza, se marea, pero puede ser por otra razón".

Hasta este momento, se intentó usar al máximo los decorados para rodar ambas películas, pero el rodaje de CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS no empezó seriamente hasta los días 32 a 34. Estos tres días se dedicaron sobre todo a rodar en los platós de North Shore Studios, donde se había construido el dormitorio, el vestidor y el cuarto de baño de Christian, así como su gimnasio privado. Unos días después, el decorado se transformaría completamente. El día 35 se dedicó a escenas de ambas películas.

El día 36 se rodó en el conocido restaurante West Oak de Yaletown, Vancouver, que hizo las veces de Bunker Club, donde Ana queda con Kate, en contra de las recomendaciones de Christian, debido a la situación cada vez más peligrosa en la que se encuentra la pareja de recién casados. Pero Kate quiere hablar con Ana acerca de la posibilidad de que Elliot, su novio, esté saliendo de nuevo con Gia Matteo. Entre los extras contratados para la escena puede verse a los cinco chefs del restaurante.

En los tres días siguientes, del 37 al 39, se rodaron las últimas escenas en el decorado del piso de Christian en el North Shore.

A continuación, los días 40 y 41, se rodó en la Cecil Green Park House, la mansión con la que Christian sorprende a Ana para convertirla en el hogar familiar. Al contrario de lo que describe el libro y lo que se ve en la película, el edificio está en perfectas condiciones, y el departamento de diseño de producción tuvo que esmerarse para que pareciera haber estado abandonado durante años. Para conseguirlo tuvieron que recubrir el camino que lleva a la casa con gravilla, además de flanquearlo con un seto y arbustos sin tallar, tapar detalles demasiado modernos, cubrir paredes interiores con papel pintado, ensuciar temporalmente el suelo con polvo y tierra, añadir alguna telaraña que otra y muebles destartalados, y finalmente cubrir los cristales sucios de las ventanas con cortinas descoloridas por el sol.

Ana tampoco se espera que Christian haya contratado a la arquitecta Gia Matteo, a quien vemos por primera vez en la boda de la pareja, para reformar la casa. La actriz Arielle Kebbel dice: "Lo mejor de la escena es que Gia no solo aprovecha para mostrar sus diseños a Christian, sino también a sí misma. Da por sentado que Ana no es nadie, y desde el primer momento la ignora completamente, dirigiéndose siempre a Christian, incomodando a Ana. La tensión incrementa a medida que la escena sigue. Gia está convencida de que controla la situación. Pero cuando Christian sale de la habitación, Ana toma las riendas para proteger su relación con Christian, obligando a Gia a retroceder e intentar salir airosa de la situación".

A esto siguieron más días de rodaje de Cincuenta sombras más oscuras, con alguna que otra escena de CINCUENTAS SOMBRAS LIBERADAS entre medias en un cementerio, un paseo delante de lujosas tiendas de Aspen (en realidad una reconstrucción usando fachadas de boutiques del elegante distrito Ambleside Village de Vancouver) y una importante escena con Ana en el estudio de Christian. Entretanto, la segunda unidad y la unidad aérea se desplazaron a Whistler para captar las vistas aéreas y paisajes que descubre el grupo de amigos a su llegada a Aspen.

El día 56, el equipo regresó al edificio de oficinas donde ya se había rodado el día 19. Jack Hyde, primero disfrazado de hombre de negocios y luego de operario de mantenimiento, se introduce en el edificio de Grey Enterprises y entra en la sala de ordenadores para plantar un artefacto incendiario (la primera de muchas acciones contra Christian Grey, sus seres queridos y su mundo).

Los días 57 y 58 se rodó en el aeropuerto Boundary Bay (que hizo las veces del aeropuerto internacional Sea Tac/Seattle-Tacoma), a bordo del avión privado de Grey (un Gulfstream G450, el emblema de la flota desde hace 12 años). Se filmó la escena en la que Christian da la sorpresa a Ana con todos sus amigos antes de despegar hacia Aspen.

Entre el día 60 y 62 el equipo se trasladó a Whistler, Columbia Británica (que hizo las veces de la estación alpina de Aspen), a la casa de la cantante Sarah McLachlan, desde donde se ven los picos Whistler y Blackcomb. Todos, sin excepción, se quedaron atónitos ante la espectacularidad del paisaje. "Lo mejor fue rodar en la maravillosa casa de Sarah", recalca E L James. "Además, nos honró con su visita. Durante una pausa, se sentó al piano y tocó 'Possession', uno de los temas que Christian incluye en el iPad que le regala a Ana en el segundo libro. Fue maravilloso, un auténtico regalo para los actores y el equipo".

La decoradora Cal Loucks había "vaciado la casa", pero había dejado el piano, un Yamaha C75 de 2004, ya que el guion especificaba que Christian tocaba y cantaba algo. Jamie Dornan no estaba nada decidido a sentarse delante del instrumento justo después de que cantara la famosa artista. "No habían transcurrido diez minutos cuando ya estaba sentado allí, haciendo que tocaba el piano y cantaba", recuerda el actor. "Convencí a Sarah para que se fuera del salón antes de que empezáramos a rodar la escena". Y añade, riendo: "Me da la impresión de que me oyó ensayar y se fue voluntariamente. No la culpo si es así. Estoy casi seguro de que no estaba cuando filmamos, de lo que me alegro mucho porque lo mío no es cantar". Los presentes comentaron posteriormente que Jamie Dornan "no cantaba demasiado mal".

La casa está construida en una zona concurrida por osos pardos y se había avistado a una madre con su cachorro muy cerca, por lo que se pidió a los miembros del equipo y del reparto que si paseaban por los alrededores tuvieran mucho cuidado.

A continuación, el día 66 se rodó la muy esperada boda de Christian y Ana en la estructura de cristal y madera del Riverway Clubhouse, en el Club de Golf Riverway de Burnaby. Cal Loucks transformó el lugar con miles de flores pintadas manualmente y farolillos que también hechos a mano. La novia iba vestida con un modelo de Monique Lhuillier y Mia con uno de Marchessa. Los productores y el director se esforzaron en rodar la boda que todos los fans esperan.

No podían faltar al evento los amigos de Christian y de Ana, así como la familia más inmediata y otras personas cercanas a la pareja, como Ray, el padrastro de Ana (Callum Keith Rennie), Ros Bailey (Robinne Lee), Gia Matteo y otros. A cargo de la música está DJ Kiss (JAKISSA TAYLOR-SEMPLE). Antes de lanzar el ramo de flores, Dakota Johnson se cambia de ropa y lleva un traje pantalón diseñado por Stella McCartney. "Fue maravilloso verlos a todos vestidos con trajes tan elegantes, y a Christian y Ana tan felices", dice E L James.

Era la primera experiencia como novia para Dakota Johnson: "Ese día me casé unas catorce veces con Jamie. Ya es gracioso rodar una boda vestida de novia con toda la parafernalia y las frases habituales, pero fue aún más divertido hacerlo con él. Ninguno de los dos conseguíamos recordar los votos, nos entraba la risa y olvidábamos el diálogo. Pero lo mejor fue reunirnos con todos los miembros del reparto en el plató. Siempre me divierto en estos casos".

Después de rodar importantes secuencias adicionales para Cincuenta sombras más oscuras (concretamente el baile de máscaras), por fin llegó el momento en que Dakota Johnson debía mostrar a la heroína de acción que lleva dentro. Los días 74 y 75 se rodaron las escenas en las que Jack Hyde pone en marcha su plan para destruir de una vez la maravillosa vida de Christian. Para muchos, eran las secuencias que más expectación habían creado.

"Las escenas eran muy intensas", recuerda el actor Eric Johnson. "Por fin llega el enfrentamiento entre Ana y Jack Hyde. Ella llega con el dinero para rescatar a Mia, pero Jack no está interesado en el dinero, así que me acerco y empiezo a darle patadas en el estómago. Hyde es un personaje horrible. En realidad nunca llego a darle, claro. En la primera toma, al mismo tiempo que decía: '¿Crees que tú vas a humillarme?', totalmente metido en el papel, lancé una patada al aire con tanto ímpetu, entusiasmo y rabia que mi pie izquierdo decidió seguir al derecho y acabé sentado en el suelo haciendo el ridículo más espantoso".

Cuando Mia se convierte en objetivo de las oscuras intenciones de Hyde, deja de ser la alegre y bromista hermana de Christian y se convierte en una mujer adulta. La actriz dice que ha disfrutado mucho trabajando en las tres entregas y que le han proporcionado una enorme experiencia: "Es un mundo totalmente diferente al de la música. En CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS hay una vertiente de thriller totalmente diferente de lo que he hecho hasta ahora. Es obvio que cuando Jack secuestra a Mia, ella está aterrada". Pero añade, riendo: "Ya sé que Jack da bastante miedo, pero Eric es un auténtico cielo en la realidad".

Unos días después, todo el equipo se desplazó al edificio de Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de Columbia Británica, transformado en el hospital donde ingresa Ana cuando Hyde casi la mata. Se rodaron varias escenas con la familia y unas secuencias clave en las que Christian acepta por fin su futuro como marido y posiblemente padre.

Entre los días 82 y 93, el equipo demostró una gran agilidad rodando escenas de ambas películas; dos días para Cincuenta sombras más oscuras, otros dos para CINCUENTAS SOMBRAS LIBERADAS y luego un día alterno para cada una. Como se hizo en la primera entrega, se reservaron las escenas más intensas e íntimas en la Sala Roja para los últimos días de filmación en Vancouver, del 94 al 97. El rodaje en Canadá acabó el lunes 4 de julio de 2016.


Principio y final: Una luna de miel como pocas
El último capítulo reservaba una sorpresa para todos. El productor Dana Brunetti lo explica: "CINCUENTAS SOMBRAS LIBERADAS empieza con un flashback de la boda para luego continuar con el viaje de novios, primero el sur de Francia y luego París. Disfrutamos viéndoles en su nueva vida juntos".

El productor Marcus Viscidi añade: "No podíamos haberlo planeado mejor. Ya habíamos rodado todas las escenas más difíciles tanto desde el punto de vista emocional como físico, todas las secuencias complicadas y los grandes acontecimientos. Una vez acabado todo esto, nos subimos a un avión y pudimos relajarnos en Paloma Beach, pasear por Roquebrune y recorrer las calles de París. No solo los personajes disfrutaron de estas escenas, también todo el equipo. Había terminado un rodaje de cien días bajo la lluvia de Vancouver".

Hay algo en concreto que alegró mucho a James Foley: "Para mí, lo mejor fue ver que Jamie y Dakota seguían riéndose juntos. Rodamos en un balcón frente a la Torre Eiffel después de 103 días de filmación, pero nada había cambiado, se morían de risa por cualquier tontería. La química entre los dos es la esencia de la película, es conmovedor".

Incluso en una atmósfera más relajada, todos trabajaron duro, empezando el día 99, cuando se rodó en Paloma Beach, un lugar paradisíaco en la península de St. Jean Cap-Ferrat, en plena Costa Azul, llamado así en honor a Paloma Picasso, que iba a menudo con sus padres, y que no tiene nada que ver con los habituales destinos de moda. Se rodaron secuencias de la pareja tomando el sol y montando en moto acuática. Bueno, no fue un día tan duro después de todo...

El día 100, los recién casados subieron a bordo del Malahne, un yate art déco de 50 metros de eslora construido en 1937 y restaurado en 2015 (se dice que la restauración alcanzó casi los 44 millones de libras). Fue propiedad del productor Sam Spiegel y sirvió de cuartel general durante el rodaje de Lawrence de Arabia, además de haber recibido a invitados de la talla de Elizabeth Taylor, Grace Kelly, Frank Sinatra, Kirk Douglas y Jack Nicholson. La decoración interior corrió a cargo de Guy Oliver, que también renovó el 10 de Downing Street, la residencia del primer ministro británico.

Los actores y el equipo técnico se trasladaron desde Mónaco, donde estaban hospedados, a Beaulieu-sur-Mer, un pueblo costero entre Niza y Mónaco. Desde allí se debía llevar en lanchas a los 35 miembros del equipo para rodar en el yate. Sin embargo, el estado del mar hizo que el capitán del yate pidiera que se redujera el equipo. También se rodaron tomas aéreas del precioso yate en movimiento.

El día 101 estuvo dedicado a rodar escenas cortas en el precioso pueblecito de Roquebrune-Cap-Martin, fundado en el año 970, y situado entre Mónaco y Menton (donde también se rodó ese mismo día). La mayoría de las escenas son para un montaje de la pareja besándose con las bonitas casas de telón de fondo, y otra con una vista panorámica de la Riviera desde el punto más elevado del pueblo, la antigua fortaleza.

Para Jamie Dornan fue un poco como regresar a casa: "Cuando era pequeño, viajábamos al sur de Francia para acampar. Rodé mi primera película en Francia durante dos meses. Cuando era modelo, pasé bastantes días en París. Los últimos días de rodaje trabajamos, desde luego, pero también tomamos el sol y montamos en motos acuáticas. Fue genial rodar momentos románticos en uno de los lugares más bellos del mundo".

Ese mismo día por la tarde se rodó en una sala del segundo piso del Museo de Bellas Artes del palacio de Carnolès, en Menton, con grandes arcos y balcones, que el diseñador de producción Nelson Coates y la decoradora Cal Loucks transformaron en una habitación de hotel. El palacio donde se encuentra el museo, actualmente cerrado por obras, fue la residencia de verano de los príncipes Grimaldi de Mónaco y cuenta con una colección de cuadros desde el siglo XIII hasta nuestros días donada a la ciudad de Menton por Wakefield Mori.

El penúltimo día, el 102, se rodó en lo que probablemente sea el decorado más grandioso seleccionado para la película, el palacio Garnier o la Ópera de París. El edificio, construido entre 1861 y 1875, prestó varios decorados a la película: la espléndida escalera de mármol blanco por la que Ana y Christian, que llegan con retraso, suben a toda prisa para llegar a sus asientos; el Grand Foyer o entrada principal, con su juego de espejos, que la pareja cruza y que luego reaparece en una pesadilla de Ana, y el patio de butacas, donde se les ve escuchando la famosa aria de "Madama Butterfly".

Y llegó el día 103, el último del rodaje, que prometía ser uno de los más largos, si no el más largo, con tomas en exteriores hasta "la hora mágica". ¿Hay algo mejor que el telón de fondo de la eterna "ciudad de la luz" para captar la magia de una pareja que ha protagonizado una de las historias de amor más famosas y aplaudidas de la actualidad? Mientras los dos se asoman a un balcón que da a la Torre Eiffel, Christian aprovecha para regalarle a Ana una pulsera de dijes, uno para cada una de sus "primeras veces"; entran corriendo en un café para escapar de la lluvia, y pasan en bici por debajo del Arco del Triunfo y por delante del Louvre.

Estas últimas tomas emocionaron al director James Foley: "Cuando rodamos delante del Louvre al amanecer, la policía detuvo el tráfico para que pudiéramos lograr una escena totalmente intimista de ellos dos pedaleando en los alrededores del Louvre. No había nadie. Era como si Ana y Christian estuvieran completamente solos en París".

Para la primera toma, aparentemente sencilla y que debía rodarse en el momento en que empieza a ponerse el sol, fue necesario encontrar un piso con un balcón que diera a la Torre Eiffel. Y así fue, pero solo cabían dos personas en el ascensor del edificio, y subir el equipo se convirtió en un esfuerzo laborioso y lento. Al contrario, la preparación del paseo en bici al amanecer fue de lo más sencilla, pero parecía que el sol tardaba horas en aparecer. Todos tuvieron tiempo de recordar los 102 días y medio anteriores mientras esperaban en las calles silenciosas y vacías de París, y están de acuerdo en que el esfuerzo requerido para las dos escenas se ha compensado ampliamente con los resultados.

"Los últimos dos días de rodaje transcurrieron en decorados absolutamente asombrosos de París, como la Ópera y el Louvre, o durante el encendido de las luces de la ciudad", dice el diseñador Nelson Coates. "Era el final perfecto para el rodaje de esta película".

El guionista Niall Leonard quizás resume los sentimientos de todos al decir que "Cincuenta sombras es una historia para el momento actual. Es una historia clásica de amor, el romance de un hombre profundamente herido a quien el amor redime. Puede compararse al cuento de La bella y la bestia con momentos míticos. La historia se cuenta con inmediatez, humanismo y absoluta honestidad. Creo que ese es su gran atractivo. Una película no es lo mismo que un libro. Mucha gente crea películas, pero pienso que entre todos lo hemos conseguido y hemos contado la historia tal como Erika quería".

"Es la primera vez que he rodado en Europa", dice el director James Foley. "Cuando estudiaba Cine, me centré en películas francesas, desde la Nouvelle Vague hasta el presente. Vi muchas, muchísimas películas francesas antes de ir a Francia. Sigo teniendo imágenes románticas en la cabeza, como beber una copa de vino en un pueblecito en el campo, pero me gustó mucho no ser un turista, sino trabajar en Francia haciendo cine porque el cine francés ha sido mi mayor influencia".

"Al principio estaba en contra de incluir la típica imagen de postal, no quería que se viera la Torre Eiffel", sigue diciendo. "Pero aquí está y es maravillosa. Además, la rodamos a la altura perfecta y con la mejor luz. Todos estamos muy contentos".


Para los que participaron en la historia de Anastasia Steele y Christian Grey desde el principio, desde el primer día de rodaje de Cincuenta sombras de Grey hasta el último día de la doble filmación de Cincuenta sombras más oscuras y CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS, completar la trilogía fue una enorme satisfacción. "Me siento realmente orgulloso de haber estado en este proyecto y de que se haya convertido en un fenómeno mundial", dice el productor Dana Brunetti. "Ahora forma parte de nuestra cultura popular. Ha sido una experiencia asombrosa, algo único".

E L James dice: "La razón por la que acepté hacer esto son los fans. Los libros salieron adelante gracias a ellos. Entiendo perfectamente lo que significa ser un fan, esperar y que el producto no esté a la altura. Yo solo quiero que mis seguidores sean felices. Creo que la fuerza de la historia reside en que la bella se acerca a la bestia con dulzura, generosidad y compasión, y la cura. El amor lo cura todo. Ya sé que decir eso puede resultar cursi, pero en este caso parece que ha funcionado".

Michael De Luca quiere dejar patente su aprecio por la forma en que E L James nunca olvida al público que ha hecho suyos a Christian y a Ana: "Lo que más me asombra de Erika es la facilidad con que traduce su pasión y dedicación hacia los seguidores. Cuando debían tomarse decisiones para realzar la historia, estudiábamos lo que los fans querrían ver en la pantalla. Ellos son su piedra angular. No conozco a otro creador capaz de devolver tanto a los fans que la apoyan desde el principio".

El último en hacer un comentario es Jamie Dornan, el mismísimo Christian Grey, que refiriéndose a lo que los personajes y la historia significan para muchos, dice: "El proyecto, los libros, los personajes son importantes. Me entusiasma formar parte de algo que significa tanto. Posiblemente sea la única vez en toda mi carrera que esto ocurra, que trabaje en algo de tanta envergadura, que despierta tanto interés y tiene tantos seguidores. Todos los lectores se habían hecho una idea de cómo era Christian Grey. Para muchos, yo no correspondía a la imagen que tenían en la cabeza. En cierto modo, esto me gustó, me atrajo la idea de convencerles, de esforzarme para conseguirlo. Es un papel único por el mero hecho de que significa tanto para los fans".

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