En el fondo, tiene sentido, claro: si consideras que un concepto de serie puede dar pie a un producto pernicioso, lo lógico es quejarse antes de que se realice, para que ese daño no llegue a producirse. Sobre el papel es así de fácil. En realidad, es mucho más complejo: ya no sólo es que se pueda hablar de distintos temas controvertidos con enfoques muy distintos, sino que rara vez se puede juzgar un proyecto a partir de una mera línea conceptual de argumento.
Pero es lo que le ha pasado a Ryan Murphy con una nueva idea para una serie, 'Consent', que contó en una entrevista en 'The New Yorker' que estaba basada en el movimiento #metoo que está poniendo patas arriba Hollywood con sus denuncias de abusos de hombres con poder en la industria. Según Murphy, sería "potencialmente, un nuevo 'American Crime Story'", siguiendo el modelo 'Black Mirror'. "Cada episodio", afirma Murphy, "exploraría una historia distinta", y entre los ejemplos que pone, hay ambientaciones en las oficinas de Weinstein, o con Kevin Spacey.
Esto es todo lo que se dice en 'The New Yorker', pero ha sido suficiente para suscitar las dudas de Internet. Las quejas han sido diversas, pero se han basado en dos frentes. Por una parte, el enfoque habitual de Murphy hacia el lado más escabroso de sus historias, como se ha podido ver en 'American Horror Story' o 'Feud'.
En cierto sentido, esa actitud recuerda a la reacción que suscitó la futura serie de HBO 'Confederate', que fue biocoteada con el hashtag #nocondefederate en cuanto se hizo público su argumento: una historia alternativa de EEUU en el que el sur ganó la Guerra Civil. Un parecido que también ha llamado la atención de tuiteras como Marina Such.
También se ha puesto sobre la mesa la inconveniencia de que Murphy, un hombre blanco (aunque no hetero) trate un tema que no le afecta directamente.
Esta última posición recuerda, a su vez, a la reciente polémica con la nueva serie de Netflix 'La casa de las flores', en la que Paco León interpretará a una mujer transexual, y cuya interpretación ha sido puesta en duda por no ser esa la identidad sexual del actor. En el caso de León la queja radica en la percepción que la sociedad tiene de los transexuales y el miedo a que la serie refuerce el tópico de "hombre vestido de mujer".
De nuevo, en este caso, la cuestión es distinta: para empezar, el propio Ryan Murphy tiene un historial más que demostrado de contar con equipo técnico y artístico diverso. Podemos estar razonablemente seguros de que la serie no va a ser contada desde la perspectiva de un hombre, porque no es la forma de trabajar de Murphy. Así lo ha defendido la propia autora del artículo de 'The New Yorker', Emily Nussbaum, en su cuenta de Twitter.
"Para empezar, no es todavía una serie, sólo un concepto que está considerando. La referencia a Black Mirror se refiere a la estructura, no al todo: su intención es tener un guionista / director distinto en cada episodio. Gente DIVERSA: él está comprometido a usar un 50% de directores diversos, por ejemplo..."
Un caso más de reacciones frontales a anuncios que, en este caso, no nos cuesta imaginar como una mera divagación de Murphy durante la entrevista. Por mucho que simpaticemos con los motivos de las protestas, y sobre todo conociendo a Murphy y su implicación con determinadas causas, es posible que esta vez el frenazo haya llegado antes de que nadie haya pisado el acelerador.
Se
ha adaptado a español latino.
Se
han modificado los nombres de las películas y series al
correspondiente a Argentina.
Se
han modificado las fechas de estreno a las correspondientes a
Argentina.
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