Además de las novedades que nos está dejando la Comic-Con, la conversación cinéfila gira en torno a Christopher Nolan, con motivo del estreno de 'Dunkerque'. Hemos hablado de su estilo, sus principales referencias o su disgusto con Netflix, entre otros temas que han dado que hablar. Hoy traemos otras declaraciones donde habla de la duración de su nuevo film y responde a sus detractores.
Gracias a títulos de culto como 'Memento' o éxitos como 'El caballero oscuro', Nolan se ha ganado el respeto y la admiración tanto del público como de la crítica y la industria, pero con el tiempo aumentan los anti-Nolan y los que creen que está sobrevalorado. Una de las mayores críticas que le hacen es que su cine es frío, demasiado calculado, sin emoción. El cineasta es consciente de las críticas pero no las entiende:
"Intento no ser obvio. Eso da a la gente un poco de libertad para interpretar las películas a su manera, incorporar lo que quieran. He tenido a gente escribiendo que mis películas carecen de emoción, sin embargo he proyectado esas mismas películas a gente que al final ha estado llorando a lágrima viva. Es una contradicción imposible de resolver para un cineasta. En realidad, es una de las cosas realmente excitantes sobre hacer cine. Por lo visto, hago películas que sirven como tests de Rorschach."
Por otro lado, Christopher Nolan se ha referido a la duración de 'Dunkerque', su segunda película más corta. Con 107 minutos, sólo es superada por su ópera prima, 'Following', estrenada en 1998. 'Interstellar', su penúltimo largometraje, se acercaba a las tres horas (169 minutos). El cineasta explica que quiso abreviar al máximo el montaje de 'Dunkerque' como parte de su esfuerzo por sumergir al espectador en la intensa historia:
"Quería que fuera una experiencia lo más intensa posible y, por tanto, lo más depurada, esencial y corta posible. Sólo puedes aguantar el grado de suspenso y tensión que queríamos para la película durante ese tiempo, antes de agotar al público.
Creo que quizá la gente al oír que estaba haciendo una película sobre Dunkerque, particularmente los británicos que ya conocen la historia, están pensando en una gran épica histórica. Se imaginan una película de tres horas con mucho diálogo y todo eso.
Lo que hice fue escribir un guión que tenía 76 páginas, realmente la mitad de longitud que mis viejos guiones, porque no quería contar la historia en palabras: no quería la teatralidad de la gente contando a los espectadores por qué deben preocuparse por ellos.
Quería que te preocuparas por ellos simplemente por la situación física en la que se encontraban, y de ese modo construir una experiencia subjetiva de los hechos de Dunkerque que con suerte tendría una calidad acumulativa, una calidad emocional durante el transcurso del film que daría sus frutos al final, sin ser demasiado melodramático o hacer sentimentales estos hechos reales.
Así que el ritmo implacable y la naturaleza elemental de la película fue algo con lo que estaba muy decidido a ser fiel desde el principio, antes de escribir el guión."
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