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viernes, 4 de diciembre de 2015

ESTRENOS DEL 10 DE DICIEMBRE

Él me nombró Malala


2015
Duración 87 min.
País Emiratos Árabes
Él me nombró Malala es un íntimo retrato de la Ganadora del Premio Nobel de la Paz, Malala Yousafzai, que fue señalada como objetivo por los talibanes y sufrió graves heridas por arma de fuego cuando regresaba a su casa, en el Valle de Swat (Pakistán), en su autobús escolar. La entonces adolescente de 15 años (cumplió 18 el 12 de julio) fue señalada, junto con su padre, por manifestarse a favor de la educación de las jóvenes. El ataque que sufrió provocó la protesta de quienes la apoyaban en todo el mundo. Sobrevivió milagrosamente y es ahora una destacada defensora de la educación de las jóvenes en todo el mundo, como cofundadora del Fondo Malala.

El aclamado realizador de documentales Davis Guggenheim (Una verdad incómoda, Esperando a Supermán) nos muestra cómo Malala, su padre Ziauddin y su familia están comprometidos a luchar a favor de la educación de todas las adolescentes de todo el mundo. La película nos permite echar un vistazo desde dentro de la vida de esta extraordinaria joven, desde su estrecha relación con su padre, que le infundió el amor por la educación, hasta sus apasionados discursos en la ONU, pasando por su vida cotidiana con sus padres y hermanos.

"Un niño, un profesor, un libro y un bolígrafo pueden cambiar el mundo" – Malala

Reparto: Malala Yousafzai, Ziauddin Yousafzai (padre), Toorpekai Yousafzai (madre), Khushal y Atal Yousafzai (hermanos)


Ese nombre era tan inspirador para mí que pensé que si tenía una hija la llamaría así por Malala de Maiwand. Cuando le di ese nombre, en mi corazón había un auténtico y profundo deseo de que mi hija tuviera un papel en la sociedad. Tuviera una vida. Tuviera reconocimiento. Tuviera una identidad, la que Malala de Maiwand tenía. ~ Ziauddin Yousafzai

Para millones de personas, Malala es una figura que ha cambiado el mundo y toda una inspiración. 

Entre los extremistas, Malala era perseguida al considerarla una amenaza y un objetivo. 

En el fortalecedor retrato de Davis Guggenheim, ÉL ME NOMBRÓ MALALA, vemos a la adolescente pakistaní y más joven ganadora del Premio Nobel de la Paz Malala Yousafzai como una chica muy normal; es, alternativamente, valiente y compasiva, se expone al peligro y le gusta divertirse como cualquier adolescente, que simplemente insiste en el derecho a vivir y a aprender… de todos. 

Rodada a lo largo de 18 intensos meses, que Guggenheim pasó junto a toda la familia Yousafzai tanto en Reino Unido como viajando por Nigeria, Kenia, Abu Dhabi y Jordania, la película es una entrañable oportunidad de conocer a Malala, a su padre, Ziauddin, su madre, Toor Pekai, y sus hermanos, Khushal y Atal, quienes contribuyeron a forjar la joven mujer en la que se está convirtiendo. Ésta es la historia que hay detrás de la cultura de Malala y de su encantadora infancia; la historia de una familia que dijo no a la tiranía y las imprevistas consecuencias de un evento demoledor que convirtió a una audaz colegiala en una firme defensora de la educación, famosa en todo el mundo. 

Para el oscarizado director Davis Guggenheim (UNA VERDAD INCÓMODA, ESPERANDO A SUPERMAN), el hecho de conocer las numerosas y diversas facetas de Malala sólo hizo su historia aún más fascinante. Aunque su coraje pueda resultar poco común, Guggenheim vio que la determinación de Malala procedía de sus propios padres, que cultivaron en ella un poder que todos tenemos: el poder de nuestra voz. 

"La de Malala es la increíble historia de una chica que arriesgó su vida por alzar la voz por lo que es justo", dice Guggenheim. "Sin embargo, al hacer esta película, mi primera intuición era hablar mucho sobre una familia, sobre el amor de un padre y sobre una chica que siente que tiene poder para hacer cosas increíbles. Hubiera sido fácil contar esta historia de una forma sensacionalista. Pero eso no es lo que a mí me motiva. Lo que me motiva es un padre que vio en su hija a alguien que podría hacer cualquier cosa y que creía en ella. Lo que me motiva es una madre que dijo ‘Es importante que nuestra hija vaya a la escuela’. Lo que me motiva es una hija que vio a su padre denunciando injusticias y dijo ‘Yo también quiero hacer eso’. Lo más extraordinario de la historia de Malala es su familia, su relación y las decisiones que tomaron a lo largo de sus vidas". 

Malala Yousafzai dice de la película: "Es una combinación de pasiones: mi pasión, la pasión de mi familia y la pasión de Davis Guggenheim. Todos queríamos que se escuchara la voz de las niñas. Esta película se convirtió en una gran oportunidad de contar nuestra historia pero también de proclamar que la educación es un derecho humano básico". 

Lo que se muestra en el filme es una mezcla de entrevistas, francamente emotivas, con imágenes del interior de Pakistán y también una artesanal y vivaz animación, que aporta recuerdos del pasado a la palpitante vida actual. La película lleva a los espectadores hasta el momento en que el activista y educador pakistaní Ziauddin Yousafzai decidió llamar a su hija Malala, en honor de la legendaria y popular heroína pastún Malala de Maiwand, hasta el momento en que Malala, a los 11 años, toma la valiente decisión de escribir bajo seudónimo un blog para la BBC sobre la vida de una niña en una ciudad dominada por los talibanes, y hasta el estremecedor y fallido intento de asesinato de una niña por parte de los talibanes, así como la posterior batalla que Malala emprendió por su vida. 

La película se centra más detalladamente en el aquí y el ahora, en el crecimiento de Malala, a la vez que lidia con su poder como agente de un cambio global. Malala está más centrada que nunca en la batalla más importante de nuestros días: conferir poder a las niñas a través de la educación, contrarrestar la violencia y forjar nuevos líderes comunitarios. No obstante, Malala es también una adolescente que debe enfrentarse a cuestiones como los chicos, los deberes, sus hermanos, sus padres y su futuro…, siendo simultáneamente objeto de una intensa atención por parte de los medios.

El cine que ha dirigido Guggenheim le ha llevado a conocer desde círculos políticos hasta la vida en carretera junto al grupo U2; pero su gran interés por la educación se evidencia claramente en la realización de ÉL ME NOMBRÓ MALALA. El filme tuvo un hondo impacto en su punto de vista, una experiencia que quiere compartir con el público. 

"Después de hacer esta película tengo más esperanza", concluye Guggenheim. "He conocido a una familia que se ha enfrentado a muchísimos obstáculos y, sin embargo, su fuerte convicción en denunciar la injusticia sigue siendo su inspiración. Durante la realización del filme, mucha gente me abordaba y me preguntaba ‘cómo es Malala y cómo podría hacer yo lo que ella hace’ La oportunidad de proporcionar a la gente esa historia fue lo que me motivó". 


La historia de Malala
"Ellos pensaban que la bala nos haría callar. Pero no cambió nada en mi vida excepto esto: la flaqueza, el miedo y la desesperanza murieron. Y nacieron la fuerza, el poder y el coraje". ~ Malala Yousafzai

El 9 de octubre de 2012, la vida, apenas iniciada, de Malala Yousafzai cambió abruptamente. En esa fecha fue cuando ella y dos de sus amigas, Shazia Ramzan y Kainat Riaz, fueron tiroteadas por un grupo armado de fanáticos talibanes cuando las niñas viajaban en el autobús escolar por el frondoso paraje de Swat Valley, en Pakistán. Una bala entró en la ceja izquierda de Malala, lo que requirió una exhaustiva cirugía así como la implantación de una placa de titanio para recomponer los daños. Sin embargo, aunque el arma causó enormes estragos físicos, no tocó en absoluto lo que hacía de Malala una persona extraordinaria: a pesar de su juventud, una gran inteligencia y un fuerte sentido del compromiso y la compasión. 

Malala tenía entonces tan sólo 15 años. Sin embargo, ya había sido capaz de captar la atención del mundo alzando su voz. En 2009, empezó a escribir de forma anónima un audaz blog para la BBC, donde expresaba su opinión sobre la educación y documentaba la vida en Swat Valley desde que los talibanes habían prohibido la música y la televisión, impedido que las mujeres salieran de su hogar para comprar e impuesto severas restricciones a la escolarización de las niñas. Aunque el blog llegó a su término, Malala siguió manifestándose en la prensa internacional, y en 2011 recibió el primer Premio Nacional de la Paz para los Jóvenes de Pakistán. Poco tiempo después, en una reunión de los líderes talibanes, un voto decidió que la adolescente debía ser asesinada. 

Malala llegaría a recuperarse, pero no fue fácil. Tenía que empezar una nueva vida en una ciudad lejana, donde había sido evacuada para recibir cuidados médicos cualificados: Birmingham, Inglaterra. Por el momento, no era seguro volver a su amado hogar en Pakistán. 

La bala que casi acabó con su vida situó a Malala en el foco de la atención internacional, cuando un inimaginable ataque a una niña dio a conocer al mundo su historia de coraje. Pero es que esa historia en realidad apenas está comenzando. Al mismo tiempo que ha trabajado incansablemente por su recuperación, Malala se ha negado a dar marcha atrás o transigir en sus convicciones. En lugar de quedarse callada, Malala estaba firmemente decidida a continuar su campaña. Se ha construido un nuevo e ignoto rol como defensora de las niñas y adolescentes de todas partes –entre los refugiados, los niños de zonas de guerra, todos los niños que no tienen acceso a la escuela o a la educación– viviéndolo con la misma valentía que tenía antes de recibir el disparo. 

Sin dejarse vencer por sus nuevos retos físicos, Malala continuó su trabajo en Reino Unido, mientras descubría cómo ser ella misma en una cultura completamente nueva. Junto a su padre, Ziauddin, y Shiza Shahid, Malala cofundó la Fundación Malala, que aboga por la educación de niñas y chicas a nivel global; también escribió un libro superventas, I Am Malala (junto a Christina Lamb); pronunció un emocionante discurso ante las Naciones Unidas, y comenzó a viajar por todo el mundo defendiendo los derechos de los niños. 

En diciembre de 2014, en medio de la realización del filme ÉL ME NOMBRÓ MALALA, Malala se convirtió en la persona más joven de la historia que ha obtenido el Premio Nobel de la Paz. Recibió el galardón conjuntamente con Kailash Satyarthi, un defensor de los derechos de la infancia de origen indio.


Únicamente podía contar la historia de Malala
"Mi padre únicamente me dio el nombre de Malala. Él no me hizo Malala. Yo elegí esta vida". ~ Malala

En un principio, no se pretendía que ÉL ME NOMBRÓ MALALA fuera un documental. 

Por el contrario, los productores Walter Parkes y Laurie MacDonald, famosos por realizar potentes dramas en la gran pantalla como GLADIATOR, ATRÁPAME SI PUEDES, COMETAS EN EL CIELO y EL VUELO, ya habían esbozado una emotiva estructura narrativa para una potencial película nada más leer las primeras páginas de muestra de la autobiografía de Malala.

"Cuando te topas con una historia real como ésta –y ves de repente una muestra de auténtico y verdadero coraje, a pesar de una oposición terrible, a favor de un derecho tan simple y universal como el derecho de las niñas a recibir educación– como realizador, no puedes evitar sentir un gran interés por contarla", recuerda Parkes. 

MacDonald añade: "Había muchos elementos hermosos y míticos en la historia de Malala, empezando por el hecho de que fue llamada así en honor a una poetisa y heroína afgana de origen pastún que fue asesinada por alzar su voz contra la injusticia, y Malala casi terminó encontrando el mismo destino, aunque, milagrosamente, llegó a recuperarse. Luego había elementos muy interesantes en la relación con su familia y el entorno de Swat Valley, que es uno de los lugares más bellos del mundo, pero que, en apenas unos años, pasó de ser un paraíso a convertirse en un infierno cuando los talibanes tomaron el control del territorio. Por lo tanto, nos conmovió mucho todo lo que leímos". 

Parkes y MacDonald viajaron hasta Inglaterra para hablar personalmente con Malala y su familia. Pero tan pronto como llegaron a Birmingham, ocurrió algo inesperado que cambió el objetivo del filme completamente: ambos quedaron absolutamente prendados del espíritu de Malala y la química de la familia Yousafzai. 

"Laurie y yo salimos de nuestra primera reunión pensando que probablemente ninguna actriz podría interpretar a Malala", recuerda Parkes. "Lo que quiero decir es que Malala como ser humano es extraordinariamente singular. Nos dimos cuenta de que abordar la historia en forma de documental sería una manera mucho más poderosa de contar su historia y lograr que el público la conociera. También queríamos que Malala y su familia se sintieran algo así como dueños de la propiedad creativa y emocional de su historia. Así que dimos marcha atrás en el proceso, y trajimos a Davis Guggenheim, un hombre de enorme curiosidad y agudo intelecto, así como un verdadero humanista. Con su excepcionales dotes como documentalista y su entusiasta interés por los temas relacionados con la educación, sabíamos que Davis sería el director perfecto para hacer este filme". 

Guggenheim se ha convertido en sinónimo de documentalista que se introduce dentro de la cultura popular. Su propio padre, un documentalista ganador por derecho propio del Premio de la Academia, ejerció una gran influencia en su vida. Guggenheim ha dado lugar a apasionadas jornadas de debate en torno al cambio climático con el documental ganador del Oscar y estudiado repetidamente UNA VERDAD INCÓMODA. A continuación, realizó el igualmente incendiario documental ESPERANDO A SUPERMAN, un emotivo recorrido por el sistema público de educación de Estados Unidos, que obtuvo el Premio del Público en el Festival de Cine de Sundance. Después, salió de gira con el grupo U2 en el filme FROM THE SKY DOWN, que se convirtió en el primer documental de la historia que ha inaugurado el Festival de Cine de Toronto. 

Una cosa que ha distinguido a Guggenheim a lo largo de su carrera es que no se ha sentido atraído por exaltar o desmontar mitos. Muy al contrario: Guggenheim hace filmes sobre temas y personas que le llegan al corazón. "Algunos hacen documentales sobre gente que no les gusta o que incluso odian. Yo hago documentales sobre la gente que amo", reflexiona el director. 

Dicho lo cual, a Guggenheim lo que le interesa es ir quitando capas y dar a conocer a las personas que admira como nunca antes habían sido mostradas; así, mucha gente vio el lado más honesto y humano de alguien como Al Gore en el documental UNA VERDAD INCÓMODA, faceta absolutamente ausente durante su campaña presidencial. Esta búsqueda de lo que hace ser a las personas como son era más importante que nunca en su acercamiento a Malala. 

"Yo creo que el reto que siento con personas tan conocidas es ir más allá de lo que nadie ha ido; y preguntarme: ¿cómo doy a conocer a esta persona de verdad?", dice Guggenheim."Me pareció que tenía que abordarlo en un sentido muy personal. Tenía que penetrar realmente en la vida de la familia, entrar en su casa y estar con ellos de una manera extraordinariamente cercana". 

Parkes dice que Guggenheim era la persona perfecta para llevar a cabo esa labor de infiltración en la vida de la familia Yousafzai de una forma inquisitiva pero también discreta."La gran virtud que tiene Davis es su curiosidad por el mundo que le rodea", observa el productor, "lo cual le ha convertido en un fantástico "escuchante" y en un extraordinario formulador de preguntas. De manera que lo que terminas viendo a través de sus entrevistas es la autenticidad y excepcionalidad del momento. Te sientes impelido a relacionarte con Malala y su familia de un modo íntimo y espontáneo". 

MacDonald prosigue: "Davis no es sólo un realizador extraordinario sino que también conecta con la gente de una manera increíble. Es el tipo de persona a la que confiarías tu vida, lo cual yo creo que le permite profundizar mucho más. Sabíamos que Davis encontraría aquí una gran historia familiar que contar. Davis también aporta su gran interés por los temas relacionados con la educación, y, teniendo hermanas, se sintió identificado con esta historia a un nivel muy personal". 

Parkes y MacDonald llevaron el proyecto a sus socios de producción de toda la vida, Image Nation, con sede en Abu Dhabi, que inmediatamente lo aceptaron y financiaron completamente. Participant Media, productora famosa por dedicarse a contenidos que alientan cambios sociales, se unió posteriormente a Image Nation para cofinanciar el filme. La sinergia con Image Nation en ÉL ME NOMBRÓ MALALA fue indiscutible. "No sólo mantenemos una relación prolongada en el tiempo con Image Nation, sino con toda la zona. Produjimos COMETAS EN EL CIELO, una película alabada por la diversidad a la hora representar a los personajes musulmanes, y después asistí durante dos años al Foro Estados Unidos-Mundo Islámico, patrocinado por la Brookings Institution, en calidad de representante cultural"explica Parkes. 

Parkes continúa: "Nos pareció que, dadas las sensibilidades de índole religiosa y política, queríamos contar con Image Nation desde el principio. Recuerdo estar contando a nuestro socio Mohamed Al Mubarak por qué queríamos hacer esta película sobre Malala y, tras sólo un par de frases, él me interrumpió para decirme, ‘Walter, ella representa todo lo que nosotros defendemos’. Estuvimos filmando su intervención ante Naciones Unidas, coincidiendo con su decimosexto cumpleaños, unas semanas más tarde". 

Para Ziauddin Yousafzai, tomar la decisión de permitir a un equipo de cine introducirse en el centro de su más íntimo círculo familiar no fue algo sencillo, pero creía haber encontrado a los compañeros adecuados para emprender esa aventura. 

"Como padre, me pareció que habíamos pasado por una experiencia muy traumática y que ser seguidos por las cámaras podría resultar difícil; pero a lo largo de nuestra vida siempre hemos hecho cosas por una causa que es más importante que nosotros", comenta. "Walter y Laurie motivaron a los miembros de mi familia y luego, después de reunirme con Davis y conocerle bien, me di cuenta de que nunca encontraría a alguien mejor que este hombre para contar esta historia sobre nuestra campaña a favor de la educación global… La personalidad de Davis es realmente muy especial. Es capaz de sacar a la luz las verdades más ocultas, lo que está más profundamente enterrado en tu corazón, y eso es lo que nosotros queríamos compartir con el mundo". 


Ganándose la confianza
"Yo no tengo miedo a nadie". ~Malala

Para Davis Guggenheim, la imagen pública de Malala era una cosa; pero a él le interesaba el trasfondo que subyace tras esas fotografías que tan frecuentemente vemos de su suave sonrisa y perspicaz mirada. Davis quería detalles reales y sinceros de su vida cotidiana. ¿Con qué sueña Malala? ¿Cómo es capaz de seguir adelante? ¿Ha cambiado en algo la relación con sus padres? ¿Por qué le sigue motivando ser una líder dado todo lo que sufre? 

Para averiguar todas estas cosas, Davis tendría que convertirse en una parte del mundo de Malala; no simplemente entrevistarla, sino adentrarse en su pensamiento y en el círculo familiar que significa todo para ella. 

Guggenheim no sufría ningún delirio; era consciente de los obstáculos culturales que podía tener por delante. "Era extremadamente delicado", señala el director, "contar una historia sobre una familia que procede de una cultura muy diferente. Pero lo más importante para mí era contar su historia trasladando de forma respetuosa y fidedigna su experiencia. Nunca me vi a mí contando su historia. Yo veía la película como una oportunidad de contar ellos su propia historia. Nuestra intención era mantener conversaciones íntimas y profundas; y espero que el resultado sea que los espectadores sientan como si la familia Yousafzai les estuviera hablando directamente a ellos". 

Guggenheim se dirigió a Birmingham, Inglaterra, donde los Yousafzai residen desde 2012. Puede parecer un lugar sorprendente para Malala y su familia –una ciudad industrial de tamaño medio ubicada en el centro geográfico de Inglaterra–, pero la familia ha permanecido aquí desde que Malala fue trasladada al Queen Elizabeth Hospital para tratamiento adicional (Su cirugía de emergencia para liberar la presión de su cerebro tuvo lugar en el Combined Military Hospital de Peshawar, Pakistán). 

En su nuevo hogar, Guggenheim se encontró una bulliciosa y acogedora atmósfera familiar que le hizo sentir cómodo. Davis sabía que construir una sólida base de confianza era esencial, pero no existe una fórmula mágica para forjar el vínculo entre realizador e individuo. El tiempo y la paciencia tienen que hacer su labor. 

"La clase de confianza que necesitas es la que te tienes que ir ganando a lo largo del tiempo", explica Guggenheim. "No obstante, mientras filmábamos a la familia en su hogar realizando sus actividades cotidianas –haciendo el desayuno, yendo a la escuela– y les filmábamos viajando por todo el mundo, tanto en sus momentos privados como públicos, confraternizamos mucho. Verdaderamente yo llegué a apreciarles mucho, a todos ellos, a toda la familia". 

Ziauddin Yousafzai afirma que el sentimiento era mutuo ya que Guggenheim llegó a formar parte de su vida familiar. "Davis quería hablar sobre mi familia con mucha honestidad, así que nosotros intentamos ser fieles a nosotros mismos y a nuestra labor. Desde las cosas más pequeñas, como mi tartamudeo, hasta las grandes cuestiones que encaramos, absolutamente todo se exponía ante el espectador", señala. "Sin embargo, Davis siempre se ha mostrado sumamente considerado con nuestras tradiciones y cultura". 

Guggenheim estaba muy contento de haber sido tan amablemente acogido en el unido redil familiar. "Sentarse a la mesa de su cocina era pura alegría", recuerda. "Todos son muy sinceros unos con otros, siempre están riendo y contando historias. A menudo terminábamos cantando, ya fuera viejas canciones pastunes o de Bob Dylan. Son unas personas muy vitalistas. Pueden decirse cosas realmente hirientes; pero inmediatamente después se ríen. Yo solía salir de su casa con un subidón de entusiasmo, me divertía mucho con ellos". 

Finalmente, resultó que sus diferencias culturales no fueron tampoco tantas. Guggenheim consideraba tanto su religión musulmana como el pashtunwali (código de honor pastún), aunque algo central en sus vidas, un elemento motor de su generosidad, honestidad y afecto.

"Yo soy mitad judío, mitad episcopaliano, de manera que no sabía muy bien qué me iba a encontrar cuando llamé a su puerta", confiesa Guggenheim. "Pero me encontré con una familia muy parecida a la mía. Descubrí que sus creencias y ricas tradiciones les han conducido por hermosos caminos; les ha procurado su voluntad de perdonar y su deseo de contar la verdad, así como su sentido del bien y del mal. No era muy distinto al papel que la fe desempeñaba en mi casa". 

Para Laurie MacDonald, este íntimo retrato de una familia musulmana abre un importante diálogo en un tiempo en el que se debate la intolerancia extrema. "Pienso que es algo fantástico que esta película refleje en la pantalla a una familia musulmana de una forma en la que todos podemos sentirnos identificados", dice MacDonald. "Sus valores de bondad y perdón constituyen un lenguaje universal". 

La propia Malala estaba entusiasmada con empezar el rodaje, pero tenía pocas referencias de cómo sería. Desde que llegó a Inglaterra, Malala había aprendido a vivir con cámaras que la seguían constantemente en público, pero sabía que esta película sería algo bastante distinto."Este filme muestra la historia de una familia normal", afirma. 

Esa normalidad es captada en los momentos comunes y corrientes que comparten los miembros de la familia Yousafzai. "Nos reímos, nos peleamos, hablamos, lo pasamos bien", dice Malala de su familia. "Me considero afortunada por tener a una familia así…, así es como se consigue motivar a los niños. Así es como los niños se animan a lograr algo en su vida". 

Su padre coincide en que el amor de la familia es algo primordial. "Yo creo que cada familia es como un Estado en pequeñito. Tiene su propia constitución, tiene sus propias normas y valores; y si esos valores están construidos sobre la igualdad, la justicia, el amor y el respeto, toda familia puede llegar a ser extraordinaria. Nuestros valores son la razón por la que somos tan felices", afirma Ziauddin. 

La sencillez del acercamiento de Guggenheim ayudó a romper barreras. "Yo habitualmente empiezo haciendo entrevistas sin equipo, sin focos, únicamente sonido", explica. "Mi primera entrevista fue con Malala en la pequeña dependencia donde hace sus deberes, y hablamos durante tres horas. Hice lo mismo con su padre; simplemente nos sentamos y nos pusimos a hablar. Pero en el transcurso de nuestras conversaciones, ambos terminaron diciendo cosas que no habían dicho nunca antes. De manera que eso era la parte importante; ayudarles a contar toda su historia. Intenté no hacer tantas preguntas desde un punto de vista intelectual como desde un punto de vista humano". 

Eso relajó a Malala. "Lo que hizo Davis fue muy eficaz. Y eso realmente me ayudó a hablar de cualquier cosa que me salía del corazón. Davis sabe cómo explorar muchas cosas que están ocultas en lo más profundo de ti…, todo eso simplemente sale y tú ni siquiera te das cuenta", reflexiona. 

Después, Malala estuvo encantada de que Guggenheim les acompañara en sus viajes por África y Jordania. "Era estupendo tener a alguien captando esos momentos, que yo quiero recordar siempre", afirma. "En esas jornadas, durante los últimos dos años, me he encontrado con muchas chicas y niñas increíbles, así que ahora me parece que cuando hablo lo hago en su nombre. Y eso ha dado más poder a mi voz y la ha hecho aún más fuerte". 


En casa con los Yousafzai
Mi madre diría, "Está escrito en el sagrado Corán que la verdad tiene que llegar, y la mentira tiene que morir". ~ Malala

Observando a la familia Yousafzai a lo largo de un año y medio, Davis Guggenheim llegó a la conclusión de que ambos padres habían ejercido por igual una indeleble influencia en la persona en que Malala se había convertido.

"Es la combinación de Ziauddin y Toor Pekai lo que ha creado a esta chica extraordinaria", dic el director. "Ziauddin, obviamente, tiene una relación estrecha con Malala. Ziauddin suele decir esa maravillosa cita: ‘No me preguntes lo que hice. Pregúntame lo que no hice. Yo no le corté las alas’. Y está ese momento tan especial cuando ella nace y su padre le dice, eres igual que todos los hombres de nuestro árbol genealógico Pero también creo que es de Toor Pekai de donde Malala obtiene su fuerza moral y su fe". 

"La relación de Malala con su padre es muy especial. Pero creo que igualmente lo es la que mantiene con su madre", afirma MacDonald. "Toor Pekai es alguien que observa las tradiciones culturales y que posee una fuerza tremenda, siendo no obstante discreta, algo que yo creo que tiene mucho que ver con la persona en que se ha convertido Malala. Toor Pekai es una persona de grandes convicciones morales. Quizás porque yo misma soy madre, me identifico con Toor Pekai, que yo pienso que ha educado a esa extraordinaria jovencita para soportar mucho y salir de ello más fuerte". 

También vemos a Malala bromeando con sus hermanos pequeños, Khushal y Atal, constantemente a su lado fastidiándola, sin importar las circunstancias. Malala recuerda:"Incluso cuando gané el Premio Nobel de la Paz, lo primero que me dijo mi hermano pequeño fue, ‘Mira, has conseguido ese premio, pero eso no quiere decir que puedas convertirte en una hermana mandona’". 

Como era de esperar, mientras estuvo con Malala, Guggenheim se la encontraba frecuentemente haciendo los deberes. Puede que sea una celebridad, pero Malala predica con el ejemplo en lo relativo a la educación, empezando por la suya. "La escuela es la primera prioridad de Malala, y creo que a ella le gusta estar entre los mejores alumnos de la clase", observa Guggenheim. "Pero, por supuesto, es extraordinario lo que ha conseguido. Imagínate ir a la escuela en otro país, donde se enseña el tercer o cuarto idioma que hablas, donde tus clases de historia no son sobre tu propio país sino sobre otro. Y Malala lo está haciendo realmente bien". 

Malala admite que todavía encuentra tiempo para divertirse. "A veces me entretengo con mi iPad, por ejemplo, jugando a Candy Crush, o en ocasiones leo un libro o veo la televisión. Pero siempre tengo mucho trabajo que hacer para la Fundación Malala, además de mis deberes, así que trato de dividir mi tiempo con equidad", explica. 

Como cualquier adolescente, Malala se traba un poco a la hora de hablar de temas como el amor y los chicos, pero Guggenheim también abordó tan incómodas cuestiones. "Me resulta muy difícil preguntarles a mis hijos adolescentes si están saliendo con alguien. De hecho, no me atrevería a hacerlo", dice sonriendo. "Pero Malala es una chica que ha sido capaz de ir a Naciones Unidas y hablar con elocuencia ante los líderes del mundo y gente poderosa, así que es fácil olvidarse de que también es una adolescente que sólo intenta encajar. Era importante para mí mostrar esa otra faceta de ella. En Malala hay esa dualidad, lo cual la hace realmente adorable. Está decidida a cambiar el mundo y su pensamiento se halla a ese nivel tan elevado. Sin embargo, también puede estar en su hogar preocupada por un examen y bromeando conmigo sobre Roger Federer". 

Walter Parkes añade: "Toda adolescente tiene en su interior un polvorín de emociones. Pero es difícil imaginar lo que está experimentando alguien que acabe de llegar a un nuevo país y que se encuentre en el lugar de Malala. Lo que es genial en ella, y lo que yo creo que puede verse en el filme, es su total sinceridad en relación a ese tipo de cosas. Malala discute con su madre y su padre y se pelea con sus hermanos. Muestra esa maravillosa dicotomía de ser, por un lado, una líder mundial y, por otro, como cualquier chica de su edad que hayamos podido conocer". 

Para MacDonald, esas escenas constituyen el núcleo central del poder inspirador que tiene la película. "A pesar del hecho de que Malala es ahora una líder global de enorme importancia, lo que verdaderamente emociona de su historia es que también es la historia de una chica completamente normal. Su heroísmo se acrecentó cuando le arrebataron el más simple y básico de los derechos humanos –el derecho a recibir educación–, y a partir de entonces descubrió la fuerza de su voz". 

Algo de lo que Malala no tenía voluntad de hablar era sobre la profundidad de su sufrimiento físico y emocional. Aunque Guggenheim no puede saber con seguridad por qué no quería hablar de ello, supuso que sería porque ha visto a tanta gente sufriendo en medio de la guerra y la represión –tanto en su país natal como en el extranjero– que no desea desviar la atención de otros que lo han pasado incluso peor que ella. 

"Como sabes, muchos amigos de mi familia fueron asesinados", le puntualiza Malala."Muchos de sus amigos aún siguen sufriendo en Pakistán, así que los miembros de mi familia no se ven a sí mismos como personas extraordinarias". "Aun así, es realmente notable que hayan atravesado un infierno y, sin embargo, no haya en ellos un ápice de amargura. Lo constatas en la película; están llenos de alegría y esperanza, mientras que muchos de nosotros nos quejamos de cosas mucho más insignificantes", dice Guggenheim. 

Parkes tiene también una teoría sobre por qué Malala no habla de su propio padecimiento."Creo que su rechazo a reconocer su sufrimiento va unido a su absoluta concentración en la tarea que debe hacer en este mundo. También pienso que la valoración que Ziauddin hace de que el que apretó el gatillo sobre Malala no era una persona sino una ideología, es algo clave en este aspecto. Desde su punto de vista, un principio básico del Islam es el perdón, y ellos son un buen ejemplo. Lo canalizan todo intentando hacer del mundo un lugar mejor". 

No obstante, Guggenheim vio que Malala todavía está en proceso de curación de sus graves heridas, un proceso que puede que dure toda su vida. "Yo creo que sus heridas fueron mayores de lo que realmente admitimos", dice. "La vimos hablando en la ONU y nos pareció muy carismática, pero tenía en la cara un nervio seccionado que le han vuelto a fijar y aún está en fase de recobrar el movimiento. Malala tenía los huesos de un oído absolutamente destrozados y su capacidad auditiva no es muy buena de un lado. Pero ni una sola vez la oí quejarse. Se siente una persona verdaderamente afortunada". 

Malala ve su disposición a perdonar como algo absolutamente natural. "Creo firmemente que debemos tratar a los demás como nosotros queremos que nos traten. Es algo muy simple: Quiero ser tratada correctamente, con justicia, amor y amabilidad; de manera que esa es mi actitud también hacia otras personas", apunta. "Yo creo que si sintiera ira hacia los terroristas o los talibanes, el resultado no sería muy positivo. Creo en la paciencia y creo en la tolerancia. Pienso que es la mejor manera de vivir tu vida". 

A pesar de su absoluta y genuina admiración, Guggenheim no quiso eludir las controversias que también suscita Malala –desde la cuestión de si se debería haber puesto a una niña en tal situación de riesgo (una cuestión a la que su padre, Ziauddin, se enfrenta de manera muy emotiva en el filme) hasta la inquietud que manifiestan algunos paquistanís que creen que Malala está siendo utilizada y es un instrumento de los países occidentales (una inquietud que Malala rebate, señalando que ella ha criticado la política exterior de Occidente y la pérdida de vidas que Estados Unidos ha ocasionado en la región con sus ataques de drones). 

"La película debía involucrarse en una cuestión tan controvertida como ésta: si animas a tu hija a luchar por sus derechos desde una edad tan temprana, ¿la pones en peligro? Era una pregunta que se formulaba por entonces", señala MacDonald, "y aquí nosotros teníamos la oportunidad de ver esta cuestión desde los dos puntos de vista". 

Para Parkes, arriesgar su vida es una decisión que sólo podía tomar la propia Malala, pero le impresiona profundamente todo lo que ha hecho. "Siendo yo mismo padre, a veces me he preguntado si su condición de líder mundial está usurpando su derecho a ser simplemente una adolescente. Sin embargo, como dice Malala en la película, es ella quien ha elegido esta vida. Nadie la ha elegido para ella. Su padre no la ha elegido para ella. Malala la eligió para sí misma porque creía firmemente en lo que hacía". 

Recientemente, Malala tuvo oportunidad de ver ÉL ME NOMBRÓ MALALA, y admite que se sintió un poco incómoda, como le pasaría probablemente a cualquier chica de su edad, pero ya estaba conquistada. "Es difícil verte a ti misma", dice con su característico candor. "No me gusta ver mis entrevistas ni mis fotografías, así que fue duro ver el filme. A mi padre no le molesta; ¡él veía sus entrevistas y, sobre todo, las mías tres o cuatro veces! A mí me resultaba más difícil. Pero me impresionó mucho la forma en que Davis realizó la película y especialmente la animación". 


El nombre de Malala
"Cuando era pequeña, mucha gente me decía, ‘Cámbiate el nombre de Malala. Es un mal nombre, significa triste’. Pero mi padre siempre decía, ‘No, también tiene otro significado: Valentía". ~ Malala

Malala admite en ÉL ME NOMBRÓ MALALA que no siempre ha estado segura de que le gustara el nombre que actualmente se ha convertido en un icónico símbolo del derecho de las niñas a recibir educación en todo el mundo. Era algo que a lo que tenía que habituarse. Pero para Davis Guggenheim, la historia que hay detrás de su nombre constituía el centro de su visión del filme; tanto es así que se convirtió en el título del mismo. 

"Elegí ese título por el misterio que evoca. Espero que el público entre a ver la película preguntándose por qué su padre la llamó Malala y por qué es tan importante ese nombre. El hecho de que Ziauddin, ignorando aún todo lo que le pasaría a su hija, le diera el nombre de una chica que denunció la injusticia y fue asesinada por su valentía, siempre parecerá algo realmente extraordinario. El acto de darle ese nombre tiene una profunda trascendencia y un hondo significado en nuestro filme". 

Ziauddin Yousafzai eligió llamar a su hija Malala porque quería un nombre que le recordara siempre el poder que podía tener como mujer. Así que la llamó igual que una de las más grandes heroínas del pueblo pastún: Malala de Maiwand, una chica pastún comparada a menudo con la santa francesa Juana de Arco por sus desinteresados actos de ánimo durante la guerra. En la década de 1880, cuando los pastunes estaban luchando en Afganistán contra los colonialistas británicos, Malala, aunque era simplemente una adolescente, fue hasta el campo de batalla para ayudar a los heridos. Durante la virulenta batalla de Maiwand, Malala vio que sus compañeros, al verse asediados, estaban perdiendo la moral, así que cogió una bandera y empezó a correr gritando palabras de esperanza y aliento, siendo finalmente alcanzada por las balas. Animados por sus palabras, los soldados afganos lograron vencer. 

Algunos han señalado la fatalidad que tiene el nombre de Malala, dado que ella también fue tiroteada al luchar por lo que creía. Pero también hay algo más que procede de ese nombre, algo que Ziauddin intentó inculcar en su hija desde muy pequeña: entender que el hecho de ser mujer no le iba a impedir hacer grandes cosas. 

"A lo largo de la historia, ves la importancia que tiene su nombre", dice Guggenheim."Descubrimos que el árbol genealógico de Malala se remonta a cientos de años atrás, pero está formado únicamente por hombres. Imagínenselo. Ninguna mujer se consideraba suficientemente merecedora de ser recordada en el árbol genealógico. Pero Ziauddin tuvo la sencilla intuición de decir, ‘No. Mi hija merece estar ahí, y será recordada en la historia de esta familia’. Con ese momento, Ziauddin le dio a Malala su permiso para ser quien quisiera, y ella le hizo caso". 

Para Malala, su nombre es algo que ahora cree que pertenece tanto a un movimiento como a una persona. "Espero que ese nombre se convierta en un símbolo de la lucha por los derechos y la educación", afirma. "Algo que me inspiró mucho fue el hecho de que, tras ser atacada en Pakistán, esas chicas alzaran carteles con la frase ‘Yo soy Malala’. Ellas estaban diciendo, ‘Yo estoy aquí para luchar por mis derechos’. Por lo tanto, no es sólo el nombre de una chica. Es un nombre que ahora simboliza la reivindicación de las chicas". 


La animación de Malala
"Normalmente, los talibanes matan a la gente por la noche. Yo salía y me dedicaba a comprobar todas las puertas. Esa cancela está cerrada, no pueden entrar por esa cancela; esa puerta está cerrada, así que no pueden entrar por esa puerta. ¡Oh, Dios, protege a mi padre, protege a nuestra familia!" ~ Malala

Probablemente no hay dos formatos de realización cinematográfica más opuestos que el documental y la animación. Los documentalistas cogen una cámara y van filmando sobre la marcha la vida real tal y como se desarrolla. Los animadores, por otro lado, trabajan de una forma lenta, meticulosa, línea a línea, poco a poco, para retratar una visión alternativa de la realidad. 

A pesar de sus diferencias, cuando estos dos formatos se han unido, la experiencia ha sido emocionante para el público. Davis Guggenheim recurrió a la animación de ÉL ME NOMBRÓ MALALA con un evidente propósito narrativo: permitir que el espectador pudiera ver viera los recuerdos de Malala, algo que de otra manera hubiera sido imposible. 

En parte, Guggenheim estaba buscando romper estereotipos. "Cuando vemos un reportaje sobre Pakistán, muy frecuentemente resulta algo despiadado o siniestro. Pero cuando Malala y Ziauddin cuentan la historia de su pasado, parece algo maravilloso. Por la forma en que hablan, sus recuerdos, a mí me parece un cuento. De manera que decidí utilizar la animación para representar la parte de las vidas de los Yousafzai previa a los talibanes del mismo modo que ellos la recordaban: como algo hermoso y adorable, como un cuento de hadas. Animación significa tiempo y dinero. Pero yo tenía la intuición de que ayudaría a contar la historia de Malala de una forma muy intensa y conmovedora".

Walter Parkes se sorprendió cuando Guggenheim comunicó inicialmente la idea a los productores; poco después, Parkes ya estaba convencido. "Recuerdo a Davis diciendo que estábamos tan inundados de imágenes de los medios sobre los talibanes y el caos de Pakistán que resultaba muy fácil desconectar de todo ello. Y entonces dijo, por lo tanto, creo que a través de la animación deberíamos mostrar más lo que es el pasado de Malala. Y yo le dije, ‘¿Estás loco? Esto es un documental’", dice Parkes sonriendo. "Pero Davis tenía realmente una visión, razón por la cual es un realizador tan fascinante. La animación que Davis y su equipo incrustaron en el filme dio lugar a algo bastante inusual en un documental: una sensación subjetiva que nos traslada al pasado de una forma más personal". 

Guggenheim sabía que necesitaría a un colaborador muy cualificado e imaginativo. Entonces se asoció con Jason Carpenter, un joven realizador que le había dejado impresionado con el galardonado cortometraje que realizó siendo estudiante, THE RENTER, que, a pesar de utilizar modernas técnicas digitales, tenía una estética tosca y orgánica al representar la historia sobre la experiencia de un chico en un centro de día con la atmosfera y la emoción de una pintura. 

Carpenter, que dirige Carpenter Bros. Animation junto a su hermano, dice que vio la animación para ÉL ME NOMBRÓ MALALA como un "gran experimento". No se parecía a ningún otro desafío que hubiera afrontado con anterioridad; un desafío que conllevaría 18 meses de concentrado trabajo creativo. "Éste proyecto de animación es de un tipo clase muy especial porque no sólo trata sobre una persona real, sino sobre una verdadera líder del mundo actual. Así que, al ponernos a ello, nos pareció que la animación tenía que ser muy auténtica, que debía ser reflexiva y muy respetuosa no sólo con la gente involucrada sino también con su cultura", explica el animador. 

Y por encima de todo, Carpenter quería que la animación fuera una especie de espejo que reflejara la expresividad de Malala y Ziauddin que Guggenheim había capturado en el documental. "La animación tenía que parecer auténtica, pero su estética también debía ser poética e impresionista, de manera que realmente pudiera servir de contraste con la acción real y diera la sensación de retroceder hasta sus recuerdos más queridos", prosigue Carpenter. 

Más que la animación tradicional, Carpenter utilizó como fuente de inspiración la pintura, las emotivas exploraciones texturizadas de Andrew Wyeth sobre la memoria, la nostalgia y la añoranza por lo que se ha perdido. Comenzó haciendo algo de investigación, pero, una vez que tuvo los elementos básicos, empezó a experimentar libremente. "Vimos el hogar donde Malala nació y las escuelas de Swat Valley porque queríamos ser fidedignos. Pero tampoco queríamos ser demasiado inflexibles o cautos porque entonces la animación podría resultar muy inexpresiva", dice Carpenter. 

Carpenter continúa: "La cuestión era capturar el corazón y el espíritu de Malala y su familia, nutrirse de la pasión que sienten, y trasladar esa especie de vida emocional a la animación. También era importante para mí que diera la impresión de ser la visión del mundo que tiene una jovencita –no la visión de un hombre–, lo que lleva implícito una especie de suavidad y dulzura, y que pareciera realmente la perspectiva de Malala". 

Carpenter utilizó equipo digital pero se inclinó por las bellas imperfecciones del dibujo a mano."Usábamos tablets Wacom, iMacs, Mac Pros y software Adobe, pero hacíamos los dibujos con nuestras manos", explica. "No te manchas los pantalones con salpicaduras de pintura, pero el resultado es igualmente artesanal". 

Desde el principio, a Guggenheim le encantó la imaginería que Carpenter empezó a inventarse para combinar los mundos de Malala y Ziauddin. "El estilo era sencillo, muy nostálgico, elegante y lleno de color; pero la mayoría de las imágenes parecían salir directamente de cómo cuentan ellos su historia", dice el director. 

Ambos trabajaron conjuntamente: a medida que Guggenheim le mostraba nuevo metraje a Carpenter, éste iba puliendo un poco más la animación. "Si hubiéramos realizado toda la animación después de rodar la película y simplemente la hubiéramos incrustado, el resultado hubiera sido completamente diferente", señala. "Sin embargo, dado que la animación era una respuesta al metraje que nos llegaba, ambas partes se acoplan perfectamente. Se convirtieron en una sola, lo cual es algo muy inusual". 

Las secuencias favoritas de Carpenter son las historias de cómo tanto Ziauddin como Malala encontraron su propia voz; en las cuales representa sus respectivos discursos en forma de distintivos remolinos a la deriva que transportan como el viento. 

"Primero vemos a Ziauddin siendo intimidado a causa de su tartamudez, y necesitábamos encontrar una manera de mostrar cómo sus palabras fallaban entonces pero que, sin embargo, luego se convertiría en un gran orador", recuerda Carpenter. "Hacer eso bien era importante porque esta historia gira mucho en torno a avanzar y manifestarse. Si se presta atención, en muchas ocasiones, antes de que un personaje hable, da, literalmente, un paso adelante. Cuando Malala pronuncia un discurso en la montaña, da un paso final hacia la montaña antes de hablar. Cuando Ziauddin se dirige a un público determinado, da un paso adelante. La manera que tenemos de mostrar esa faceta de denuncia de las injusticias es teniendo el valor de dar ese paso". 

Carpenter prosigue: "También teníamos que encontrar la manera de mostrar que una voz es algo que puede inspirar y conmover a la gente; que puede cambiar el mundo. Así que intentamos representar visualmente el discurso de forma que captara la energía, la belleza y la elocuencia. Si miras detenidamente, verás que tratamos los discursos de Ziauddin y Malala de forma diferente. Dado que Ziauddin es muy exaltado, a su alrededor hay, sorprendentemente, pequeñas llamas y cosas que saltan. Sin embargo, el discurso de Malala es mucho más directo y recorre grandes distancias". 

Otra emocionante secuencia para Carpenter fue la recreación de la batalla de Maiwand, en la que la homóloga de Malala del siglo XIX se convierte en una heroína. "Me gusta mucho la forma en que cambian los colores en esa secuencia, y después, cuando Malala habla, la luz emerge desde su voz", describe. 

Para Carpenter, nada de lo anterior hubiera sido posible sin el apoyo de Guggenheim. "Davis te incita a esforzarte al máximo en tu trabajo. Pero también es muy humilde y hablar con él resulta muy fácil. La experiencia en su conjunto fue de colaboración. Y no creo que pudiera haber ocurrido de otro modo". 


El hogar dejado atrás: Swat Valley
"Durante un tiempo, nuestro aislamiento significó vivir en un paraíso. Nuestra vida era normal, nuestra vida era feliz". ~ Malala 

El hogar que Malala y su familia fueron forzados a abandonar puede que actualmente esté devastado por los efectos de la guerra, pero también es uno de los lugares más increíbles del mundo. La pintoresca belleza y el rico sustrato cultural de Swat Valley era algo que Davis Guggenheim esperaba evocar a través del filme. 

"Cuando piensas en Pakistán, la tendencia es pensar en imágenes granuladas y malas noticias; pero cuando miraba fotos de Swat Valley, lo que yo veía era un paraíso verde y frondoso, y donde en realidad había una larga tradición en términos de educación antes de la llegada de los talibanes. Así que yo quería mostrar un pedazo de ese mundo que realmente no es muy conocido", dice Guggenheim. 

Enclavado en medio de las empinadas montañas del Hindu Kush, Swat Valley es un verdoso patchwork de fértiles praderas provistas de altísimas y nevadas cumbres y ríos embravecidos. Sin embargo, esta bella región ha padecido una complicada y turbulenta historia. Conquistada por Alejandro Magno en el año 320 a.C., fue cuna del budismo vajrayana en el siglo II a.C. y posteriormente se convirtió en el hogar de las tribus pastunes, que aún hoy continúan allí. Swat Valley fue después invadido por el dirigente afgano Mahmud of Gazni, que introdujo el Islam en la región, antes de convertirse en parte de la India sometida al dominio británico. En 1917, Miangul Abdul Wadood fundó el estado de Swat, país natal de los Yousafzai. Él y su hijo, Miangul Abdul Haq Jahanzeb, gobernaron la región hasta 1969, cuando fue incorporada al recién creado país de Pakistán. 

Swat Valley experimentó otro cambio en la década de los 90 con el ascenso del activismo radical. En 1992, Sufi Muhammad fundó el TNSM (Tehreek-e-Nafaz-e-Shariat-e-Mohammadi), una organización vinculada a los talibanes que pretendía imponer el cumplimiento estricto de la sharía (ley islámica). En 2002, su yerno, Maulana Fazlullah –apodado "Radio Mullah" por sus fervientes arengas en la radio– asumió el liderazgo del TNSM. Alrededor de 2007, en medio de mortíferas refriegas con las fuerzas armadas pakistanís, el grupo fundamentalista se apoderó de buena parte del territorio de Swat Valley. 

Yendo cada vez más en aumento en sus graves pronunciamientos, Fazlullah proclamó en 2009 la absoluta prohibición de la educación femenina en Swat, dejando a 40.000 niñas y chicas sin escuela. Entonces comenzó una progresiva campaña de destrucción; dando como resultado el bombardeo, incendio y desmantelamiento de hasta 400 escuelas de la zona. 

Todos estos acontecimientos coincidieron con la adolescencia de Malala. Y su perspectiva era completamente diferente. Su padre conocía perfectamente la larga tradición de la región en el ámbito de la educación. Y, tal y como Malala confiesa, desde muy pequeña, sabía que en el fondo ella era una estudiante, dispuesta a hacer cualquier cosa por aprender. 

Con la esperanza de formar a una nueva generación de líderes femeninas, Ziauddin Yousafzai fundó en 1994, en la ciudad de Mingora, la escuela pública Khushal, llamada así en honor del famoso poeta pastún Khushal khan khattak, con sólo tres estudiantes y él mismo ejerciendo de director, maestro e incluso bedel. El éxito de la escuela fue rápidamente en aumento y, a los cinco años, Malala empezó a asistir a ella. Aunque los Yousafzai ya no están allí, la escuela Khushal continúa proporcionando educación a las niñas de Swat Valley. El hecho de haber dejado la escuela constituye una de las mayores angustias de Ziauddin. "Me gustaría estar con los niños en Pakistán, ir a la escuela que fundé y a otras difundiendo este mensaje por la educación, además de pasear de nuevo por las frondosas y verdes colinas de Swat Valley", dice Ziauddin. 

Desde la operación militar efectuada en 2009, ha habido algunas mejoras en Swat Valley. Las niñas han vuelto a la escuela y la violencia ha descendido. Sin embargo, la situación sigue siendo frágil y los mismos líderes talibanes que indujeron la muerte de Malala estuvieron implicados en la masacre que ocurrió en la escuela de Peshawar en 2014, donde murieron 145 personas, incluyendo 132 alumnos de entre 8 y 18 años de edad. 

En casa de los Yousafzai, el sueño de volver a su hogar natal todavía persiste. "Es difícil para nosotros el hecho de que la vida que tuvimos en Swat, acompañando a Malala a la escuela por la mañana, encontrándote con las preciosas y sonrientes caras de los niños o con los más viejos del lugar, que toda esa parte de nuestra vida familiar haya desaparecido por el momento", dice Ziauddin. 


La demanda de Malala: Educación para las niñas
"Tengo derecho a cantar, tengo derecho a ir al mercado, tengo derecho a expresar mi opinión. Yo voy a recibir educación, ya sea en casa, en la escuela o en cualquier otro sitio. Ellos no me lo pueden impedir". ~ Malala

Actualmente, más de 60 millones de niñas en edad escolar no van a la escuela en todo el mundo. La duración media de la educación de las niñas en los países más pobres del mundo es de tan sólo tres años. En Pakistán, la media de escolarización de las chicas es de sólo 4,7 años. En unos 70 países de todo el mundo, las chicas están amenazadas y sufren agresiones simplemente por querer ir a la escuela. 

Éstos son los hechos; pero el reverso de la moneda es que la educación de las niñas es uno de los métodos más eficaces y eficientes para lograr que una sociedad progrese. Cuando las chicas reciben educación, los estudios al respecto demuestran que toda su familia se beneficia de ello a través de la obtención de mayores ingresos y una vida más larga y saludable. Una chica que reciba tan sólo un año más de educación puede llegar a ganar un 20% más de dinero siendo adulta. Las chicas que han tenido educación probablemente tendrán una familia más reducida, hijos más sanos, así como las habilidades necesarias para iniciar un negocio, obtener un trabajo y contribuir más plenamente a sus comunidades. 

La importancia de la educación es algo que Malala pareció entender intuitivamente desde una temprana edad a medida que fue descubriendo su deseo de aprender. Así que cuando los talibanes empezaron a clausurar las escuelas de niñas, no pudo soportar esa injusticia, lo cual le provocó la necesidad de demandar lo que consideraba, incluso a tan tierna edad, un derecho humano básico. 

Ésa es la razón por la que Malala y su padre cofundaron la Fundación Malala, una organización cuya finalidad es el empoderamiento de las niñas mediante una educación secundaria de calidad. La Fundación pone en práctica lo que Malala siempre ha creído que es el derecho de todas las personas: "Malala quiere que todos los niños tengan la oportunidad de recibir una educación de calidad durante 12 años enteros", dice Meighan Stone, presidente de la Fundación Malala. 

La Fundación Malala tiene tres objetivos principales: 

Primero, la Fundación Malala se compromete a garantizar que las niñas de cualquier lugar del mundo tengan acceso a 12 años completos de educación. 

En segundo lugar, la Fundación Malala invierte en proyectos de educación que proporcionan estudios con calidad y seguridad a las niñas, especialmente a aquellas que de otra manera no tendrían acceso al instituto.

Tercero, la Fundación Malala trabaja con líderes, gobiernos y organizaciones privadas de todo el mundo para incrementar los compromisos de financiación, de manera que se pueda hacer efectivo el derecho a la educación de todos los niños. 

Para conseguir los citados objetivos, la Fundación Malala aboga por cambios en la política internacional, nacional y local que optimicen el acceso seguro y asequible de las niñas a la educación; invierte en una labor programática en aquellos países donde las niñas más lo necesitan, tales como Nigeria, Pakistán y los países que amparan a refugiados sirios; y la Fundación Malala amplifica la voz de las niñas y adolescentes de todo el mundo. 

"En esta campaña global, Malala lo que trata es dar poder a las niñas", dice Stone. "Ella siempre dice que no es una chica, que es una de las muchas chicas que saben lo que es que te nieguen la educación, y quiere animar a otras a alzar su voz. Eso es algo que el público verá claramente en el filme y esperamos que se unan a ella". 

Para la Fundación Malala, ÉL ME NOMBRÓ MALALA es una ocasión para el mundo de saber más sobre la realidad de la vida de muchos millones de niñas y chicas en todo el mundo, así como sobre el compromiso de Malala y su padre para garantizar que todas las niñas tengan la oportunidad ir a la escuela. 

"En la Fundación Malala, esperamos que la gente que vea la película se decida a apoyar la causa de la educación de las niñas en todo el mundo", dice Stone. 

Davis Guggenheim cree desde hace tiempo que la educación es la base fundamental del progreso de las sociedades, ya sea en Pakistán, Estados Unidos o cualquier otro país. "Hay problemas muy complejos en este mundo…, pero una cosa que sí sabemos que efectivamente funciona es educar a las niñas", dice Guggenheim. "Lo sabemos. Cuando una niña recibe educación, eso crea oportunidades, eso puede cambiar una economía por completo. Lo genial es que la Fundación Malala ya está haciendo cosas extraordinarias en este ámbito. No sólo están despertando conciencias y construyendo escuelas en muchos países, sino que también están convenciendo a los líderes mundiales de que esto es una prioridad, induciéndoles a contribuir más en educación y a cambiar las leyes para que muchas niñas puedan estudiar". 

Laurie MacDonald ha visto cómo el deseo de tener mejores escuelas se ha convertido en una fuerza en todo el mundo. "Esta cuestión se ha convertido en algo muy importante para muchas comunidades. Hay una progresiva comprensión de que la educación es una manera de que los países puedan progresar económicamente y luchar contra el terrorismo de forma efectiva. Y Malala, dadas sus cualidades, tiene la oportunidad de ser una parte trascendental de ese cambio". 

En ÉL ME NOMBRÓ MALALA, no sólo vemos a Malala en su casa, sino también viajando intrépidamente a algunas de las zonas más calientes del mundo; para abogar por las niñas nigerianas secuestradas por el grupo Boko Haram y para ayudar a los refugiados sirios en Jordania. Verla en acción era esencial para retratar quién es ella, dice Parkes. 

"Malala es una persona enormemente valiente. Yo creo que tiene una intuitiva percepción del motivo por el cual está en este mundo, de lo que se supone que debe hacer; y lo está haciendo", observa Parkes. "Sin embargo, cuando la veo en la frontera siria, o inquiriendo exhaustivamente al presidente de Nigeria sobre las chicas secuestradas por Boko Haram, me parece que estoy viendo a la misma chica que conocí en el salón de la casa familiar. Independientemente de donde esté, Malala siempre es extraordinariamente auténtica". Para Davis Guggenheim, esa autenticidad nunca habría sido un regalo para el mundo si Malala hubiera nacido en una familia que no enfatizara en el valor universal de una valiosa e intensa educación. "Espero que esta película muestre cómo la educación que recibió la propia Malala le proporcionó el poder para intentar transformar su mundo", resume. "A través de su educación, Malala encontró su propia voz, y después tomó la decisión de utilizar esa voz para luchar por lo que creía. Si otras personas se sintieran motivadas a alzar su voz al ver este filme, sería algo muy especial". 


Información actualizada sobre Malala
En agosto de 2015, Malala finalizará el décimo curso (grado undécimo en Reino Unido, General Certificate of Secundary Education, GCSE) en Birmingham, Inglaterra (perdió un año de escuela tras el tiroteo), donde vive con su familia y continúa su ferviente labor en la Fundación Malala. 

Un niño, un maestro, un libro y un bolígrafo pueden cambiar el mundo. ~ Malala Yousafzai


¿Quién es Malala?

Discurso en la ONU

Yo elegí esta vida

El perdón




Frente al mar


2015
Duración 132 min.
País Estados Unidos 
Reparto: Brad Pitt, Angelina Jolie, Mélanie Laurent, Niels Arestrup, Richard Bohringer, Melvil Poupaud

'Frente al mar', escrita, dirigida y producida por Angelina Jolie, es un drama que plasma de forma emotiva el retrato íntimo de un matrimonio sumido en lo que puede parecer una crisis. La historia transcurre en los años setenta en un pueblo de la costa francesa con sus residentes habituales y los visitantes veraniegos. BY THE SEA explora los temas atemporales que acompañan a una vida plena – la pérdida y el dolor –, así como la indomable voluntad que nos permite recuperarnos y seguir adelante.

La película cuenta cómo el escritor estadounidense Roland (Brad Pitt) y su esposa Vanessa (Angelina Jolie), una antigua bailarina, llegan a un pequeño pueblo francés. Allí, Roland se hace amigo del dueño del café (Niels Arestrup) y del hotelero (Richard Bohringer), y la pareja conoce a personas que parecen encarnar la cultura del pueblecito… y la sabiduría inherente que les proporciona ese tipo de vida.

"Rodar 'Frente al mar' en Malta ha sido una experiencia gratificante, y me siento honrada por haber podido pasar algún tiempo en esta isla llena de historia y con una cultura fascinante", dice Angelina Jolie. "Quiero expresar mi agradecimiento a todas las personas que han trabajado en la película, y también agradecer la enorme hospitalidad y generosidad de los habitantes de Gozo".

El estilo y contenido de BY THE SEA, coprotagonizada por Melvil Poupaud y Mélanie Laurent, recuerda el cine europeo de los años sesenta y setenta: historias clásicas que transcurren en lugares y momentos concretos, pero cuyos personajes y emociones son universales.

El equipo detrás de la cámara de BY THE SEA está compuesto por el director de fotografía Christian Berger (La cinta blanca), que ha rodado la película con su sistema de iluminación Cine Reflect; el diseñador de producción Jon Hutman (Invencible); la montadora Patricia Rommel (La vida de los otros), y la diseñadora de vestuario Ellen Mirojnick (Wall Street: El dinero nunca duerme). Brad Piit se une a Angelina Jolie en la producción y los productores ejecutivos son Chris Brigham (Origen), Holly Goline-Sadowski (Invencible) y Michael Vieira (Invencible).



Angelina Jolie nos habla de su personaje, Vanessa.

También se refiere a Roland, el personajeque interpreta Brad Pitt.

¿Qué es Frente al Mar?



 

Los hijos del diablo


2015
Duración 96 min.
País Irlanda
Reparto: Joseph Mawle, Bojana Novakovic, Michael McElhatton, Michael Smiley
Adam y Clare se mudan a una zona rural con su hijo recién nacido. Enseguida empiezan a recibir advertencias sobre los malos espíritus que pueblan el área, pero la joven familia prefiere disfrutar la belleza de los bosques.




Juegos demoníacos


2015
Duración 86 min.
País República Checa
Reparto: Jennifer Armour, Alina Golovlyova, Jeremy Isabella, Paul S. Tracey
Ghoul sigue a tres estadounidenses que viajan a Ucrania para investigar sobre el canibalismo que se extendió por el país durante la antigua hambruna de 1932. Después de meterse en el profundo y frondoso bosque Ucraniano para una entrevista con el último superviviente conocido de la epidemia de canibalismo, tendrán una serie de encuentros sobrenaturales inexplicables llegando a estar cara a cara con el malvado espíritu de Andrei Chikatilo, que nació en la Unión Soviética y fuera un prolífero asesino en serie que tuvo en vilo a los Rusos durante los años 70 y 80. 






Un tango más

2015
Duración 84 min.
País Argentina 
“Un Tango Más” es sobre todo una historia de amor. La historia de amor entre los dos bailarines de tango más famosos de todos los tiempos. Y es también la historia de su enorme amor por el tango.
María Nieves Rego (81) y Juan Carlos Copes (84) se conocieron en una milonga de Buenos Aires, cuando ella tenía catorce años y él diecisiete, a fines de los años 40’. A partir de ese encuentro, bailaron juntos durante casi cincuenta años. Durante todo ese tiempo se amaron, se odiaron, pasaron por varias separaciones dolorosas, pero siempre volvieron a bailar juntos.

En “Un Tango Más”, Juan Carlos Copes y María Nieves le cuentan su historia a un grupo de jóvenes bailarines y coreógrafos de tango de Buenos Aires, que transformarán los momentos más bellos y dramáticos de sus vidas, en increíbles coreografías de tango.
Estas bellas coreografías, filmadas con gran calidad cinematográfica, están acompañadas por conversaciones en las que los protagonistas nos revelan su alma y nos llevan a un viaje inolvidable hacia el corazón del tango.
Notas del Director
¿Cuándo comienza realmente una película? No estoy hablando del momento en el que se apagan las luces en el cine y comenzamos a ver las primeras imágenes en la pantalla. Sino del momento en el que la idea de una película comienza a tomar forma. A empujar y hasta a gritar, pidiendo salir a la superficie…
Recuerdo perfectamente el primer momento en el que encontré a María Nieves en Buenos Aires. Era tarde y María estaba fumando un cigarillo afuera de una milonga. Le conté que estaba preparando una película sobre tango y que me gustaría hablar con ella. María fue muy amable y seductora – siempre lo es – y me citó algunos días más tarde en su casa.
Recuerdo perfectamente que después de haber estado sentado treinta segundos en su sofá, hablando con María, supe que ella tenía que ser parte del film.
Recuerdo perfectamente, cuando unos días después de ese encuentro, leí el libro “Quién Me Quita Lo Bailado” de Mariano del Mazo y Adrián D’Amore, sobre la vida de Juan Carlos Copes. Mientras las páginas del libro volaban en mis manos, no podia quitarme de la cabeza la idea de que la película debía ser sobre los dos, María y Juan, ¡la pareja de tango más grande de todos los tiempos!
Varios años pasaron desde aquél momento. La realización de la película fue un verdadero desafío. Además de un viaje, a veces maravilloso, y muchas veces difícil y peligroso.
Durante este viaje tuve el privilegio de encontrar y trabajar con artistas fantásticos. En primer lugar, por supuesto, con María y Juan, quienes dedicaron su vida al tango, lo influenciaron y lo transformaron como ninguna otra pareja. Pero también con todos nuestros bailarines y coreógrafos, que dieron todo para poder crear y bailar las fantásticas coreografías de nuestra película. También tuve un increíble equipo detrás de la cámara. Gente que ama hacer películas y que trabajaron largas horas y muy duramente para poder hacer la mejor película posible.
Y por por supuesto, siempre estaré agradecido de la generosa ayuda de Wim Wenders, ex-profesor mío en la Escuela de Cine de Múnich, que muy amablemente aceptó acompañarme en este viaje.
Hace ya muchos años dejé la ciudad en la que nací y crecí, Buenos Aires, para viajar a Alemania siguiendo el sueño de poder hacer un día mis propias películas. Y fue justamente ese mismo sueño, el que me trajo nuevamente a Buenos Aires, años más tarde, para hacer “Un Tango Más”. Esto nos muestra que aunque tendemos a pensar que nuestros caminos en la vida van en linea recta, muchas más veces de lo que nos gustaría, tenemos que aceptar que son en realidad son circulares… Muy similares a un tango…
Germán Kral
Múnich, Octubre 2015

BIO GERMÁN KRAL


Germán Kral nació en 1968 en Buenos Aires, donde vivió hasta 1991 cuando viajó a Alemania para estudiar cine. Desde que finalizó sus estudios en la Escuela de Cine y Televisión de Múnich, trabaja como director de cine y TV. Germán Kral tiene un hijo y vive en Múnich y en Buenos Aires.
Sus películas han sido mostradas en numerosos festivales internacionales y han recibido premios en todo el mundo.
Entre 1994 y 1996 Germán Kral trabajó por primera vez con Wim Wenders en la película “Die Gebrüder Skladanowsky” (Los Hermanos Skladanowsky) que fue emitida por el canal de TV ARTE y tuvo distribución cinematográfica en Italia y Japón.
Imágenes de la Ausencia, su película de tesis en la Escuela de Cine de Múnich, fue nominada para el reconocido premio alemán“Grimme Preis“, ganó en 1999 el “Grand Prize“ en el Festival de Cine Internacional de Cine Documental de Yamagata en Japón y el „Premio a la Mejor Película Documental Joven de Bavaria“ en el año 2000.
Entre los años 2000 y 2002 Germán Kral dirigió tres documentales para la TV alemana. Wim Wenders le ofreció luego la dirección de la película “Música Cubana”, que tuvo su estreno internacional en el Festival de Cine de Venecia (2004) y que ha recibido distribución cinematográfica internacional en Alemania, Italia, Francia, Holanda, Japón, Bélgica, Finlandia, Grecia, etc.
Entre 2005 y 2010 Germán Kral dirigió varios formatos documentales breves de TV para las compañías productoras alemanas JANUS TV y MEGAHERZ FILMPRODUKTION.
Entre 1999 y 2008 Germán Kral produjo y dirigió un largometraje para el cine sobre un grupo de cantantes de tango de Buenos Aires con el título “El Último Aplauso”, una co-producción entre Argentina, Alemania y Japón. “El Último Aplauso” recibió en el 2009 el premio „FFF Talent Award“ del Festival de Cine Documental de Munich y el „Starter Preis“ de la ciudad de Munich. “El Último Aplauso” obtuvo además distribución cinematográfica en Argentina, Alemania y España.
Junto al reconocido guionista argentino Fernando Castets, Germán Kral escribió el guión “Chau Buenos Aires”, una comedia social que transcurre durante la crisis de diciembre de 2001 en el barrio porteño de Nueva Pompeya. El guión recibió subsidios de MEDIA y de la FFA de Alemania y fue finalista del “IX PREMIO DE GUIÓN JULIO ALEJANDRO”, otorgado por la SGAE en España.
Elenco
María Nieves Rego (81) nació en Buenos Aires en 1934. Creció en el barrio de Saavedra, en un ambiente extremadamente humilde y tuvo una infancia muy difícil. El dinero era escaso, no había juguetes y tuvo que aprender a improvisar. María jugaba a las muñecas con un sifón al que le ponía una pollera hecha “con un trapito”. Cuando su padre falleció, tuvo que ir a trabajar. Tenía 11 años cuando empezó limpiando casas.
María comenzó a ir a las milongas de muy chica, acompañando a su hermana, que sólo le permitía mirar, no bailar. Según María, porque tenía miedo que todos los hombres iban a bailar con ella y no con su hermana. En una de estas milongas conoció a Juan Carlos, cuando ella tenía 14 y él 17 años. Pero esa noche no bailaron. María cuenta que cuando él la sacó a bailar, ella miró para otro lado. Un año más tarde bailaron juntos por primera vez. Se enamoraron, se pusieron de novios, se convirtieron en la pareja más prometedora del tango, se casaron, se pelearon,  llevaron el tango por el mundo, se siguieron peleando, pero nunca, durante casi cincuenta años, dejaron de bailar juntos. Aún en los momentos en los que no se hablaban.
Juan Carlos Copes (84) nació en 1931 en Buenos Aires. Él también proviene de una familia modesta. Fue un buen estudiante y estaba interesado en el fútbol y los motores, como todos los chicos en Buenos Aires en aquel entonces. A los 17 años  descubrió el mundo del tango casi por accidente. Una noche fue a una milonga con amigos y se fascinó inmediatamente con la danza y la gente bailando. Esa misma noche decidió aprender a bailar tango. Durante los tres años siguientes fue a una milonga diferente cada noche, tratando de bailar con todas las mujeres que podía. Su lema era: “Coraje y caradurismo, pero siempre bailar.” Fue en una de esas milongas, en el club “Estrella de Maldonado” que vio a María por primera vez…
SOBRE LOS BAILARINES
Pablo Verón es considerado por el diario Liberation de París como “el mejor bailarín del mundo”, y es el creador de un estilo de bailar único que le ha valido el respeto de colegas de todas las edades en el mundo entero. Se le considera el creador original del «tango nuevo». Integró, entre otros, el elenco de Tango Argentino. Se desempeño en el Folies Bergère como bailarín solista, donde, además de bailar tango también trabaja como coreógrafo y bailarín de tap. Es el protagonista del famoso film « The Tango Lesson » de Sally Potter, que llevó al tango por el mundo entero. Participó además del film “The Man Who Cried”, con Johnny Depp, Cate Blanchet, John Turturro y Christina Ricci. También actuó en “The cup” y “Assassination Tango” , ambas dirigidas por Robert Duvall. Llegó a bailar en la Casa Blanca y en los escenarios más importantes del mundo.
Alejandra Gutty actuó en y coreografió diversas producciones para teatro, televisión, video y publicidad. Algunas de las más destacadas son: Forever Tango en Broadway y “Café de los Maestros”, de Gustavo Santaolalla, alrededor del mundo. Alejandra protagonizó además “Dialogos de Poeta y bandoneón”, documental para Raúl Garello y Horacio Ferrer y un clip para « Leningrad », una legendaria banda de rock de Rusia. Durante su residencia en Europa, también participó de diferentes proyectos relacionados con la interacción entre diferentes culturas y formas de arte. Es regularmente convocada como jurado tanto en Argentina como otros países, para el Campeonato Metropolitano, y el Campeonato Mundial de Tango en Buenos Aires.
Juan Malizia es bailarín de tango, jazz y fly low. Trabajó en diferentes salones de baile de Argentina, como «El Viejo Almacén», «Café de los Angelitos», «Rojo Tango», «Hotel Faena», «Tango Palace», «Che Tango», «Piazzolla Tango», «La esquina de Carlos Gardel» y «La esquina de Homero Manzi». También integró prestigiosas compañías y shows como «Tango X 2», «Tango Fire», «Corporación tango», «Tango a tierra», «Ayres de tango », «Tangos corazónicos», «Tango lovers» y «Tango legends». Fue campeón del Campeonato de Tango de la Ciudad (2014) en la categoría vals, y obtuvo el tercer premio en la categoría tango salón. En 2014 obtuvo el primer puesto en el Campeonato Mundial de Tango en la categoría tango escenario,  que además del reconocimiento global, le abrió la posibilidad de viajar y presentarse en todo el mundo.
Ayelén Álvarez Miño es bailarina de tango y estudiante de la carrera de grado de la Licenciatura de Folklore, mención Tango, y egresada de la carrera de Intérprete de Tango de la UNA (Universidad de Arte de Argentina). Integró la compañía de tango de dicha universidad. Forma parte de la compañía Tango Desire y ha participado del Festival Buenos Aires Tango de Roma como parte de la compañía de Leonardo Cuello. Fue finalista del Mundial de Tango 2015 en la categoría Tango Escenario. Actualmente forma parte del cuerpo de baile de Madero Tango y ha participado en diferentes shows como “Buenos Aires pasión de Tango”, “Tango Bistro“ y “Complejo Tango”, entre otros. También realizó shows para Costa cruceros.
Pancho Martínez Pey es bailarín, cantante, maestro, coreógrafo y actor. Ha participado de espectáculos como «Tanguera, el musical Argentino», “Tita… una vida en tiempo de tango”,“Tango bizarro”,“Tango Caño 14”, entre otros. Se presentó en la «Esquina Homero Manzi», «Esquina Carlos Gardel», «Sabor a Tango», «Michelangelo» y el «Cafe Tortoni». Se desempeñó como cantante, actor y bailarín en  “Tango fatal”, el film dirigido por Carlos Copello. Durante 6 años protagonizó y se desempeñó como coach coreográfico y dance capitan del musical Tanguera, con el que realizó giras por Europa, Asia y America. Ha bailado en importantes Teatros del mundo como el Teatro Chejov en Moscú, el StaatsOper de Berlín, El New York City Center o el Chatelet de Paris. Es uno de los pocos bailarines que domina con maestría el Tango Escenario y el Tango Salón, por lo cual ha sido convocado desde los inicios del campeonato mundial  de Tango para ser jurado, como también en las subsedes mundiales. Ha sido compañero de grandes bailarinas como María Nieves, Milena Plebs, Mora Godoy, Lorena Ermocida y la actriz Nacha Guevara.

Johana Copes es bailarina, coreógrafa y productora. Desde hace 25 años ostenta un rol activo  en el mundo del tango. En 1997 participó del film «Tango», dirigido por el famoso cineasta español Carlos Saura. Realizó una temporada teatral en Broadway con el reconocido espectáculo «Tango Argentino». Es la asistente de dirección de la compañía de su padre, Juan Carlos Copes. Y desde hace una década organiza el Festival Bailemos Tango y el Lady`s Tango Festival, con sede en la ciudad de San Francisco, USA. Además, dirige su propia compañía, «Sello de Tango».
SOBRE LOS COREÓGRAFOS
Melina Brufman es bailarina, docente y coreógrafa de tango. Su recorrido profesional la ha llevado a trabajar en los escenarios más importantes del mundo formando parte de consagrados musicales como «Tanguera» o «Forever Tango». Su versatilidad como intérprete le permitió desarrollar un criterio escénico amplio reflejado en sus creaciones coreográficas: «Tango elemento», «Episodios cifrados en tango», «Cuando dos se besan», son algunos ejemplos. Entre 2007 y 2009 fue primera bailarina y coreógrafa residente del espectáculo «Eternamente Tango». Del 2006 al 2010 formó parte de la compañía «Otango» con la que realizó periódicas giras por Europa. Durante 2012 y 2013 integro el elenco del espectáculo «Milonga» del prestigioso coreógrafo Sidi Larbi Cherkaoui. Realizó también la creación coreografica del nuevo espectáculo de la compañía Otango, «Intimo Tango», que se estrenó en Bélgica. En 2015 estrenó HabitaDos su ultima creación independiente en el Centro Cultural Ernesto Sábato.
Leonardo Cuello fue bailarín y hoy se dedica a la docencia, la coreografía y la dirección. Es Profesor de Tango e Interpretación Coreográfica del Tango en la UNA (Universidad Nacional de las Artes).  Fue director de la Compañía de Tango de la UNA, maestro y coreógrafo invitado del Ballet Folklórico Nacional  y el Ballet Clásico de Córdoba y el Ballet Contemporáneo del Chaco. “La Historia del Tango“ (Editorial Corregidor) lo señala como uno de los 3 Coreógrafos destacados del Siglo XXI. Estuvo dos veces nominado como Coreógrafo en los premios Teatro del Mundo (UBA). Creador de su propio grupo investigativo con casi 10 años de trabajo consecutivo, realizó seis ciclos Teatrales en Buenos Aires y ocho giras internacionales. Maestro permanente de consulta pedagógica para Academias de Tango de Paris (Francia), Patras (Grecia), Roma, Torino, Módena, Imperia, Cuneo y Rímini (Italia).

Sabrina y Rubén Veliz son bailarines, coreógrafos y maestros de tango argentino. Comenzaron su carrera artística en 1989. Como bailarines integraron prestigiosas compañías de folklore y tango desempeñándose en diversos programas televisivos, compañías de danza y casas de tango en la noche de Buenos Aires. Como coreógrafos realizaron numerosas obras entre las que se destacan: «Radio- grafías» (2005), «Last round» (2008), «Cúbico» ( 2009),  «Al sur del Sur» (2011) y «Conexión T» (2012). Como maestros, desde 2003, han desarrollado un método de enseñanza que les ha permitido participar en congresos y festivales internacionales en América, Europa y Asia. Dicho método fue plasmado por Rubén en el libro Secretos del abrazo (2014).
Brenda Angiel por su labor, recibió premios, subsidios y becas que la convirtieron en un referente indiscutido entre los coreógrafos argentinos. En 1994 la búsqueda coreográfica se orienta hacia un movimiento de una nueva naturaleza: la Danza Aérea. Crea su Compañía, que se ha presentado en innumerables oportunidades en festivales y programaciones en los teatros más importantes del mundo, siendo reconocida y aclamada internacionalmente. Entre muchos otros: American Dance Festival, USA, 1999, 2005, 2010, 2013; Kennedy Center for the Performing Arts en Washington DC, 2001; Holland Dance Festival 2005, Harbourfront Center de Toronto y National Art Center de Ottawa (2005), New Victory Theatre de New York (2012), Brooklyn Academic of music en el Next wave Festival (2013), Festival Iberoamericano de Bogotá 2010 y 2014, Lucent Dans Theatre en la Haya (2008, 2011).



18 comidas


2010
Duración 107 min.
País España 
Reparto: Luis Tosar, Esperanza Pedreño, María Vázquez, Cristina Brondo, Sergio Peris Mencheta, Víctor Clavijo, Juan Carlos Bellido, Víctor Dupla, Xosé Barato, Pedro Alonso, Milan Tocinovski

Un músico callejero se reencuentra el amor de su vida; dos borrachos desayunan cubatas con marisco; un hombre cocina, cocina y cocina para la mujer que nunca llega; dos hombres se quieren, pero se esconden; una cocinera sueña con ser cantante; Una joven quiere, lo que un hombre no dá, mientras un camarero se muere por ella; un macedonio está perdido por desamor en Santiago de Compostela; una pareja de ancianos que ya se lo ha dicho todo desayuna, come y cena en silencio. Todas estas historias se cruzan a lo largo de un día de ficción en 18 comidas, una película de emociones servidas en torno a una mesa, un viaje por los sentimientos en la más universal de todas las luchas: la de ser feliz.

6 historias, 24 personajes, un día de ficción, 90 horas de material, 6 meses de montaje. 18 comidas es todo eso y mucho más. Es un puzzle de sentimientos de personas muy distintas que comparten un mismo objetivo: la felicidad. Es un cruce constante de caminos a lo largo de desayunos, comidas y cenas, con una frontera muy difusa entre la risa y el llanto. Como la vida misma.

A partir de la improvisación, los actores y el director fueron dando forma a cada una de las historias durante el mismo rodaje. Para ello, trabajaron sobre los personajes y las historias durante la preproducción en la cual nunca se ensayó la secuencia que se iba a grabar.

El rodaje se realizó con 4 cámaras que grabaron simultáneamente para lo cual también hicieron falta jornadas de ensayos técnicos para conseguir una fluida coordinación de todo el equipo técnico que estuviera a disposición de la improvisación y la propuesta artística del director.


Vayamos a espiar detrás de cámaras.




 

Latin lover


2015
Duración 114 min.
País Italia
Reparto: Virna Lisi, Marisa Paredes, Angela Finocchiaro, Valeria Bruni Tedeschi, Candela Peña, Pihla Viitala, Nadeah Miranda, Francesco Scianna, Neri Marcorè, Jordi Mollà,Lluís Homar, Toni Bertorelli, Claudio Gioé
En un pueblo de la región de Puglia se celebra el décimo aniversario de la muerte de Saverio Crispo, el gran galán del cine italiano. A la ceremonia llegan sus cinco hijas, desperdigadas por el mundo, y dos ex-mujeres, una italiana (Virna Lisi) y la otra española (Marisa Paredes). Y en medio de las celebraciones irrumpe Pedro del Río (Lluis Homar), el actor especialista que parece conocer al actor mejor que nadie.

Entre ruedas de prensa, proyecciones y nocturnas revelaciones de secretos, las mujeres del gran divo se enfrentan en un torbellino de emociones y situaciones tragicómicas.


Argumento
Saverio Crispo, el gran actor del cine italiano, un genio, como lo define el crítico Picci, murió hace diez años. Sus cinco hijas, de diferentes madres y desperdigadas por el mundo, se reúnen en la gran casa del pueblo natal de actor, en la región de Puglia. La hija italiana con el compañero del que es la novia clandestina. La hija francesa, con el menor de los tres hijos que ha tenido de tres padres diferentes. La hija española, la única casada, con un marido que es un infiel incorregible. Y la última hija, sueca, a la que al padre casi no conoció.

También están presentes las dos viudas, la primera mujer, una italiana que le cuidó en la vejez, y la actriz española que se casó con él en la época de los spaghetti western. Ninguna de las hijas conoció realmente al páter familias pero todas lo han mitificado y amado en diferentes épocas de su triunfal carrera de actor.

Y en medio de las celebraciones, cuando todavía esperan a la quinta hija, la norteamericana reconocida gracias a una prueba de ADN, irrumpe Pedro del Río, el actor especialista que parece conocer al actor mejor que nadie.

Entre ruedas de prensa, proyecciones, revelaciones nocturnas de secretos, las mujeres del gran divo se enfrentan en un torbellino de emociones y situaciones tragicómicas.

Cristina Comencini (Directora)
Cristina Comencini inició su carrera en el cine y la televisión con su padre, el director Luigi Comencini, en Il matrimonio di Caterina (1982), con Suso Cecchi D'Amico en el guión televisivo de Cuore (1984) y en la película La Historia (1986), así como con Ennio De Concini en Cuatro historias de mujeres dirigida por Franco Giraldi (1986). Debutó como directora en 1988 con la película Zoo a la que siguió el guión de Buon Natale... buon anno (1989), la dirección de I divertimenti della vita privata, La fine é nota (de la novela best seller de Geoffrey Holliday Hall), Donde el corazón te lleve (del best seller de Susanna Tamaro), El mejor día de mi vida y La bestia en el corazón (nominada al Oscar como mejor película extranjera en 2006).

Cristina Comencini también es una conocida escritora de novelas. Además de Matrioska, cabe destacar Pagine strappate, traducida en Francia (Premio Air Inter 1995), Passione di famiglia que obtuvo el Premio Rapallo Opera Prima 1992, El capote del turco (ganadora del Premio Nacional Alghero a las Mujeres en la Literatura y el Periodismo de 1997 en el apartado de narrativa), L'illusione del bene, con la que fue finalista en 2008 al premio literario Bergamo, Quando la notte (2009), Lucy (2013) y Voi la conoscete (2014). En los últimos años también se ha dedicado a escribir obras teatrales: Due partite, una comedia en dos actos para cuatro actrices, que se puso en escena en 2006 y que se repuso posteriormente en toda Italia con gran éxito.
En 2013 escribe y dirige La scena con Angela Finocchiaro y Maria Amelia Monti, que fue el espectáculo más visto y aplaudido de 2014 en Italia

DIRECTORA y GUIONISTA
2011 QUANDO LA NOTTE (WHEN THE NIGHT)
2008 BIANCO E NERO (BLANCO Y NEGRO)
2005 LA BESTIA NEL CUORE (LA BESTIA EN EL CORAZÓN) - Nominación al Oscar a la Mejor Película Extranjera
2002 IL PIÚ BEL GIORNO DELLA MIA VITA (EL MEJOR DÍA DE MI VIDA)
2000 LIBERATE I PESCI!
1998 MATRIMONI (MATRIMONIO)
1996 VA' DOVE TI PORTA IL CUORE (DÓNDE EL CORAZÓN TE LLEVE)
1992 LA FINE È NOTA
1990 I DIVERTIMENTI DELLA VITA PRIVATA
1988 ZOO





Llamas de nitrato


2014
Duración 66 min.
País Argentina- Noruega
¿Qué fue de la Juana de Arco de Dreyer? “Llamas de Nitrato” cuenta la historia de Renée Falconetti (1892-1946), la actriz francesa que interpretó el rol principal en la mítica película muda “La Pasión de Juana de Arco” de Carl Dreyer.

Desde los luminosos años de gloria como estrella teatral en la Paris de los 1920's hasta sus oscuros últimos días en la Buenos Aires de los 1940's, el documental hace especial hincapié en la colaboración entre Falconetti y Dreyer durante el rodaje de Juana de Arco y en cómo esta performance, su única aparición en el cine, impactó en la vida de Falconetti, a tal punto que eclipsó todo lo que hizo, antes o después.

A partir de los pocos rastros que quedan de la vida de Falconetti, la película busca dar una mirada sobre la mujer y la actriz, ambas inseparables, y explorar los complejos mecanismos que operaron en el recorrido entre una intransigencia artística sin concesiones y su casi voluntaria autodestrucción.

Paralelamente, la película muestra el derrotero del film de Dreyer, censurado, mutilado, quemado y perdido durante años, hasta la azarosa aparición de un negativo original en un manicomio noruego en los 1980s.

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