Brooklyn
Duración 111 min.
País: Irlanda
Director: John Crowley
Reparto: Saoirse Ronan, Emory Cohen, Domhnall Gleeson, Julie Walters, Jim Broadbent,Michael Zegen, Mary O'Driscoll, Eileen O'Higgins, Emily Bett Rickards, Paulino Nunes, Eve Macklin, Maeve McGrath, Jenn Murray, Aine Ni Mhuiri, Nora-Jane Noone
Fox Searchlight Pictures presenta, junto a BBC Films, Telefilm Canada, Bord Scannán Na Héireann/The Irish Film Board, Sodec y BFI, una coproducción de Wildgaze Films/Finola Dwyer Productions/Parallel Films/Item 7, producida en asociación con Ingenious y en asociación con BAI RTE y Hanway Films: BROOKLYN. La película está dirigida por John Crowley y está basada en un guión de Nick Hornby a partir de la novela escrita por Colm Tóibín; está protagonizada por Saoirse Ronan, Domhnall Gleeson y Emory Cohen, con la colaboración de Jim Broadbent y Julie Walters. Finola Dwyer y Amanda Posey ejercen como productores; Pierre Even y Marie-Claude Poulin son coproductores; y Christine Langan, Beth Pattinson, Thorsten Schumacher, Zygi Kamasa, Hussain Amarshi y Alan Moloney son productores ejecutivos. El equipo de producción incluye al director de fotografía Yves Bélanger, al diseñador de producción François Séguin y al montador Jake Roberts; la música ha sido compuesta por Michael Brook, el diseño de vestuario es obra de Odile Dicks-Mireaux y la supervisión musical ha corrido a cargo de Kle Savidge.
Sobre la producción
"Eso le hacía sentirse extraña, como si fuera dos personas a la vez: una que se había enfrentado a dos fríos inviernos y muchos días difíciles en Brooklyn, lugar donde se había enamorado; y otra que era la hija de su madre, la Eilis que todo el mundo conocía, o creía conocer". - Colm Tóibín, Brooklyn
Una inmigrante de origen irlandés tiene que decidirse entre dos hombres, dos países y dos destinos en una historia que habla del éxodo, de la lenta gestación de un anhelado romance, y que indaga en la imprevisible aventura de una joven que se convierte en mujer en América. A través de la contemporánea mirada que nos brinda la película, la historia proporciona una visión retrospectiva de la delicada transformación de Estados Unidos durante los años cincuenta, cuando, tras la II Guerra Mundial, una ola de inmigrantes llegaba a sus costas en busca de prosperidad.
La novela que Colm Tóibín publicó en 2009, Brooklyn, una de las novelas más aclamadas de la última década, ha sido adaptada por el guionista Nick Hornby (ALMA SALVAJE, AN EDUCATION) y el director John Crowley (BOY A). La fuerza y eje central del libro era una típica historia de inmigración, pero narrada por una voz que muy pocas veces se ha escuchado. Mientras que ha habido numerosas historias sobre hombres jóvenes, ambiciosos o desesperados, que se ven empujados a buscar fortuna en América, la novela cuenta una historia diferente, una que trata sobre una callada y modesta pero muy luminosa joven llamada Eilis.
Eilis ha vivido toda su vida en la diminuta localidad de Enniscorthy, Irlanda –donde todo el mundo sabe lo que les pasa a los demás y hasta más cosas–, cuando se ve impelida a viajar a América, debido a su hermana, que quiere que Eilis madure. Eilis llega ya al tumultuoso y heterogéneo Brooklyn llena de añoranza, sintiéndose una exiliada. Sin embargo, cuando Eilis consigue adaptarse hábilmente a la vida neoyorkina, encuentra a un divertido, dulce y carismático pretendiente decidido a ganar su corazón. Justo cuando parece estar a punto de iniciar una nueva vida, una tragedia familiar la lleva de regreso a Irlanda, retrocediendo a la vida que dejó atrás…, y a una decisión que podría afectar a su futuro para siempre.
Atrapada entre dos diferentes apelaciones a su corazón, Eilis se enfrenta a uno de los dilemas más formidables y difíciles de nuestro fluido mundo moderno: descubrir cómo combinar el lugar de dónde procedes con el lugar al que sueñas ir.
En cuanto a la trascendental decisión que debe tomar Eilis, Hornby observa: "Yo creo que Eilis se puede imaginar teniendo una vida en América y teniendo una vida en Irlanda, pero no puede mantener ambas percepciones al mismo tiempo. Sabe que es imposible armonizar esas dos vidas. De manera que creo que por ese motivo consigue amar, momentáneamente, a dos personas a la vez, porque se hallan en dos mundos distintos. Sin embargo, finalmente, Eilis tiene que vivir solamente en uno".
Tóibín afirma: "Ésta es la desconocida historia de dos países; de mi país, Irlanda, donde durante los últimos 150 años todas las familias han perdido a uno o dos de sus miembros, gente que se ha marchado y nunca ha regresado. Pero también es la historia oculta de Estados Unidos. Estas personas son los abuelos y bisabuelos de los americanos actuales. Así es cómo ellos llegaron aquí. Y esa historia no se ha contado muy a menudo".
Adaptando Brooklyn
Colm Tóibín, el aclamado escritor irlandés (The Blackwater Light Ship, The Master) que, al igual que la heroína de Brooklyn, nació en Enniscorthy, Irlanda, pero posteriormente se trasladó a Nueva York, ha sentido durante mucho tiempo gran fascinación por las lealtades y divisiones familiares, la búsqueda del hogar y la identidad, y el modo en que hombres y mujeres desean y preparan el terreno para el amor. La novela parecía fusionar todos estos temas en una historia sobre el poder transformador de la experiencia migratoria. Aunque la acción se desarrolla en la década de los cincuenta y dentro de la unida comunidad irlandesa en Brooklyn, también parecía hablar de la eterna necesidad de dar respuesta a dos de las cuestiones más sencillas, aunque también más angustiosas, de la vida: ¿a qué lugar, y a quién, pertenecemos realmente?.
En su revisión del libro, la novelista Pam Houston lo describió como "una clásica historia de transición a la madurez, pura, nada sensacionalista, discretamente profunda…; sólo está el eco de una joven mujer que lenta y deliberadamente va adentrándose en sí misma, aprendiendo a tomar y a defender sus decisiones…"
El libro proporcionaba una insólita visión de la experiencia de una inmigrante, de una joven desvalida que no sólo aprende a abrirse camino en su nuevo país sino a través de su complicado corazón, así como a sobrevivir y no dejarse pisotear. La singularidad de esa perspectiva, casi omitida en la actualidad, fue lo que inicialmente llevó a las productoras nominadas al Oscar Finola Dwyer y Amanda Posey (AN EDUCATION), de la compañía establecida en Londres Wildgaze Pictures, a concebir la traslación de la novela a la gran pantalla. Se sintieron inspirados por la idea de contar una historia aparentemente familiar desde un ángulo nunca antes visto.
"BROOKLYN no sólo es la historia del viaje que emprende una inmigrante desde Irlanda a América, es también el viaje que Eilis realiza al convertirse en la mujer que quiere ser", dice Posey. "Es una historia sobre una mujer que encuentra su verdadera voz y descubre su capacidad de elegir, especialmente durante una época de la historia en la que muchas elecciones estaban restringidas".
Dwyer añade: "También es una historia muy universal, sobre la idéntica atracción que ejercen tu hogar natal y cualquier sitio en el que acabes haciendo tu vida adulta. No tienes que estar a miles de kilómetros de tu hogar para sentirte identificado con ese sentimiento. Todos hemos dejado atrás a lugares y personas".
Las productoras estaban entusiasmadas con llevar adelante el proyecto, pero Dwyer y Posey sabían que desde el principio tenían ante sí un importante obstáculo: encontrar a un guionista capaz de convertir por primera vez una obra de Tóibín en una película. ¿Habría alguien que pudiera capturar el drama de la historia manteniendo al mismo tiempo intacto el sutil lirismo que ha hecho a Tóibín tan apreciado como escritor?
Afortunadamente, las productoras creían que ya conocían a la persona adecuada: Nick Hornby, con quien habían colaborado en la oscarizada película AN EDUCATION, la historia de una estudiante inglesa en la década de los sesenta, destinada a estudiar en Oxford pero tentada por un tipo de vida completamente diferente. Hornby, popular novelista y muy alabado por la crítica por méritos propios (High Fidelity, About A Boy, Juliet Naked, Funny Girl), había adaptado recientemente las memorias de Cheryl Strayed para el filme ALMA SALVAJE.
Para Hornby, la trascendencia de BROOKLYN radica en la habilidad que tiene Tóibín para captar el espíritu humano cuando se divide entre distintos compromisos, ya sean con el país, con la familia o con un amor. "El modo en que Colm describe el dolor de querer estar en dos sitios a la vez, es un hermoso ejercicio de malabarismo; y parece prestarse particularmente bien al formato cinematográfico", señala Hornby. "Yo creo que si uno se identifica con los personajes de Orgullo y prejuicio también se sentirá identificado con BROOKLYN, porque, en el fondo, se halla esa misma y atemporal elección de una mujer entre dos clases diferentes de hombres".
Aunque, naturalmente, Homby no ha experimentado la vida de un inmigrante de mediados del siglo pasado, Hornby se identificó personalmente con la curiosidad que siente Eilis en torno a la vida que podía tener alejándose de los confines de su pequeño pueblo irlandés. "Como alguien que ha crecido en los suburbios y que contaba los días para irme de allí, era capaz de identificarme con la esencia de su viaje", señala.
De hecho, Hornby dice que la adaptación surgió de una manera bastante orgánica, a pesar del pensamiento de muchos de que convertir en diálogo cinematográfico la prosa profundamente emocional de Tóibín sería una labor abrumadora. "Dado que la forma de escribir de Colm es muy precisa y que hay datos que descarta u omite, puede pensarse que es un libro muy emocional, pero a mí no me lo parecía tanto", explica el guionista. "Los hechos que le suceden a Eilis parecían verdaderamente listos para su dramatización. A mí me interesaba capturar esa deliciosa mezcla de tonos: el cómico, el romántico y el trágico. Y sobre todo quería que el público las pasara canutas con Eilis, llegara a amarla a ella y a la gente que la rodea, y se sintiera realmente afectado por su viaje".
El enfoque, delicadamente contenido pero profundamente romántico, de Hornby satisfizo a las productoras. "Nick resaltó todas y cada una de las muchas capas emocionales del libro y, al mismo tiempo, enfatizó mucho el humor", dice Dwyer. "Pero, por encima de todo, Homby representó brillantemente la voz de Eilis".
Tóibín se sintió especialmente complacido con la adaptación de Hornby. Dice de su propia reacción: "Me quedé muy sorprendido de la claridad de su adaptación. Nick verdaderamente entendió que la emoción central del libro es el amor, que trata sobre alguien que se encuentra dividido entre distintas posibilidades; y que si, simplemente, sigues esa idea hasta el final, como efectivamente él hizo, es posible lograr algo extraordinariamente puro".
John Crowley: Un punto de vista personal
Disponiendo ya de una novela y de un guión con tantos matices, el siguiente reto era conciliar el material con un director que pudiera llegar a él aportando una visión muy personal. John Crowley, más conocido por el drama BOY A y ganador del premio BAFTA, pareció tener una inmediata comprensión del material; ya que es, asimismo, un irlandés que vive fuera de Irlanda, en su caso, habiendo sustituido su hogar natal por Inglaterra.
Colm Tóibín sintió enseguida una gran afinidad con Crowley debido a su familiaridad con las emociones que implica el hecho de dejar tu país… y, en concreto, dejar Irlanda. "John ha pasado por la experiencia de proceder de un territorio irlandés e, incluso viviendo bajo cielo inglés, estar moviéndote entre dos lugares, así que tan pronto como empezamos a hablar, estaba claro que era algo que él entendía", dice el novelista. "Era su vida".
El novelista disfrutó viendo al director inspirarse en sus personajes. "John es muy minucioso y concreto en cuanto a lo que quiere. Pero lo que más puso en esta película fue su corazón. John es una persona amable, inteligente y divertida, y todas esas cosas se ven claramente en el filme".
Por su parte, Crowley había leído la novela de Tóibín mucho antes de que hubiera un guión, y simplemente le había atraído como lector. Ahora, Crowley lo veía como la oportunidad de representar una época, un lugar y un personaje inolvidable que podía profundizar en la imagen de la experiencia inmigrante en América.
"A pesar de ese punto de familiaridad que sentía en torno al tema, la verdad es que BROOKLYN me parecía que exponía un lado de la historia que no se había contado", comenta el director. "Todo el mundo conoce las anteriores oleadas de inmigración europea, pero la historia de alguien que en la década de los cincuenta emigra desde Irlanda a América es uno de los aspectos menos tratados en relación a lo que ocurrió en aquel período. El modo en que Colm contaba la historia no era melodramático en absoluto y, sin embargo, era extraordinariamente emocional. Es un libro aparentemente simple, pero verdaderamente yo creo que el hecho de que Eilis tenga que elegir entre dos países y dos hombres no puede ser más dramático".
Crowley cree también que la razón de sustituir un mundo por otro es tan relevante ahora como lo era en los años cincuenta. "Ésta es una historia sobre el exilio", afirma Crowley."Cuando dejas un país y decides vivir en otro sitio, ya no eres de tu lugar de procedencia, pero tampoco lo eres en absoluto del país que has elegido para vivir. De manera que te conviertes en miembro de una especie de tercer país, un país de exiliados. En el mundo actual, un amplio número de personas no vive en su país natal. La historia de BROOKLYN, tal y como Colm la escribió y como luego Nick desarrolló y adaptó cinematográficamente en su guión, es completamente fidedigna con esa experiencia".
Para Crowley, BROOKLYN muestra también una moderna concepción del amor. "Es una historia que dice que el amor es complicado", reflexiona, "y que el corazón no tiene por qué ser necesariamente fiel a una sola persona; quizás, a diferencia de la cabeza, puede concebir el hecho de amar a dos personas a la vez. La elección de Eilis entre dos hombres es también una elección por el tipo de vida que quiere tener. No obstante, tiene dificultades para comprender el hecho de que, para hacer eso, hay una parte de sí misma que, al menos, debe cauterizar. Todo ello le supone un elevado coste a nivel emocional y, sin embargo, la única manera que tiene de vivir su vida es seguir adelante. El amor en esta historia es una fuerza muy auténtica que potencialmente puede ser destructiva o liberadora, dependiendo del camino que se tome".
Para las productoras, la visión de Crowley de combinar el sentido del romanticismo de la vieja escuela con la sinceridad del siglo XXI era algo apasionante. "En nuestra primera reunión, John describió BROOKLYN como un cuento de hadas moderno", recuerda Posey. "John pensaba que el intento de Eilis por reconciliar sus dos mitades era una especie de paradigma. Pero también aportó su verdadero conocimiento personal sobre lo que eso significa".
Crowley afirma que en su dirección cinematográfica quería hacerse eco de la austera elegancia de la novela y el guión; deslizándose por la delgada línea que hay entre la crudeza y el sentimentalismo, sin ceder ante ninguno de ambos aspectos. "Al igual que en el libro, yo quería que el poder de la historia llegara de una manera sigilosa y desprevenida al espectador", afirma. "También quería enfatizar su sentido del humor y su gran dimensión. El objetivo no es que sea una historia grandiosa, pero yo creo que este relato de una chica irlandesa de los años cincuenta contiene en sí misma la gran historia de los europeos en la América del siglo XX".
Crear ese poder en la pantalla requería un estilo de dirección muy hábil y paciente. Finola Dwyer dice que eso es exactamente lo que Crowley aportó. "Sabíamos que éste iba a ser un verdadero trabajo actoral, y John es absolutamente genial trabajando con los actores. De todos ellos logró sacar unas interpretaciones asombrosas".
Eilis, Tony y Jim: Un triángulo que cruza el océano
BROOKLYN requería a una actriz que pudiera encarnar fielmente a Eilis con su discreto y ácido sentido del humor, su perspicaz inteligencia y sus progresivas aspiraciones. Al igual que muchos ignorados inmigrantes americanos, Eilis llega a América como una modesta, si bien muy capaz, y solitaria chica que está a punto de experimentar una profunda transformación personal.
Colm Tóibín dice de Eilis, "Yo creo que en el libro intenté construir un personaje que no fuera apocado, que no fuera prepotente y no dedicara su tiempo a mirarse en el espejo, pero que, sin embargo, en su interior hubiera unos sentimientos profundos y, en ocasiones, fuera algo obstinada. Allá donde va, Eilis gusta a la gente. Pero ella no sabe realmente cuál es el motivo. No actúa de una forma deliberada".
El novelista dice también de Eilis: "Ella es, de algún modo, más feliz entre las sombras…, así que para mí era un sujeto más dramático porque, aunque Eilis no se reafirma como persona de manera natural, al final del libro controla su universo. Eilis se abre camino en el mundo de una forma impresionante pero nada estridente".
Los realizadores buscaban a una actriz que lograra meter al público en el mundo de una joven que consigue llegar a realizarse, con su discreto ingenio y determinación, y que además pudiera entender la nostalgia de Eilis por Irlanda. La elección perfecta era Saoirse Ronan.
De padres irlandeses pero nacida en Nueva York y criada fuera de Dublín, Ronan consiguió el reconocimiento por primera vez en la película de Joe Wright EXPIACIÓN, MÁS ALLÁ DE LA PASIÓN, logrando una nominación al Oscar a la mejor actriz secundaria por su interpretación de ‘Briony’. A continuación, actuó en THE LOVELY BONES, HANNA y, más recientemente, la oscarizada película de Wes Anderson EL GRAN HOTEL BUDAPEST, habiendo actuado en las tres con sólo 20 años. Encontrándose ahora en su mejor momento profesional, Ronan estaba preparada para enfrentarse a un papel complicado y muy exigente emocionalmente.
Ronan dice que sintió una inmediata, casi sorprendente, afinidad por Eilis tan pronto como leyó el guión. "Nick Hornby no es de Irlanda, sin embargo, logró captar totalmente el espíritu del país. El estilo literario era realmente hermoso y primorosamente sutil", comenta. "Lo sentía muy dentro de mi corazón porque hablaba sobre mi gente. Fue el viaje que mis padres hicieron al regresar en los años ochenta; se trasladaron a Nueva York y experimentaron todas esas mismas cosas, a pesar de que era una época distinta. La mayor dificultad que cualquiera puede tener en la vida es abandonar la seguridad de la familia y los amigos sustituyéndola por algo completamente nuevo".
El vertiginoso sentimiento que siente Eilis de estar dividida entre dos mundos le tocó especialmente en lo más hondo a Ronan. La actriz prosigue: "Yo soy muy irlandesa en ciertos aspectos, pero también tengo una sensibilidad americana puesto que nací en Nueva York. Yo creo que eso fue lo que hizo que la historia resultara aún más emotiva para mí, porque siento una fuerte conexión con ambos países, al igual que Eilis. Todo lo que Eilis experimenta era exactamente lo que yo experimentaba en ese momento de mi vida, y que todavía hoy siento. Así que, emocionalmente, la historia me era extraordinariamente cercana".
Una vez en el set, esas emociones afloraban a la superficie y, aunque Ronan las trabajaba cuidadosamente, señala que a veces se veía arrastrada por ellas. "Antes, siempre era capaz de distanciarme al final del día de trabajo, dejar atrás la historia, marcharme a casa y ser simplemente yo misma. Pero, en este filme, había veces en las que la situación era tan real para mí, y estaba tan metida en el personaje, que eso me provocaba lágrimas", afirma.
La mezcla de emociones a las que Eilis se enfrenta –desde confusión y pena hasta alegría y afecto– era también un apasionante reto que Ronan intentaba equilibrar gradualmente."Teníamos que hacer desde escenas desgarradoramente bellas y totalmente tristes a secuencias que eran maravillosamente divertidas", señala Ronan. "Eilis pasaba por todas esas muy naturales sensaciones que todos los seres humanos experimentamos: dolor, relaciones, trabajos, vínculo paterno-filial, independencia. Pero me gustaba la sutileza que había en todo. El reto está en comprender lo que experimenta interiormente Eilis e interpretar al personaje de muchas y diferentes maneras. Y también se trataba de equilibrar el drama que conllevan las circunstancias de la vida real con el humor que la gente emplea para gestionar dicho drama, algo que sé con certeza que los irlandeses hacen muy a menudo. Utilizamos el humor como una forma de lidiar con la vida y la muerte. De manera que se trataba de buscar el equilibrio en todo ello".
A Ronan le gustó sobre todo conocer el trasfondo del romance que surge gradualmente entre Eilis y Tony Fiorello. "En el caso de Eilis y Tony, se trata, literalmente, de la colisión de dos mundos completamente diferentes", observa. "Los Fiorello no son sólo italianos sino también muy americanos bajo el punto de vista de Eilis. Criados en la dureza de Nueva York, muestran una típica actitud combativa, mientras que Eilis proviene de la Irlanda rural, no obstante, afortunadamente, su espíritu también es bastante luchador. De nuevo, desde ambos lados se utiliza el humor como medio de comunicación".
De igual manera, Eilis sentía curiosidad por el repentino cambio de perspectiva y estado de ánimo de Eilis cuando regresa a Irlanda siendo más dueña de sí misma. "Ahora, ella tiene una vida completamente distinta que la gente de Enniscorthy desconoce, pero, en cuanto vuelve, reincide un poco en sus antiguas pautas de vida, permitiendo que de nuevo le digan lo que debe hacer. La diferencia es que ahora es consciente de ello, mientras que antes no lo era. En un caso como éste, no sé si alguna vez llegas a saber si has tomado la decisión correcta. Yo no creo que Eilis llegue a saberlo nunca. Pero eso es un elemento más de la belleza de esta historia".
El eje central de BROOKLYN para Ronan radica en la redefinición de hogar. "Me gusta la advertencia que Eilis transmite a una joven casi al final del filme: cuando te marches de tu país, lo añorarás tanto que desearás morirte, y no habrá nada que puedas hacer al respecto aparte de superarlo, pero eso no te matará y llegará un día en que saldrá el sol y comprenderás que es ahí donde está tu vida. Ese espléndido pasaje significa mucho para cualquier persona que alguna vez haya dejado atrás hogar y familia. Eilis necesita llevar a cabo ese viaje increíblemente feliz, doloroso, emocionante y espantoso para tomar una decisión sobre dónde siente que quiere estar. Y, en mi opinión, de eso es de lo que trata BROOKLYN. El vínculo con tu hogar es algo que siempre llevas contigo mientras vas a lugares distintos y te pasan cosas diferentes en la vida. El truco está en llevarlo sin dejarte agobiar por ello".
Aunque John Crowley conocía su talento, se quedó muy asombrado de los muchos y distintos matices, deliciosos y desgarradoramente sinceros, que Ronan aportó a su interpretación."Parece como si éste fuera el papel que Saoirse estaba esperando", reflexiona. "Hay una confluencia entre actor y personaje que sucede, si tienes suerte, sólo una vez en tu vida profesional. Da la sensación de que todo lo que Saoirse dice en el set lo dijera desde su propia realidad. En su interpretación hay tal cercanía y profundidad emocional que resulta sorprendente. El personaje es absolutamente suyo".
Colm Tóibín se quedó igualmente impresionado por la forma en que Ronan vivió el personaje."Saoirse tiene la extraordinaria habilidad de sugerir mucho emocionalmente sin hacer prácticamente nada. Es fascinante ver esa cualidad, no sólo para los espectadores del filme sino también para un autor, ya que es eso precisamente lo que siempre intentamos hacer sobre el papel", comenta.
Tóibín prosigue: "La cámara la ama…, puede que pase inadvertida entre una multitud…, pero en el momento en que tiene que actuar, hay algo que emerge y la ilumina. Y yo creo que el personaje de Eilis tiene también esa cualidad. Hay momentos en los que no desea hacerse notar, pero cuando es necesario o sometida a presión, de ella se desprende luz".
Finola Dwyer señala que este papel significa un punto de inflexión en la carrera de Ronan."Todos nos sentimos muy afortunados de poder contar con Saoirse en este momento en concreto. Ronan ha sido una destacada actriz infantil y adolescente, pero éste es realmente su primer papel como mujer adulta, y ha logrado representar, de manera memorable y distintiva, el paso de la adolescencia a la madurez como nadie lo ha hecho antes", dice la productora.
Ronan dice que fue capaz de llegar a tales niveles de profundidad y realismo debido, en parte, al apoyo de Crowley. "John estaba muy al tanto de todo lo que pasaba en una escena; a nivel emocional, sabe sugerirte dónde deberías estar tú exactamente. El guión es, de algún modo, extraordinariamente simple, pero John veía sus complejidades. Y saca a la luz todos esos secretos que, en cierta forma, tú vas revelando sobre la marcha. Y eso es lo que es hace que trabajar con John sea algo fantástico".
Finalmente, Ronan desea que el personaje de Eilis impacte por su discreta firmeza. "Espero que la gente vea a Eilis como a alguien que consigue ser lo suficientemente fuerte como para elegir la vida que quiere y sentirse orgullosa de ello", concluye.
Aunque elegir a la actriz capaz de interpretar a Eilis era vital, igualmente importante era que sus dos pretendientes –uno, americano; el otro, encontrado inesperadamente al regresar a Irlanda– fueran tan atractivos como creíbles. Para interpretar al fontanero de aspecto aniñado Tony Fiorello, quien corteja a Eilis con bravuconerías y tenacidad pese a sus vacilaciones, los realizadores eligieron a la estrella emergente Emory Cohen. Conocido por sus papeles en la serie de NBC "Smash" y la película de Derek Cianfrance CRUCE DE CAMINOS, éste es su primer papel romántico importante.
A Cohen, natural de Nueva York, le atrajo el personaje como atemporal símbolo de la pasión juvenil, pero también como auténtico inmigrante italiano que cree en el axioma de los años cincuenta de que el deber de un hombre es hacer lo mejor por la mujer que ama."Básicamente, yo creo que ésta es una historia que te hace pensar en muchas cosas de la vida, tanto la de antes como la de ahora", afirma. "¿Qué significa amar totalmente? ¿Qué significa ser un buen hombre? ¿Qué significa disfrutar de las pequeñas cosas de la vida?"
Cohen dice también que la historia le hizo pensar en la idea de amor a primera vista. "Cuando Tony ve a Eilis, es como si le alcanzara un rayo. Leí unas líneas en el libro de Mario Puzo El padrino que decían que cuando te alcanza ese rayo, ni siquiera puedes irte a dormir porque no puedes sacarte a la chica de la cabeza. De manera que pensé en ello de esa forma. Así es como Tony ve el amor".
Para interpretar a Tony, Cohen se inspiró en numerosas referencias culturales, desde las interpretaciones naturalistas de cine italiano como EL LADRÓN DE BICICLETAS hasta el estibador que Marlon Brando interpretó en LA LEY DEL SILENCIO. Incluso tomó lecciones de swing para sentirse seguro en el trascendental momento en que Tony invita por primera vez a bailar a Eilis.
Crowley dice que además de un exploratorio enfoque, Cohen aportó espontáneamente un instintivo encanto. "Desde la primera lectura de Emory, fue evidente inmediatamente que él era nuestro chico", dice el director. "No sólo tenía el carisma y la masculinidad del personaje, sino también su vulnerabilidad y autenticidad".
Surgió también una inmediata y tangible conexión entre Cohen y Ronan, que pudo desarrollarse más allá de las palabras, a través de fugaces gestos y expresiones. "Emory y Saoirse vivían tanto sus personajes que siempre fluía la química", observa Crowley.
A Cohen le gustó el magnético contraste que había entre Eilis y Tony. "Hay una especie de interesante reverso de mi personaje, que es una persona abierta, intrépida y apasionada, pero que bajo todo eso oculta miedo, miedo a perder a Eilis. Y yo creo que, en cierto modo, ella es casi lo contrario a Tony, pareciendo en su superficie más rígida y cauta que él, pero en su interior hay un auténtico espíritu de libertad y de saber exactamente quién quiere ser…, y eso era algo perfecto porque Saoirse es como la Reina de Irlanda y yo soy como un perro callejero de Nueva York", dice sonriendo.
La clave para construir su historia de amor de una forma deliciosamente pausada radicaba en saber cuándo contenerse. "John, Saoirse y yo siempre intentábamos descubrir cómo no ir demasiado lejos, reservar algunas emociones y no liberarlas por completo y rápidamente", he señala.
Dwyer vio en sus interpretaciones la inocencia del amor en su fase más inicial y apasionante."Al verlos, siempre me parecía que disfrutaban estando el uno con el otro. Hay mucho humor entre ellos, y tienes la sensación de que no sólo hay química a nivel físico sino también mental", dice la productora.
Tóibín tuvo una reacción similar hacia la pareja. "Pensé, ‘¡Oh, guau, mira a ese chico! Sé exactamente cómo se va a ganar su corazón, siendo, simplemente, muy divertido, muy bueno, muy ingenuo y muy dulce’. Ella sigue buscando en él alguna señal de oscuridad y no encuentra ninguna, así que pensé que Cohen estaba genial".
Si Tony Fiorello es un dulce seductor, su más provinciano pero caballeroso homólogo irlandés, Jim Farrell, debía representar tanto un atractivo polo opuesto como una legítima amenaza. Este hecho llevó a elegir a Domhnall Gleeson, que se ha venido consolidando como uno de los actores más versátiles de una nueva generación a través de su trabajo en filmes como UNA CUESTIÓN DE TIEMPO, CALVARY, INVENCIBLE, EX MACHINA y la muy esperada STAR WARS 7: EL DESPERTAR DE LA FUERZA.
Gleeson sabía que también él tenía que encontrar una sutil pero visceral química con Saoirse Ronan, con el fin de suscitar la incógnita en la mente del espectador. "Puede que la vida en Brooklyn le ofreciera más posibilidades, pero mi trabajo consistía en lograr que Eilis pudiera llegar a creer que merecía la pena quedarse en Irlanda por Jim", dice. "Yo quería crear una auténtica conexión con Saoirse, de manera que el espectador sintiera que valía la pena luchar por eso".
Al igual que sus compañeros de reparto, Gleeson se identificó, a su modo, con la experiencia de Eilis. "Yo creo que, en uno u otro momento, todo el mundo ha tenido una sensación de desubicación, de no tener claro dónde está tu hogar", afirma. "Yo, desde luego, lo he sentido en diferentes momentos de mi vida; y me pareció que esta historia captaba eso de una forma brillante. Luego hay también muchos momentos románticos y divertidos en la historia, lo cual es muy interesante".
Crowley dice que el enfoque que Gleeson dio a su personaje resaltó los elementos agridulces de la historia. "Domhnall tiene una inteligencia extraordinaria", dice Crowley. "Piensa y profundiza mucho en todos los personajes que interpreta, y aquí aporta una intensidad y madurez a Jim que colisiona a la perfección con el personaje de Tony interpretado por Emory. Era muy importante que Jim y Tony habitaran espacios enormemente diferentes, que fueran versiones totalmente opuestas de los hombres con los que Eilis podía imaginarse estar; y Emory y Domhnall aportaron sensibilidades completamente diferentes pero igual de cautivadoras, lo que subraya la decisión de Eilis".
El resto del reparto
Alrededor del triángulo formado por Ronan, Cohen y Gleeson en BROOKLYN se halla un conjunto de actores, tanto veteranos como jóvenes promesas, de ambos lados del charco. En Enniscorthy, el reparto está compuesto por Jane Brennan, que interpreta a la solitaria madre de Eilis, Mary; Fiona Glascott, en el papel de su hermana Rose, que es quien insiste en que se marche a América; Eileen O’Higgins, que encarna a la mejor amiga de Eilis en Irlanda, Nancy; y Brid Brennan, como la criticona ‘Nettles’ Kelly. La parte de la historia que se desarrolla en Brooklyn incluye a Emily Bett Rickards, Eve Macklin y Nora-Jane Noone, que interpretan a las peculiares compañeras de Eilis en la casa de huéspedes donde vive, así como la actriz de "Mad Men" Jessica Paré, que da vida a la peripuesta jefa de Eilis en los grandes almacenes donde trabaja.
Interpretando dos de los principales papeles del filme se hallan los venerados actores británicos: Jim Broadbent (IRIS, MOULIN ROUGE!), ganador del Premio de la Academia, que interpreta al también emigrante padre Flood, un sacerdote que cuida de Eilis durante su estancia en Brooklyn; y la actriz nominada al Oscar Julie Walters (BILLY ELLIOT, EDUCANDO A RITA), que interpreta a Mrs. Kehoe, la estricta pero perspicaz dueña de la casa de huéspedes donde reside Eilis en Brooklyn.
La pasión que Broadbent sentía por la novela fue un elemento fundamental a la hora de sentirse atraído por interpretar al hombre que se encarga de organizar el viaje de Eilis a América y que posteriormente ejerce de su mentor cuando casi se deja abatir por la nostalgia. "BROOKLYN es una historia universal sobre la búsqueda de una vida mejor, con todos los dilemas que ello conlleva", afirma. "La novela era desoladora y reconfortante a la vez, pero nunca sensiblera; muy honesta con las vulnerabilidades y las fortalezas de la gente, lo cual también me parecía fascinante".
Broadbent dice que el padre Flood es "más o menos un asistente social para los angustiados nuevos inmigrantes que llegan de Irlanda. Sale en su ayuda cuando Eilis llega a América, y después se hacen buenos amigos. Entre ellos hay una verdadera conexión".
La actriz Julie Walters también era una gran admiradora de la novela y estaba encantada de interpretar a la tiquismiquis Mrs. Kehoe, con todos sus matices. "Ella es la dueña de una pensión llena de jóvenes solteras, que gobierna con vara de hierro", señala. "Mrs. Kehoe es una persona maternal pero muy estricta. No permite ninguna frivolidad; como ella lo llama. Yo creo que ella quiere ser una especie de guía para esas jóvenes…, no obstante, si se cruza la línea, ¡no hay marcha atrás!"
A Walters, de madre irlandesa, la película también le tocó la fibra sensible. "La voz que he utilizado para interpretar a Mrs. Kehoe proviene de mi infancia", señala. "Es una mezcla de las monjas con las que me eduqué, mi madre, mis tías, mi abuela y la gente que iba a la iglesia. No es una persona en concreto, pero sí es ese recuerdo de todas las mujeres irlandesas que he conocido; y en todas ellas había esa gran energía".
John Crowley comprobó en el set cómo Walters era la absoluta personificación de la mezcla de ingenio y valores inquebrantables que configuraban al personaje de Mrs. Kehoe. "Yo sabía que la madre de Julie era irlandesa y por tanto sospechaba que ella conocería ese tipo de mujer muy a fondo, y, por supuesto, lo conocía muy bien", dice. "Sabía qué tipo de mujer era, y hasta cómo sería su peinado y qué tipo de ropa llevaría puesta. Desde luego, Walters es una actriz escandalosamente divertida, pero aquí hace comedia de una manera muy realista. El personaje está interpretado a la perfección".
De Irlanda a Brooklyn, y de vuelta a Irlanda
Cobrando vida con los oníricos matices de un poema de amor, la película BROOKLYN se desarrolla en dos mundos de atmósferas inconfundibles: uno es la enclaustrada y silenciosa belleza de Enniscorthy, Irlanda, y el otro, el bullicioso caos del distrito de Brooklyn, Nueva York, frecuente primera parada de muchos inmigrantes en su llegada a América. John Crowley se propuso explorar ambos mundos junto a un equipo que incluía al director de fotografía Yves Bélanger (ALMA SALVAJE, DALLAS BUYERS CLUB), el diseñador de producción François Séguin (EL CASO SLEVIN) y la diseñadora de vestuario Odile Dicks-Mireaux (AN EDUCATION).
Llevar la producción a Enniscorthy, una ciudad de 10.000 habitantes situada en el centro del Condado de Wexford, era fundamental para captar matices y reflejar a los entrometidos vecinos de la historia de Colm Tóibín. "Aquí es donde nací", dice el autor. "Mis padres eran de Enniscorthy, mis abuelos eran de ahí…, y fue muy bonito ver los sets de la película en las mismas calles en las que yo pensaba cuando escribí el libro".
Deambular por el territorio familiar de Tóibín, el lugar que hizo a Eilis ser la persona que es cuando llega a Nueva York, inspiró igualmente a los actores. "El hecho de llegar a percibir el espíritu de un sitio como Enniscorthy afecta a tu interpretación", dice Ronan. "Dado que los personajes de BROOKLYN son muy irlandeses y están muy apegados a su tierra, para nosotros era realmente genial estar cerca de personas que son así en la vida real, que tenían el acento de Enniscorthy y que se habían criado allí".
Mientras que algunos fragmentos de la parte americana del filme se rodaron en las icónicas escalinatas de piedra rojiza de Brooklyn y en las costas de Coney Island, los realizadores también encontraron un sucedáneo de la década de los cincuenta en Montreal, Canadá, que también se utilizó para representar un anterior y antiguo distrito de Brooklyn en el clásico drama sobre el mundo de la mafia ÉRASE UNA VEZ EN AMÉRICA.
En cuanto a la fotografía, el objetivo de Yves Bélanger era evocar la obra de Tóibín con algunos de los ejercicios más creativos que ha realizado hasta el momento, mediante una estilizada iluminación y un lirico encuadre, que transmitieran tanto la tenue energía de los cincuenta como los indescriptibles sentimientos de añoranza que Eilis experimenta a ambos lados del océano. "Yves hizo un brillante trabajo, y no me puedo imaginar a otro director de fotografía que pudiera haber logrado la belleza que él aportó al filme en tan corto espacio de tiempo", señala Dwyer.
Asimismo, el diseñador de producción François Séguin se concentró en los detalles nostálgicos de la época de los cincuenta, pero también en los diferentes ambientes de una Irlanda cuya apariencia todavía tenía reminiscencias de los años de pre-guerra tanto en el mobiliario como en la decoración, mientras que Brooklyn estaba experimentado el rápido cambio de la posguerra. En ambos lugares, Séguin centró sus esfuerzos en forjar una visceral identidad propia. "François tiene muchísimo talento", dice Dwyer. "A pesar de trabajar en una amplia variedad de sets ubicados en países diferentes, fue capaz de crear una atmósfera cohesiva que daba sensación de conjunto".
También ayudó a recrear la época en la mente de los actores el bello vestuario provisto y creado por Odile Dicks-Mireaux, evocando la inimitable elegancia y armonía de la década de los cincuenta en Nueva York. A Dicks-Mireaux le entusiasmó retroceder en el tiempo hasta dicho período. "Fue un auténtico placer trabajar con estos personajes", dice Dicks-Mireaux,"además, en los años cincuenta había mucha inventiva y la producción era muy artesanal".
Tóibín señala que tenía motivos muy concretos para elegir esa época, buscando analizar ese período, discreto pero lleno de implicaciones, situado entre el estruendo de la II Guerra Mundial y los rápidos cambios sociales que tendrían lugar en la década de los sesenta."Quería que fuera un mundo muy privado en el que poder lanzar una profunda mirada sobre un conjunto de personas, que de otro modo podrían verse relegadas, y colocarlas en primer plano. Por supuesto, no hay ningún periodo realmente neutral, pero éste es más neutral que la mayoría", dice el novelista.
La fase temprana de la fotografía callejera, especialmente las obras de la enigmática Vivian Maier y el icónico fotógrafo neoyorkino Elliott Erwitt, inspiró a Dicks-Mireaux a través de sus espontáneas fotos de fugaces momentos urbanos. No obstante, Dicks-Mireaux ni siquiera se permitió echar un vistazo a la moda de la época.
"John encomendó específicamente no mirar revistas de moda, pues ésta es una historia de gente real, de chicas de clase trabajadora que intentan ganarse la vida en Nueva York", explica. "En todos y cada uno de los aspectos del filme, John quería que la estética fuera muy natural y auténtica".
Dicks-Mireaux disfrutó especialmente marcando el contraste entre el Brooklyn que seguía la última moda, mundo del que Eilis se convierte pronto en una parte, y la más austera forma de vestir de Enniscorthy. "Había una enorme diferencia entre Estados Unidos e Irlanda durante los años de posguerra", explica. "Los estilos no podían ser más distintos, lo cual es perfecto para la historia que estamos contando. En América, era una época de rico colorido –rojos, caramelos y amarillos ocre, rosas y colores pálidos–, algo que, simplemente, no existía en Irlanda".
Otro elemento que ha contribuido igualmente a la evocadora atmósfera del filme es la música, desarrollada en una doliente banda sonora compuesta por Michael Brook (HACIA RUTAS SALVAJES, THE FIGHTER). También hay un trascendente momento musical; cuando Eilis se ofrece voluntaria para servir la comida de Navidad a oprimidos inmigrantes irlandeses y, finalmente, se queda embelesada por la emotiva canción irlandesa que interpreta un nostálgico irlandés.
Colm Tóibín comentó a Finola Dwyer y Amanda Posey que la excepcional voz del cantante irlandés Iarla Ó Lionáird le había servido de particular fuente de inspiración mientras escribía esa escena. Inspiradas también ellas, contactaron con Ó Lionáird y tuvieron la satisfacción de poder traerle a Montreal para interpretar en directo el tema "Casadh an Tsúgáin" en el propio set.
Ó Lionáird entendía muy bien por qué esa canción producía tanto impacto en Eilis. "Es una canción de amor cuyo repetitivo estribillo habla de un hombre que pide a una mujer que le aclare de qué forma está unida a él", explica. "Eilis se siente identificada, pues se siente unida a dos mundos. En la canción, el hombre le dice a la mujer ‘si estás conmigo, estás conmigo’ y también ‘estate conmigo frente a todos, muéstraselo a todos, déjalo claro’. Eilis tiene que acometer su propio futuro y decidir cuál será".
Ronan se conmovió tanto como su personaje durante la escena. "Con su extraordinaria voz, Iarla era capaz de transmitir todas las emociones que uno experimenta cuando se halla muy lejos de su hogar", afirma.
La decisión de Eilis
Todo el filme BROOKLYN en su conjunto se construye en base a las transcendentales decisiones que Eilis debe tomar: entre Tony y Jim, entre Brooklyn e Irlanda, entre su pasado y el futuro que quiere. Todos los implicados en la producción sabían desde un principio que la historia giraba en torno a la incertidumbre relacionada con su elección definitiva.
"Algunas personas estarán de acuerdo con la decisión de Eilis y otras, no", dice Amanda Posey. "Nosotros como realizadores sabíamos lo que queríamos que hiciera, y John también, pero deseábamos asimismo que el público hiciera su propia elección. Una de las cosas más hermosas de esta historia es que explora diferentes tipos de amor. Con Tony, Eilis experimenta el primer amor, sin embargo, con Jim la conexión es mucho más madura. Luego está el amor que Eilis siente por su hermana y su madre, que, de nuevo, son diferentes clases de amor. Lo que cuenta el filme realmente es cómo esos diferentes tipos de amor pueden tanto destrozarte como servirte de salvavidas".
Para Posey, la decisión de Eilis es necesaria, si bien dolorosa. "Una etapa del proceso de maduración de una persona consiste en comprender que al decidir ir en una dirección se está cerrando muchas otras puertas. Sin embargo, yo creo que Eilis descubre finalmente qué es lo mejor para ella, aunque sea doloroso".
Finola Dwyer añade: "Al final de la película, el futuro de Eilis está muy claro; pero el espectador se marcha sabiendo que la decisión que ha tomado también ha supuesto un enorme sacrificio".
Saoirse Ronan cree que ciertamente la decisión de Eilis podría haber ido en sentido contrario."Yo no puedo decir si Eilis ha tomado la decisión correcta; creo que ambas opciones le brindaban la oportunidad de ser feliz", explica la actriz. "Lo maravilloso y desolador de esta historia es que los dos hombres son igualmente maravillosos. Jim representa el hogar natal y Tony, una nueva vida. Ambos tienen mucho que ofrecerle, y Eilis lo sabe".
Finalmente, dice Ronan, la actriz no consideró como centro de la historia el tipo de vida que elige Eilis, sino la persona en la que se convierte durante el proceso. "En mi opinión, toda la historia gira en torno a cómo Eilis llega a ser lo suficientemente adulta y madura como para tomar realmente una decisión y llevarla a cabo", concluye la actriz.
Domhnall Gleeson piensa de forma similar. "Con mucha frecuencia, no es posible saber si las decisiones que se toman son las correctas", señala. "Pero yo creo que es importante que ahora Eilis tenga efectivamente una opción en su vida, que nunca hubiera tenido si no se hubiera ido a América".
Para Jim Broadbent, el persistente desasosiego que provoca la decisión de Eilis se desprende de las muchísimas cuestiones que suscita y permanecen en el público. "Lo mejor de BROOKLYN es que el espectador probablemente no sabrá cómo irán las cosas; pero tampoco sabrá cómo le habría gustado que fueran", resume.
Sobre la producción
"Eso le hacía sentirse extraña, como si fuera dos personas a la vez: una que se había enfrentado a dos fríos inviernos y muchos días difíciles en Brooklyn, lugar donde se había enamorado; y otra que era la hija de su madre, la Eilis que todo el mundo conocía, o creía conocer". - Colm Tóibín, Brooklyn
Una inmigrante de origen irlandés tiene que decidirse entre dos hombres, dos países y dos destinos en una historia que habla del éxodo, de la lenta gestación de un anhelado romance, y que indaga en la imprevisible aventura de una joven que se convierte en mujer en América. A través de la contemporánea mirada que nos brinda la película, la historia proporciona una visión retrospectiva de la delicada transformación de Estados Unidos durante los años cincuenta, cuando, tras la II Guerra Mundial, una ola de inmigrantes llegaba a sus costas en busca de prosperidad.
La novela que Colm Tóibín publicó en 2009, Brooklyn, una de las novelas más aclamadas de la última década, ha sido adaptada por el guionista Nick Hornby (ALMA SALVAJE, AN EDUCATION) y el director John Crowley (BOY A). La fuerza y eje central del libro era una típica historia de inmigración, pero narrada por una voz que muy pocas veces se ha escuchado. Mientras que ha habido numerosas historias sobre hombres jóvenes, ambiciosos o desesperados, que se ven empujados a buscar fortuna en América, la novela cuenta una historia diferente, una que trata sobre una callada y modesta pero muy luminosa joven llamada Eilis.
Eilis ha vivido toda su vida en la diminuta localidad de Enniscorthy, Irlanda –donde todo el mundo sabe lo que les pasa a los demás y hasta más cosas–, cuando se ve impelida a viajar a América, debido a su hermana, que quiere que Eilis madure. Eilis llega ya al tumultuoso y heterogéneo Brooklyn llena de añoranza, sintiéndose una exiliada. Sin embargo, cuando Eilis consigue adaptarse hábilmente a la vida neoyorkina, encuentra a un divertido, dulce y carismático pretendiente decidido a ganar su corazón. Justo cuando parece estar a punto de iniciar una nueva vida, una tragedia familiar la lleva de regreso a Irlanda, retrocediendo a la vida que dejó atrás…, y a una decisión que podría afectar a su futuro para siempre.
Atrapada entre dos diferentes apelaciones a su corazón, Eilis se enfrenta a uno de los dilemas más formidables y difíciles de nuestro fluido mundo moderno: descubrir cómo combinar el lugar de dónde procedes con el lugar al que sueñas ir.
En cuanto a la trascendental decisión que debe tomar Eilis, Hornby observa: "Yo creo que Eilis se puede imaginar teniendo una vida en América y teniendo una vida en Irlanda, pero no puede mantener ambas percepciones al mismo tiempo. Sabe que es imposible armonizar esas dos vidas. De manera que creo que por ese motivo consigue amar, momentáneamente, a dos personas a la vez, porque se hallan en dos mundos distintos. Sin embargo, finalmente, Eilis tiene que vivir solamente en uno".
Tóibín afirma: "Ésta es la desconocida historia de dos países; de mi país, Irlanda, donde durante los últimos 150 años todas las familias han perdido a uno o dos de sus miembros, gente que se ha marchado y nunca ha regresado. Pero también es la historia oculta de Estados Unidos. Estas personas son los abuelos y bisabuelos de los americanos actuales. Así es cómo ellos llegaron aquí. Y esa historia no se ha contado muy a menudo".
Adaptando Brooklyn
Colm Tóibín, el aclamado escritor irlandés (The Blackwater Light Ship, The Master) que, al igual que la heroína de Brooklyn, nació en Enniscorthy, Irlanda, pero posteriormente se trasladó a Nueva York, ha sentido durante mucho tiempo gran fascinación por las lealtades y divisiones familiares, la búsqueda del hogar y la identidad, y el modo en que hombres y mujeres desean y preparan el terreno para el amor. La novela parecía fusionar todos estos temas en una historia sobre el poder transformador de la experiencia migratoria. Aunque la acción se desarrolla en la década de los cincuenta y dentro de la unida comunidad irlandesa en Brooklyn, también parecía hablar de la eterna necesidad de dar respuesta a dos de las cuestiones más sencillas, aunque también más angustiosas, de la vida: ¿a qué lugar, y a quién, pertenecemos realmente?.
En su revisión del libro, la novelista Pam Houston lo describió como "una clásica historia de transición a la madurez, pura, nada sensacionalista, discretamente profunda…; sólo está el eco de una joven mujer que lenta y deliberadamente va adentrándose en sí misma, aprendiendo a tomar y a defender sus decisiones…"
El libro proporcionaba una insólita visión de la experiencia de una inmigrante, de una joven desvalida que no sólo aprende a abrirse camino en su nuevo país sino a través de su complicado corazón, así como a sobrevivir y no dejarse pisotear. La singularidad de esa perspectiva, casi omitida en la actualidad, fue lo que inicialmente llevó a las productoras nominadas al Oscar Finola Dwyer y Amanda Posey (AN EDUCATION), de la compañía establecida en Londres Wildgaze Pictures, a concebir la traslación de la novela a la gran pantalla. Se sintieron inspirados por la idea de contar una historia aparentemente familiar desde un ángulo nunca antes visto.
"BROOKLYN no sólo es la historia del viaje que emprende una inmigrante desde Irlanda a América, es también el viaje que Eilis realiza al convertirse en la mujer que quiere ser", dice Posey. "Es una historia sobre una mujer que encuentra su verdadera voz y descubre su capacidad de elegir, especialmente durante una época de la historia en la que muchas elecciones estaban restringidas".
Dwyer añade: "También es una historia muy universal, sobre la idéntica atracción que ejercen tu hogar natal y cualquier sitio en el que acabes haciendo tu vida adulta. No tienes que estar a miles de kilómetros de tu hogar para sentirte identificado con ese sentimiento. Todos hemos dejado atrás a lugares y personas".
Las productoras estaban entusiasmadas con llevar adelante el proyecto, pero Dwyer y Posey sabían que desde el principio tenían ante sí un importante obstáculo: encontrar a un guionista capaz de convertir por primera vez una obra de Tóibín en una película. ¿Habría alguien que pudiera capturar el drama de la historia manteniendo al mismo tiempo intacto el sutil lirismo que ha hecho a Tóibín tan apreciado como escritor?
Afortunadamente, las productoras creían que ya conocían a la persona adecuada: Nick Hornby, con quien habían colaborado en la oscarizada película AN EDUCATION, la historia de una estudiante inglesa en la década de los sesenta, destinada a estudiar en Oxford pero tentada por un tipo de vida completamente diferente. Hornby, popular novelista y muy alabado por la crítica por méritos propios (High Fidelity, About A Boy, Juliet Naked, Funny Girl), había adaptado recientemente las memorias de Cheryl Strayed para el filme ALMA SALVAJE.
Para Hornby, la trascendencia de BROOKLYN radica en la habilidad que tiene Tóibín para captar el espíritu humano cuando se divide entre distintos compromisos, ya sean con el país, con la familia o con un amor. "El modo en que Colm describe el dolor de querer estar en dos sitios a la vez, es un hermoso ejercicio de malabarismo; y parece prestarse particularmente bien al formato cinematográfico", señala Hornby. "Yo creo que si uno se identifica con los personajes de Orgullo y prejuicio también se sentirá identificado con BROOKLYN, porque, en el fondo, se halla esa misma y atemporal elección de una mujer entre dos clases diferentes de hombres".
Aunque, naturalmente, Homby no ha experimentado la vida de un inmigrante de mediados del siglo pasado, Hornby se identificó personalmente con la curiosidad que siente Eilis en torno a la vida que podía tener alejándose de los confines de su pequeño pueblo irlandés. "Como alguien que ha crecido en los suburbios y que contaba los días para irme de allí, era capaz de identificarme con la esencia de su viaje", señala.
De hecho, Hornby dice que la adaptación surgió de una manera bastante orgánica, a pesar del pensamiento de muchos de que convertir en diálogo cinematográfico la prosa profundamente emocional de Tóibín sería una labor abrumadora. "Dado que la forma de escribir de Colm es muy precisa y que hay datos que descarta u omite, puede pensarse que es un libro muy emocional, pero a mí no me lo parecía tanto", explica el guionista. "Los hechos que le suceden a Eilis parecían verdaderamente listos para su dramatización. A mí me interesaba capturar esa deliciosa mezcla de tonos: el cómico, el romántico y el trágico. Y sobre todo quería que el público las pasara canutas con Eilis, llegara a amarla a ella y a la gente que la rodea, y se sintiera realmente afectado por su viaje".
El enfoque, delicadamente contenido pero profundamente romántico, de Hornby satisfizo a las productoras. "Nick resaltó todas y cada una de las muchas capas emocionales del libro y, al mismo tiempo, enfatizó mucho el humor", dice Dwyer. "Pero, por encima de todo, Homby representó brillantemente la voz de Eilis".
Tóibín se sintió especialmente complacido con la adaptación de Hornby. Dice de su propia reacción: "Me quedé muy sorprendido de la claridad de su adaptación. Nick verdaderamente entendió que la emoción central del libro es el amor, que trata sobre alguien que se encuentra dividido entre distintas posibilidades; y que si, simplemente, sigues esa idea hasta el final, como efectivamente él hizo, es posible lograr algo extraordinariamente puro".
John Crowley: Un punto de vista personal
Disponiendo ya de una novela y de un guión con tantos matices, el siguiente reto era conciliar el material con un director que pudiera llegar a él aportando una visión muy personal. John Crowley, más conocido por el drama BOY A y ganador del premio BAFTA, pareció tener una inmediata comprensión del material; ya que es, asimismo, un irlandés que vive fuera de Irlanda, en su caso, habiendo sustituido su hogar natal por Inglaterra.
Colm Tóibín sintió enseguida una gran afinidad con Crowley debido a su familiaridad con las emociones que implica el hecho de dejar tu país… y, en concreto, dejar Irlanda. "John ha pasado por la experiencia de proceder de un territorio irlandés e, incluso viviendo bajo cielo inglés, estar moviéndote entre dos lugares, así que tan pronto como empezamos a hablar, estaba claro que era algo que él entendía", dice el novelista. "Era su vida".
El novelista disfrutó viendo al director inspirarse en sus personajes. "John es muy minucioso y concreto en cuanto a lo que quiere. Pero lo que más puso en esta película fue su corazón. John es una persona amable, inteligente y divertida, y todas esas cosas se ven claramente en el filme".
Por su parte, Crowley había leído la novela de Tóibín mucho antes de que hubiera un guión, y simplemente le había atraído como lector. Ahora, Crowley lo veía como la oportunidad de representar una época, un lugar y un personaje inolvidable que podía profundizar en la imagen de la experiencia inmigrante en América.
"A pesar de ese punto de familiaridad que sentía en torno al tema, la verdad es que BROOKLYN me parecía que exponía un lado de la historia que no se había contado", comenta el director. "Todo el mundo conoce las anteriores oleadas de inmigración europea, pero la historia de alguien que en la década de los cincuenta emigra desde Irlanda a América es uno de los aspectos menos tratados en relación a lo que ocurrió en aquel período. El modo en que Colm contaba la historia no era melodramático en absoluto y, sin embargo, era extraordinariamente emocional. Es un libro aparentemente simple, pero verdaderamente yo creo que el hecho de que Eilis tenga que elegir entre dos países y dos hombres no puede ser más dramático".
Crowley cree también que la razón de sustituir un mundo por otro es tan relevante ahora como lo era en los años cincuenta. "Ésta es una historia sobre el exilio", afirma Crowley."Cuando dejas un país y decides vivir en otro sitio, ya no eres de tu lugar de procedencia, pero tampoco lo eres en absoluto del país que has elegido para vivir. De manera que te conviertes en miembro de una especie de tercer país, un país de exiliados. En el mundo actual, un amplio número de personas no vive en su país natal. La historia de BROOKLYN, tal y como Colm la escribió y como luego Nick desarrolló y adaptó cinematográficamente en su guión, es completamente fidedigna con esa experiencia".
Para Crowley, BROOKLYN muestra también una moderna concepción del amor. "Es una historia que dice que el amor es complicado", reflexiona, "y que el corazón no tiene por qué ser necesariamente fiel a una sola persona; quizás, a diferencia de la cabeza, puede concebir el hecho de amar a dos personas a la vez. La elección de Eilis entre dos hombres es también una elección por el tipo de vida que quiere tener. No obstante, tiene dificultades para comprender el hecho de que, para hacer eso, hay una parte de sí misma que, al menos, debe cauterizar. Todo ello le supone un elevado coste a nivel emocional y, sin embargo, la única manera que tiene de vivir su vida es seguir adelante. El amor en esta historia es una fuerza muy auténtica que potencialmente puede ser destructiva o liberadora, dependiendo del camino que se tome".
Para las productoras, la visión de Crowley de combinar el sentido del romanticismo de la vieja escuela con la sinceridad del siglo XXI era algo apasionante. "En nuestra primera reunión, John describió BROOKLYN como un cuento de hadas moderno", recuerda Posey. "John pensaba que el intento de Eilis por reconciliar sus dos mitades era una especie de paradigma. Pero también aportó su verdadero conocimiento personal sobre lo que eso significa".
Crowley afirma que en su dirección cinematográfica quería hacerse eco de la austera elegancia de la novela y el guión; deslizándose por la delgada línea que hay entre la crudeza y el sentimentalismo, sin ceder ante ninguno de ambos aspectos. "Al igual que en el libro, yo quería que el poder de la historia llegara de una manera sigilosa y desprevenida al espectador", afirma. "También quería enfatizar su sentido del humor y su gran dimensión. El objetivo no es que sea una historia grandiosa, pero yo creo que este relato de una chica irlandesa de los años cincuenta contiene en sí misma la gran historia de los europeos en la América del siglo XX".
Crear ese poder en la pantalla requería un estilo de dirección muy hábil y paciente. Finola Dwyer dice que eso es exactamente lo que Crowley aportó. "Sabíamos que éste iba a ser un verdadero trabajo actoral, y John es absolutamente genial trabajando con los actores. De todos ellos logró sacar unas interpretaciones asombrosas".
Eilis, Tony y Jim: Un triángulo que cruza el océano
BROOKLYN requería a una actriz que pudiera encarnar fielmente a Eilis con su discreto y ácido sentido del humor, su perspicaz inteligencia y sus progresivas aspiraciones. Al igual que muchos ignorados inmigrantes americanos, Eilis llega a América como una modesta, si bien muy capaz, y solitaria chica que está a punto de experimentar una profunda transformación personal.
Colm Tóibín dice de Eilis, "Yo creo que en el libro intenté construir un personaje que no fuera apocado, que no fuera prepotente y no dedicara su tiempo a mirarse en el espejo, pero que, sin embargo, en su interior hubiera unos sentimientos profundos y, en ocasiones, fuera algo obstinada. Allá donde va, Eilis gusta a la gente. Pero ella no sabe realmente cuál es el motivo. No actúa de una forma deliberada".
El novelista dice también de Eilis: "Ella es, de algún modo, más feliz entre las sombras…, así que para mí era un sujeto más dramático porque, aunque Eilis no se reafirma como persona de manera natural, al final del libro controla su universo. Eilis se abre camino en el mundo de una forma impresionante pero nada estridente".
Los realizadores buscaban a una actriz que lograra meter al público en el mundo de una joven que consigue llegar a realizarse, con su discreto ingenio y determinación, y que además pudiera entender la nostalgia de Eilis por Irlanda. La elección perfecta era Saoirse Ronan.
De padres irlandeses pero nacida en Nueva York y criada fuera de Dublín, Ronan consiguió el reconocimiento por primera vez en la película de Joe Wright EXPIACIÓN, MÁS ALLÁ DE LA PASIÓN, logrando una nominación al Oscar a la mejor actriz secundaria por su interpretación de ‘Briony’. A continuación, actuó en THE LOVELY BONES, HANNA y, más recientemente, la oscarizada película de Wes Anderson EL GRAN HOTEL BUDAPEST, habiendo actuado en las tres con sólo 20 años. Encontrándose ahora en su mejor momento profesional, Ronan estaba preparada para enfrentarse a un papel complicado y muy exigente emocionalmente.
Ronan dice que sintió una inmediata, casi sorprendente, afinidad por Eilis tan pronto como leyó el guión. "Nick Hornby no es de Irlanda, sin embargo, logró captar totalmente el espíritu del país. El estilo literario era realmente hermoso y primorosamente sutil", comenta. "Lo sentía muy dentro de mi corazón porque hablaba sobre mi gente. Fue el viaje que mis padres hicieron al regresar en los años ochenta; se trasladaron a Nueva York y experimentaron todas esas mismas cosas, a pesar de que era una época distinta. La mayor dificultad que cualquiera puede tener en la vida es abandonar la seguridad de la familia y los amigos sustituyéndola por algo completamente nuevo".
El vertiginoso sentimiento que siente Eilis de estar dividida entre dos mundos le tocó especialmente en lo más hondo a Ronan. La actriz prosigue: "Yo soy muy irlandesa en ciertos aspectos, pero también tengo una sensibilidad americana puesto que nací en Nueva York. Yo creo que eso fue lo que hizo que la historia resultara aún más emotiva para mí, porque siento una fuerte conexión con ambos países, al igual que Eilis. Todo lo que Eilis experimenta era exactamente lo que yo experimentaba en ese momento de mi vida, y que todavía hoy siento. Así que, emocionalmente, la historia me era extraordinariamente cercana".
Una vez en el set, esas emociones afloraban a la superficie y, aunque Ronan las trabajaba cuidadosamente, señala que a veces se veía arrastrada por ellas. "Antes, siempre era capaz de distanciarme al final del día de trabajo, dejar atrás la historia, marcharme a casa y ser simplemente yo misma. Pero, en este filme, había veces en las que la situación era tan real para mí, y estaba tan metida en el personaje, que eso me provocaba lágrimas", afirma.
La mezcla de emociones a las que Eilis se enfrenta –desde confusión y pena hasta alegría y afecto– era también un apasionante reto que Ronan intentaba equilibrar gradualmente."Teníamos que hacer desde escenas desgarradoramente bellas y totalmente tristes a secuencias que eran maravillosamente divertidas", señala Ronan. "Eilis pasaba por todas esas muy naturales sensaciones que todos los seres humanos experimentamos: dolor, relaciones, trabajos, vínculo paterno-filial, independencia. Pero me gustaba la sutileza que había en todo. El reto está en comprender lo que experimenta interiormente Eilis e interpretar al personaje de muchas y diferentes maneras. Y también se trataba de equilibrar el drama que conllevan las circunstancias de la vida real con el humor que la gente emplea para gestionar dicho drama, algo que sé con certeza que los irlandeses hacen muy a menudo. Utilizamos el humor como una forma de lidiar con la vida y la muerte. De manera que se trataba de buscar el equilibrio en todo ello".
A Ronan le gustó sobre todo conocer el trasfondo del romance que surge gradualmente entre Eilis y Tony Fiorello. "En el caso de Eilis y Tony, se trata, literalmente, de la colisión de dos mundos completamente diferentes", observa. "Los Fiorello no son sólo italianos sino también muy americanos bajo el punto de vista de Eilis. Criados en la dureza de Nueva York, muestran una típica actitud combativa, mientras que Eilis proviene de la Irlanda rural, no obstante, afortunadamente, su espíritu también es bastante luchador. De nuevo, desde ambos lados se utiliza el humor como medio de comunicación".
De igual manera, Eilis sentía curiosidad por el repentino cambio de perspectiva y estado de ánimo de Eilis cuando regresa a Irlanda siendo más dueña de sí misma. "Ahora, ella tiene una vida completamente distinta que la gente de Enniscorthy desconoce, pero, en cuanto vuelve, reincide un poco en sus antiguas pautas de vida, permitiendo que de nuevo le digan lo que debe hacer. La diferencia es que ahora es consciente de ello, mientras que antes no lo era. En un caso como éste, no sé si alguna vez llegas a saber si has tomado la decisión correcta. Yo no creo que Eilis llegue a saberlo nunca. Pero eso es un elemento más de la belleza de esta historia".
El eje central de BROOKLYN para Ronan radica en la redefinición de hogar. "Me gusta la advertencia que Eilis transmite a una joven casi al final del filme: cuando te marches de tu país, lo añorarás tanto que desearás morirte, y no habrá nada que puedas hacer al respecto aparte de superarlo, pero eso no te matará y llegará un día en que saldrá el sol y comprenderás que es ahí donde está tu vida. Ese espléndido pasaje significa mucho para cualquier persona que alguna vez haya dejado atrás hogar y familia. Eilis necesita llevar a cabo ese viaje increíblemente feliz, doloroso, emocionante y espantoso para tomar una decisión sobre dónde siente que quiere estar. Y, en mi opinión, de eso es de lo que trata BROOKLYN. El vínculo con tu hogar es algo que siempre llevas contigo mientras vas a lugares distintos y te pasan cosas diferentes en la vida. El truco está en llevarlo sin dejarte agobiar por ello".
Aunque John Crowley conocía su talento, se quedó muy asombrado de los muchos y distintos matices, deliciosos y desgarradoramente sinceros, que Ronan aportó a su interpretación."Parece como si éste fuera el papel que Saoirse estaba esperando", reflexiona. "Hay una confluencia entre actor y personaje que sucede, si tienes suerte, sólo una vez en tu vida profesional. Da la sensación de que todo lo que Saoirse dice en el set lo dijera desde su propia realidad. En su interpretación hay tal cercanía y profundidad emocional que resulta sorprendente. El personaje es absolutamente suyo".
Colm Tóibín se quedó igualmente impresionado por la forma en que Ronan vivió el personaje."Saoirse tiene la extraordinaria habilidad de sugerir mucho emocionalmente sin hacer prácticamente nada. Es fascinante ver esa cualidad, no sólo para los espectadores del filme sino también para un autor, ya que es eso precisamente lo que siempre intentamos hacer sobre el papel", comenta.
Tóibín prosigue: "La cámara la ama…, puede que pase inadvertida entre una multitud…, pero en el momento en que tiene que actuar, hay algo que emerge y la ilumina. Y yo creo que el personaje de Eilis tiene también esa cualidad. Hay momentos en los que no desea hacerse notar, pero cuando es necesario o sometida a presión, de ella se desprende luz".
Finola Dwyer señala que este papel significa un punto de inflexión en la carrera de Ronan."Todos nos sentimos muy afortunados de poder contar con Saoirse en este momento en concreto. Ronan ha sido una destacada actriz infantil y adolescente, pero éste es realmente su primer papel como mujer adulta, y ha logrado representar, de manera memorable y distintiva, el paso de la adolescencia a la madurez como nadie lo ha hecho antes", dice la productora.
Ronan dice que fue capaz de llegar a tales niveles de profundidad y realismo debido, en parte, al apoyo de Crowley. "John estaba muy al tanto de todo lo que pasaba en una escena; a nivel emocional, sabe sugerirte dónde deberías estar tú exactamente. El guión es, de algún modo, extraordinariamente simple, pero John veía sus complejidades. Y saca a la luz todos esos secretos que, en cierta forma, tú vas revelando sobre la marcha. Y eso es lo que es hace que trabajar con John sea algo fantástico".
Finalmente, Ronan desea que el personaje de Eilis impacte por su discreta firmeza. "Espero que la gente vea a Eilis como a alguien que consigue ser lo suficientemente fuerte como para elegir la vida que quiere y sentirse orgullosa de ello", concluye.
Aunque elegir a la actriz capaz de interpretar a Eilis era vital, igualmente importante era que sus dos pretendientes –uno, americano; el otro, encontrado inesperadamente al regresar a Irlanda– fueran tan atractivos como creíbles. Para interpretar al fontanero de aspecto aniñado Tony Fiorello, quien corteja a Eilis con bravuconerías y tenacidad pese a sus vacilaciones, los realizadores eligieron a la estrella emergente Emory Cohen. Conocido por sus papeles en la serie de NBC "Smash" y la película de Derek Cianfrance CRUCE DE CAMINOS, éste es su primer papel romántico importante.
A Cohen, natural de Nueva York, le atrajo el personaje como atemporal símbolo de la pasión juvenil, pero también como auténtico inmigrante italiano que cree en el axioma de los años cincuenta de que el deber de un hombre es hacer lo mejor por la mujer que ama."Básicamente, yo creo que ésta es una historia que te hace pensar en muchas cosas de la vida, tanto la de antes como la de ahora", afirma. "¿Qué significa amar totalmente? ¿Qué significa ser un buen hombre? ¿Qué significa disfrutar de las pequeñas cosas de la vida?"
Cohen dice también que la historia le hizo pensar en la idea de amor a primera vista. "Cuando Tony ve a Eilis, es como si le alcanzara un rayo. Leí unas líneas en el libro de Mario Puzo El padrino que decían que cuando te alcanza ese rayo, ni siquiera puedes irte a dormir porque no puedes sacarte a la chica de la cabeza. De manera que pensé en ello de esa forma. Así es como Tony ve el amor".
Para interpretar a Tony, Cohen se inspiró en numerosas referencias culturales, desde las interpretaciones naturalistas de cine italiano como EL LADRÓN DE BICICLETAS hasta el estibador que Marlon Brando interpretó en LA LEY DEL SILENCIO. Incluso tomó lecciones de swing para sentirse seguro en el trascendental momento en que Tony invita por primera vez a bailar a Eilis.
Crowley dice que además de un exploratorio enfoque, Cohen aportó espontáneamente un instintivo encanto. "Desde la primera lectura de Emory, fue evidente inmediatamente que él era nuestro chico", dice el director. "No sólo tenía el carisma y la masculinidad del personaje, sino también su vulnerabilidad y autenticidad".
Surgió también una inmediata y tangible conexión entre Cohen y Ronan, que pudo desarrollarse más allá de las palabras, a través de fugaces gestos y expresiones. "Emory y Saoirse vivían tanto sus personajes que siempre fluía la química", observa Crowley.
A Cohen le gustó el magnético contraste que había entre Eilis y Tony. "Hay una especie de interesante reverso de mi personaje, que es una persona abierta, intrépida y apasionada, pero que bajo todo eso oculta miedo, miedo a perder a Eilis. Y yo creo que, en cierto modo, ella es casi lo contrario a Tony, pareciendo en su superficie más rígida y cauta que él, pero en su interior hay un auténtico espíritu de libertad y de saber exactamente quién quiere ser…, y eso era algo perfecto porque Saoirse es como la Reina de Irlanda y yo soy como un perro callejero de Nueva York", dice sonriendo.
La clave para construir su historia de amor de una forma deliciosamente pausada radicaba en saber cuándo contenerse. "John, Saoirse y yo siempre intentábamos descubrir cómo no ir demasiado lejos, reservar algunas emociones y no liberarlas por completo y rápidamente", he señala.
Dwyer vio en sus interpretaciones la inocencia del amor en su fase más inicial y apasionante."Al verlos, siempre me parecía que disfrutaban estando el uno con el otro. Hay mucho humor entre ellos, y tienes la sensación de que no sólo hay química a nivel físico sino también mental", dice la productora.
Tóibín tuvo una reacción similar hacia la pareja. "Pensé, ‘¡Oh, guau, mira a ese chico! Sé exactamente cómo se va a ganar su corazón, siendo, simplemente, muy divertido, muy bueno, muy ingenuo y muy dulce’. Ella sigue buscando en él alguna señal de oscuridad y no encuentra ninguna, así que pensé que Cohen estaba genial".
Si Tony Fiorello es un dulce seductor, su más provinciano pero caballeroso homólogo irlandés, Jim Farrell, debía representar tanto un atractivo polo opuesto como una legítima amenaza. Este hecho llevó a elegir a Domhnall Gleeson, que se ha venido consolidando como uno de los actores más versátiles de una nueva generación a través de su trabajo en filmes como UNA CUESTIÓN DE TIEMPO, CALVARY, INVENCIBLE, EX MACHINA y la muy esperada STAR WARS 7: EL DESPERTAR DE LA FUERZA.
Gleeson sabía que también él tenía que encontrar una sutil pero visceral química con Saoirse Ronan, con el fin de suscitar la incógnita en la mente del espectador. "Puede que la vida en Brooklyn le ofreciera más posibilidades, pero mi trabajo consistía en lograr que Eilis pudiera llegar a creer que merecía la pena quedarse en Irlanda por Jim", dice. "Yo quería crear una auténtica conexión con Saoirse, de manera que el espectador sintiera que valía la pena luchar por eso".
Al igual que sus compañeros de reparto, Gleeson se identificó, a su modo, con la experiencia de Eilis. "Yo creo que, en uno u otro momento, todo el mundo ha tenido una sensación de desubicación, de no tener claro dónde está tu hogar", afirma. "Yo, desde luego, lo he sentido en diferentes momentos de mi vida; y me pareció que esta historia captaba eso de una forma brillante. Luego hay también muchos momentos románticos y divertidos en la historia, lo cual es muy interesante".
Crowley dice que el enfoque que Gleeson dio a su personaje resaltó los elementos agridulces de la historia. "Domhnall tiene una inteligencia extraordinaria", dice Crowley. "Piensa y profundiza mucho en todos los personajes que interpreta, y aquí aporta una intensidad y madurez a Jim que colisiona a la perfección con el personaje de Tony interpretado por Emory. Era muy importante que Jim y Tony habitaran espacios enormemente diferentes, que fueran versiones totalmente opuestas de los hombres con los que Eilis podía imaginarse estar; y Emory y Domhnall aportaron sensibilidades completamente diferentes pero igual de cautivadoras, lo que subraya la decisión de Eilis".
El resto del reparto
Alrededor del triángulo formado por Ronan, Cohen y Gleeson en BROOKLYN se halla un conjunto de actores, tanto veteranos como jóvenes promesas, de ambos lados del charco. En Enniscorthy, el reparto está compuesto por Jane Brennan, que interpreta a la solitaria madre de Eilis, Mary; Fiona Glascott, en el papel de su hermana Rose, que es quien insiste en que se marche a América; Eileen O’Higgins, que encarna a la mejor amiga de Eilis en Irlanda, Nancy; y Brid Brennan, como la criticona ‘Nettles’ Kelly. La parte de la historia que se desarrolla en Brooklyn incluye a Emily Bett Rickards, Eve Macklin y Nora-Jane Noone, que interpretan a las peculiares compañeras de Eilis en la casa de huéspedes donde vive, así como la actriz de "Mad Men" Jessica Paré, que da vida a la peripuesta jefa de Eilis en los grandes almacenes donde trabaja.
Interpretando dos de los principales papeles del filme se hallan los venerados actores británicos: Jim Broadbent (IRIS, MOULIN ROUGE!), ganador del Premio de la Academia, que interpreta al también emigrante padre Flood, un sacerdote que cuida de Eilis durante su estancia en Brooklyn; y la actriz nominada al Oscar Julie Walters (BILLY ELLIOT, EDUCANDO A RITA), que interpreta a Mrs. Kehoe, la estricta pero perspicaz dueña de la casa de huéspedes donde reside Eilis en Brooklyn.
La pasión que Broadbent sentía por la novela fue un elemento fundamental a la hora de sentirse atraído por interpretar al hombre que se encarga de organizar el viaje de Eilis a América y que posteriormente ejerce de su mentor cuando casi se deja abatir por la nostalgia. "BROOKLYN es una historia universal sobre la búsqueda de una vida mejor, con todos los dilemas que ello conlleva", afirma. "La novela era desoladora y reconfortante a la vez, pero nunca sensiblera; muy honesta con las vulnerabilidades y las fortalezas de la gente, lo cual también me parecía fascinante".
Broadbent dice que el padre Flood es "más o menos un asistente social para los angustiados nuevos inmigrantes que llegan de Irlanda. Sale en su ayuda cuando Eilis llega a América, y después se hacen buenos amigos. Entre ellos hay una verdadera conexión".
La actriz Julie Walters también era una gran admiradora de la novela y estaba encantada de interpretar a la tiquismiquis Mrs. Kehoe, con todos sus matices. "Ella es la dueña de una pensión llena de jóvenes solteras, que gobierna con vara de hierro", señala. "Mrs. Kehoe es una persona maternal pero muy estricta. No permite ninguna frivolidad; como ella lo llama. Yo creo que ella quiere ser una especie de guía para esas jóvenes…, no obstante, si se cruza la línea, ¡no hay marcha atrás!"
A Walters, de madre irlandesa, la película también le tocó la fibra sensible. "La voz que he utilizado para interpretar a Mrs. Kehoe proviene de mi infancia", señala. "Es una mezcla de las monjas con las que me eduqué, mi madre, mis tías, mi abuela y la gente que iba a la iglesia. No es una persona en concreto, pero sí es ese recuerdo de todas las mujeres irlandesas que he conocido; y en todas ellas había esa gran energía".
John Crowley comprobó en el set cómo Walters era la absoluta personificación de la mezcla de ingenio y valores inquebrantables que configuraban al personaje de Mrs. Kehoe. "Yo sabía que la madre de Julie era irlandesa y por tanto sospechaba que ella conocería ese tipo de mujer muy a fondo, y, por supuesto, lo conocía muy bien", dice. "Sabía qué tipo de mujer era, y hasta cómo sería su peinado y qué tipo de ropa llevaría puesta. Desde luego, Walters es una actriz escandalosamente divertida, pero aquí hace comedia de una manera muy realista. El personaje está interpretado a la perfección".
De Irlanda a Brooklyn, y de vuelta a Irlanda
Cobrando vida con los oníricos matices de un poema de amor, la película BROOKLYN se desarrolla en dos mundos de atmósferas inconfundibles: uno es la enclaustrada y silenciosa belleza de Enniscorthy, Irlanda, y el otro, el bullicioso caos del distrito de Brooklyn, Nueva York, frecuente primera parada de muchos inmigrantes en su llegada a América. John Crowley se propuso explorar ambos mundos junto a un equipo que incluía al director de fotografía Yves Bélanger (ALMA SALVAJE, DALLAS BUYERS CLUB), el diseñador de producción François Séguin (EL CASO SLEVIN) y la diseñadora de vestuario Odile Dicks-Mireaux (AN EDUCATION).
Llevar la producción a Enniscorthy, una ciudad de 10.000 habitantes situada en el centro del Condado de Wexford, era fundamental para captar matices y reflejar a los entrometidos vecinos de la historia de Colm Tóibín. "Aquí es donde nací", dice el autor. "Mis padres eran de Enniscorthy, mis abuelos eran de ahí…, y fue muy bonito ver los sets de la película en las mismas calles en las que yo pensaba cuando escribí el libro".
Deambular por el territorio familiar de Tóibín, el lugar que hizo a Eilis ser la persona que es cuando llega a Nueva York, inspiró igualmente a los actores. "El hecho de llegar a percibir el espíritu de un sitio como Enniscorthy afecta a tu interpretación", dice Ronan. "Dado que los personajes de BROOKLYN son muy irlandeses y están muy apegados a su tierra, para nosotros era realmente genial estar cerca de personas que son así en la vida real, que tenían el acento de Enniscorthy y que se habían criado allí".
Mientras que algunos fragmentos de la parte americana del filme se rodaron en las icónicas escalinatas de piedra rojiza de Brooklyn y en las costas de Coney Island, los realizadores también encontraron un sucedáneo de la década de los cincuenta en Montreal, Canadá, que también se utilizó para representar un anterior y antiguo distrito de Brooklyn en el clásico drama sobre el mundo de la mafia ÉRASE UNA VEZ EN AMÉRICA.
En cuanto a la fotografía, el objetivo de Yves Bélanger era evocar la obra de Tóibín con algunos de los ejercicios más creativos que ha realizado hasta el momento, mediante una estilizada iluminación y un lirico encuadre, que transmitieran tanto la tenue energía de los cincuenta como los indescriptibles sentimientos de añoranza que Eilis experimenta a ambos lados del océano. "Yves hizo un brillante trabajo, y no me puedo imaginar a otro director de fotografía que pudiera haber logrado la belleza que él aportó al filme en tan corto espacio de tiempo", señala Dwyer.
Asimismo, el diseñador de producción François Séguin se concentró en los detalles nostálgicos de la época de los cincuenta, pero también en los diferentes ambientes de una Irlanda cuya apariencia todavía tenía reminiscencias de los años de pre-guerra tanto en el mobiliario como en la decoración, mientras que Brooklyn estaba experimentado el rápido cambio de la posguerra. En ambos lugares, Séguin centró sus esfuerzos en forjar una visceral identidad propia. "François tiene muchísimo talento", dice Dwyer. "A pesar de trabajar en una amplia variedad de sets ubicados en países diferentes, fue capaz de crear una atmósfera cohesiva que daba sensación de conjunto".
También ayudó a recrear la época en la mente de los actores el bello vestuario provisto y creado por Odile Dicks-Mireaux, evocando la inimitable elegancia y armonía de la década de los cincuenta en Nueva York. A Dicks-Mireaux le entusiasmó retroceder en el tiempo hasta dicho período. "Fue un auténtico placer trabajar con estos personajes", dice Dicks-Mireaux,"además, en los años cincuenta había mucha inventiva y la producción era muy artesanal".
Tóibín señala que tenía motivos muy concretos para elegir esa época, buscando analizar ese período, discreto pero lleno de implicaciones, situado entre el estruendo de la II Guerra Mundial y los rápidos cambios sociales que tendrían lugar en la década de los sesenta."Quería que fuera un mundo muy privado en el que poder lanzar una profunda mirada sobre un conjunto de personas, que de otro modo podrían verse relegadas, y colocarlas en primer plano. Por supuesto, no hay ningún periodo realmente neutral, pero éste es más neutral que la mayoría", dice el novelista.
La fase temprana de la fotografía callejera, especialmente las obras de la enigmática Vivian Maier y el icónico fotógrafo neoyorkino Elliott Erwitt, inspiró a Dicks-Mireaux a través de sus espontáneas fotos de fugaces momentos urbanos. No obstante, Dicks-Mireaux ni siquiera se permitió echar un vistazo a la moda de la época.
"John encomendó específicamente no mirar revistas de moda, pues ésta es una historia de gente real, de chicas de clase trabajadora que intentan ganarse la vida en Nueva York", explica. "En todos y cada uno de los aspectos del filme, John quería que la estética fuera muy natural y auténtica".
Dicks-Mireaux disfrutó especialmente marcando el contraste entre el Brooklyn que seguía la última moda, mundo del que Eilis se convierte pronto en una parte, y la más austera forma de vestir de Enniscorthy. "Había una enorme diferencia entre Estados Unidos e Irlanda durante los años de posguerra", explica. "Los estilos no podían ser más distintos, lo cual es perfecto para la historia que estamos contando. En América, era una época de rico colorido –rojos, caramelos y amarillos ocre, rosas y colores pálidos–, algo que, simplemente, no existía en Irlanda".
Otro elemento que ha contribuido igualmente a la evocadora atmósfera del filme es la música, desarrollada en una doliente banda sonora compuesta por Michael Brook (HACIA RUTAS SALVAJES, THE FIGHTER). También hay un trascendente momento musical; cuando Eilis se ofrece voluntaria para servir la comida de Navidad a oprimidos inmigrantes irlandeses y, finalmente, se queda embelesada por la emotiva canción irlandesa que interpreta un nostálgico irlandés.
Colm Tóibín comentó a Finola Dwyer y Amanda Posey que la excepcional voz del cantante irlandés Iarla Ó Lionáird le había servido de particular fuente de inspiración mientras escribía esa escena. Inspiradas también ellas, contactaron con Ó Lionáird y tuvieron la satisfacción de poder traerle a Montreal para interpretar en directo el tema "Casadh an Tsúgáin" en el propio set.
Ó Lionáird entendía muy bien por qué esa canción producía tanto impacto en Eilis. "Es una canción de amor cuyo repetitivo estribillo habla de un hombre que pide a una mujer que le aclare de qué forma está unida a él", explica. "Eilis se siente identificada, pues se siente unida a dos mundos. En la canción, el hombre le dice a la mujer ‘si estás conmigo, estás conmigo’ y también ‘estate conmigo frente a todos, muéstraselo a todos, déjalo claro’. Eilis tiene que acometer su propio futuro y decidir cuál será".
Ronan se conmovió tanto como su personaje durante la escena. "Con su extraordinaria voz, Iarla era capaz de transmitir todas las emociones que uno experimenta cuando se halla muy lejos de su hogar", afirma.
La decisión de Eilis
Todo el filme BROOKLYN en su conjunto se construye en base a las transcendentales decisiones que Eilis debe tomar: entre Tony y Jim, entre Brooklyn e Irlanda, entre su pasado y el futuro que quiere. Todos los implicados en la producción sabían desde un principio que la historia giraba en torno a la incertidumbre relacionada con su elección definitiva.
"Algunas personas estarán de acuerdo con la decisión de Eilis y otras, no", dice Amanda Posey. "Nosotros como realizadores sabíamos lo que queríamos que hiciera, y John también, pero deseábamos asimismo que el público hiciera su propia elección. Una de las cosas más hermosas de esta historia es que explora diferentes tipos de amor. Con Tony, Eilis experimenta el primer amor, sin embargo, con Jim la conexión es mucho más madura. Luego está el amor que Eilis siente por su hermana y su madre, que, de nuevo, son diferentes clases de amor. Lo que cuenta el filme realmente es cómo esos diferentes tipos de amor pueden tanto destrozarte como servirte de salvavidas".
Para Posey, la decisión de Eilis es necesaria, si bien dolorosa. "Una etapa del proceso de maduración de una persona consiste en comprender que al decidir ir en una dirección se está cerrando muchas otras puertas. Sin embargo, yo creo que Eilis descubre finalmente qué es lo mejor para ella, aunque sea doloroso".
Finola Dwyer añade: "Al final de la película, el futuro de Eilis está muy claro; pero el espectador se marcha sabiendo que la decisión que ha tomado también ha supuesto un enorme sacrificio".
Saoirse Ronan cree que ciertamente la decisión de Eilis podría haber ido en sentido contrario."Yo no puedo decir si Eilis ha tomado la decisión correcta; creo que ambas opciones le brindaban la oportunidad de ser feliz", explica la actriz. "Lo maravilloso y desolador de esta historia es que los dos hombres son igualmente maravillosos. Jim representa el hogar natal y Tony, una nueva vida. Ambos tienen mucho que ofrecerle, y Eilis lo sabe".
Finalmente, dice Ronan, la actriz no consideró como centro de la historia el tipo de vida que elige Eilis, sino la persona en la que se convierte durante el proceso. "En mi opinión, toda la historia gira en torno a cómo Eilis llega a ser lo suficientemente adulta y madura como para tomar realmente una decisión y llevarla a cabo", concluye la actriz.
Domhnall Gleeson piensa de forma similar. "Con mucha frecuencia, no es posible saber si las decisiones que se toman son las correctas", señala. "Pero yo creo que es importante que ahora Eilis tenga efectivamente una opción en su vida, que nunca hubiera tenido si no se hubiera ido a América".
Para Jim Broadbent, el persistente desasosiego que provoca la decisión de Eilis se desprende de las muchísimas cuestiones que suscita y permanecen en el público. "Lo mejor de BROOKLYN es que el espectador probablemente no sabrá cómo irán las cosas; pero tampoco sabrá cómo le habría gustado que fueran", resume.
Dioses de Egipto
País: Estados Unidos
Director: Alex ProyasReparto: Gerard Butler, Nikolaj Coster-Waldau, Geoffrey Rush, Brenton Thwaites, Courtney Eaton, Chadwick Boseman, Elodie Yung, Bruce Spence, Bryan Brown, Emma Booth, Rachael Blake, Robyn Nevin, Goran D. Kleut, Abbey Lee, Paula Arundell
Protagonizada por Gerard Butler ("Objetivo: La Casa Blanca", "300"), Brenton Thwaites ("La señal", "Maléfica"), Nikolaj Coster-Waldau ("Juego de tronos", "Oblivion"), Courtney Eaton ("Mad Max: Furia en la carretera"), Elodie Young ("Daredevil", "G.I. Joe: La venganza"), Chadwick Boseman ("I feel good: La historia de James Brown", "42") y Geoffrey Rush ("Piratas del Caribe", "El discurso del rey"), "DIOSES DE EGIPTO" es una aventura épica repleta de acción inspirada en la mitología clásica de Egipto, dirigida por Alex Proyas ("Yo, robot", "El cuervo").
El legado
País: Argentina
Director: Fernando E. Solanas
El bosque siniestro
Duración 93 min.
País Estados Unidos
Director: Jason Zada
Reparto: Natalie Dormer, Taylor Kinney, Yukiyoshi Ozawa, Eoin Macken, Rina Takasaki,Kikuo Ichikawa, Noriko Sakura, Yûho Yamashita, Stephanie Vogt, James Owen,Nadja Mazalica, Terry Diab
Una joven estadounidense, Sara (interpretada por Natalie Dormer, de "Juego de tronos" y"Los juegos del hambre"), se desplaza hasta el bosque en busca de su hermana gemela, Jess (también interpretada por Dormer), desaparecida misteriosamente. Frustrado por el patrón de conducta de Jess, Rob, el marido de Sara (Eoin Macken, del drama médico televisivo "Turno de noche") no logra convencer a su mujer para que no realice el viaje de más de 9600 km.
Después de pasar por el colegio en el que da clase Jess, la resuelta Sara emprende camino al propio bosque. Acompañada por el carismático Aiden (Taylor Kinney, de "Chicago Fire"), un periodista expatriado a quien acaba de conocer, se interna en el bosque con la seria advertencia de "no abandonar el camino". El guía forestal Michi (la estrella japonesa Yukiyoshi Ozawa) intenta mantenerlos a ambos a salvo pero, al caer la noche, no logra convencerlos para que se marchen con él, así que los deja allí a su pesar, para que se enfrenten solos a los elementos.
El miedo no tarda en apoderarse de Sara; empieza a cuestionarse los motivos de Aiden, incluida su afirmación de que no había visto nunca a Jess. Decidida a descubrir la verdad sobre la suerte que haya podido correr su hermana, Sara tendrá que enfrentarse a las furiosas y atormentadas almas de los muertos, que asedian a todo aquel que se atreva a acercarse a ellas. Estos espíritus malévolos que acechan a Sara a cada paso, la sumirán en una aterradora oscuridad a la que tendrá que hacer frente para salvarse.
Una presentación de Gramercy Pictures, en asociación con AI Film Entertainment, de una producción de Lava Bear/Phantom Four Films. EL BOSQUE SINIESTRO. Natalie Dormer, Taylor Kinney, Yukiyoshi Ozawa, Eoin Macken. Reparto de Elaine Grainger, CDG. Diseño de vestuario de Bojana Nikitovic. Música de Bear McCreary. Montaje de Jim Flynn. Diseño de producción de Kevin Phipps. Director de fotografía: Mattias Troelstrup, DFF. Productores ejecutivos: Len Blavatnik, Aviv Giladi, Lawrence Bender y Andrew Pfeffer. Producida por Tory Metzger, David S. Goyer, David Linde. Guion de Ben Ketai, Sarah Cornwell y Nick Antosca. Dirigida por Jason Zada. Un filme de Gramercy Pictures.
EL BOSQUE SINIESTRO es un thriller sobrenatural que se inspira en un lugar real: el bosque de Aokigahara. Conocido como jukai, o el "Mar de Árboles", está situado al pie del monte Fuji (Japón), en su ladera noroeste. La apacible belleza de Aokigahara no deja traslucir su historia de violencia y su reputación de zona de actividad paranormal.
Durante siglos, la asociación de Aokigahara con la muerte y el tormento lo han convertido en un indicador cultural de la arraigada creencia de los japoneses en lo paranormal. La leyenda habla de los fantasmales ubasute, que habitan en lo más profundo del bosque, afligidas figuras espectrales de ancianas, abandonadas por sus familias para que murieran, cuando ya no podían seguir cuidando de ellas.
A lo largo de las últimas décadas, Aokigahara se ha hecho conocido como un lugar al que acude la gente con intención de quitarse la vida; su trágica reputación no ha hecho más que crecer, con rumores de los espíritus de esos suicidas, los yurei, haciendo crecer sus fantasmales filas a base de atraer a los deprimidos, los débiles y los incautos a su muerte bajo el sereno dosel forestal de Aokigahara, en una zona conocida como "el bosque de los suicidios".
El productor David S. Goyer oyó hablar de Aokigahara como "un lugar escalofriante, con fenómenos muy extraños. Los móviles y las brújulas no funcionan allí por los yacimientos de hierro de la montaña; apenas hay fauna; y es tan frondoso y oscuro que resulta fácil perderse en él. Y todos estamos familiarizados con el miedo a perderse en el bosque".
"Aun así, Aokigahara es un lugar bucólico de una prístina belleza. Lamentablemente, allí también se ha suicidado más gente que casi en ningún otro lugar de nuestro planeta. Y el ritmo no ha dejado de aumentar. Hay un depósito de cadáveres en el bosque y una especie de unidad de vigilancia que realiza periódicamente búsquedas de posibles cadáveres. Hay carteles que dicen cosas como ‘Date la vuelta’, ‘No te salgas del camino’ o ‘Piensa en tus seres queridos’".
Goyer se dio cuenta de que Aokigahara podría ser el escenario perfecto para lo que concebía como "un tenso thriller sobrenatural con personajes que te importan, imbuido de una creciente sensación de temor". Ideó un argumento básico y se puso en contacto con Lava Bear Films.
El productor Tory Metzger, de Lava Bear, recuerda: "No sabía nada sobre Aokigahara, así que cuando David Goyer nos trajo esa idea tan cinematográfica ambientada en un lugar real con una larga historia, despertó mi interés. Cuando empecé a leer sobre él y comprendí el lugar que ocupa en siglos de tradición japonesa, así como la oscuridad y las apariciones relacionadas con ese sitio, me di cuenta de que podía servir para ambientar allí una historia, de modo que Aokigahara fuera un personaje en sí mismo".
"David ya había dado con la historia que podíamos contar. Juntos, identificamos a guionistas que pudieran ser aficionados a este género".
Ben Ketai escribió un primer borrador, que sirvió como marco subyacente a partir del cual fue evolucionando el guion. Cuando Ketai tuvo que encargarse de otros compromisos, los productores se pusieron en contacto con la novelista Sarah Cornwell, una guionista primeriza, para que siguiera trabajando en el guion. Metzger señala: "Sarah se encargó de desarrollar elementos cruciales, como el pasado de las dos hermanas, que tiene un impacto tan significativo en el presente". Cornwell también reforzó el conflicto centrado en los personajes, y siguió desarrollando la oscura personalidad del propio bosque.
Metzger prosigue: "A continuación llegó [el guionista] Nick Antosca e hizo algo enormemente importante: amplió una idea introducida por Sarah, que el bosque se encarga de mostrarte tu propia tristeza. Se aseguró de que el final de la historia respetara las reglas del bosque, así como las de las vidas de las hermanas. EL BOSQUE SINIESTRO siguió evolucionando como un relato psicológico, algo muy diferente de la mayoría de los guiones de terror actuales".
"El guion acabó convirtiéndose en un estudio de la locura. El bosque te contagia su oscuridad. Los personajes influyen en la historia, en lugar de a la inversa. EL BOSQUE DE LOS SUICIDIOS está movida por la evolución de los personajes, o más bien por su degeneración, por decirlo así".
Goyer señala: "No queríamos que se tratara de una película que dependiera del susto fácil; queríamos que fuera metiéndote poco a poco el miedo en el cuerpo. Para que algo dé verdadero miedo, tienes que dedicarle tiempo a los personajes y conseguir que te importen".
El productor David Linde aporta: "El bosque de nuestra película es una entidad de energía sobrenatural, malévola y manipuladora, que lleva siglos reuniendo almas. Es un refugio y, al mismo tiempo, una prisión, para espíritus inquietos".
"Así que EL BOSQUE SINIESTRO ofrece un viaje aterrador que nos lleva por la psique de Sara en un lugar lleno de tristeza y miedo. Los espectadores se encontrarán allí mismo con Sara, preguntándose si podrán –y ella también– afrontar lo que está cobrando forma".
El desarrollo del proyecto, desde su concepto inicial hasta el rodaje, duró aproximadamente tres años; Jason Zada se incorporó como director cuando ya llevaba un año en marcha. Zada había sabido atrapar la imaginación del público con su obra viral interactiva "Take This Lollipop"; decenas de millones de personas habían tenido ocasión de experimentar el estremecedor éxito web. Interesado en hacer su primera película, Zada había leído ya cientos de guiones. Solo cuando Lava Bear le propuso hacer EL BOSQUE SINIESTRO encontró lo que estaba buscando.
Zada reflexiona: "Tras haber creado contenidos más breves, quería poder contar una historia en la que sigues a un personaje durante todo un largometraje, y en un momento crucial de su vida".
Metzger recuerda: "Todos habíamos visto ‘Take This Lollipop’ y nos había impresionado. También habíamos visto anuncios dirigidos por Jason, así que sabíamos lo bien que sabía dar forma a las ideas para presentarlas visualmente. Al reunirnos con él, nos expresó su profundo interés por hacer un thriller psicológico. David Linde y yo pusimos en contacto a David Goyer con Jason, y sintieron que sintonizaban creativamente a la perfección".
Goyer aporta: "Jason es reflexivo, serio y juicioso; cuando hablamos del guion, revisó todos sus aspectos emocionales".
Zada explica: "El miedo es algo muy primario para todos. Llevo viendo desde pequeño películas de miedo. Pero me encantan especialmente las que se hicieron justo antes y durante la década de 1970: ‘La semilla del diablo’, ‘Amenaza en la sombra’, ‘El exorcista’, ‘El resplandor’... todas ellas son clásicos del género, y del cine en general. Así que me propuse hacer un thriller psicológico inteligente, atmosférico y visualmente impactante que llevara a los espectadores a un viaje profundamente inquietante".
Esos espectadores verían EL BOSQUE SINIESTRO desde el punto de vista de un personaje principal, Sara, que impulsa la historia a través de las sensaciones que vive. El papel exigía una actriz capaz de interpretar un amplio espectro de emociones, ya fuera como Sara o como su hermana gemela, Jess. "Natalie Dormer era el primer nombre de nuestra lista", asegura Goyer.
Se concertó una llamada entre Zada y Dormer, ya que el director "la había visto trabajar y me había impresionado su habilidad y versatilidad como actriz. Cuando hablamos, reconoció inmediatamente que su interpretación tendría que empezar ya en un plano emocional elevado y después seguir aumentándolo".
A la estrella de "Juego de tronos" y "Los juegos del hambre" le atraía la profundidad del guion y sus exigencias físicas y emocionales. Opina: "EL BOSQUE SINIESTRO es psicológico, no de sangre y tripas. La historia trata sobre alguien que se está desmoronando, y posee un nivel de sofisticación ausente en la mayoría de los thrillers".
"Me pareció muy pulido, en la medida en que el arco argumental es un perfecto viaje del héroe. Desde el primer instante se crea una situación dramática: Sara se encuentra de pronto sumida en un mundo completamente ajeno a ella, en un país extranjero y tiene que ir a pie. Se encuentra en una situación física a la que no está acostumbrada, muy lejos de todo el que pudiera servirle normalmente de apoyo o en quien pudiera confiar".
Zada agrega: "Sara es un personaje complejo; a primera vista, es una mujer segura, felizmente casada, y que tiene su vida perfectamente organizada. Siempre ha brindado apoyo a Jess, su hermana gemela algo trastornada, y comparten un vínculo que se extiende al terreno psíquico. Sara parece ser la más fuerte, estable y práctica, pero sus problemas sin resolver la hacen vulnerable en un entorno aterrador".
Dormer considera que "Sara vive sumida en la negación; ha bloqueado recuerdos de su infancia. Si fuera verdaderamente sincera consigo misma, se daría cuenta de que Jess es psicológicamente mucho más sana a como la ve Sara. Jess es más abierta y sincera sobre sus problemas y miedos; afronta sus demonios personales, algo que Sara todavía no ha hecho. Tengo una relación muy estrecha con mis hermanos, y eso me ayudó a entender mejor la situación de Sara".
"De cara al exterior, Sara mantiene una fachada de pleno control, así que tiene un aspecto bastante conservador. Jess ofrece un completo contraste; es muy atrevida y decidimos que llevara piercings, sombra de ojos oscura y pelo igualmente oscuro. También me divertí con sus acentos americanos".
La actriz reflexiona: "La verdad es que el guion era una interpretación moderna de un escenario de cuento de hadas; te internas en el bosque y allí te encuentras sola con tus miedos. El bosque pone un espejo delante de todos los que entran en él; saca a la luz todos los asuntos pendientes que pueda tener uno como persona".
Dormer tuvo que recurrir a la adrenalina durante lo que fue "un rodaje físicamente muy exigente, ¡y no solo porque me tiré un mes entero corriendo de un árbol a otro! Todo fue intenso, ya fuera porque estuviera rompiendo a llorar, gritando o cayendo por algún agujero. Todo suponía un esfuerzo interpretativo".
"La adrenalina empezaría a hacer efecto después de una o dos tomas. Podía sentir que no me quedaban fuerzas, pero entonces me metía en la situación, incluso emocionalmente. El equipo me apoyaba cuando me sentía decaer".
Dormer apunta: "Además, es estupendo interpretar el papel principal en una película –era la primera y la segunda de la hoja de convocatoria– y contar con el apoyo de tres hombres, cada uno de ellos con un ritmo diferente".
Entre esos tres hombres figura la estrella de "Chicago Fire", Taylor Kinney, que encarna al apuesto y encantador periodista de viajes Aiden. Kinney ve a su personaje como "un individuo errante, que no echa raíces, un poco como un gitano. Parece buen tipo, pero hay personajes que se mueven por una zona gris y Aiden es ciertamente de esos. Una vez se internan en el bosque, empiezas a dudar de sus intenciones y Sara también va sospechando cada vez más... al igual que los espectadores, a quienes EL BOSQUE SINIESTRO mantendrá en todo momento en vilo".
Goyer señala: "Aiden tenía que ser romántico, pero no un galán romántico. Sara es una mujer casada pero, ahí fuera, en el bosque, ¿podría caer en la tentación? Tuvimos mucha suerte con Taylor; tiene ese aire a lo Paul Newman que hace que alguien se te quede grabado".
Zada comenta: "Taylor entendió lo que hacía falta para interpretar a Aiden, lo que incluía cierto aire de peligro".
Dormer sostiene: "Tengo experiencia interpretando personajes ambiguos, así que puedo decir que Taylor lo hace muy bien".
Kinney tenía muchas ganas de trabajar con Dormer. Recuerda: "Cuando Jason la mencionó, yo ya conocía su trabajo; como actor, siempre quieres exigirte al máximo, buscar nuevos retos, e interpretar con gente a la que respetas. [Dormer] es sumamente versátil, y estuvo estupenda desde el primer momento".
El marido preocupado de Sara, Rob, está interpretado por la estrella de otra popular serie de la cadena NBC, Eoin Macken, de "Turno de noche". Dormer y él hablaron largo y tendido sobre la relación de la pareja antes del rodaje y llegaron a la conclusión de que Rob no conoce realmente todo el pasado de las hermanas. Macken comenta: "Natalie y yo decidimos que Sara se guarda muchas cosas dentro y que ha dejado de lado los recuerdos negativos para protegerse, y que Rob no quiere husmear. La ha ayudado a aliviar su inherente tristeza. Se trata de una pareja feliz, que ha decidido que es mejor no ‘revolver en el pasado’".
"Aun así, encuentra que Jess ejerce una influencia negativa sobre Sara, y no entiende por qué su mujer se muestra tan comprensiva hacia ella. En EL BOSQUE SINIESTRO, tenemos ocasión de explorar matices psicológicos oscuros del carácter de los personajes, y que te preocupe lo que le pueda suceder a los personajes interpretados por Natalie hace que todo resulte más visceral".
Macken encontró que trabajar con Dormer fue "fácil y divertido, porque con ella hay un intercambio de ideas. Cuando interpretas a personajes que son pareja, todo debería ir fluido y, con Natalie, sucede así".
"Jason estaba muy tranquilo pese a estar haciendo esta película tan intensa. Tiene ideas estupendas y sabe exactamente lo que quiere. Y estaba listo para hacer una película aterradora; cuando leí el guion pensé: ‘Esto es muy retorcido’, y va a resultar aún más cuando lo veas".
El reparto de actores que apoyan a la actriz principal en su doble papel se completa con la estrella japonesa Yukiyoshi Ozawa en su debut en lengua inglesa. "Hace mucho tiempo que quería participar en una producción de Hollywood", confiesa entusiasmado el actor. "Estaba encantado durante el rodaje. Esta es la primera película de Jason como director, pero es como si ya hubiera hecho otras 15; me dio muchos consejos".
Ozawa interpreta a Michi, el guía forestal que lleva a Sara y a Aiden a Aokigahara pese a sus grandes recelos. Michi es la voz de la razón, la cautela y la autoridad, que conoce el bosque y reconoce su poder y el peligro que supone.
El actor afirma: "Michi se ve presionado para ayudar y es un tipo amable. Intenta cuidar de Sara y Aiden, pero cada uno tiene sus propios planes".
"En Japón, todo el mundo conoce los misterios de Aokigahara, que significa: ‘ao’ es azul, ‘ki’ es árbol, y ‘gahara’ es una especie de campo grande. Pero la mayor parte de la gente no quiere ir allí por todos los que han muerto, y para los japoneses es un tema delicado de hablar".
Los espíritus de los suicidas, los yurei, son fantasmas inquietos, que no pueden tener paz debido a sus muertes violentas y solitarias, y están movidos por sentimientos muy fuertes de venganza, envidia, odio, pesar y/o amor, a la vez que toman fuerza del poder del propio bosque.
Goyer explica: "En la cultura japonesa existen desde hace tiempo elementos mitológicos referidos a los fantasmas. Los yurei son los ‘fantasmas hambrientos’ que no quieren que las visitas se marchen. Si alguien va al bosque y se suicida, su alma se queda allí atrapada. Un pequeño detalle que añadimos nosotros a esa mitología es que la única forma de que un alma pueda escapar es que engañe a otra para que ocupe su lugar".
Zada agrega: "Se ha visto muchas veces a yurei en Aokigahara; se habla de sombras que se mueven silenciosamente entre los árboles y hay quien afirma haber visto los rostros de los muertos en cortezas de árboles".
"Nos inventamos algunos elementos para nuestra historia. Los yurei son como los siervos del bosque. Son trágicos, pero también manipuladores, porque el bosque los manipula para conseguir más almas con las que saciar su hambre. Así que están atrapado en un círculo vicioso".
El yurei Hoshiko es parte ángel de la guarda y parte niño diabólico, parte víctima y parte monstruo. El director animó a la actriz japonesa Rina Takasaki a interpretar todas las facetas distintas. Zada pondera: "La cuestión es: ¿le queda aún algo de humanidad? Rina fue capaz de interpretar todos los aspectos y mantenerte en la incertidumbre".
"Parece muy mona, pero entonces sonríe y se le ven los labios estropeados y los dientes desagradables creados mediante maquillaje, que ayudaron a Rina a resultar muy expresiva".
La diseñadora de vestuario Bojana Nikitovic y su equipo vistieron a los yurei y ubusute con kimonos traídos de Japón, algunos hechos expresamente y otros comprados de segunda mano. Luego se envejeció la ropa de los espíritus, quemándola, amarilleándola, destiñéndola, manchándola con hierba y barro, y se le hicieron girones y agujeros nuevos que debían tener aspecto de antiguos y apolillados.
Takasaki y todos los actores que interpretaban a los yurei y ubasute pasaban entonces por las manos del equipo de maquillaje, que los equipaba con lentes y prostéticos; los actores que hacían de ubasute no podían ver nada cuando llevaban sus lentillas completamente blancas. Zada aporta: "Quería que los actores llevaran únicamente maquillaje físico, en lugar de recurrir a la infografía. También quería aludir a la imaginería de los thrillers japoneses, pero dándole nuestro propio giro, así que los yurei llevaban pelo de loco y tenían una piel pálida y agrietada. Los ubasute tenían un aspecto tal vez algo más tradicional".
Goyer considera el maquillaje de Rob Mayor y su equipo de Millennium FX "aterrador. Todos hemos visto thrillers sobrenaturales japoneses, como ‘Ju-on (La maldición)’, pero lo que están haciendo aquí es distinto. Era esencial tener a las almas atormentadas físicamente presentes allí, con Natalie, y no añadidas posteriormente mediante efectos digitales".
"A la hora de hacer una película de miedo, el sonido es muy importante, pero hicimos una prueba con los yurei sin sonido alguno y todos los que la vieron se quedaron con los pelos de punta".
Metzger agrega: "Tenía sentido utilizar métodos prácticos siempre que fuera posible por muchos motivos. Había la idea de resultar distintos de otras películas actuales, además Jason se está inspirando en todas esas películas clásicas de los 70. En última instancia, hace más tangible el terror y más real el miedo".
Zada se mantuvo en contacto constante con Millennium mientras creaban los diseños. Las pruebas resultaron inestimables, ya que se fueron alternando diferentes piezas con distintos grados de silicona. Al final, el diseño adecuado de pintura para los yurei se consiguió con un aspecto pálido y suave, que evitaba los tópicos de los zombis. Se entresacó el pelo para darle un aspecto más pelado, que se desviaba de las tradicionales melenas largas que cuelgan lacias del cine de terror japonés.
Pero es el semblante bajo ese pelo lo que consigue verdaderamente provocar escalofríos y llamar la atención. Goyer observa: "Nos atraen las historias de fantasmas por nuestro miedo común a la muerte, y por la convincente idea de que el espíritu pueda sobrevivir a la muerte. Todos esperamos que haya algún tipo de vida después de la muerte, así que incluso unos fantasmas espeluznantes resultan en cierto modo un consuelo; implican que la otra vida realmente existe".
"Investigaciones más recientes sobre los fenómenos fantasmales sugieren que hay sonidos subsónicos, que quedan por debajo del espectro auditivo. Estos sonidos se han empleado en pruebas para causar miedo, y han llegado incluso a provocar alucinaciones a sujetos humanos. Tuvimos eso en cuenta en nuestro diseño de sonido para el montaje final".
Metzger aporta: "Alguien me dijo una vez: ‘Las películas de miedo funcionan de forma muy similar a un chiste: está la preparación, el gag y el desenlace’. A menudo, el gag que esperan los espectadores no llega y se sustituye por algo inesperado, que podría tal vez no dar miedo. Tenemos casos de este tipo en EL BOSQUE SINIESTRO, antes incluso de que Sara entre en el bosque, porque está teniendo unas extrañas experiencias extracorporales".
"En el bosque real, tienes turistas que acuden a diario a contemplar la belleza de este lugar tan significativo para la cultura y la historia japonesas. Pero también hay una serie de personas que van allí con intención de quitarse la vida. Dada esa dicotomía, era inevitable que la película tuviera momentos de humor negro".
La visita del propio Zada a Aokigahara resultó memorable. El director recuerda: "Fui a explorar un día porque me pareció importante vivir la experiencia de Aokigahara antes de rodar. Tres guías se echaron para atrás –por enfermedad, pesadillas, premoniciones– hasta que por fin encontré uno que me llevara... e insistió rotundamente en marcharse al anochecer".
"Me pareció un lugar hermoso, sereno y extraño. Admito que me sentí incómodo allí y bastante asustado".
Dormer también visitó Aokigahara un día. "No salimos del camino", sostiene, antes de aclarar que "me alejé tal vez unos pocos metros para sacar unas fotos entre los árboles, pero mi chófer no se atrevió ni siquiera a eso".
"Lo encontré deslumbrante, tan verde y frondoso. Agradecí mucho poder ver Aokigahara, y también Tokio de noche, cuando rodamos allí".
El equipo de rodaje filmó durante una semana en Tokio, que a Zada le pareció "una ciudad maravillosa. Rodamos en un colegio y un bar de sushi, y reunimos otro material, como planos de fondo de la silueta urbana. El equipo y los extras japoneses fueron estupendos y nuestras experiencias allí determinaron el resto del plan de rodaje".
Aunque pudieron filmar algo al pie del monte Fuji, ya no está permitido rodar en el propio Aokigahara, así que el equipo de rodaje tuvo que buscar un lugar parecido en otra parte. Tras examinar muchos sitios de todo el mundo, la solución sorpresa resultó ser Serbia; su Parque Nacional de Tara, una amplia zona de bosque a cuatro horas de coche de Belgrado, ofrecía el aspecto adecuado y abundantes ubicaciones donde grabar.
A Dormer los bosques serbios le parecieron "preciosos". Ayudaron a darle cuerpo al personaje del bosque. Aunque sí que hizo frío en Tara; necesité usar jersey, y grandes dosis de cafeína y chocolate... e insecticida. Mucho insecticida".
Kinney aporta: "En el fondo soy un chico de campo, así que no se me podría ocurrir un lugar mejor; Tara es verdaderamente precioso. Belgrado es una ciudad con una comida estupenda y buena gente".
Al diseñador de producción Kevin Phipps Tara le resultó "casi perfecto para hacer de Aokigahara, aunque tuvimos que retocar ligeramente la realidad".
"Para los carteles del bosque, pensamos en copiar los carteles reales, pero al final optamos por adaptarlos, a la vez que nos manteníamos fieles".
En Serbia también se filmaron interiores en un antiguo almacén en el que Phipps y su equipo construyeron un gran número de sets, entre ellos hogares americanos, un hotel japonés, y una cueva de hielo, así como un agujero en el suelo.
Dormer comenta maravillada: "Estoy habituada a sets increíbles; el diseño de producción de máxima categoría de ‘Los juegos del hambre’ y ‘Juego de tronos’ me ha malacostumbrado, y Kevin y su equipo no les tienen nada que envidiar".
"Después de pasar por Japón, cuando llegamos a Serbia pude apreciar con que precisión se había reproducido todo: la estética de Japón, la atención al detalle. Kevin es magnífico en su trabajo, entiende a qué necesita reaccionar un actor".
Phipps sentía que el objetivo de su unidad era "apoyar a los actores. Natalie me dijo que nuestra habitación de hotel japonés era mejor que aquella en la que se alojó ella durante el rodaje en Tokio".
La verosimilitud se consideró primordial para los sets japoneses. Como parte de un curso intensivo de preparación que empezó tan solo dos meses antes de comenzar el rodaje, Phipps y su unidad aprendieron a hacer mamparas tradicionales japonesas de shōji, o papel de arroz. También estudiaron y replicaron materiales de construcción tradicionales de madera.
El puesto abandonado del guarda forestal era una estructura de madera para la que el departamento artístico siguió directrices establecidas de construcción japonesas. Se utilizó madera quemada y envejecida, para construirla siguiendo un diseño tradicional, con musgo rellenando los huecos entre los troncos, para hacer las juntas resistentes a las inclemencias del tiempo. En el interior, telarañas creadas artificialmente compartían espacio con fruta pasada de verdad y una radio militar retro de Serbia.
Phipps aporta: "Jason y yo nos entendimos muy bien. Estábamos de acuerdo en que la película tenía que ser meticulosa en su atención al detalle. Jason compartió conmigo una especie de ‘tratamiento’ visual que había preparado para EL BOSQUE SINIESTRO, y estábamos en perfecta sintonía. Dimos muchas vueltas a cada decisión que tomamos".
"Pero también me gusta siempre incluir lo que no debería estar ahí; algo ligeramente extraño, extravagante o incoherente. Así queda, en cierto modo, una realidad realzada".
Las labores gráficas resultaron ser un gran número de pequeños trabajos. Phipps comenta:"Contamos con un diseñador gráfico muy bueno y mucho material de referencia. Para una escena en un bar, debíamos tener 60 etiquetas distintas de sake. Necesitábamos todo tipo de botellas y etiquetas. Nuestro contacto japonés lo revisó y nos ayudó a conseguir todas las tipografías adecuadas".
Nos enviaron material de atrezo de Tokio y de Viena, donde reside una comunidad japonesa de un tamaño considerable. Para ciertos detalles de la casa estilo Craftsman de Sara, se necesitó ayuda de la embajada de Estados Unidos en Belgrado, para localizar e importar determinados artículos.
Para la casa americana que hubo que recrear en Serbia, Phipps recuerda que "Jason y yo hablamos sobre dónde se encontraría. Sara tiene un trabajo en Washington D.C., así que decidimos que tenía un trayecto de 55 minutos hasta el trabajo. Encontré un mapa de la zona y calculé que la casa estaría situada aproximadamente en Baltimore. El siguiente paso fue buscar en Internet casas de esa zona".
"A través de esta casa estilo Craftsman, podíamos mostrar qué vida llevaba esa pareja (Rob y Sara). Es la casa a la que aspiraban; como jóvenes profesionales sin hijos, cuentan con una cierta renta disponible, así que hay unos cuantos objetos buenos. El comedor está un poco de adorno, rara vez se usa, salvo en ocasiones especiales. El dormitorio es romántico, con colores suaves, un buen sillón y vestidores. Como la propia Sara, todo está muy organizado".
Para los flashbacks de Sara de su infancia en casa de su abuela, Phipps aconsejó a su unidad no "pasarse de listos con el ‘interior de época’. Aunque los recuerdos de Sara son posteriores, del siglo XX, la premisa es que en casa de su abuela no se ha decorado nada desde finales de los 70. Así que las cosas parecen desgastadas, pero cómodas, con marrones y beige cálidos. Las paredes están recubiertas de un revestimiento de madera, hay moqueta de pelo largo y hay chismes de la época. También está la puerta que lleva al sótano..."
"... que nos conduce a un elemento crucial de EL BOSQUE SINIESTRO: la infancia de Jess y Sara. El sótano es su cuarto de los juguetes y su dominio. Está lleno de juguetes suyos, casi todos repetidos, uno para cada gemela".
El set más complicado de todos fue la sima de más de 36 m de longitud con una cueva de hielo. Esta última contaba con un armazón de fibra de vidrio, cubierto con 200 kg de cera fundida de velas que creaba el revestimiento.
Phipps proclama que "No era invenciones descabelladas nuestras. En Aokigahara, se pueden encontrar insólitas cuevas de hielo y simas subterráneas naturales en las que el agua, con el paso de los años, ha ido erosionando pasadizos subterráneos".
Se utilizó resina transparente para dar forma a las estalactitas, y luego se roció todo con cera fundida para darle textura y espesor. La cera fundida, traída de una fábrica de velas de Belgrado, tenía que aplicarse con una pistola pulverizadora.
"Era un entorno bastante desagradable en el que trabajar", admite Phipps. "Una vez rociada la cera por las paredes, utilizábamos pistolas de aire caliente para hacer que la cera fluyera y brillara como el hielo, como si se estuviera glaseando. Hicieron falta unas 20 personas trabajando como una cadena de montaje porque la cera tenía que rociarse caliente y enfriarse antes del proceso de fundido. Era ruidoso y se nos llenaba la ropa y el pelo de cera. Por último, antes de cada plano teníamos que ir al decorado y rociar la pared con agua para crear el efecto de hielo chorreante".
El complicado set también presentó todo un reto para el director de fotografía Mattias Troelstrup. Comenta: "En ciertos momentos de la historia, Sara avanza a oscuras, con su teléfono como única fuente de luz, así que cualquier luz de ambiente tiene que parecer natural. Una cueva iluminada puede parecer fácilmente una atracción turística iluminada para dar miedo. Mediante pequeñas luces led y paneles de iluminación suave, añadimos un poco de neblina, para darle ambiente, y eso también ayudó a que el efecto de la luz del móvil resultara más natural".
Dormer tuvo que tirarse a la cueva "con un arnés, fingiendo estar herida, gritando y disgustada. Había mucha tierra, y contenía unas cuantas criaturas vivas, lo que ciertamente contribuía a la sensación de realismo".
Como EL BOSQUE SINIESTRO se filmó casi enteramente en orden cronológico, los"retoques" diarios de Dormer de los departamentos de vestuario y maquillaje incluían aplicarle tierra, así como ir desgastándole poco a poco la ropa.
Para el rodaje en interiores de algunas escenas del bosque, la calificación de zona de explotación forestal del Parque Nacional de Tara suponía que se podían traer en camión árboles de verdad, que se cortaban en tres para crear la densidad necesaria y el follaje preciso. También con permiso del parque, se recogió mantillo, turba, hojas secas, musgo, helechos y flores silvestres para recrear el suelo del bosque. El resultado fue un set vivo, que necesitaba riego constante para que todo se mantuviera fresco, e incluso con esos cuidados, tan solo duraba unos cuantos días.
La necesidad de realizar ciertas secuencias importantes en el bosque exigía a Phipps y su departamento permitir que resultara viable llevar a cabo ciertas escenas arriesgadas "bajo el set", de modo que el equipo de rodaje pudiera ejecutar un asombroso efecto físico por medio de un elevador hidráulico de tijera encargado expresamente y construido localmente. Por lo demás, "esto se hizo a la antigua", afirma Phipps. Suelo falso hecho de espuma de tapicería y cobertura de colchón con un tajo en el medio, oculto con hojas, tierra y otra materia orgánica para que se camuflara con el entorno.
Además, ese enfoque "a la antigua" también se extendió a toda la colaboración entre Zada y Troelstrup, que evocaban el aspecto de las películas que los inspiraron. Se valieron de grandes sets prácticos y actores con todos sus prostéticos, con la intención de reducir al mínimo posible el uso de efectos visuales; con dos excepciones: una "ampliación de decorado" de la planta superior del hotel, y una gamba servida a Sara en el bar de sushi. La gamba no es real sino, más bien, generada por ordenador.
Zada cuenta: "La gama de iluminación tiene tres graduaciones. Primero está América: brillante, moderna y suburbana. Luego viene Tokio, con su atmósfera de ciudad de neón. Y por último, y más oscuro –en más de un sentido– está el bosque. Tiene luz natural, pero rodamos bajo cielos nublados para conseguir una atmósfera siniestra y dramática; la única luz artificial es la que procede del móvil de Sara".
"Hacemos que los espectadores sientan más de cerca su creciente pánico valiéndonos de cámaras portátiles y steadicam para seguir todos sus movimientos. Esta fue otra de las cosas en las que los thrillers antiguos nos sirvieron de inspiración a Mattias y a mí; otra fue el uso ocasional de un ‘dióptero doble’, que ajusta la profundidad de campo en parte de la lente de la cámara. Es muy sutil, y visualmente inquietante para el espectador".
Troelstrup agrega: "Esta película tiene aspectos tanto de suspense clásico como de terror moderno. Jason ya tenía buena parte pensado, así que yo echaba un vistazo a sus ideas y añadía las mías propias".
"Sabíamos que el clima supondría un problema para nuestros exteriores en el bosque, pero en un día de pruebas descubrimos que un cielo nublado ofrecía la mejor luz para la atmósfera que queríamos darle a nuestra película. Claro y soleado funciona bien antes de que los personajes se salgan del camino, pero a partir de ese momento filmamos a la sombra o justo después de caer el sol. También esperamos a que se formaran nubes que pudieran reforzar la atmósfera; mi jefe de eléctricos no paraba de alzar la vista al cielo. Al llegar por la mañana, teníamos que ver con qué nos encontrábamos; un exterior localizado con semanas de antelación podía tener un aspecto completamente distinto ese día. Siempre nos esforzamos por conseguir el aspecto adecuado".
El esfuerzo conjunto del reparto y del equipo ha ido dirigido a "crear una película que asuste a la gente y permanezca luego en su recuerdo", afirma Goyer.
El cineasta admite: "Esperamos que EL BOSQUE SINIESTRO logre que la gente le tenga miedo a adentrarse en el bosque, del mismo modo que ‘Tiburón’ hizo que la gente tuviera miedo a bañarse en el mar".
2014
2014
2016
Basada en hechos reales, el 11 de septiembre de 2012 el consulado de Libia en la ciudad de Bengasi fue atacado y su embajador asesinado, esta es la historia del grupo de contratistas que acudió al rescate.
2015
Reparto: Géza Röhrig, Levente Molnár, Urs Rechn, Sándor Zsótér, Todd Charmont, Björn Freiberg, Uwe Lauer, Attila Fritz, Kamil Dobrowolski, Christian HartingEL BOSQUE SINIESTRO es un thriller sobrenatural que se inspira en un lugar real: el bosque de Aokigahara. Conocido como jukai, o el "Mar de Árboles", está situado al pie del monte Fuji (Japón), en su ladera noroeste. La apacible belleza de Aokigahara no deja traslucir su historia de violencia y su reputación de zona de actividad paranormal.
Durante siglos, la asociación de Aokigahara con la muerte y el tormento lo han convertido en un indicador cultural de la arraigada creencia de los japoneses en lo paranormal. La leyenda habla de los fantasmales ubasute, que habitan en lo más profundo del bosque, afligidas figuras espectrales de ancianas, abandonadas por sus familias para que murieran, cuando ya no podían seguir cuidando de ellas.
A lo largo de las últimas décadas, Aokigahara se ha hecho conocido como un lugar al que acude la gente con intención de quitarse la vida; su trágica reputación no ha hecho más que crecer, con rumores de los espíritus de esos suicidas, los yurei, haciendo crecer sus fantasmales filas a base de atraer a los deprimidos, los débiles y los incautos a su muerte bajo el sereno dosel forestal de Aokigahara, en una zona conocida como "el bosque de los suicidios".
El productor David S. Goyer oyó hablar de Aokigahara como "un lugar escalofriante, con fenómenos muy extraños. Los móviles y las brújulas no funcionan allí por los yacimientos de hierro de la montaña; apenas hay fauna; y es tan frondoso y oscuro que resulta fácil perderse en él. Y todos estamos familiarizados con el miedo a perderse en el bosque".
"Aun así, Aokigahara es un lugar bucólico de una prístina belleza. Lamentablemente, allí también se ha suicidado más gente que casi en ningún otro lugar de nuestro planeta. Y el ritmo no ha dejado de aumentar. Hay un depósito de cadáveres en el bosque y una especie de unidad de vigilancia que realiza periódicamente búsquedas de posibles cadáveres. Hay carteles que dicen cosas como ‘Date la vuelta’, ‘No te salgas del camino’ o ‘Piensa en tus seres queridos’".
Goyer se dio cuenta de que Aokigahara podría ser el escenario perfecto para lo que concebía como "un tenso thriller sobrenatural con personajes que te importan, imbuido de una creciente sensación de temor". Ideó un argumento básico y se puso en contacto con Lava Bear Films.
El productor Tory Metzger, de Lava Bear, recuerda: "No sabía nada sobre Aokigahara, así que cuando David Goyer nos trajo esa idea tan cinematográfica ambientada en un lugar real con una larga historia, despertó mi interés. Cuando empecé a leer sobre él y comprendí el lugar que ocupa en siglos de tradición japonesa, así como la oscuridad y las apariciones relacionadas con ese sitio, me di cuenta de que podía servir para ambientar allí una historia, de modo que Aokigahara fuera un personaje en sí mismo".
"David ya había dado con la historia que podíamos contar. Juntos, identificamos a guionistas que pudieran ser aficionados a este género".
Ben Ketai escribió un primer borrador, que sirvió como marco subyacente a partir del cual fue evolucionando el guion. Cuando Ketai tuvo que encargarse de otros compromisos, los productores se pusieron en contacto con la novelista Sarah Cornwell, una guionista primeriza, para que siguiera trabajando en el guion. Metzger señala: "Sarah se encargó de desarrollar elementos cruciales, como el pasado de las dos hermanas, que tiene un impacto tan significativo en el presente". Cornwell también reforzó el conflicto centrado en los personajes, y siguió desarrollando la oscura personalidad del propio bosque.
Metzger prosigue: "A continuación llegó [el guionista] Nick Antosca e hizo algo enormemente importante: amplió una idea introducida por Sarah, que el bosque se encarga de mostrarte tu propia tristeza. Se aseguró de que el final de la historia respetara las reglas del bosque, así como las de las vidas de las hermanas. EL BOSQUE SINIESTRO siguió evolucionando como un relato psicológico, algo muy diferente de la mayoría de los guiones de terror actuales".
"El guion acabó convirtiéndose en un estudio de la locura. El bosque te contagia su oscuridad. Los personajes influyen en la historia, en lugar de a la inversa. EL BOSQUE DE LOS SUICIDIOS está movida por la evolución de los personajes, o más bien por su degeneración, por decirlo así".
Goyer señala: "No queríamos que se tratara de una película que dependiera del susto fácil; queríamos que fuera metiéndote poco a poco el miedo en el cuerpo. Para que algo dé verdadero miedo, tienes que dedicarle tiempo a los personajes y conseguir que te importen".
El productor David Linde aporta: "El bosque de nuestra película es una entidad de energía sobrenatural, malévola y manipuladora, que lleva siglos reuniendo almas. Es un refugio y, al mismo tiempo, una prisión, para espíritus inquietos".
"Así que EL BOSQUE SINIESTRO ofrece un viaje aterrador que nos lleva por la psique de Sara en un lugar lleno de tristeza y miedo. Los espectadores se encontrarán allí mismo con Sara, preguntándose si podrán –y ella también– afrontar lo que está cobrando forma".
El desarrollo del proyecto, desde su concepto inicial hasta el rodaje, duró aproximadamente tres años; Jason Zada se incorporó como director cuando ya llevaba un año en marcha. Zada había sabido atrapar la imaginación del público con su obra viral interactiva "Take This Lollipop"; decenas de millones de personas habían tenido ocasión de experimentar el estremecedor éxito web. Interesado en hacer su primera película, Zada había leído ya cientos de guiones. Solo cuando Lava Bear le propuso hacer EL BOSQUE SINIESTRO encontró lo que estaba buscando.
Zada reflexiona: "Tras haber creado contenidos más breves, quería poder contar una historia en la que sigues a un personaje durante todo un largometraje, y en un momento crucial de su vida".
Metzger recuerda: "Todos habíamos visto ‘Take This Lollipop’ y nos había impresionado. También habíamos visto anuncios dirigidos por Jason, así que sabíamos lo bien que sabía dar forma a las ideas para presentarlas visualmente. Al reunirnos con él, nos expresó su profundo interés por hacer un thriller psicológico. David Linde y yo pusimos en contacto a David Goyer con Jason, y sintieron que sintonizaban creativamente a la perfección".
Goyer aporta: "Jason es reflexivo, serio y juicioso; cuando hablamos del guion, revisó todos sus aspectos emocionales".
Zada explica: "El miedo es algo muy primario para todos. Llevo viendo desde pequeño películas de miedo. Pero me encantan especialmente las que se hicieron justo antes y durante la década de 1970: ‘La semilla del diablo’, ‘Amenaza en la sombra’, ‘El exorcista’, ‘El resplandor’... todas ellas son clásicos del género, y del cine en general. Así que me propuse hacer un thriller psicológico inteligente, atmosférico y visualmente impactante que llevara a los espectadores a un viaje profundamente inquietante".
Esos espectadores verían EL BOSQUE SINIESTRO desde el punto de vista de un personaje principal, Sara, que impulsa la historia a través de las sensaciones que vive. El papel exigía una actriz capaz de interpretar un amplio espectro de emociones, ya fuera como Sara o como su hermana gemela, Jess. "Natalie Dormer era el primer nombre de nuestra lista", asegura Goyer.
Se concertó una llamada entre Zada y Dormer, ya que el director "la había visto trabajar y me había impresionado su habilidad y versatilidad como actriz. Cuando hablamos, reconoció inmediatamente que su interpretación tendría que empezar ya en un plano emocional elevado y después seguir aumentándolo".
A la estrella de "Juego de tronos" y "Los juegos del hambre" le atraía la profundidad del guion y sus exigencias físicas y emocionales. Opina: "EL BOSQUE SINIESTRO es psicológico, no de sangre y tripas. La historia trata sobre alguien que se está desmoronando, y posee un nivel de sofisticación ausente en la mayoría de los thrillers".
"Me pareció muy pulido, en la medida en que el arco argumental es un perfecto viaje del héroe. Desde el primer instante se crea una situación dramática: Sara se encuentra de pronto sumida en un mundo completamente ajeno a ella, en un país extranjero y tiene que ir a pie. Se encuentra en una situación física a la que no está acostumbrada, muy lejos de todo el que pudiera servirle normalmente de apoyo o en quien pudiera confiar".
Zada agrega: "Sara es un personaje complejo; a primera vista, es una mujer segura, felizmente casada, y que tiene su vida perfectamente organizada. Siempre ha brindado apoyo a Jess, su hermana gemela algo trastornada, y comparten un vínculo que se extiende al terreno psíquico. Sara parece ser la más fuerte, estable y práctica, pero sus problemas sin resolver la hacen vulnerable en un entorno aterrador".
Dormer considera que "Sara vive sumida en la negación; ha bloqueado recuerdos de su infancia. Si fuera verdaderamente sincera consigo misma, se daría cuenta de que Jess es psicológicamente mucho más sana a como la ve Sara. Jess es más abierta y sincera sobre sus problemas y miedos; afronta sus demonios personales, algo que Sara todavía no ha hecho. Tengo una relación muy estrecha con mis hermanos, y eso me ayudó a entender mejor la situación de Sara".
"De cara al exterior, Sara mantiene una fachada de pleno control, así que tiene un aspecto bastante conservador. Jess ofrece un completo contraste; es muy atrevida y decidimos que llevara piercings, sombra de ojos oscura y pelo igualmente oscuro. También me divertí con sus acentos americanos".
La actriz reflexiona: "La verdad es que el guion era una interpretación moderna de un escenario de cuento de hadas; te internas en el bosque y allí te encuentras sola con tus miedos. El bosque pone un espejo delante de todos los que entran en él; saca a la luz todos los asuntos pendientes que pueda tener uno como persona".
Dormer tuvo que recurrir a la adrenalina durante lo que fue "un rodaje físicamente muy exigente, ¡y no solo porque me tiré un mes entero corriendo de un árbol a otro! Todo fue intenso, ya fuera porque estuviera rompiendo a llorar, gritando o cayendo por algún agujero. Todo suponía un esfuerzo interpretativo".
"La adrenalina empezaría a hacer efecto después de una o dos tomas. Podía sentir que no me quedaban fuerzas, pero entonces me metía en la situación, incluso emocionalmente. El equipo me apoyaba cuando me sentía decaer".
Dormer apunta: "Además, es estupendo interpretar el papel principal en una película –era la primera y la segunda de la hoja de convocatoria– y contar con el apoyo de tres hombres, cada uno de ellos con un ritmo diferente".
Entre esos tres hombres figura la estrella de "Chicago Fire", Taylor Kinney, que encarna al apuesto y encantador periodista de viajes Aiden. Kinney ve a su personaje como "un individuo errante, que no echa raíces, un poco como un gitano. Parece buen tipo, pero hay personajes que se mueven por una zona gris y Aiden es ciertamente de esos. Una vez se internan en el bosque, empiezas a dudar de sus intenciones y Sara también va sospechando cada vez más... al igual que los espectadores, a quienes EL BOSQUE SINIESTRO mantendrá en todo momento en vilo".
Goyer señala: "Aiden tenía que ser romántico, pero no un galán romántico. Sara es una mujer casada pero, ahí fuera, en el bosque, ¿podría caer en la tentación? Tuvimos mucha suerte con Taylor; tiene ese aire a lo Paul Newman que hace que alguien se te quede grabado".
Zada comenta: "Taylor entendió lo que hacía falta para interpretar a Aiden, lo que incluía cierto aire de peligro".
Dormer sostiene: "Tengo experiencia interpretando personajes ambiguos, así que puedo decir que Taylor lo hace muy bien".
Kinney tenía muchas ganas de trabajar con Dormer. Recuerda: "Cuando Jason la mencionó, yo ya conocía su trabajo; como actor, siempre quieres exigirte al máximo, buscar nuevos retos, e interpretar con gente a la que respetas. [Dormer] es sumamente versátil, y estuvo estupenda desde el primer momento".
El marido preocupado de Sara, Rob, está interpretado por la estrella de otra popular serie de la cadena NBC, Eoin Macken, de "Turno de noche". Dormer y él hablaron largo y tendido sobre la relación de la pareja antes del rodaje y llegaron a la conclusión de que Rob no conoce realmente todo el pasado de las hermanas. Macken comenta: "Natalie y yo decidimos que Sara se guarda muchas cosas dentro y que ha dejado de lado los recuerdos negativos para protegerse, y que Rob no quiere husmear. La ha ayudado a aliviar su inherente tristeza. Se trata de una pareja feliz, que ha decidido que es mejor no ‘revolver en el pasado’".
"Aun así, encuentra que Jess ejerce una influencia negativa sobre Sara, y no entiende por qué su mujer se muestra tan comprensiva hacia ella. En EL BOSQUE SINIESTRO, tenemos ocasión de explorar matices psicológicos oscuros del carácter de los personajes, y que te preocupe lo que le pueda suceder a los personajes interpretados por Natalie hace que todo resulte más visceral".
Macken encontró que trabajar con Dormer fue "fácil y divertido, porque con ella hay un intercambio de ideas. Cuando interpretas a personajes que son pareja, todo debería ir fluido y, con Natalie, sucede así".
"Jason estaba muy tranquilo pese a estar haciendo esta película tan intensa. Tiene ideas estupendas y sabe exactamente lo que quiere. Y estaba listo para hacer una película aterradora; cuando leí el guion pensé: ‘Esto es muy retorcido’, y va a resultar aún más cuando lo veas".
El reparto de actores que apoyan a la actriz principal en su doble papel se completa con la estrella japonesa Yukiyoshi Ozawa en su debut en lengua inglesa. "Hace mucho tiempo que quería participar en una producción de Hollywood", confiesa entusiasmado el actor. "Estaba encantado durante el rodaje. Esta es la primera película de Jason como director, pero es como si ya hubiera hecho otras 15; me dio muchos consejos".
Ozawa interpreta a Michi, el guía forestal que lleva a Sara y a Aiden a Aokigahara pese a sus grandes recelos. Michi es la voz de la razón, la cautela y la autoridad, que conoce el bosque y reconoce su poder y el peligro que supone.
El actor afirma: "Michi se ve presionado para ayudar y es un tipo amable. Intenta cuidar de Sara y Aiden, pero cada uno tiene sus propios planes".
"En Japón, todo el mundo conoce los misterios de Aokigahara, que significa: ‘ao’ es azul, ‘ki’ es árbol, y ‘gahara’ es una especie de campo grande. Pero la mayor parte de la gente no quiere ir allí por todos los que han muerto, y para los japoneses es un tema delicado de hablar".
Los espíritus de los suicidas, los yurei, son fantasmas inquietos, que no pueden tener paz debido a sus muertes violentas y solitarias, y están movidos por sentimientos muy fuertes de venganza, envidia, odio, pesar y/o amor, a la vez que toman fuerza del poder del propio bosque.
Goyer explica: "En la cultura japonesa existen desde hace tiempo elementos mitológicos referidos a los fantasmas. Los yurei son los ‘fantasmas hambrientos’ que no quieren que las visitas se marchen. Si alguien va al bosque y se suicida, su alma se queda allí atrapada. Un pequeño detalle que añadimos nosotros a esa mitología es que la única forma de que un alma pueda escapar es que engañe a otra para que ocupe su lugar".
Zada agrega: "Se ha visto muchas veces a yurei en Aokigahara; se habla de sombras que se mueven silenciosamente entre los árboles y hay quien afirma haber visto los rostros de los muertos en cortezas de árboles".
"Nos inventamos algunos elementos para nuestra historia. Los yurei son como los siervos del bosque. Son trágicos, pero también manipuladores, porque el bosque los manipula para conseguir más almas con las que saciar su hambre. Así que están atrapado en un círculo vicioso".
El yurei Hoshiko es parte ángel de la guarda y parte niño diabólico, parte víctima y parte monstruo. El director animó a la actriz japonesa Rina Takasaki a interpretar todas las facetas distintas. Zada pondera: "La cuestión es: ¿le queda aún algo de humanidad? Rina fue capaz de interpretar todos los aspectos y mantenerte en la incertidumbre".
"Parece muy mona, pero entonces sonríe y se le ven los labios estropeados y los dientes desagradables creados mediante maquillaje, que ayudaron a Rina a resultar muy expresiva".
La diseñadora de vestuario Bojana Nikitovic y su equipo vistieron a los yurei y ubusute con kimonos traídos de Japón, algunos hechos expresamente y otros comprados de segunda mano. Luego se envejeció la ropa de los espíritus, quemándola, amarilleándola, destiñéndola, manchándola con hierba y barro, y se le hicieron girones y agujeros nuevos que debían tener aspecto de antiguos y apolillados.
Takasaki y todos los actores que interpretaban a los yurei y ubasute pasaban entonces por las manos del equipo de maquillaje, que los equipaba con lentes y prostéticos; los actores que hacían de ubasute no podían ver nada cuando llevaban sus lentillas completamente blancas. Zada aporta: "Quería que los actores llevaran únicamente maquillaje físico, en lugar de recurrir a la infografía. También quería aludir a la imaginería de los thrillers japoneses, pero dándole nuestro propio giro, así que los yurei llevaban pelo de loco y tenían una piel pálida y agrietada. Los ubasute tenían un aspecto tal vez algo más tradicional".
Goyer considera el maquillaje de Rob Mayor y su equipo de Millennium FX "aterrador. Todos hemos visto thrillers sobrenaturales japoneses, como ‘Ju-on (La maldición)’, pero lo que están haciendo aquí es distinto. Era esencial tener a las almas atormentadas físicamente presentes allí, con Natalie, y no añadidas posteriormente mediante efectos digitales".
"A la hora de hacer una película de miedo, el sonido es muy importante, pero hicimos una prueba con los yurei sin sonido alguno y todos los que la vieron se quedaron con los pelos de punta".
Metzger agrega: "Tenía sentido utilizar métodos prácticos siempre que fuera posible por muchos motivos. Había la idea de resultar distintos de otras películas actuales, además Jason se está inspirando en todas esas películas clásicas de los 70. En última instancia, hace más tangible el terror y más real el miedo".
Zada se mantuvo en contacto constante con Millennium mientras creaban los diseños. Las pruebas resultaron inestimables, ya que se fueron alternando diferentes piezas con distintos grados de silicona. Al final, el diseño adecuado de pintura para los yurei se consiguió con un aspecto pálido y suave, que evitaba los tópicos de los zombis. Se entresacó el pelo para darle un aspecto más pelado, que se desviaba de las tradicionales melenas largas que cuelgan lacias del cine de terror japonés.
Pero es el semblante bajo ese pelo lo que consigue verdaderamente provocar escalofríos y llamar la atención. Goyer observa: "Nos atraen las historias de fantasmas por nuestro miedo común a la muerte, y por la convincente idea de que el espíritu pueda sobrevivir a la muerte. Todos esperamos que haya algún tipo de vida después de la muerte, así que incluso unos fantasmas espeluznantes resultan en cierto modo un consuelo; implican que la otra vida realmente existe".
"Investigaciones más recientes sobre los fenómenos fantasmales sugieren que hay sonidos subsónicos, que quedan por debajo del espectro auditivo. Estos sonidos se han empleado en pruebas para causar miedo, y han llegado incluso a provocar alucinaciones a sujetos humanos. Tuvimos eso en cuenta en nuestro diseño de sonido para el montaje final".
Metzger aporta: "Alguien me dijo una vez: ‘Las películas de miedo funcionan de forma muy similar a un chiste: está la preparación, el gag y el desenlace’. A menudo, el gag que esperan los espectadores no llega y se sustituye por algo inesperado, que podría tal vez no dar miedo. Tenemos casos de este tipo en EL BOSQUE SINIESTRO, antes incluso de que Sara entre en el bosque, porque está teniendo unas extrañas experiencias extracorporales".
"En el bosque real, tienes turistas que acuden a diario a contemplar la belleza de este lugar tan significativo para la cultura y la historia japonesas. Pero también hay una serie de personas que van allí con intención de quitarse la vida. Dada esa dicotomía, era inevitable que la película tuviera momentos de humor negro".
La visita del propio Zada a Aokigahara resultó memorable. El director recuerda: "Fui a explorar un día porque me pareció importante vivir la experiencia de Aokigahara antes de rodar. Tres guías se echaron para atrás –por enfermedad, pesadillas, premoniciones– hasta que por fin encontré uno que me llevara... e insistió rotundamente en marcharse al anochecer".
"Me pareció un lugar hermoso, sereno y extraño. Admito que me sentí incómodo allí y bastante asustado".
Dormer también visitó Aokigahara un día. "No salimos del camino", sostiene, antes de aclarar que "me alejé tal vez unos pocos metros para sacar unas fotos entre los árboles, pero mi chófer no se atrevió ni siquiera a eso".
"Lo encontré deslumbrante, tan verde y frondoso. Agradecí mucho poder ver Aokigahara, y también Tokio de noche, cuando rodamos allí".
El equipo de rodaje filmó durante una semana en Tokio, que a Zada le pareció "una ciudad maravillosa. Rodamos en un colegio y un bar de sushi, y reunimos otro material, como planos de fondo de la silueta urbana. El equipo y los extras japoneses fueron estupendos y nuestras experiencias allí determinaron el resto del plan de rodaje".
Aunque pudieron filmar algo al pie del monte Fuji, ya no está permitido rodar en el propio Aokigahara, así que el equipo de rodaje tuvo que buscar un lugar parecido en otra parte. Tras examinar muchos sitios de todo el mundo, la solución sorpresa resultó ser Serbia; su Parque Nacional de Tara, una amplia zona de bosque a cuatro horas de coche de Belgrado, ofrecía el aspecto adecuado y abundantes ubicaciones donde grabar.
A Dormer los bosques serbios le parecieron "preciosos". Ayudaron a darle cuerpo al personaje del bosque. Aunque sí que hizo frío en Tara; necesité usar jersey, y grandes dosis de cafeína y chocolate... e insecticida. Mucho insecticida".
Kinney aporta: "En el fondo soy un chico de campo, así que no se me podría ocurrir un lugar mejor; Tara es verdaderamente precioso. Belgrado es una ciudad con una comida estupenda y buena gente".
Al diseñador de producción Kevin Phipps Tara le resultó "casi perfecto para hacer de Aokigahara, aunque tuvimos que retocar ligeramente la realidad".
"Para los carteles del bosque, pensamos en copiar los carteles reales, pero al final optamos por adaptarlos, a la vez que nos manteníamos fieles".
En Serbia también se filmaron interiores en un antiguo almacén en el que Phipps y su equipo construyeron un gran número de sets, entre ellos hogares americanos, un hotel japonés, y una cueva de hielo, así como un agujero en el suelo.
Dormer comenta maravillada: "Estoy habituada a sets increíbles; el diseño de producción de máxima categoría de ‘Los juegos del hambre’ y ‘Juego de tronos’ me ha malacostumbrado, y Kevin y su equipo no les tienen nada que envidiar".
"Después de pasar por Japón, cuando llegamos a Serbia pude apreciar con que precisión se había reproducido todo: la estética de Japón, la atención al detalle. Kevin es magnífico en su trabajo, entiende a qué necesita reaccionar un actor".
Phipps sentía que el objetivo de su unidad era "apoyar a los actores. Natalie me dijo que nuestra habitación de hotel japonés era mejor que aquella en la que se alojó ella durante el rodaje en Tokio".
La verosimilitud se consideró primordial para los sets japoneses. Como parte de un curso intensivo de preparación que empezó tan solo dos meses antes de comenzar el rodaje, Phipps y su unidad aprendieron a hacer mamparas tradicionales japonesas de shōji, o papel de arroz. También estudiaron y replicaron materiales de construcción tradicionales de madera.
El puesto abandonado del guarda forestal era una estructura de madera para la que el departamento artístico siguió directrices establecidas de construcción japonesas. Se utilizó madera quemada y envejecida, para construirla siguiendo un diseño tradicional, con musgo rellenando los huecos entre los troncos, para hacer las juntas resistentes a las inclemencias del tiempo. En el interior, telarañas creadas artificialmente compartían espacio con fruta pasada de verdad y una radio militar retro de Serbia.
Phipps aporta: "Jason y yo nos entendimos muy bien. Estábamos de acuerdo en que la película tenía que ser meticulosa en su atención al detalle. Jason compartió conmigo una especie de ‘tratamiento’ visual que había preparado para EL BOSQUE SINIESTRO, y estábamos en perfecta sintonía. Dimos muchas vueltas a cada decisión que tomamos".
"Pero también me gusta siempre incluir lo que no debería estar ahí; algo ligeramente extraño, extravagante o incoherente. Así queda, en cierto modo, una realidad realzada".
Las labores gráficas resultaron ser un gran número de pequeños trabajos. Phipps comenta:"Contamos con un diseñador gráfico muy bueno y mucho material de referencia. Para una escena en un bar, debíamos tener 60 etiquetas distintas de sake. Necesitábamos todo tipo de botellas y etiquetas. Nuestro contacto japonés lo revisó y nos ayudó a conseguir todas las tipografías adecuadas".
Nos enviaron material de atrezo de Tokio y de Viena, donde reside una comunidad japonesa de un tamaño considerable. Para ciertos detalles de la casa estilo Craftsman de Sara, se necesitó ayuda de la embajada de Estados Unidos en Belgrado, para localizar e importar determinados artículos.
Para la casa americana que hubo que recrear en Serbia, Phipps recuerda que "Jason y yo hablamos sobre dónde se encontraría. Sara tiene un trabajo en Washington D.C., así que decidimos que tenía un trayecto de 55 minutos hasta el trabajo. Encontré un mapa de la zona y calculé que la casa estaría situada aproximadamente en Baltimore. El siguiente paso fue buscar en Internet casas de esa zona".
"A través de esta casa estilo Craftsman, podíamos mostrar qué vida llevaba esa pareja (Rob y Sara). Es la casa a la que aspiraban; como jóvenes profesionales sin hijos, cuentan con una cierta renta disponible, así que hay unos cuantos objetos buenos. El comedor está un poco de adorno, rara vez se usa, salvo en ocasiones especiales. El dormitorio es romántico, con colores suaves, un buen sillón y vestidores. Como la propia Sara, todo está muy organizado".
Para los flashbacks de Sara de su infancia en casa de su abuela, Phipps aconsejó a su unidad no "pasarse de listos con el ‘interior de época’. Aunque los recuerdos de Sara son posteriores, del siglo XX, la premisa es que en casa de su abuela no se ha decorado nada desde finales de los 70. Así que las cosas parecen desgastadas, pero cómodas, con marrones y beige cálidos. Las paredes están recubiertas de un revestimiento de madera, hay moqueta de pelo largo y hay chismes de la época. También está la puerta que lleva al sótano..."
"... que nos conduce a un elemento crucial de EL BOSQUE SINIESTRO: la infancia de Jess y Sara. El sótano es su cuarto de los juguetes y su dominio. Está lleno de juguetes suyos, casi todos repetidos, uno para cada gemela".
El set más complicado de todos fue la sima de más de 36 m de longitud con una cueva de hielo. Esta última contaba con un armazón de fibra de vidrio, cubierto con 200 kg de cera fundida de velas que creaba el revestimiento.
Phipps proclama que "No era invenciones descabelladas nuestras. En Aokigahara, se pueden encontrar insólitas cuevas de hielo y simas subterráneas naturales en las que el agua, con el paso de los años, ha ido erosionando pasadizos subterráneos".
Se utilizó resina transparente para dar forma a las estalactitas, y luego se roció todo con cera fundida para darle textura y espesor. La cera fundida, traída de una fábrica de velas de Belgrado, tenía que aplicarse con una pistola pulverizadora.
"Era un entorno bastante desagradable en el que trabajar", admite Phipps. "Una vez rociada la cera por las paredes, utilizábamos pistolas de aire caliente para hacer que la cera fluyera y brillara como el hielo, como si se estuviera glaseando. Hicieron falta unas 20 personas trabajando como una cadena de montaje porque la cera tenía que rociarse caliente y enfriarse antes del proceso de fundido. Era ruidoso y se nos llenaba la ropa y el pelo de cera. Por último, antes de cada plano teníamos que ir al decorado y rociar la pared con agua para crear el efecto de hielo chorreante".
El complicado set también presentó todo un reto para el director de fotografía Mattias Troelstrup. Comenta: "En ciertos momentos de la historia, Sara avanza a oscuras, con su teléfono como única fuente de luz, así que cualquier luz de ambiente tiene que parecer natural. Una cueva iluminada puede parecer fácilmente una atracción turística iluminada para dar miedo. Mediante pequeñas luces led y paneles de iluminación suave, añadimos un poco de neblina, para darle ambiente, y eso también ayudó a que el efecto de la luz del móvil resultara más natural".
Dormer tuvo que tirarse a la cueva "con un arnés, fingiendo estar herida, gritando y disgustada. Había mucha tierra, y contenía unas cuantas criaturas vivas, lo que ciertamente contribuía a la sensación de realismo".
Como EL BOSQUE SINIESTRO se filmó casi enteramente en orden cronológico, los"retoques" diarios de Dormer de los departamentos de vestuario y maquillaje incluían aplicarle tierra, así como ir desgastándole poco a poco la ropa.
Para el rodaje en interiores de algunas escenas del bosque, la calificación de zona de explotación forestal del Parque Nacional de Tara suponía que se podían traer en camión árboles de verdad, que se cortaban en tres para crear la densidad necesaria y el follaje preciso. También con permiso del parque, se recogió mantillo, turba, hojas secas, musgo, helechos y flores silvestres para recrear el suelo del bosque. El resultado fue un set vivo, que necesitaba riego constante para que todo se mantuviera fresco, e incluso con esos cuidados, tan solo duraba unos cuantos días.
La necesidad de realizar ciertas secuencias importantes en el bosque exigía a Phipps y su departamento permitir que resultara viable llevar a cabo ciertas escenas arriesgadas "bajo el set", de modo que el equipo de rodaje pudiera ejecutar un asombroso efecto físico por medio de un elevador hidráulico de tijera encargado expresamente y construido localmente. Por lo demás, "esto se hizo a la antigua", afirma Phipps. Suelo falso hecho de espuma de tapicería y cobertura de colchón con un tajo en el medio, oculto con hojas, tierra y otra materia orgánica para que se camuflara con el entorno.
Además, ese enfoque "a la antigua" también se extendió a toda la colaboración entre Zada y Troelstrup, que evocaban el aspecto de las películas que los inspiraron. Se valieron de grandes sets prácticos y actores con todos sus prostéticos, con la intención de reducir al mínimo posible el uso de efectos visuales; con dos excepciones: una "ampliación de decorado" de la planta superior del hotel, y una gamba servida a Sara en el bar de sushi. La gamba no es real sino, más bien, generada por ordenador.
Zada cuenta: "La gama de iluminación tiene tres graduaciones. Primero está América: brillante, moderna y suburbana. Luego viene Tokio, con su atmósfera de ciudad de neón. Y por último, y más oscuro –en más de un sentido– está el bosque. Tiene luz natural, pero rodamos bajo cielos nublados para conseguir una atmósfera siniestra y dramática; la única luz artificial es la que procede del móvil de Sara".
"Hacemos que los espectadores sientan más de cerca su creciente pánico valiéndonos de cámaras portátiles y steadicam para seguir todos sus movimientos. Esta fue otra de las cosas en las que los thrillers antiguos nos sirvieron de inspiración a Mattias y a mí; otra fue el uso ocasional de un ‘dióptero doble’, que ajusta la profundidad de campo en parte de la lente de la cámara. Es muy sutil, y visualmente inquietante para el espectador".
Troelstrup agrega: "Esta película tiene aspectos tanto de suspense clásico como de terror moderno. Jason ya tenía buena parte pensado, así que yo echaba un vistazo a sus ideas y añadía las mías propias".
"Sabíamos que el clima supondría un problema para nuestros exteriores en el bosque, pero en un día de pruebas descubrimos que un cielo nublado ofrecía la mejor luz para la atmósfera que queríamos darle a nuestra película. Claro y soleado funciona bien antes de que los personajes se salgan del camino, pero a partir de ese momento filmamos a la sombra o justo después de caer el sol. También esperamos a que se formaran nubes que pudieran reforzar la atmósfera; mi jefe de eléctricos no paraba de alzar la vista al cielo. Al llegar por la mañana, teníamos que ver con qué nos encontrábamos; un exterior localizado con semanas de antelación podía tener un aspecto completamente distinto ese día. Siempre nos esforzamos por conseguir el aspecto adecuado".
El esfuerzo conjunto del reparto y del equipo ha ido dirigido a "crear una película que asuste a la gente y permanezca luego en su recuerdo", afirma Goyer.
El cineasta admite: "Esperamos que EL BOSQUE SINIESTRO logre que la gente le tenga miedo a adentrarse en el bosque, del mismo modo que ‘Tiburón’ hizo que la gente tuviera miedo a bañarse en el mar".
Camino de campaña
Duración 90 min.
País Argentina
Director: Nicolás Grosso
Reparto: Agustín Rittano, Valeria Blanc, Alexis Cesán, Paula Ituriza, Juan Barberini, Alfredo Zenobi
Reparto: Agustín Rittano, Valeria Blanc, Alexis Cesán, Paula Ituriza, Juan Barberini, Alfredo Zenobi
Agustín regresa al pueblo de horizonte de sierras para esperar ser juzgado por el asesinato de sus padres. En ese mismo pueblo busca refugio Leila, escapando de su vida familiar en la ciudad. En aquella asimétrica sincronía de espera y punto de fuga, ambos se conocen y comienzan una relación intensa que va carcomiendo el calmo entorno en el que se cruzan.
Pantanal
Duración 72 min.
País Argentina
Director: Andres Sala
Ubicada en el Mato Grosso, pero también extendiéndose más allá de las fronteras con Paraguay y Bolivia, la llanura aluvial conocida como el Pantanal está considerada uno de los ecosistemas con mayor riqueza del planeta. A esa suerte de paraíso brasileño huye desde Argentina un hombre con una valija llena de dinero, pero acosado por las sombras de las deudas y de un hermano a quien no ve desde hace tiempo.
Reparto: Leonardo Murúa, Eugenia Borrelli, Fabio Demarziani, María del Carmen Díaz, Julio Borjas
13 Horas
Duración 144 min.
País: Estados Unidos
Director: Michael Bay
Reparto: James Badge Dale, John Krasinski, David Denman, Pablo Schreiber, Max Martini, Freddie StromaEl hijo de Saúl
Duración 107 min.
País Hungría
Director: László Nemes
Una noche de amor
País Argentina
Director: Hernán Guerschuny
Reparto: Sebastián Wainraich, Carla Peterson, Rafael Spregelburd, María Carámbula,Justina Bustos, Soledad Silveyra
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