Las películas de 'Saw' pueden tener sus detractores, como lo tiene cualquier cosa que apela a nuestros bajos instintos y nuestra sed de sangre, pero lo cierto es que el público ha abarrotado las salas desde la primera entrega, una de las películas más rentables de la historia (un millón y pico de dólares de presupuesto, más de cien de recaudación). Pero tras la séptima parte, Lionsgate decidió dar un descanso a la franquicia.
Ahora, fiel a su cita para Halloween después de siete años sin los demoníacos rompecabezas morales de Puzle (Jigsaw en la versión original), la serie vuelve, perdiendo el título originalmente previsto de 'Saw: Legacy' y tras haberse rodado bajo el mayor de los secretos. Los responsables son Michael y Peter Spierig ('Daybreakers'), que han puesto imágenes a un guión de Pete Goldfinger y Josh Stolberg ('Piraña 3D', 'Pacto Secreto').
Por supuesto, vuelven como productores los creadores de todo el tinglado, James Wan y Leigh Whannell, y poco se sabe del contenido. Hasta hace poco se rumoreaba que la nueva Saw sería un reboot, pero el recién anunciado título hace dudar: ¿vuelve el asesino interpretado por Tobin Bell, aunque su personaje lleve muerto casi la mitad de las anteriores entregas de la franquicia? Los únicos nombres confirmados son Laura Vandervoort y Hannah Anderson.
Es posible que un teaser esté al caer, porque solo quedan unos meses para el estreno, y tan solo se sabe del argumento que seguirá la investigación de unos crímenes, años después de los originales, que parecen imitar los del Puzle original. A la espera quedamos de que empiecen a develarse detalles de una casi asegurada nueva ristra de torturas seriales, alambicadas y con moralejas retorcidas.
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