Portal de ocio LaHiguera

viernes, 13 de julio de 2018

ESTRENOS DEL 19 DE JULIO

Amores frágiles


2017
Duración 92 min.
País Italia
Dirección Francesca Comencini
Reparto Lucia Mascino, Thomas Trabacchi, Carlotta Natoli, Iaia Forte, Valentina Bellè, 
Camilla Semino


Claudia y Flavio se llevan amando siete años. Su pasión es demoledora e intelectualmente estimulante.



Entre sus tiras y aflojas, sus noches en blanco impregnadas de discursos tan paradójicos como universales y los psicofármacos camuflados en un frasco de vitaminas, su historia termina de golpe. 




Él siente la necesidad de aterrizar después de un larguísimo y vertiginoso vuelo; ella no consigue volver a tierra, prisionera en un espacio intermedio en el que resuenan sus monólogos compulsivos.








Ikigai, la sonrisa de Gardel


2017
Duración 72 min.
País Argentina
Dirección Ricardo Piterbarg


Ikigai es un término de origen japonés que no tiene una traducción exacta al español, aunque se le atribuye un significado sumamente especial: “Tener una razón para vivir”.





La Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) fue creada en 1894 por inmigrantes judíos con el propósito de promover la inclusión y el pluralismo en la sociedad argentina. Cien años después, el 18 de julio de 1994 a las 9:53 AM, en plena jornada laboral, una bomba destruyó completamente el edificio provocando más de 300 heridos y 85 muertos.
Mirta Regina Satz trabajaba como jefa de tesorería de AMIA, intercalando en los escasos tiempos posibles su amor por el arte, hasta aquel día en que se rompió el equilibrio de lo social, de lo humano. Sobrevivió a dicha catástrofe pero este terremoto en su vida la colocó ante la disyuntiva vivir-morir.
Decidió trabajar un año más para ayudar en la reconstrucción. Luego tomó la tajante decisión de dejar la AMIA para reinventarse laboralmente a través de un trabajo propio y artístico. Dio una vuelta de timón con la audacia que le otorga haber recibido una carta de vida, y con el temor de enfrentarse a su historia y de hacerla girar ciento ochenta grados.
Se comprometió y decidió un nuevo rumbo, incierto e inestable, pero verdadero. Allí comenzó su trabajo de construcción de otra vida. Volver a nacer implica una ética y una poética. Mirta es profesora de artes plásticas, artista visual, compositora y bailarina de tango. Mirta sale en busca de su Ikigai.





Ricardo Piterbarg, Director - Biofilmografía

Nació en Buenos Aires en 1968 y se crió en el barrio de La Boca. Estudió música y arquitectura, y trabajó en el medio audiovisual desde sus 25 años, en el área del sonido, como asistente de dirección y como director y productor. Su primer contacto con el cine fue como meritorio de sonido en el largometraje Convivencia de Carlos Galettini. En 1995 ingresó en la productora de cine y tv Pol-ka donde trabajó como sonidista, asistente de dirección y productor en programas como “Verdad/Consecuencia”, “Vulnerables” y luego en el mundo del cine trabajó como sonidista en los largometrajes de los directores Cohn-Duprat El artista; El hombre de al lado y Querida, voy a comprar cigarrillos y vuelvo, y como asistente de dirección en largometrajes como La León de Santiago Otheguy; Zenitram de Luis Barone; El mundial olvidado de Lorenzo Garzella y Filippo Macelloni (Italia); Nunca estuviste tan adorable de Mausi Martinez; Juan y Eva de Paula de Luque, La Campana, de Fredy Torres; Vigilia, de Julieta Ledesma, entre otros.
Actualmente produce el programa “El cine argentino va a la escuela” de la Fundación DAC (Directores Argentinos Cinematográficos).

Como director, dirigió el mediometraje documental Concertándonos, 2004; el cortometraje La familia de Roque, 2005; el cortometraje Ay! Latinoamérica, 2007; el largometraje Venimos de muy lejos, 2013; y el largometraje documental/musical Roda Bom Ambiente, 2013, aún inédito. IKIGAI, la sonrisa de Gardel, es su segundo largometraje estrenado. 





Mirta Regina Satz, protagonista - Biografía

Nació el 29 de Mayo de 1958 en Buenos Aires, en el seno de una familia de hijos de inmigrantes rusos judíos. A sus doce años murió su madre y encontró en la lectura, la escritura, la composición de canciones y el dibujo la vía de salvación para superar una profunda tristeza. A los 17 años comenzó a trabajar en AMIA, y a los 22 se casó y tuvo a su hija Mora.
En 1994 explotó la bomba de AMIA a la que sobrevivió. Un año más tarde adhirió al retiro voluntario y fundó el espacio “Arte Inclán”, un centro de música, artes plásticas y baile, en el barrio de Parque Patricios. Paralelamente, el trauma de lo sufrido la sumió en dos años de profunda angustia y severas anorexias nerviosas.
Cursó el profesorado superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova y se consolidó su compromiso con el arte, el trabajo comunitario, la docencia y su propia obra. Comenzó a bailar tango, una pasión que le permite abstraerse de sus pensamientos obsesivos.
Realizó la carrera de letrista de tango en la Academia Nacional del Tango. Escribió y puso música a numerosas canciones con las que luego grabó un disco.
En 2015 dirigió el mural “La sonrisa de Gardel”, que fue declarado Sitio de Interés Cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, y que reviste el frente de la casa de Inclán 3090. 





Motivación del director

Existen acontecimientos naturales, sociales y políticos que inquietan al Hombre, y que generan cambios en las personas, en la sociedad y en sus sistemas políticos y económicos. Estas crisis que se producen con periodicidad desde que el mundo es mundo afectan a las personas de manera directa o indirecta.
Sin embargo hay pequeñas crisis que se producen en zonas más ocultas y que no salen en los diarios; que se producen en pequeños grupos, en colectividades poco mediáticas y que producen cambios de igual magnitud o a veces mayores que las que producen las crisis más visibles.
El trabajo comunitario es una experiencia que queda dentro de la comunidad que lo realice, no necesita ser publicado ni difundido para lograr su cometido: es una tarea desde y para esa comunidad que lo practica. Es una experiencia que si bien la realiza una comunidad afecta directamente en la vida de cada uno de los que participan, y además tiene una capacidad de contagio y pertenencia que no se puede adquirir de otra manera.
A partir de la participación en trabajos comunitarios la vida de cada una de las personas tomará un nuevo sentido, indefectiblemente.
Mirta atravesó una experiencia límite en su vida que se inserta en una crisis que vivió y aún vive su comunidad, su país, su estado, la sociedad argentina. Mirta fue empujada por esa explosión a un punto de inflexión en el cual debió decidir el sentido que cobraría su vida de ahí en más. Buscar su IKIGAI, el que la acompañe el resto de su vida, que ella sabe efímera quizás. Efímera como ese momento que la impulsó a correr haciendo oídos sordos a lo que le gritaban, y dejando atrás la gran mole que se derrumbaba y con ella sus compañeros de trabajo.
Desde ese momento Mirta trabaja con una convicción firme en lo que ella considera el sentido de su vida: desarrollarse expresivamente como lo siente, compartir con quienes eligen diariamente su IKIGAI.
Trabaja desde su taller, con niños, jóvenes y adultos; baila, enseña a bailar, comparte la danza y la música y genera un templo de creación compartida que se construye desde la fragilidad que el día 18 de Julio de 1994 se le presentó como una certeza indiscutible.
La vida es una sola y Mirta quiere vivirla.
Desde mi juventud he participado en tareas comunitarias, movimientos y agrupaciones estudiantiles, barriales, sociales y culturales que me han hecho comprobar, ver con mis propios ojos y nutrirme de las virtudes de este tipo de trabajos. Documentar a esta mujer que lleva consigo parte de la historia trágica de nuestro país, de justicias pendientes, y que sin embargo lucha de manera solidaria, sin rencor, con alegría, para su felicidad, la de su familia, y la de todos los que sensiblemente se sienten parte de esta gran comunidad que somos los argentinos, fue y es sentirme un cineasta comprometido y parte de una sociedad que busca su propio IKIGAI.





Palabras de Mirta sobre el filme

Pasar por la experiencia de rodar la película fue para mí de muchísimo placer y disfrute. Me encantó vivir una realidad paralela y entrar en el mundo del cine. Vivenciar la puesta de arte, la creación de las situaciones. Pensaba “mientras todos viven sus vidas aburridas yo estoy aquí en esta otra dimensión, jugando…”. Estaba feliz y no me importaba hacer la misma escena las veces que fuera necesario. Me encantaba la cámara. Y sobre todo el juego, lo nuevo, todo el equipo técnico en mi casa. Sentir que la casa era un personaje más.
Tuve que aprender a hacer de mí pero no tanto. Bajar el nivel de expresividad en lo gestual. Implicó una gran movilización interna. Pasar por la situación de ficcionar escenas de experiencias traumáticas de mi propia vida fue muy difícil.
Para hacer esta película tuve que abrir mis carpetas, ver las fotos en las revistas de la época, volver a escuchar cada nombre, sentir el papel doliente de los cuadernos en mis manos, releer mis escritos, sentir nuevamente el desgarro en mis dibujos, en mi búsqueda para expresar el tremendo dolor y sobre todo la culpa de haber sobrevivido. Tuve que regresar al 18 de Julio y a los años posteriores.
Revivir el sentimiento de la irracional, imperiosa y desesperante necesidad de hacer algo por la gente que se fue. Necesidad que me persiguió durante años.
Comprendí lo necesario del paso del tiempo, y la maravillosa magia que se dio, por ejemplo, con mis dibujos de las bolsas negras: siempre me habían resultado infructuosas y detestables, pero ahora se transformaban en una escena de la película.
A veces me preguntaba -¡¿pero toda esta gente que está aquí están todos por mi?! ¡¿Por mi historia!? Sí, hay tantas cosas para contar…





Otros personajes del filme

Rufino Venicio Bogado, bailarín de tango
Es un plomero gasista paraguayo que vino de niño al país. Histriónico, chispeante, inteligente y muy buen bailarín de tango. Así nos conocimos y compartimos una linda historia de amor, tango y mural. Como es gasista en la tapa de gas hizo a “Carlos GaSdel”, por él así bautizado.

David Satz, mi papá
Hasta los 86 años nunca había hecho ni un garabato. Hizo su propio Gardelito logrando primero el dibujo y después cortando pieza por pieza de azulejo. Fue muy feliz al hacerlo y está muy orgulloso porque además se trata de la casa donde vivió de niño en su querida calle Inclán.

Mora Noel Sánchez, mi hija
Es una magnética y talentosa bailarina de tango y salsa. También es profesora. Su belleza asociada a una manera de ser tierna y dulce, la vuelve muy amada por todos. Hizo a Carlos Gardel tocando un zorzal.








Secretos ocultos


2017
Duración 109 min.
País España
Dirección Sergio G. Sánchez
Reparto George MacKay, Mia Goth, Charlie Heaton, Anya Taylor-Joy, Matthew Stagg,Kyle Soller, Nicola Harrison, Tom Fisher


1969. América Rural. Cuatro jóvenes hermanos, Jack, Billy, Jane y el pequeño Sam y su madre, Rose, llegan a Marrowbone, una casa americana abandonada. Huyeron de Inglaterra dejando atrás a un padre violento y un pasado criminal, esperando empezar una nueva vida en un lugar donde nadie les conoce. Pronto entablan amistad con Allie, una chica local que trae luz a sus tristes vidas. Pero Rose muere de manera inesperada, dejando a sus hijos solos y sin recursos. Los hermanos deciden enterrar a su madre en el jardín y mantener su muerte en secreto para que no puedan separarles o mandarles de vuelta a Inglaterra. Pero mientras intentan sobrevivir sin la supervisión de un adulto, escondiéndose del mundo y sin otro lugar adonde ir, una amenazante presencia empieza a rondar la vieja casa.

"Siempre me ha gustado el cine. Desde que tengo memoria, ser director ha sido mi sueño"–dice Sergio G. Sánchez, quien por su trabajo como guionista fue premiado por "El Orfanato" y nominado por "Lo Imposible" y "Fin" al Goya al Mejor Guión- "Me puse a buscar una historia que me diera la oportunidad de hacer lo que siempre he querido. Y esa historia es MARROWBONE. Tiene todo lo que quiero. Hay suspense y terror, pero 'Marrowbone' también es una historia de amor con un gran corazón".

El reparto lo compone un grupo de jóvenes actores británicos y estadounidenses. ANYA TAYLOR-JOY (protagonista de la aclamada "The Witch" y que participó en "Split" de M. Night Shyamalan), GEORGE MACKAY ("Captain Fantastic" de Matt Ross o "For Those in Peril" de Paul Wright por la que ganó el Scottish BAFTA al Mejor Actor), MIA GOTH ("A Cure for Wellness" de Gore Verbinski, "Nymphomaniac. Volumen 2" de Lars Von Trier), CHARLIE HEATON ("Shut In" de Farren Blackburn junto a Naomi Watts), MATTHEW STAGG ("Macbeth" de Justin Kurzel), y KYLE SOLLER ("The Keeping Room" de Daniel Barber, "Anna Karenina" de Joe Wright).

En el apartado técnico, MARROWBONE cuenta con nombres del cine español como el Director de Fotografía XAVI GIMÉNEZ (ganador de un Premio Goya por "Ágora" y múltiples veces nominado a distintos galardones por "Frágiles", "Palmeras en la nieve" o "The Machinist"); SONIA GRANDE en el Diseño de Vestuario (ganadora de un Premio Goya por "La niña de tus ojos" y nominada a diversos premios por su trabajo en "Midnight in Paris" de Woody Allen, con quién ha participado en varias películas, "Los abrazos rotos" de Pedro Almodóvar o "Los otros" de Alejandro Amenábar); PATRICK SALVADOR en la Dirección de Arte (nominado al Premio Goya por "Autómata" y responsable en su categoría de películas como "Todos están muertos", "Tengo ganas de ti" o "Tres metros sobre el cielo"); SANDRA HERMIDA en la Dirección de Producción (ganadora de dos Premios Goya por "Lo Imposible" y "El Orfanato"); ELENA RUIZ en Montaje (ganadora de un Premio Goya por "Lo Imposible" y nominada por "El Orfanato" y "Eva"), o SERGIO BURMAN en Sonido (ganador del Premio Goya por "El niño" y "Celda 211").


El germen de El secreto de Marrowbone

El Secreto de Marrowbone supone el esperado debut en la dirección de Sergio G. Sánchez.

Hasta la fecha, Sánchez había sido el responsable de algunos de los mejores guiones del cine español reciente, aplaudidos por su capacidad para modular emociones y conectar de manera instantánea con el espectador. Destacan sobre todo los libretos escritos para El Orfanato y Lo Imposible, ambos llevados a la pantalla con enorme éxito por su amigo Juan Antonio Bayona. Sin embargo, Sánchez, que se define primero como director y luego como guionista, llevaba tiempo buscando una historia lo suficientemente poderosa para realizar su primer proyecto como director.

Consciente de la importancia de encontrar un argumento que le removiera en lo más profundo, valoró numerosas propuestas hasta dar con la idónea.

"En un viaje en tren, charlando sobre historias que le habían gustado, hablando de cine clásico y cintas antiguas, surgió el germen de El Secreto de Marrowbone" afirma Belén Atienza, productora de la película. La relación de Atienza y Sánchez viene de lejos. Atienza se había encargado de la producción de las dos películas que Sánchez había escrito para Bayona, por lo que era muy consciente de su gran talento y de lo mucho que tenía que ofrecer como director. Desde el primer instante supo que le gustaría ir de la mano de Sánchez en su nueva etapa.

El guión de El Secreto de Marrowbone se fue construyendo paso a paso. Sánchez rememora el peculiar proceso de creación: "Empecé a desarrollarlo. Fueron varias fases. Durante la primera escritura le iba a entregando varias páginas al día a Belén Atienza. Sin saber muy bien a dónde se dirigía la historia".

Atienza concluye: "Era como una novela por entregas. Cada día ibas descubriendo un tramo más de los personajes y del argumento. Hasta finalmente redondearla porque era una historia compleja, con varias líneas temporales, con múltiples giros, que había que hacer encajar".

La alusión a las novelas por entregas no es casual. El Secreto de Marrowbone comparte con este tipo de literatura la presencia de un universo autónomo, repleto de secretos que seducen al espectador y le invitan a quedarse a vivir en su interior. Cuando la historia terminó de cobrar forma, los implicados en esta primera fase del proyecto coincidieron en que tenían entre las manos una ficción con pulso propio, que respiraba. La odisea de cuatro hermanos que cruzan el Atlántico huyendo de un misterioso trauma había adquirido entidad y peso específico. 


Otra de las personas de confianza que se sumó al proyecto fue Sandra Hermida, directora de producción en El Orfanato y Lo Imposible, y que repite su rol en El Secreto de Marrowbone."Es su primera película, pero no tenemos para nada la impresión de que estemos ante un realizador debutante", matiza Hermida, quizás tratando de explicar cómo un director novel había logrado acaparar tanto cariño con la preparación de su primer largometraje.

La respuesta a este misterio podría contestarse observando la trayectoria como guionista de Sánchez, pero conviene aventurarse un poco más lejos para entenderlo del todo. Sánchez había demostrado en los diferentes films en los que había participado su alto grado de compromiso con ellos, una implicación que había ido mucho más allá de la fase de escritura. En especial en las colaboraciones con Juan Antonio Bayona. La relación que establecieron durante la preparación de sus dos películas en común desafiaba la habitual división entre director y guionista. Más bien se podía calificar como simbiosis creativa. Ambos fueron responsables en un amplio porcentaje de los mundos que modelaron. Se pueden rastrear muchas de sus inquietudes compartidas tanto en los recovecos de El Orfanato como en la feroz afirmación de la vida que es Lo Imposible. En concreto, Sánchez asesoró en numerosas decisiones, apoyó en otras y jugó un papel esencial en aspectos como la elección del casting o la dirección de actores.


J. Bayona y Sergio Sánchez, simbiosis creativa

Con relación al binomio creativo que forman Bayona y Sánchez, Hermida también asevera que era inevitable que el primero participara en El Secreto de Marrowbone. Así lo explica: "Son dos cineastas que realizan un cine análogo y complementario, con obsesiones y temáticas parecidas".

Los dos recuerdan con mucho afecto el momento en que empezaron a trabajar en El Orfanato. No se conocían demasiado y por eso resultó más sorprendente comprobar que compartían gustos y que les estimulaba descubrirse películas el uno al otro. "De alguna manera la semilla de esa cinefilia común está en El Secreto de Marrowbone", afirma Bayona, para quien el largometraje de Sánchez bien pudiera encajar en aquellas sesiones de cine de las que tanto disfrutaban.

Bayona siempre se mostró dispuesto a involucrarse al cien por cien con Sánchez en cualquier proyecto en el que se embarcara, a apadrinarle, pero lo cierto es que, más allá de eso, quedó abrumado por la enorme fuerza del guión de El Secreto de Marrowbone. Quizás debido a la calidad que percibió, o quizás porque él también es director, optó por aconsejar a Sánchez, pero siempre desde el respeto, consciente de que el proyecto y sus necesidades se encontraban en las mejores manos posibles. Bayona aportó toda su sabiduría creativa en las diferentes fases de la película. Una vez leído el guión, propuso sus notas y posteriormente durante la etapa de montaje jugó un papel fundamental al compartir su punto de vista.

Pero la pregunta es: ¿cuáles son esas obsesiones que caracterizan a ambos directores? En gran medida, un interés especial por la infancia, por la adolescencia, por todo lo que acontece antes de que sus personajes se sumerjan en las procelosas aguas del mundo adulto. No es casual que El Secreto de Marrowbone esté protagonizada por cuatro chicos que no han alcanzado la edad adulta. Como tampoco lo era que El Orfanato y Lo Imposible pusieran en el centro de la escena los claroscuros de la infancia.

Ambos cineastas defienden la importancia de la ficción como medicamento de probada eficacia para sanar las heridas más profundas o incluso como refugio ante una realidad hostil que no sabemos gestionar. El Secreto de Marrowbone relata la historia de cuatro hermanos huérfanos que sólo se tienen los unos a los otros y que se debaten entre la amenaza de un pasado voraz, que se resiste a dejarlos marchar, y la promesa de un futuro lleno de luz que no acaba de concretarse. Mientras tratan de superar ese impass, se guarecen en una casa que actúa precisamente como una gran ficción, pues les permite vivir bajo el espejismo de que se hallan a salvo de aquello que les causa dolor.

La aventura de crecer es presentada, como en las películas que marcaron la educación cinéfila de Sánchez, a través del género. Pero como apunta Bayona: "Es una aproximación al género sutil, sin apretar las tuercas". El género como vehículo para llegar la verdad, no como fin en sí mismo."Es un tipo de largometrajes que ya no se hacen, que no requiere ni de efectos especiales ni maquillaje; el terror está en el corazón de la historia y va poco a poco devorándolo todo", continúa el director catalán.

El Secreto de Marrowbone se mueve en diversos registros. Un equilibro entre drama y ciertos elementos de género que se ajusta a la mirada de los cuatro hermanos, repleta de ganas de vivir, pero también de ansiedad. Y todo ello empapado de un romanticismo único que matiza cada fotograma.


La gran familia Marrowbone: Actores y personajes

Como es lógico, las dinámicas familiares entre los cuatro miembros constituyen la piedra angular sobre la que se articula toda la película. Por eso desde el principio se concedió una importancia vital a la búsqueda del reparto adecuado. Los actores no sólo debían funcionar de manera individual, sino como un todo. Con la precisión de un reloj suizo en el que no puede desentonar ni una sola pieza.

Sánchez manifestó algunas dudas iniciales sobre lo que podían conseguir al tratarse de su debut en la dirección: "Pensaba que siendo una primera película iba a ser complicado conseguir actores de cierto nivel y la verdad es que me quedé muy sorprendido de las audiciones que iban llegando".

Como decíamos, no sólo se trataba de escoger a cuatro buenos actores, sino que debían ensamblarse de la manera adecuada. Sánchez apostilla: "Me costaba mucho escoger a los personajes individualmente. Debías de conseguir que el grupo funcionase".

Sánchez perfiló con mucho mimo las personalidades de los cuatro hermanos. Jack, Billy, Jane y Sam representan diferentes maneras, a veces contrapuestas y en otras complementarias, de enfrentarse al trauma común que arrastran. De ahí que sus relaciones internas sean tan fascinantes y complejas.

El principal peso de la acción recae sobre Jack. Como hermano mayor se encuentra ante la responsabilidad de cuidar de sus hermanos. Se debate entre las inquietudes habituales de un joven de su edad -como su amor por Allie- y la carga que le ha dejado su madre al pedirle que mantenga a la familia unida. 


Como Sánchez comenta en relación con su problemático pasado: "Es un personaje torturado porque vive con angustia un vacío en su memoria y está tratando constantemente de cerrar ese agujero".

Jack está interpretado por George MacKay, un actor de enorme prestigio pese a su juventud. "Seguramente el actor más entregado que haya visto en mi vida", concede Sánchez. "Nunca sale del personaje y, de hecho, daba un poco de miedo meterse en la habitación de su hotel, que la tenía llena de mementos y papelitos sobre el personaje. Estaba encerrado en Jack todo el día". Una entrega superlativa que revela el grado de compromiso con el personaje.

Esa identificación con su personaje fue tan extrema que de alguna manera se trasladó al rodaje, convirtiéndose en "el capitán del grupo de actores, en su líder", referencia Sandra Hermida. Aunque para ser sinceros, MacKay no sólo se convirtió en el corazón de los actores, sino del equipo al completo. Una de las anécdotas que mejor condensan su singular actitud ocurrió en el último día de rodaje, cuando dejó escrita una nota para cada una de las personas implicadas en el mismo, agradeciéndoles que hubieran hecho posible un viaje tan emocionante.

Por el contrario, Jane, la segunda hermana, simboliza la bondad en ausencia de la madre: "Cada vez que hay un instinto violento o negativo, Jane lo compensa. Lucha para que los hermanos puedan dejar atrás su doloroso pasado", explica Sánchez.

La actriz encargada de darle vida es Mía Goth, quien señala que "pese a tener 19 años, Jane es más madura de lo que debería. Es producto de las circunstancias, del medio".

Todo el equipo coincide en destacar la portentosa presencia de Goth. Cómo le bastaba con colocarse delante de la cámara para llenar la pantalla. Algo que a muchos de los implicados les traía a la mente actrices tan emblemáticas como Shelley Duvall o Sissy Spacek. Anya Taylor-Joy, que encarna a Allie en la película, recuerda la secuencia en la que Jane se frota con violencia los brazos y cómo quedó anonadada ante su entrega sin límites: "Ahí puedes apreciar toda su intensidad".

"Mia lo tiene que vivir. Se mete en el papel hasta transformarse en Jane. Si tiene que fingir, no funciona", resume con estas palabras Sánchez su intenso método de actuación.

Billy, el tercero de los hermanos, es acaso el más problemático. Representa el coraje, el valor que a Jack a veces le falta. A cambio tiene tendencia a desbocarse e irse hacia el lado oscuro. Se contrapone a Jane, que conduce a la familia hacia la luz. Billy es por ello uno de los personajes más interesantes de la historia puesto que condensa los temores del grupo, el miedo con el que han de aprender a convivir.

No es más que un adolescente que, como los chicos de su edad, quiere explorar, sentirse libre. Una vehemencia que, dada la peculiar situación en la que se encuentra su familia, resulta contraproducente y peligrosa. La metáfora más evidente para resumir el carácter de Billy se corresponde con la de un pájaro enjaulado que está deseoso de echar a volar.

El encargado de ponerle rostro es Charlie Heaton, que vivió durante el rodaje un momento muy dulce al ver cómo alcanzaba un gran reconocimiento por su participación en la serie Stranger Things. Según todos sus compañeros de reparto, es un actor de una fuerza increíble. Anya Taylor-Joy califica su interpretación como "desgarradora", mientras que George MacKay recuerda lo impresionado que se quedó tras trabajar con él y comprobar su descomunal energía.

El aura de actor clásico, que parece acompañar a todos los intérpretes de la cinta, también resulta evidente en Heaton. River Phoenix o unos jóvenes Leonardo DiCaprio o Jack Nicholson fueron algunos de los nombres que vinieron a la cabeza de los miembros del equipo mientras le observaban a través del objetivo.

El cuarto hermano es Sam. Es el más pequeño, por lo que todos creen sentirse ante la obligación de sobreprotegerle ocultándole los aspectos más escabrosos que les han conducido hasta su situación actual. Algo que resulta curioso, puesto que Sam es muy consciente de lo que ocurre.

En este sentido, Sam constituye un pilar fundamental de la familia. Se hace el inocente ante sus hermanos, como si temiera ponerlos en peligro si contase todo lo que sabe. Parece que sus hermanos mayores necesitan creer que es más tierno e ingenuo de lo que en verdad es. Para ellos su inocencia es una prueba viviente de que no todo está corrompido en el mundo.

Para dar vida a Sam se recurrió al joven Matthew Stagg. El proceso de construcción del personaje con Stagg fue muy distinto al de los otros actores. Al no poseer todavía maldad, hubo que trabajar con cautela toda la oscuridad que transpira la película. Se decidió ir escena a escena en lugar de explicarle todo el pasado de su personaje. 


"Matthew disfrutaba descubriendo cada día algo nuevo de su personaje. Era muy bonito cuando entendía cosas delante de la cámara, ser testigos de ello", rememora Sánchez.

Hay un personaje fundamental en la película y que no pertenece al grupo de hermanos. Se trata de Allie, interpretado por Anya Taylor-Joy. Allie es prácticamente el único nexo que mantienen con el mundo exterior, la lente a través de la que observan lo que transcurre fuera de las paredes de su pequeño microcosmos.

Sánchez expone así el carácter de Allie: "Es un personaje luminoso, alegre, que nos ancla a la historia y al momento en que transcurre. Allie representa el mundo real. Su vida es radicalmente distinta a la que han llevado los hermanos".

George MacKay, el actor que más tiempo pasa en pantalla con Anya, no escatima elogios a la hora de hablar de sus aptitudes: "Posee una gran empatía con el personaje, logra que tú también participes de eso. Te involucra en todo lo que tiene que ver con ella".

El romance entre Jack y Allie resume con precisión la idiosincrasia de ambos personajes. Se trata de un amor adolescente compartido por dos jóvenes que ni quieren ni tienen tiempo de plantearse hacia dónde les va a conducir.

Por su parte, Sánchez argumenta en términos similares a los de MacKay. "Anya es una persona adelantada a la edad que tiene. Muchas veces no acababa de creerme que tuviera 20 años. Posee un talentazo espectacular. Es capaz de articular cada uno de sus pensamientos y dudas con una certeza absoluta. Le va muy rápido la cabeza, lo vive todo con una gran intensidad. A veces me daba miedo que se fuera a hacer daño".

Bayona apunta cómo pese a su juventud, Taylor-Joy, gracias a trabajos como La Bruja, Fragmentado, y ahora El secreto de Marrowbone, se ha convertido en una figura clave del género, similar a la que desempeñó Winona Ryder en los 90.

Los cinco actores tenían por delante el reto de exhibir ante la pantalla una conexión instantánea. Por fortuna, desde el principio hubo una gran complicidad entre ellos. Supieron sacar provecho de las dos semanas que pasaron en Asturias previas al comienzo del rodaje. En lugar de ensayar las escenas previstas en el guión, dedicaron gran parte del tiempo a improvisar, generando entre ellos una relación llena de confianza.

El hecho de que se encontraran en un país extranjero, en el que se hablaba una lengua que desconocían, los forzó a buscar refugio en los brazos de sus compañeros. Una situación que encajaba perfectamente con el aislamiento al que se enfrentan en el film.

En cierto sentido, y aunque fuera por un tiempo limitado, ellos también constituyeron una familia. Bayona considera que el hecho de haber contado con actores tan jóvenes es una de las grandes virtudes que presenta la cinta: "Tienen ese ímpetu de cuando has hecho pocas películas y quieres comerte la pantalla".


La casa Marrowbone, el otro gran personaje

Más allá de los cinco protagonistas interpretados por actores de carne y hueso, hay otro personaje que también resulta esencial y que tiene que ver, de hecho, con la nebulosa Asturias. Se trata de la casa donde viven recluidos los hermanos, el universo en miniatura que los libera y enjaula a un mismo tiempo, y que, pese a que en la película está ubicado en un punto ficticio de Maine, fue rodado en el Principado. Sánchez, que es asturiano, apostó de manera clara por filmar en su tierra y dar la oportunidad a esos paisajes de luz tenue y tamizada de que reforzaran los aspectos más emocionales del argumento. Aunque la trama se ubica en Estados Unidos, lo cierto es que los cielos asturianos habían acompañado a Sánchez durante el proceso de concepción del guión influyendo en su ánimo. Por tanto, se antojaban como el escenario más lógico para la filmación. 


Una de las condiciones irrenunciables que Sánchez puso sobre la mesa, y que el resto del equipo secundó con entusiasmo, era que la casa tenía que ser real, no un decorado. Como apunta con sus declaraciones "era vital que crujiese, que respirase". Fue él también quien propuso el Palacio de Torre de Arango en Pravia como set principal.

Patrick Salvador, encargado del diseño de producción y cuyo aplaudido trabajo en Autómata de Gabe Ibáñez le sirvió como carta de presentación para incorporarse al proyecto, tuvo por delante el reto de llevar un palacio de piedra asturiano del siglo XVII hasta Maine. Hubo que ajustar la casa tanto en su fachada exterior como en su morfología interior.

Entre las peticiones que Sánchez le trasladó estaba la de que no quería una casa de terror, sino algo que se sintiera más auténtico, que reflejara el estado emocional de sus habitantes. En este sentido fue preciso reforzar el aspecto de lugar semi-abandonado, en línea con las circunstancias vitales de los hermanos. Se cortó el césped y se dejó crecer durante cinco meses para transmitir esta impresión. Así, el jardín que rodeaba a la casa adquirió un matiz amenazador, más próximo a una selva que a un patio ordenado y acondicionado. Se trataba de marcar el límite entre la casa y la civilización exterior. Nuestros protagonistas viven en mundo con reglas propias, invisibles a la sociedad que continúa con sus preocupaciones del otro lado.

Todo ello fue muy fácil de transmitir gracias a la casa escogida, pues se encontraba totalmente aislada, sin signos de vida moderna a su alrededor (autopistas, gasolineras, etc.), como si realmente la historia hubiera seguido su curso sin contar con ella.

Respecto al interior, la austeridad fue la norma a la hora de definir los espacios. Sin embargo, se insistió a su vez en que cada detalle, cada objeto, contaran parte de la historia de los hermanos. Esa es una de las características que mejor define la carrera de Patrick Salvador: su obsesión por hacer de cada una de las elecciones de su disciplina una prolongación del argumento.

Todos los actores se sintieron especialmente motivados por el hecho de trabajar en un lugar real. Según Charlie Heaton: "Era fascinante actuar en una casa de verdad".

Además de la casa, también fue importante la recreación del pueblo al que Jack sale puntualmente para realizar tareas. Este pueblo está concebido en la película para que contraste de manera agresiva con la realidad de la casa. Mientras esta apenas ha evolucionado desde el año 1931 -cuando según la historia se cerró-, los habitantes del pueblo viven plenamente en el año que les corresponde, 1969. Como bien apunta Salvador: "Es un pueblo que se ve muy poco a nivel de metraje, pero la sensación de que estás en otro sitio ha de ser muy rápida". El lugar elegido fue la Antigua Fábrica de Armas de Oviedo, que tuvo también que ser transformada para ajustarse a las necesidades geográficas y temporales del argumento.

El Principado de Asturias, y los habitantes de Pravia en particular, se volcaron con la película, poniendo todos los medios que estaban a su disposición para facilitar el rodaje.

Para que la casa adquiriera toda su relevancia, el trabajo de Patrick Salvador debía encontrar su réplica en la fotografía de Xavi Giménez, prestigioso cinematógrafo con una impresionante carrera a sus espaldas. Su característico estilo fotográfico, atemporal y denso, no podía resultar más adecuado para retratar un emplazamiento, así como la vida de unos jóvenes, que de alguna manera permanecían congelados en el tiempo, en un pasado impreciso y borroso, más mental que físico.

En opinión de Xavi Giménez: "El guión ya recogía las principales claves, el lenguaje fotográfico ya estaba incluido en él." Agrega: "Había una disfunción emocional en la historia muy profunda. Construimos ese contraste con la luz de la película".

La relación entre Sergio G. Sánchez y Xavi Giménez fue muy fluida. Ambos estuvieron de acuerdo en cuáles eran las decisiones sobre la luz y el color que más convenían a la historia. Volviendo a esa idea de un pasado detenido en una juventud que no acaba de alcanzar la edad adulta, Sánchez pidió que "todo tuviera una atmósfera de recuerdo idealizado. El verano de tu infancia que siempre recordarás y al que querrías volver, y que, poco a poco, se va envenenando".


Color y luz: Más allá del género

Al igual que ocurrió con la dirección de arte, Sánchez se mostró explícito a la hora de solicitar que la fotografía no se inclinara hacia los lugares comunes del género. Como apunta Bayona, quien trabajó con Xavi Giménez en la serie Penny Dreadful: "La fotografía que presenta El Secreto de Marrowbone bebe mucho del cine de los 70 como puede ser el de Néstor Almendros. Es muy naturalista, nada efectista. Resulta muy interesante aproximarse al género desde esa perspectiva".

En cuanto al tratamiento de la luz se apostó desde el principio por luz natural, que no pareciera diseñada con escuadra y cartabón. Giménez lo detalla en sus propios términos: "Vimos que había un camino en ese uso de la luz natural, de que la plástica fuera lo más realista posible, logrando que los personajes se movieran dentro de espacios casi naturales y con mucha libertad".

Aunque en El Secreto de Marrowbone la puesta en escena estaba más que definida, se buscó que la luz no deformara las aproximaciones de los actores a sus personajes. Más bien, lo contrario, que las apoyara. La luz debía ser un aliado, nunca un obstáculo. Este detalle también se basó en el hecho de que la principal localización, la casa, tiene tendido eléctrico, pero a consecuencia del abandono se encuentra inutilizado. De este modo el empleo de luz natural respondió de manera orgánica a las necesidades del guión. Como apunta Patrick Salvador en referencia a Xavi Giménez y a la actitud con la que se enfrentó la iluminación: "Es un director de fotografía muy valiente, que no tiene miedo a la intensidad, al claroscuro".


Rodar en Asturias implicó para el equipo de fotografía superar algunos obstáculos. Resultaba, por ejemplo, imposible predecir qué tipo de climatología se iban a encontrar, no ya cada día, sino casi a cada hora. Tan pronto eran sorprendidos por un cielo soleado como minutos después por una intensa niebla. Algo que obligó a tomar decisiones rápidas y a establecer un plan de contingencia acorde a las necesidades. A cambio, la poderosa presencia visual de Asturias terminó de dotar a la película de toda su fuerza expresiva.

Ya en la primera semana de rodaje, Giménez y Sánchez comprendieron que no estaban delante de un largometraje que se pudiera filmar al uso, que no servía de nada tener un plan establecido. Había que liberarse y dejar que las emociones guiaran las decisiones de cámara. Aun así, se puede apreciar un recorrido desde angulares y ópticas medios en los primeros compases hasta ópticas tele a medida que la trama se deconstruye y accedemos a su punto de ignición.

Sánchez, por su parte, tiene una opinión muy formada sobre cuál fue la gran aportación de Giménez al conjunto: "Es un lujo trabajar con un director de fotografía que está siempre tan pendiente de la emoción".

Pero no sólo sobre los hombros de Xavi Giménez recayó el encargo de transmitir las poderosas corrientes de emoción que sacuden El Secreto de Marrowbone. La memorable filmografía de Fernando Velázquez como compositor de bandas sonoras le acreditó como la persona adecuada para poner música a la película. Más cuando se había encargado de hacer lo propio para largometrajes escritos por Sánchez como El Orfanato o Lo Imposible. Sus mundos ya habían colisionado en ocasiones previas y se hallaban frente a una nueva oportunidad de sacar lo mejor el uno del otro.


Un clásico atemporal: La banda sonora

La complicidad entre ambos fue tan evidente que Sánchez animó a Velázquez a que se sintiese libre y volase todo lo que quisiera con su composición.

En palabras de Velázquez: "Se trata de una película con mucho corazón, con mucho espíritu. Lo que espero conseguir es que la gente cuando vea la película tenga con la música la misma sensación que yo tuve al verla. Que piense 'esta historia siempre ha existido', que es atemporal. Espero que la música contribuya a reforzar esa sensación de clásico".

Sánchez no tuvo ninguna duda de que Velázquez era la elección perfecta. Su capacidad para atacar las emociones y su control de melodías sencillas, pero inolvidables, capaces de meterse bajo la piel, parecían sentarle como un guante a la historia. El objetivo era encontrar una composición que no sólo se recordara a la salida del cine, sino que condujera al espectador por la trama, traduciendo cada elemento del guión al ámbito musical.

Velázquez revela que en primer lugar afrontaron las partes más luminosas del argumento para ir poco a poco tratando las más oscuras. Un desplazamiento de la luz hacia la penumbra que es parejo al viaje que realiza al espectador.

En cuanto al tema central, Velázquez decidió que éste iba a sufrir variaciones en función de a cuál de los cuatro hermanos acompañaba, reforzando al mismo tiempo la cohesión del grupo, pero también las particularidades de sus miembros. Por ejemplo, con Sam utilizó instrumentos como el arpa y la celesta, mientras que en Billy se inclinó por violines americanos.

Otro de los aspectos que se tuvo en cuenta es que la musicalidad de Allie y Porter debía ser diferente a la de los hermanos, puesto que los primeros pertenecen a la realidad y los segundos están atados a una suerte de espacio casi irreal . El diseño de la banda sonora permitió a Velázquez disfrutar de la gran oportunidad de trabajar con la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias. "Es una de las grandes orquestas que tenemos en España y nunca habían grabado una película. Mi suerte fue doble. Primero, por poder contar con ellos y segundo, por acompañarlos en su primera experiencia en la grabación de una banda sonora, cuyo proceso es algo diferente al que se sigue en concierto sinfónico. Grabando con ellos me sentí como un niño el día de Reyes", asegura Velázquez con entusiasmo.

La grabación se realizó en Oviedo, en el Auditorio Príncipe Felipe, cuya impresionante acústica otorgó, en palabras de Velázquez, "un color muy particular a la cinta, reforzando la sensación de clásico".

La banda sonora de Velázquez termina de moldear el complejo entorno de El Secreto de Marrowbone. Una película diseñada desde sus primeras fases para soportar múltiples lecturas, lo que demuestra sus grandes posibilidades.

"Lo complicado de esta película es hablar de ella sin revelar ninguno de los detalles. El espectador se va a encontrar un universo muy rico, lleno de matices, con muchos giros y, sobre todo, muchísima emoción. Eso es lo que le hemos puesto a la película y espero que sea lo que se lleve el espectador". Así explica Sánchez lo que espera que la audiencia se encuentre una vez se apaguen las luces de la sala.

"Permite acercarte sin saber absolutamente nada y revisionarla conociendo ya los secretos", continúa. Secretos, un concepto que detalla con precisión la compleja arquitectura interna de su primera película como realizador, una palabra muy presente en la estructura de El Secreto de Marrowbone.


Sergio G. Sánchez

El Secreto de Marrowbone supone la primera película como director de Sergio G. Sánchez, sin embargo, su trayectoria como guionista de éxito está más que acreditada. Debutó de la mano de Juan Antonio Bayona con el libreto de El Orfanato, película apadrinada por Guillermo del Toro y que se convirtió en un fenómeno desde su misma première en el Festival de Cannes, siendo recibida con una impresionante ovación de 10 minutos. De los siete premios Goya que cosechó la cinta, uno de ellos fue a parar a manos de Sánchez por sus labores en la escritura.

Tras el caluroso recibimiento de su primer largometraje, Bayona y Sánchez, lejos de acomodarse, cambiaron de tercio para su siguiente apuesta sin dejar de lado los temas que más les caracterizan. Sánchez escribió el guión de Lo Imposible, tomando como referencia la impactante odisea de una familia española que sobrevivió al tsunami del 2004 en el sudeste asiático. La cinta, en la que de nuevo Bayona hizo las veces de director, no sólo triunfó dentro de las fronteras españolas, sino que obtuvo una gran resonancia internacional alcanzando la cifra de los 180 millones de dólares en la taquilla mundial, valiéndole una candidatura al Oscar a su protagonista, Naomi Watts, en la categoría de Mejor Actriz.

Sánchez también se ha encargado de la adaptación de Fin de Jorge Torregrossa y de Palmeras en la Nieve de Fernando González Molina.

Aunque El Secreto de Marrowbone es su primer largometraje para cine, Sánchez ya había dirigido los cortometrajes 7337 y Temporada baja, así como la cinta para televisión Las manos del pianista.


Notas del director (Sergio G. Sánchez)

Para mi "El secreto de Marrowbone" es una fábula de suspense que combina muchos elementos, thriller, terror, historia de amor y fantasía. Me interesa mucho esa mezcla de géneros que invita al espectador a participar del juego, a participar activamente y componer un puzzle. Mi intención era hacer una película clásica de suspense, rodar con el propósito de que pudiese parecer una película de otra época, alejada de los patrones del cine de género actual. Pero para que tampoco pareciese un ejercicio nostálgico intenté que narrativamente tuviese una estructura compleja y novedosa. A menudo utilizo el símil de una muñeca rusa para definir la estructura de la película. No se trata de una historia clásica en tres actos. El armazón es más complejo. Cada vez que se revela un nuevo misterio es como si abriésemos una de esas matrioshkas , la película cambia y revela una nueva identidad. Lo que empieza como un cuento se convierte en drama familiar, para luego pasar a ser una historia de fantasmas, después un thriller psicológico... y así hasta llegar por fin al a la última de esas muñecas que encierra el corazón de la historia que encierra la emoción de esta fábula.

Durante todo el proceso estuve muy atento a que la película pudiese tener más de una lectura. Creo que si te enfrentas a la película sin saber nada, puedes seguir la trama de misterio y disfrutar con cada giro. Pero una vez conocidos todos los secretos, puedes ver la película otra vez y entenderla de otra manera. La vertiente más poética, o de fábula, que tiene la historia cobra un nuevo sentido una vez que entiendes todo lo que está pasando y puedes volver a verla haciendo un viaje distinto con sus personajes. Para conseguirlo he intentado trufar la historia de pequeños detalles que pueden pasar desapercibidos en un primer visionado y que cobran un nuevo significado en visionados posteriores.

Poder rodar una película con reparto anglosajón ambientada en Estados Unidos en Asturias ha sido un lujo y un placer. Creo que disponemos del mejor plató natural del mundo y deberíamos sacarle más partido. Pocos países en el mundo tienen una variedad de paisajes tan rica como el nuestro y unos profesionales locales tan cualificados. Creo que tan importante como hacer un cine en castellano que represente nuestra cultura es poder atraer rodajes internacionales que fortifiquen nuestra industria. Nos planteamos rodar en Estados Unidos o Canadá, y desde el punto de vista financiero habría sido más interesante por las exenciones fiscales que podríamos haber disfrutado fuera, pero para nosotros era muy importante demostrar que esta película se podía rodar aquí con un equipo local. Trabajamos cuidadosamente desde fotografía, diseño de producción y vestuario para hacerlo creíble y tras pasar la prueba de fuego de Toronto hemos podido comprobar que ha funcionado.

De lo que más orgulloso estoy es del reparto de la película. George Mackay, Anya Taylor Joy, Charlie Heaton, Mia Goth, y Matthew Stagg son todos unos actores sensacionales, de una entrega y exigencia fuera de lo normal y están todos fantásticos en la película. Aún no son nombres muy conocidos para el gran público, todos ellos están al inicio de sus carreras, pero estoy convencido de que todos ellos tendrán un futuro brillante dentro de diez años, cuando mire atrás no voy a creerme la suerte que he tenido de reunir a un reparto tan espectacular en mi primera película.


Juan Antonio Bayona (productor)

En El Secreto de Marrowbone, Juan Antonio Bayona ejerce el rol de productor, pero su carrera se ha desarrollado básicamente en la dirección.

Con tan sólo tres largometrajes, Bayona es una de las figuras más influyentes del cine español y un realizador de incuestionable proyección internacional. 

Nacido en Barcelona, pudo canalizar su enorme pasión por el cine estudiando en la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña (ESCAC). Tras dirigir sus dos primeros cortometrajes -Mis Vacaciones y El Hombre Esponja-, Bayona conoció a Sergio G. Sánchez y formó con él uno de los tándems creativos más cotizados del cine español.

Sánchez fue el responsable del guión de El orfanato, su ópera prima, y con la que alcanzó un descomunal éxito de taquilla, poco habitual en un director debutante, así como catorce nominaciones a los premios Goya. De ellas materializó siete, incluyendo el galardón correspondiente a Mejor Dirección Novel para el propio Bayona y Mejor Guión Original para Sánchez.

En su segundo largometraje, Lo Imposible, tomó como materia prima la historia real de una familia que sobrevivió al tsunami del Océano Índico de 2004. Sánchez se encargó de nuevo de la escritura del guión. Protagonizada por estrellas internacionales del calibre de Naomi Watts o Ewan McGregor, supuso la primera aparición en la pantalla de un prometedor Tom Holland. Este apabullante relato de supervivencia recibió cinco premios Goya incluyendo el correspondiente a Mejor Director para Bayona. Los galardones también llegaron desde fuera de las fronteras españolas. Naomi Watts obtuvo una candidatura al Globo de Oro a Mejor Actriz de Drama y otra al Oscar a Mejor Actriz Principal gracias a su entregada interpretación.

Aunque en su tercer largometraje no trabajó junto a Sánchez, fue este el que le dio a conocer la novela de Patrick Ness que sería la base de su siguiente aventura. Estrenada en 2016, Un Monstruo Viene a Verme supuso un ambicioso reto que combinó imagen real con diferentes técnicas de animación para trasladar a la pantalla el desgarrador drama de un chico que se refugia en su imaginación para afrontar la enfermedad terminal de su madre. En esta ocasión la película obtuvo nueve premios Goya incluyendo de nuevo uno para Bayona como director.

Bayona puede presumir también en su hoja de servicios de haber colaborado en la edad de oro de la televisión. En concreto se hizo cargo de los dos primeros episodios de Penny Dreadful, protagonizada por Eva Green y en cuyo piloto estableció el diseño visual que marcaría el devenir del resto de la serie de Showtime.


La línea que lo cambia todo (por J. A. Bayona)

Hay un momento en Marrowbone que para mí conecta con las dos películas que he realizado junto a Sergio G. Sánchez. Ocurre en los primeros minutos, cuando la madre protagonista dibuja una línea sobre el suelo y apostilla: A partir de aquí cambia todo. Se trata de un mensaje directo a sus hijos, a los que les está diciendo que una vez traspasen la línea están condenados a madurar de manera forzosa, por más que en esencia continúen siendo unos niños. En nuestro cine la mirada siempre está acoplada al punto de vista de un niño. Ocurre en las películas que hemos hecho juntos, ocurre también en Marrowbone. Los personajes se debaten entre distintos mundos, luchan por permanecer en uno, pero están abocados a madurar y entrar a otro.

La frase que pronuncia la madre también se puede entender como un mensaje cifrado al espectador. Nos está indicando que atravesar ese umbral nos conduce directo a los misterios de la película, a un secreto que promete cambiarnos para siempre. Un punto de no retorno. Un viaje que tiene que ver con lo fantástico. Sergio pone siempre en primer plano el drama de sus personajes, pero se sirve del género para relatar las partes en penumbra del mismo. El género es un elemento crucial, fundamental, que se va colando poco a poco por debajo de la puerta, siempre sirviendo a sus personajes, nunca al revés. Lo fantástico tiene que ver con contar lo ordinario de manera extraordinaria, con cómo hay algo que no puede ser y, sin embargo, es. En Marrowbone todos esos principios se dan simultáneamente. Sabemos que está sucediendo algo que va más allá de lo que nos enseña la superficie en relativa calma de sus imágenes y, por supuesto, deseamos descubrir sus recovecos más profundos. Queremos cruzar el umbral y aventurarnos en la historia.

Acompañar a Sergio a cruzar su propio umbral, el de la dirección, ha sido uno de los mayores privilegios de mi vida cinematográfica. Soltar el traje de director y ponerme el de productor ejecutivo ha resultado más fácil de lo esperado, puesto que, ya desde su guión, Marrowbone es una película deslumbrante. Lo maravilloso es cómo con cada paso que ha dado Sergio se ha transformado en un largometraje emocionante, lleno de cine, único. Siempre he pensado que nuestras películas están construidas de una manera u otra sobre personas que crecen. Que al final de la historia saben más sobre sí mismas que cuando comenzaron, por más que a veces la revelación pueda ser algo amarga. En este momento, tras acabar el complejo pero emocionante proceso que ha supuesto la producción de Marrowbone, acompañando al que ya podemos calificar como un director sobresaliente, puedo afirmar que tanto Sergio como yo hemos crecido un poco, quizás mucho. Y además lo hemos hecho en compañía, apoyados el uno en el otro. Por suerte aquí no caben revelaciones amargas. Porque Marrowbone es exactamente la película que soñamos que sería.


La regla de tres (por Paolo Vasile, Ghislain Barrois y Álvaro Augustin)

Para nosotros, Marrowbone no es una película como otras. Sergio G. Sánchez no es un cineasta más que añadir a la lista de ilustres firmas de grandes autores que en los últimos años han dirigido películas con Telecinco Cinema.

La historia que nos presentó Sergio hace algunos años era una maravillosa fábula, cruel y cruenta, inmersa en un clima de gran ternura, ingenuidad y esperanza. Un cuento bellísimo, que sin embargo por su riqueza onírica quedaba demasiado lejano de un guión y difícil de ver como una película.

Pero la historia era tan bella que nos empeñamos en que se convirtiera en un guión y después en un film de Telecinco Cinema. Muchas versiones, muchas reflexiones, mucho amor.

Por eso, ver ahora estas estupendas imágenes con su sabor antiguo, alejadas por momentos de las de las películas contemporáneas, ver sufrir y amar a este grupo de chicos indefensos interpretados por actores que apenas habíamos visto nunca pero parece que los conocíamos desde siempre, provoca en nosotros una emoción especial. La satisfacción y el orgullo de haber podido, una vez más, colaborar para que un sueño se convirtiese en una película.

En orden de tiempo, Sergio Sánchez es el último ejemplar de una dinastía que comenzó con el grande, afamado, aplaudido y por nosotros muy amado Guillermo del Toro. El director mexicano que con El laberinto del fauno, premiado con tres Oscar, nos hizo iniciar un camino que nos ha llevado muy lejos: fue él quien nos presentó a J. Bayona, y de Bayona nace la relación con Sergio Sánchez, guionista de El orfanato y Lo imposible.

Con Bayona fue amor a primera vista para nosotros y para los espectadores, sus tres films, El orfanato, Lo imposible y Un monstruo viene a verme han sido éxitos de crítica y público, y los mejores embajadores posibles para el cine español en el mundo.

Tres Oscar con Guillermo del Toro, tres blockbuster con J. Bayona, y ahora Sergio Sánchez: a ver qué grata sorpresa nos espera con esta particular regla de tres.


La infancia en resistencia (por Belén Atienza)

He tenido la suerte de poder conocer de primera mano los guiones de Sergio G. Sánchez. Cualquiera que les haya echado un vistazo habrá confirmado que en ellos no sólo sobresale un guionista de primera, sino que por encima de todo late un director tras cada línea. Basta fijarse en su estilo, eminentemente visual, en la riqueza de sus detalles. A medida que uno se sumerge en sus páginas vislumbra cada plano gracias a la precisión con que se describen las acciones. Por eso era inevitable que, tarde o temprano, tras tantos buenos guiones, llegáramos a Marrowbone, su primera y esperadísima película como director para la gran pantalla.

Hay elementos en Marrowbone que ya estaban presentes en otros trabajos de Sergio y que aquí ha explorado en todo su potencial. La infancia, la juventud, como territorios varados frente al océano del tiempo. Su cine apela a esa felicidad aparentemente plena, pero de enorme fragilidad, en la que ya se adivinan las grietas de hacerse mayor. Las preocupaciones de la edad adulta esperando a la vuelta de la esquina.

Siempre supe que estaría al lado de Sergio cuando le llegara el momento de dar el salto a la dirección. Es un honor y un privilegio para mí. Ha sido muy estimulante ver cómo la semilla de Marrowbone germinaba ante nuestros ojos, ramificándose en mil y una direcciones. A veces perdíamos el control de la historia, pero ¿acaso hay algo más emociónate que una historia que ha encontrado su propio camino? Esto es lo que, en mi opinión, Sergio ha logrado por encima de todo. Una historia con vida propia. Los cuatro hermanos protagonistas son personas de carne y hueso. Uno quiere quedarse a vivir con ellos, conocer sus secretos, acompañarlos en sus miedos.... Sergio siempre ha tenido un talento enorme para lo emocional, para perfilar personajes tridimensionales. Hasta el momento lo había demostrado en la escritura, pero aquí ha dado un salto cualitativo. Marrowbone partía de un guión excepcional que nos llevó a todos a querer sumarnos a este barco, pero lo mágico es cómo se ha derivado en una película asombrosa. El cásting repleto de actores de un carisma fuera de toda duda, la luz idealizada y teñida de melancolía, el uso del género como un elemento que va poco a poco matizando la historia, la construcción de la casa como un personaje más.... Todo ello demuestra hasta qué punto Sergio estaba destinado a llegar aquí, a empezar una impresionante carrera como realizador de la que sólo podemos congraciarnos por el hecho de estar presentes para disfrutarla.

Decía antes que Sergio nos había regalado unos personajes maravillosos, inolvidables. Cuatro hermanos huérfanos que gracias a su complicidad desafían a todo lo que les acecha. Siempre he creído que el cine de Sergio se parecía a sus personajes. Ahora, su primera película como director me lo confirma. Es un cine militante, una declaración de guerra frente a los sinsabores de un cine que ha madurado mal. Pertenece a un tipo de películas que ya no se hacen, que apuesta por la verdad, por la emoción, por la elegancia. Es, en definitiva, la infancia en resistencia.




El espanto


2017
Duración 65 min.
País Argentina
Dirección Martin Benchimol, Pablo Aparo


En un recóndito pueblo de la Argentina, las curas caseras reemplazan la medicinatradicional. Toda dolencia es tratada por los vecinos excepto “El espanto”, una raraenfermedad que ataca a las mujeres y sólo es curada por un anciano, a quiennadie se anima visitar.En este pueblo nacen los males y los antídotos, las mitologías y sus detractores.Un extraño microclima es el nicho de los misterios que impide llegar a certezassobre El Espanto. Los personajes nos introducen en este mundo donde secombinan las creencias religiosas, el esoterismo y los duros preceptos acerca dela familia.



FESTIVALES Y PREMIOS

2017

BAFICI, Argentina, Competencia Argentina –Mejor Banda Sonora (ASA)
IDFA, Holanda, Best Mid Length Documentary
Festival Internacional del Nuevo Cine, Cuba, Latinoamérica en Perspectiva
2018
FICG, Mexico, Competencia Doc Iberoámericano, Mención Especial del Jurado
Doc Point Hensinki, Finlandia, Oficial Competition14th Zagreb Dox, Croacia, Oficial Competition
CINÉLATINO,30èmesRENCONTRESDETOULOUSE, Francia, Panorama.
Oslo Dokumentarkino, Noruega, Oficial Competition
Las Palmas de Gran Canaria International Film Festival, España, Oficial
Competition
24 Mostra de Cine Latam de Catalunya, España, Mención Especial del Jurado58th Krakovia film festival, Polonia, Best Mid Length Documentary
Docs Barcelona, España, New Talent PrizeDock Fest Munich, Alemania, Oficial CompetitionDocaviv, Israel, Oficial CompetitionSheffield Doc/Fest, nominee of the Illuminate Award


NOTA DE LOS DIRECTORES

Desde el comienzo la búsqueda de nuestro proyecto fue abordar la construcción de las creencias en torno a la curandería.En las zonas rurales que conocimos haciendo esta película, los caminos de tierra hacen que la distancia con la ciudad parezca más grande y los médicos hagan visitas muy esporádicas. La sensación, desde el cotidiano, es que la medicina tradicional es algo alejado en el tiempo y en el espacio. Por eso la solución más habitual es recurrir, como lo vienen haciendo hace mucho tiempo, a otros métodos curativos.

Al introducirnos en el asunto, nos encontramos con tantos métodos como curanderos, y tantas reglas acerca de las curas como personas que la practican.Estas prácticas curativas eran nuevas para nosotros, y dialogaban directamente con nuestra ignorancia al respecto y con un inevitable escepticismo propio de nuestro origen citadino. Conocíamos de oído la cura del ojeado o el empacho.Pero entramos en un mundo mucho más amplio, de enfermedades desconocidas y de curas aún más diversas y extrañas. Este fue el disparador para interesarnos no sólo en la medicina alternativa, sino en quienes la practican. Fuimos entendiendo que para abordar esta película teníamos que corrernos de la categoría de “verdad” y por eso “El espanto” se fue conformando como un proyecto que dialoga con el sentido de la creencia, es decir, la fe.


SOBRE LOS DIRECTORES

Martin Benchimol (Bs As, 1985) y Pablo Aparo (Bs As, 1986) son diseñadores de Imagen y Sonido, egresados de la Universidad de Buenos Aires.En 2012 finalizaron su primer largometraje, titulado “La gente del río”. La película se concluyó con el apoyo del INCAA. Se estrenó en DOK Leipzig 2012, y luego participó de numerosos festivales como el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (México), FIDOCS (Chile), BAFICI (Argentina), Festival Internacional de Cine en Lima (Perú), New Zeland International Film Festival (Nueva Zelanda),entre otros. Fue premiada en DocsDF con la mención al mejor documental latinoamericano; obtuvo también en el Festival de Cine Latinoamericano de Flandes (Bélgica) la mención del jurado al mejor documental. Fue nominado al mejor documental en 2013 en el 4th Cinema Tropical Awards. Antes de ser estrenada, su nueva película, EL ESPANTO ha participado de Cinergia Lab 2013 (Costa Rica), el Encuentro Audiovisual de Valparaíso 2013(Chile) y Docu Lab Guadalajara 2017 (México), también recibió el premio de postproducción del Fondo Metropolitano de la Cultura, las Artes y las Ciencias dela Ciudad Autónoma de Buenos Aires.





Mamma Mía! Vamos otra vez


2018
Duración 108 min.
País Reino Unido
Dirección Ol Parker
Reparto Amanda Seyfried, Lily James, Christine Baranski, Julie Walters, Pierce Brosnan,Colin Firth, Stellan Skarsgard, Dominic Cooper, Andy García, Cher, Meryl Streep,Jeremy Irvine, Alexa Davies, Jessica Keenan Wynn, Josh Dylan, Hugh Skinner,Togo Igawa, Naoko Mori, Omid Djalili


Diez años después de Mamma Mia!, regresamos a la mágica isla griega de Kalokairi para otro musical basado en las canciones de ABBA.

Esta segunda entrega cuenta la historia de cómo se conocieron los personajes de la primera película en ese mágico verano, a la vez que narra sus vidas en el presente. Los miembros del reparto original vuelven a ponerse en la piel de sus personajes: la oscarizada Meryl Streep como Donna; Julie Walters como Rosie, y Christine Baranski como Tanya. Amanda Seyfried y Dominic Cooper vuelven a formar pareja como Sophie y Sky. Pierce Brosnan, Stellan Skarsgård y el oscarizado Colin Firth retoman los papeles de Sam, Bill y Harry respectivamente, los tres posibles padres de Sophie.

Al elenco original se unen Lily James que interpreta a la joven Donna, mientras que Alexa Davies (x+y) y Jessica Keenan Wynn (la obra "Beautiful", en Broadway) son las jóvenes Rosie y Tanya. Jeremy Irvine (War Horse) es el joven Sam, Josh Dylan (Aliados) es el joven Bill, y Hugh Skinner (Kill Your Friends) es el joven Harry.


Liberando al roquero que llevamos dentro: Coreografía y bailes

Una producción de Mamma Mia! no estaría completa sin la fabulosa coreografía de Anthony Van Laast. "Conozco a Anthony desde siempre", dice Judy Craymer. "Es un gran narrador y hace veinte años que forma parte de 'Mamma Mia!' Se encargó de la coreografía de los musicales y posteriormente de la primera película".

La productora reconoce que siempre se asombra ante la habilidad del coreógrafo a la hora de sacar lo mejor de actores que no están familiarizados con el mundo de la danza. "Consigue que todos crean que son bailarines natos y que los espectadores estén convencidos de que también podrían hacerlo", sigue diciendo. "Se le ocurrió una idea brillante para la coreografía de 'Waterloo' en París, es una auténtica genialidad". Por cierto, si se fijan bien, verán a Benny Andersson tocando el piano al principio de la secuencia en el café Bonaparte.

"El guión es fantástico", reconoce Anthony Van Laast. "Me gustó mucho la forma en que Ol Parker hiló la música con la historia porque abría la puerta a un sinfín de posibilidades para la coreografía. En la primera reunión comprendimos que íbamos en la misma dirección. Si yo tenía una idea se la decía, él hacía lo mismo, fue un proceso muy creativo y muy vivo".

El coreógrafo decidió cambiar de enfoque en esta película para que los números fuesen diferentes. "No se crea un número sólo a base de pasos y movimientos. Debo saber de qué va la historia, quiénes son los personajes y cuáles son sus relaciones", explica Anthony Van Laast. "También la situación emocional y dramática al principio y al final de una secuencia musical. Sólo sabiendo lo anterior podré hacer que el número evolucione".

Y pone un ejemplo de dicha evolución: "Originalmente, 'When I Kissed the Teacher' empezaba con todos los alumnos que salían corriendo de la Universidad. Pero no me convencía porque con 'Dancing Queen', los actores debían bajar la colina corriendo. Luego, pensando en Oxford, nos dimos cuenta de que los universitarios siempre usan la bicicleta, así que todos salen pedaleando y acaban escuchando un concierto en una barcaza en el río. Desde el punto de vista coreográfico, no quería que todo fuera suave como la seda porque era la época del punk. Donna y las Dínamos son chicas del momento, debían encajar. También llevarían plataformas, así que imaginé pasos que funcionasen con sus botas".

Jessica Keenan Wynn, que refleja el sentir de sus compañeros cuando alaba al incansable coreógrafo, sentencia: "Anthony es un dios. 'When I Kissed the Teacher' era el número más difícil de interpretar. Llevábamos plataformas y debíamos bailar en una barcaza, pero estudió nuestros puntos fuertes y débiles para compensarlos en toda la secuencia. Eso sí, es muy exigente y tremendamente trabajador, pero ahí está lo bueno de ser un trío. Cuando empezaba a cansarme, miraba a mis compañeras, y gracias a su energía, volvía a la carga".

Otro número difícil para todos, por ese toque muy al estilo vodevil, fue "Why Did It Have to Be Me?". "Cuando leí el guión, transcurría en un yate. Se trata de un flirteo entre Donna y Bill de jóvenes", explica Anthony Van Laast. "Decidimos que fuera muy exagerado, muy estilizado. Pero filmarlo en el puente de un barco en el mar era todo un reto por los movimientos del número, de un lado a otro del yate, mientras que la cámara debería hacer lo mismo en paralelo desde otro barco. Fue un auténtico desafío, pero creo que quedó muy original".

La joven Donna y el joven Bill se conocen porque ella pierde el ferry y él se ofrece para llevarla en su maravilloso yate. "Filmamos la secuencia en el puente en alta mar", recuerda Lily James. "Es una de las mejores semanas de rodaje que he vivido en toda mi vida. Hacía mucho calor, el mar estaba transparente y cantábamos un tema genial de ABBA. La canción tiene algo de blues, algo de rock y el dúo es precioso. Bill y Donna se lo pasan realmente bien juntos, se parecen mucho, tienen un espíritu aventurero, son valientes y traviesos".

Anthony Van Laast ya había coreografiado "Mamma Mia!" en varias ocasiones, pero al ser una de las secuencias más memorables para el público, quería hacer algo realmente especial e innovador. "Tanto en el musical como en la primera película, la canción pertenece a Donna, pero ahora está diseñada para las Dínamos", explica. "Me gustó mucho trabajar con Lily porque tiene experiencia con los movimientos y lleva el ritmo en el corazón. Jessica y Alexa también saben moverse, lo que me permitió alzar el listón para llevar el número a un nivel superior".

En cuanto al reparto de la primera película, el coreógrafo estaba encantado de volver a trabajar con Christine Baranski y Julie Walters. Las dos interpretan "Angel Eyes" con Amanda Seyfried en el hotel Bella Donna. "Reconozco que, al principio, 'Angel Eyes' me costó mucho", recuerda el coreógrafo. "No conseguía meterme en el número, pero a Ol se le ocurrió que Christine podía cantar una estrofa, luego Julie y así, lo que ya representaba un reto. Con esa idea en la cabeza, pude diseñar el número. Además, conozco a Christine y a Julie, y sabía lo que aportarían a la secuencia. Las dos tienen un estilo muy definido, es maravilloso trabajar con ellas. Añadimos un toque de competencia entre las dos cuando aconsejan a Sophie y fue una explosión, el número fluye perfectamente".

Julie Walters también se alegró mucho de volver a trabajar con Anthony Van Laast: "Nos lo pasamos realmente bien. Es verdad que Anthony exige mucho. La danza requiere más disciplina que la interpretación, pero como cualquier buen creativo, siempre está dispuesto a escuchar las ideas de otros, y eso es maravilloso".

Gary Goetzman reconoce que es una de sus secuencias favoritas: "Tanya y Rosie son el alma de Mamma Mia! La mezcla de humor y angustia que las dos aportan al tema no tiene precio".

Josh Dylan, hablando del número "Why Did It Have to Be Me?" en el puente del barco con Lily James, recuerda: "Habíamos ensayado previamente en el estudio de Shepperton, donde disponíamos de mucho espacio y el suelo no se movía, pero cuando llegó el momento de hacer lo mismo en un barco en alta mar, descubrimos que no era nada fácil mantener el equilibrio. Lo peor de todo es que nos entraron varios ataques de risa cada vez que estuvimos a punto de caernos por la borda. Ahora que lo pienso, quizás haya sido bueno para la secuencia porque nos divertíamos y estábamos muy alegres. Nos costaba contenernos".

Aun así, el joven actor no lo pasó muy bien cuando empezó a trabajar con el coreógrafo. "Desde el principio, le confesé a Anthony que me sentía muy incómodo con la idea de bailar", recuerda, "pero me tranquilicé mucho cuando me explicó que no se trataba de bailar, sino de contar una historia. Es una persona muy receptiva, siempre está dispuesto a escuchar las ideas de otros. Sabe utilizar los puntos fuertes de cada uno y hacernos sentir que lo hemos hecho todo solos".

Uno de los mejores momentos para Anthony Van Laast fue tener la ocasión de colaborar con los legendarios Andy Garcia y Cher con el tema 'Fernando': "Este número también debía servir para desarrollar la relación entre los dos personajes. Andy es el amor que ella perdió hace años y la pasión renace con el reencuentro. Me basé a grandes rasgos en el tango, es un baile muy sensual y funciona de maravilla".

La secuencia musical más ambiciosa de la película es "Dancing Queen", y el coreógrafo deja claro que representaba un enorme desafío: "'Dancing Queen' fue especialmente complicado porque, entre otras cosas, lo he hecho muchas veces. También me pareció el mejor número de la primera película y eso era una dificultad añadida. Me sorprendió la idea de que cantaran pescadores desde una flotilla porque suelen escogerse voces femeninas. Bien, sería diferente, lo cantarían hombres con Colin y Stellan, pero quedaba superar la dificultad de coreografiar a los hombres bailando en los barcos y también ir corriendo a recibir a los residentes del hotel bajando por la colina. Luego se juntan todos, y esa fue la parte más fácil, lo complicado era asegurarme de que no se perdía el hilo de la historia durante la secuencia anterior".

Según Amanda Seyfried, puede que este sea el número más alegre de todos, interpretado por el reparto de la primera película al completo y para el que fueron contratados varios miembros del musical "Mamma Mia!". "Cuando me entero de que vienen mis padres, estoy con Tanya y Rosie. Todos nos precipitamos hacia el muelle para darles la bienvenida", explica la actriz. "Es una enorme celebración, estamos eufóricos, es el momento en el que todas las piezas empiezan a encajar".

Colin Firth aprecia los matices del número para impedir que sea repetitivo: "Harry no sabe lo que le ha pasado. Hace un momento estaba buscando una forma de llegar a la isla con una maleta en la mano, y minutos después está en un barco rodeado de 150 pescadores cantando y bailando. En el momento que empieza la música, sale el sol, estamos en alta mar y la energía se desborda. Es difícil permanecer quieto. A eso debemos añadir el helicóptero con la cámara pasando una y otra vez por encima de nosotros. Era extraño, pero electrizante".

Dominic Cooper también participó en la secuencia y disfrutó tanto como Colin Firth: "Llegamos a la isla para celebrar la inauguración del hotel. Todos nos abrazamos, es una gran reunión, y siempre con la música de 'Dancing Queen'. Es una secuencia muy emotiva".

Pierce Brosnan no se quedó atrás participando en la secuencia. "Sólo hay una forma de pasárselo bien, y es tirarse de cabeza", comenta, riendo. "Si te quedas y te haces el tímido, no sirve de nada. En cuanto suena la música, deja que te lleve. Yo estaba con Julie y Christine bajando la colina, rodeados por bailarines del musical, cantando y saltando. Hay que entregarse en esas escenas, pasarlo realmente bien y estar dispuesto a hacer el peor de los ridículos. Cabe la posibilidad de que te caigas de narices, pero lo harás con estilo".

En cuanto a "My Love, My Life", el emotivo número de Meryl Streep con Amanda Seyfried y Lily James, Anthony Van Laast reconoce que tampoco fue fácil por varias razones. Al ser la última secuencia musical de la película, debía estar perfectamente equilibrada. "Otra brillante idea de Ol, lo de pasar de Lily a Meryl basándose en una transformación, funciona de maravilla", dice el coreógrafo. "La primera vez que Meryl lo interpretó, lo hizo de forma que todos pudieran meterse en el número. Miré a los actores, y tenían los ojos húmedos. Meryl es genial, es como trabajar con un Rolls Royce".


La ropa en los setenta y en la actualidad: El vestuario

La galardonada diseñadora de vestuario Michele Clapton se documentó detalladamente para vestir al reparto. "Trabajar en la precuela fue la clave", dice. "La década de los setenta es muy diversa, y en este caso pasamos del estilo de Escándalo Americano a lo que se llevaba entonces en la playa. Lo más interesante es que el look de los setenta ha vuelto a estar de moda. Me gusta que la moda sea cíclica, pero siempre regresa aportando algo diferente. Aquí, incluso podíamos tener prendas casuales, llenas de colores, que desentonaran, pero siempre con clase. Por ejemplo, escogimos un look más estilo Biba para la joven Tanya, y algo más ecléctico, más improvisado, más hippy para la joven Rosie".

La diseñadora disfrutó vistiendo a Lily James, Jessica Keenan Wynn y Alexa Davies. "Lo mejor fue que las tres siempre estaban dispuestas a pasárselo bien. No tienen complejos y son atrevidas. Y como he dicho antes, la década de los setenta era muy libre y en realidad no es tan lejana. Estudiamos cada personaje e intentamos subrayar su recorrido mediante la ropa adecuada". La diseñadora hace una pausa y añade, riendo: "Cada vez que Judy [Craymer] aparecía, preguntaba: '¿No puede brillar un poco más?' Y creo que tenía toda la razón".

Pero las actrices no son las únicas que disfrutaron con los diseños de Michele Clapton. "Michele, nuestra extraordinaria diseñadora de vestuario, hizo un auténtico milagro", dice Ol Parker. "Consiguió que el vestuario fuera vistoso, espléndido, pero que siguiera siendo natural. Las chicas estaban encantadas".


El mundo de Donna en 1979 incluía algunas prendas sorprendentes, y Lily James estaba encantada con la idea de que la vistiera Michele Clapton. "Cuando me presenté a las primeras pruebas de vestuario y vi lo que Michele había escogido, supe inmediatamente que entendía quién era Donna", recuerda la actriz. "La ropa para el número 'When I Kissed the Teacher' era perfecta; se nota que es hecho a mano, que la hemos realizado con las cortinas de la residencia de Oxford. Evoca el típico decorado, papel y cortinas a rayas de los setenta, pero a la vez también es joven, inventiva, divertida. Capta el momento a la perfección".

"Ese número es ideal para lanzar la película", añade Michele Clapton. "Es un momento que se inspira en el clásico La Novicia Rebelde, cuando cortan las cortinas rayadas para sus trajes. A eso le añadimos unas estrellas y unas largas boas de plumas falsas como toque final".

Jessica Keenan Wynn, que interpreta a la joven Tanya, la que está más metida en la moda de las tres, pasó mucho tiempo con la diseñadora: "Michele sabe diseñar para el cuerpo femenino. Tanya es la que lleva un vestuario más acorde con la moda de la época y me lo pasé muy bien probándome todo para encontrar a mi personaje a través de la ropa que Michel escogía. Siempre me preguntaba cómo me sentía con cada prenda, la relación era recíproca. Me pareció fantástico sentir que tenía algo que aportar en la creación física de Tanya, aunque todo dependía de la genialidad de Michele".

El siguiente traje de las Dínamos es para el número de "Mamma Mia!" en la taberna griega. "Me gustaba la idea de que fueran capaces de inventarse un traje aprovechando cualquier oportunidad con toques de inpiración casera", comenta Michele Clapton. "Llevan vaqueros a los que han añadido volantes, y unos tops elásticos. Aquí usamos botas del estilo de principios de los setenta, sin las plataformas que llegaron después. Fue por seguridad, porque corren y saltan en las mesas. Además, cuando uno se disfraza, usa lo que tiene a mano. Encontramos tres pares de botas doradas que encajaban de maravilla con los trajes, a los que añadimos algo especial para que cada personaje tuviera un elemento propio".

Las Dínamos de los setenta lucen unas prendas increíbles creadas por la diseñadora que fueron muy apreciadas por las tres jóvenes actrices. "La ropa estilo años setenta que llevamos es una locura y muy diversa porque pasamos de relajarnos en la habitación de la residencia a bailar en una taberna griega", dice Alexa Davies, riendo. "Pero los vaqueros de campana que llevamos cuando cantamos 'Mamma Mia!' son geniales, cómicos y supercómodos para bailar. Son mis favoritos".

Michele Clapton no esconde que disfrutó vistiendo a uno de sus ídolos y habla de lo que creó para Cher: "Sabe cómo llevar la ropa, hace que una prenda cobre vida cuando se la pone. Tiene mucho cuidado con su vestuario, quiere saber el porqué de cada prenda. Fui a su casa de Los Ángeles antes de que empezáramos a rodar para hablar de las ideas que tenía. Por ejemplo, le propuse que el traje que lleva Ruby durante su llegada sorpresa fuese del color de la luna".

"Cher estaba totalmente de acuerdo, pero durante las pruebas se dio cuenta de que la chaqueta no funcionaba para la coreografía de la canción", sigue diciendo la diseñadora. "Entonces diseñamos un top alucinante para que pudiera llevarlo por debajo con mangas largas acabadas en puños color plata líquida. Captó la luz de maravilla cuando bajó por las escaleras del hotel Bella Donna".

Famosa por sus innovadores trajes, Cher habla del estilo de su personaje: "La verdad, Ruby lleva ropa un poco más discreta. Es abuela y tiene mucho estilo. Por ejemplo, si lleva una prenda con estampado de leopardo, ya no es marrón y negro, sino gris carbón y gris claro, con una blusa blanca. Destaca mucho más".

En cuanto a las actrices y actores que repetían, Michele Clapton dice: "Actualicé su estilo de acuerdo con los cambios en sus personajes. Por ejemplo, Tanya volvió a casarse y a divorciarse, cuida mucho su apariencia, tiene mayor poder adquisitivo y lleva ropa cara. Rosie tiene éxito, pero sigue llevando vestidos llenos de color. De todos ellos, la ropa de Bill es la que menos ha cambiado. Nunca ha ido a la moda, le da igual, y lleva más o menos lo mismo que antes".

Se habló mucho de lo que llevaría Meryl Streep en su única escena. "Desde el principio pensamos que debía ser el pantalón con peto porque es la ropa que se asocia a Donna", explica la diseñadora. "Todos tuvimos la misma idea cuando vimos el plató y conocimos el desarrollo de la escena. Pero intentamos añadir un toque especial con una bonita blusa estampada en azul. Fue muy emocionante cuando Meryl vino para la prueba de vestuario, todos sentimos que había vuelto el corazón de Mamma Mia!".

Sophie ha cambiado mucho desde la primera película y su ropa debía reflejar esos cambios. "Está sola, Sky vive en Nueva York, y ahora es dueña del hotel", explica Michele Clapton. "Ya no puede ser la hippy de antes. Se ha centrado y debe notarse en su ropa, por eso decidimos que llevaría vaqueros con tops elegantes".


Uno de los trajes de Sophie que más gustó a todos es el vestido que lleva en el bautizo de su bebé. "Encontramos una prenda con un precioso estampado de mariposas, pero sólo era un top y necesitábamos un vestido", recuerda la diseñadora. "Se nos ocurrió comprar tres y convertirlos en un solo vestido. La joven Donna siempre lleva una mariposa en el cuello y nos pareció precioso que Sophie llevara un estampado de mariposas en memoria de su madre. Otra prenda habitual de Sophie es un poncho multicolor, otra conexión con la joven Donna, que lleva un poncho naranja de punto al principio de la película".

El rodaje de la escena del bautizo fue muy emotivo para todos los presentes, tal como recuerda el productor Gary Goetzman: "Miraba el rodaje de la secuencia en la capilla con Meryl, Amanda y Lily, y me invadió la emoción. Me sentía bastante incómodo hasta que oí un ruido a mi derecha. Miré hacia los técnicos y ahí estaban todos llorando abiertamente, sin avergonzarse. Todo el equipo estaba realmente emocionado".


Desde el Reino Unido a Croacia: Los decorados de la película

Reino Unido
El rodaje empezó en Oxford con la joven Donna, la joven Tanya y la joven Rosie en el escenario de la Gran Sala del New College de la Universidad de Oxford para cantar "When I Kissed the Teacher".

A pesar de su nombre, el New College (Nueva Facultad) es uno de los más antiguos de la Universidad de Oxford y fue fundado en 1379 por William of Wykeham, obispo de Winchester, con el nombre de The College of St Mary of Winchester en Oxford, la segunda facultad dedicada a la Virgen María.

Sin embargo, el rodaje estaba basado en los Estudios Shepperton, donde se utilizaron varios platós. La taberna griega donde la joven Donna conoce a la tía Sofía (MARIA VACRATSIS) y canta "Andante, Andante" se construyó en el plató C, el mismo donde las jóvenes Dínamos cantan "Mamma Mia!" delante de un público entregado.

El plató D fue transformado en la residencia de las jóvenes Dínamos en la Universidad. Las paredes de la habitación se cubrieron con fotos de la productora Judy Craymer de adolescente. En ese mismo plató se edificó la capilla donde se bautizó a Sophie (1979) y al bebé de Sophie (época actual).

El decorado del vibrante café Bonaparte se alzó en el plató W para que la joven Donna y el joven Harry cantasen "Waterloo".

El plató H acogió el mayor decorado de la película, el hotel Bella Donna, donde Sophie se reúne con Sky, con sus tres posibles padres y conoce a su abuela Ruby. Por suerte, se recuperaron las preciosas puertas y contraventanas azules del decorado original de Mamma Mia! La película.

En este decorado se interpretaron los números musicales correspondientes a "I've Been Waiting for You", "Fernando", "Dancing Queen", "Angel Eyes" y la secuencia final.

El Hipódromo Sandown Park de Esther hizo las veces de zona de salidas del aeropuerto de Heathrow, por donde se va Donna camino de París. También se usó para construir la sala de juntas en Tokio donde Harry negocia un trato de suma importancia antes de darse cuenta de que la familia es lo más importante.

Los cuidadísimos jardines de Hampton Court Palace se convirtieron en el jardín de las Tullerías en París, donde pasean Donna y Harry de jóvenes.

Croacia
Después de dos semanas de rodaje en el Reino Unido, los actores y el equipo técnico se desplazaron a Croacia para rodar los exteriores situados en la isla de Kalokairi y el resto de Grecia. El departamento de localizaciones había descubierto Vis, una de las islas más remotas de Croacia. No sólo está bañada por aguas cristalinas, sino que la costa es de lo más pintoresco y la arquitectura muy interesante.

La isla aún no ha sido invadida por el turismo. Sirvió de base militar del ejército yugoslavo y se prohibió la entrada a extranjeros desde los años cincuenta hasta 1989. Empezó a abrirse al mundo a partir de la independencia de Croacia, dando a conocer sus tradiciones, historia, herencia cultural y belleza natural.

El rodaje en la isla duró cinco semanas en decorados muy diversos.

Una secuencia de MAMMA MIA! VAMOS OTRA VEZ se rodó en el puerto de Vis para captar el momento en que la joven Donna pierde el ferry y aparece el joven Bill para salvarla (1979). También se rodó allí la escena en que Bill y Harry, en la época actual, se enteran - bajo la mirada del policía griego (OMID DJALILI) - de que no llegarán a la isla al estar cancelado el ferry por el mal tiempo.

Se instaló un animado mercado en la plaza Karolina lleno de panes y numerosos productos enviados desde Grecia. La escena en que Alexio (GERARD MONACO) salva a Apollonia (ANNA ANTONIADES) de un matrimonio desgraciado se rodó delante de la conocida iglesia de San Jerónimo.

La bahía de Srebrna, con la bella playa de Plata, acoge a la joven Donna y al joven Sam paseando a la luz de la luna.

La taberna en Grecia, donde Bill y Harry encuentran la solución para llegar a Kalokairi, es en realidad el restaurante Jastozera en Komiža.

El decorado más impresionante fue la bahía de Barjaci, transformada en Kalokairi, con el famoso muelle incluido. Aquí se rodó la alegre secuencia de "Dancing Queen" con nada menos que trescientos bailarines, mientras Bill, Harry y Sky llegan por fin a la isla.

Todos los exteriores de Kalokairi se filmaron en la remota isla croata. Colin Firth, como todo el resto del equipo, se enamoró del lugar: "Vis es uno de los mejores lugares donde he trabajado hasta ahora. Es una preciosa isla en el Adriático. Todo, desde la hospitalidad, sus habitantes, la comida y el ambiente, es increíble. Ninguno de nosotros queríamos irnos. Si hubiéramos podido rodar toda la película allí y quedarnos un poco más, seguro que lo hacíamos gratis".


Destellos en la pantalla: El legado de Alan Macdonald

Desde La Reina hasta Con la Frente en Alto, pasando por El exótico Hotel Marigold y La reina Victoria y Abdul, todos están de acuerdo en que no había en el mundo otro diseñador de producción como Alan Macdonald, cuya última visión cobró vida con los decorados de MAMMA MIA! VAMOS OTRA VEZ. Con esta película, Alan Macdonald deja al mundo un legado de belleza y alegría para disfrute de los espectadores.

El diseñador de producción John Frankish, que trabajó en muchas ocasiones con Alan Macdonald, habla de sus colaboraciones: "Trabajar con Alan era un placer. Siempre aportaba una sensibilidad especial a las películas, pero también una tenacidad notable. En MAMMA MIA! VAMOS OTRA VEZ, su legado era tan fuerte que pudimos seguir casi paso a paso lo que había imaginado para la película".

Todos, actores y equipo, se entusiasmaban con la imaginación de Alan Macdonald y con su don para crear decorados de ensueño, decorados que permitían a los actores sentir que estaban en una lejana isla exótica... o que volvían en el tiempo a la época hippy. "El decorado era alucinante, mágico, espléndido", dice Christine Baranski, "hasta el punto de que a todos se nos llenaron los ojos de lágrimas cuando entramos. Creo que todos pensamos que queríamos vivir allí".

A pesar del golpe que supuso para todo el equipo la pérdida de un talento semejante y de una persona genuinamente bondadosa, encontraron un pequeño consuelo en el hecho de que su trabajo vivirá para siempre. "Era una persona única, extraordinaria, yo le adoraba", dice Judy Craymer. "Pasamos muchas horas muy felices hablando del diseño y de los detalles tomando un refresco. Tenía una visión muy concreta de la isla, de toda la película. Se había adueñado del espíritu de Mamma Mia!".

"Alan supo llevarnos a los orígenes de la historia en 1979 y hacernos viajar en el tiempo sin sobresaltos hasta esta preciosa isla", sigue diciendo la productora. "Tenía un gran sentido de la escala. Todo su equipo se aseguró de que permaneciéramos fieles a su diseño. Me parte el corazón que no esté aquí para ver en la pantalla el extraordinario trabajo que realizó".

Una vez acabado el rodaje, el guionista y director Ol Parker reflexiona acerca de MAMMA MIA! VAMOS OTRA VEZ y de lo que espera que el público se lleve de la película: "Espero sinceramente haber hecho una película que atraiga a los espectadores que se enamoraron de la primera, pero que también sea una historia nueva para un público nuevo. El reparto es maravilloso, las canciones son deslumbrantes e incluí todo lo que tenía a mi alcance, música, risas, felicidad y sol.

Los productores de la película original, JUDY CRAYMER. p.g.a. y GARY GOETZMAN, p.g.a., también se ocupan de MAMMA MIA! VAMOS OTRA VEZ. Judy Craymer es la creadora y productora del exitoso musical en los escenarios mundiales.

OL PARKER, guionista de El exótico Hotel Marigold, ha escrito y dirigido esta secuela basada en una historia de RICHARD CURTIS, el propio Ol Parker y CATHERINE JOHNSON. BENNY ANDERSSON y BJÖRN ULVAEUS son los autores de la música y las letras, además de productores ejecutivos.

RITA WILSON, TOM HANKS, CURTIS, PHYLLIDA LLOYD y NICKY KENTISH BARNES también se encargan de la producción ejecutiva.

El equipo técnico incluye a colaboradores procedentes del musical original y de la primera película, como el director musical MARTIN KOCH ("Billy Elliot the Musical: Live") y el coreógrafo ANTHONY VAN LAAST (La bella y la bestia).

Se unen por primera vez a la familia de Mamma Mia! el director de fotografía ROBERT YEOMAN (El gran hotel Budapest, Damas en Guerra); el diseñador de producción ALAN MacDONALD (La reina, El exótico Hotel Marigold); el director artístico JOHN FRANKISH (Gosford Park, Blancanieves y la leyenda del cazador); el montador PETER LAMBERT (La dama de oro, La saga Crepúsculo: Luna nueva); la diseñadora de vestuario MICHELE CLAPTON (las series "Juego de tronos" y "The Crown"), y la compositora ANNE DUDLEY (Los miserables, Full Monty).


El pasado se une al presente: Cómo empezó todo

En 1979, la valiente y animada joven Donna Sheridan (Lily James), y sus amigas Tanya (Jessica Keenan Wynn) y Rosie (Alexa Davies), conocidas como Donna y Las Dínamos, acaban sus estudios en la Universidad de Oxford. Donna se embarca en un viaje por Europa hasta acabar en la isla griega de Kalokairi, donde encontraría su destino.

De camino conoce a dos atractivos muchachos: Harry (Hugh Skinner), que está en París para hacerse con los "modales europeos", y Bill (Josh Dylan), que se ofrece para llevarla a la isla en su velero. Una vez allí aparece Sam (Jeremy Irvine), tan heroico como apuesto, y Donna no tarda en enamorarse perdidamente.

La felicidad de Donna es tan palpable como contagiosa. Decidida a establecerse en la isla, encuentra trabajo cantando en una taberna local y se instala en una casa en el campo. Sin embargo, cuando descubre que Sam va a casarse con otra, se le parte el corazón. Tanya y Rosie llegan para salvar a su amiga, pero parece ser que no necesita que la rescaten. Se despide de ellas con una gran sonrisa y llena de optimismo porque acaba de saber que está embarazada.

En la isla de Kalokairi en la actualidad: Sophie Sheridan (Amanda Seyfried), con el apoyo de su padrastro (Pierce Brosnan), que también es uno de sus posibles padres, se ha dedicado a hacer realidad el sueño de Donna (Meryl Streep): renovar la taberna hasta transformarla en el magnífico hotel Bella Donna en su honor.

Sus dos grandes amigas, Tanya (Christine Baranski) y Rosie (Julie Walters), llegan a la isla para la inauguración del hotel, pero su director, el Sr. Cienfuegos (Andy García), avisa de que se prepara una tormenta tremenda. Sophie se desespera porque todos sus planes se desvanecen por culpa de la lluvia y el viento y peor aún, ningún barco puede zarpar ni acercarse a la isla.

Rosie y Tanya intentan consolar a Rosie. El sol sale, la tormenta se aleja y aparece una maravillosa flotilla en el mar azul rumbo a la isla: son unos ciento cincuenta pescadores que vienen a celebrar la apertura del hotel en compañía de Bill (Stellan Skarsgård), Harry (Colin Firth) y Sky (Dominic Cooper), el novio de Rosie. La alegre reunión se ve interrumpida por la llegada inesperada de Ruby (Cher), la deslumbrante abuela de Rosie.


Ante el hotel Bella Donna, donde todo empezó, la unión de Sophie con su madre es más fuerte que nunca. Cuando la fiesta está en su apogeo, rodeada de música y de sus seres más queridos, Sophie les revela a todos que Sky y ella también tienen un secreto que desean compartir...


Alegría desbordante: El desarrollo de la película

Aunque cueste creerlo, han pasado diez años desde el enorme éxito de Mamma Mia! La película, producida por Judy Craymer y Gary Goetzman. La productora, que también creó el increíble musical "Mamma Mia!", habla de las bases de MAMMA MIA! VAMOS OTRA VEZ: "El musical y la primera película cuentan la historia de una familia y de una amistad, y dejan claro que uno debe creer en sí mismo. Ahora, con MAMMA MIA! VAMOS OTRA VEZ, seguimos adelante con el emotivo viaje, al tiempo que descubrimos cómo las relaciones que se formaron en el pasado afectaron a Donna y a las Dínamos, a Sophie y a sus tres posibles padres".

"La historia de Mamma Mia! me parece más relevante que nunca; el público siente un profundo cariño por la historia, el musical, la música de ABBA y la primera película", sigue diciendo. "Las canciones y la historia nos llevan por un emotivo recorrido musical tan mágico como irresistible".

Ambos productores, Judy Craymer y Gary Goetzman tenían muy claro desde un principio que no debían apresurarse en lanzar la secuela. "La evolución de Mamma Mia! siempre ha sido algo orgánico", dice la productora. "Desde el principio nos atrajo la idea de una segunda entrega. Despojándonos de todo cinismo, decidimos regresar a los orígenes del musical porque nos pareció que había unos cimientos muy sólidos. Hablábamos a menudo de cómo el grupo Donna and Las Dínamos se había formado en la universidad y de cómo Donna había encontrado su destino en la isla. Así es como llegamos a la conclusión de que debíamos unir la precuela y la secuela".

La productora, una admiradora del trabajo del guionista y director Richard Curtis, le habló de la posibilidad de ensanchar la historia de Mamma Mia! "La historia es de Richard y él me sugirió que hablara con Ol Parker para que escribiera el guión", dice Judy Craymer. "Después de conversar con Ol, supe que entendía perfectamente hacia dónde queríamos ir con una historia llena de alegrías y emociones, donde los personajes se enfrentan a temas muy reales, como el matrimonio, la muerte y el nacimiento".

Siempre estuvo claro que era posible desarrollar la historia y llegar más lejos. Gary Goetzman y Judy Craymer estaban convencidos que podía contarse mucho más: "Cualquiera que haya visto Mamma Mia!, la película o el musical, se habrá dado cuenta de que contiene historias que pueden evolucionar. Se trataba de sacarlas a la luz. Pensamos que sería una buena idea mostrar a estos personajes tan queridos cuando eran jóvenes, cuando empieza la historia realmente. A la vez, podíamos seguir con los personajes originales y ver lo que les había pasado durante estos años".

Ol Parker tuvo en cuenta la arquitectura de la película original. "Desde el primer momento supe que debía estar a la altura, y me sentí entusiasmado y aterrado a la vez", recuerda. "Entusiasmado porque significaba que íbamos a pasarlo muy bien, y aterrado porque el listón estaba muy alto".

Recordando lo mucho que le gustó el guión de Ol Parker cuando lo leyó, Judy Craymer dice: "Fue un momento muy especial cuando Ol me entregó la primera versión del guión. Nada más leerlo, supe que íbamos en la dirección adecuada. Había momentos desgarradores, pero también se sustentaba en el empoderamiento de la mujer".

Luego llegó la difícil tarea de buscar al director o directora ideal, los dos productores se lo pensaron mucho, y Judy Craymer dice: "Habíamos hablado con varios realizadores y realizadoras, pero nuestro instinto nos decía que Ol debía dirigirla a pesar de no haberse enfrentado previamente a un musical", recuerda la productora. "Nos alegramos mucho cuando aceptó".

Ol Parker no iba a perder la oportunidad de dirigir un proyecto producido por Judy Craymer y Gary Goetzman: "Hace veinte años que Gary y yo nos conocemos. No hace mucho produjo una película en la que trabajó mi mujer, y hace tiempo que somos amigos. Judy y yo ya éramos amigos a los treinta segundos de conocernos, es el hada madrina de Mamma Mia! Es muy comprensiva y siempre me ha apoyado en todo momento".


"Ol es el realizador más entregado que conozco", dice Gary Goetzman. "Su enfoque es muy tranquilo, muy creativo y, sin embargo, comunica pasión y energía cuando tiene un proyecto entre manos".

El conocido guionista Richard Curtis trabajó con Ol Parker durante la escritura del guión basado en el primero que Catherine Johnson escribió para Mamma Mia! La película. La historia de amor de Richard Curtis, que también es uno de los productores ejecutivos de MAMMA MIA! VAMOS OTRA VEZ, con este mundo empezó hace años: "Vi Mamma Mia! La película un día lluvioso en un cine de Cromer, en Norfolk, donde no cabía un alfiler. Al salir de la proyección, todos teníamos la sensación de haber estado de vacaciones. Y esta película es lo mismo, una inyección de alegría y optimismo, con un trasfondo de vehemencia feminista, pasión y fuerza".

Y sigue hablando de lo que le inspiró para idear la historia: "Fue mi hija de 22 años; es bastante brillante, por cierto. Le pregunté si se le ocurría una idea para Mamma Mia! 2 y me contestó que era obvio: debía girar en torno a un flashback que explicase cómo Donna conoció a los tres posibles padres de Sophie en el año 79 y volver al presente para mostrar todo el ciclo".

Richard Curtis entiende perfectamente por qué el público se siente atraído por Mamma Mia!: "Soy un gran seguidor del pop y, por lo tanto, un fan total de ABBA. Es una de las grandes bandas de la historia, con una música perfecta y unas letras que tocan la cuerda sensible. ¿Hay algo mejor que 'Knowing Me, Knowing You'?"

Richard Curtis y Ol Parker, que han colaborado en numerosas ocasiones, empezaron a planificar la historia de la precuela/secuela. "Decidimos pasar un tiempo juntos, lo que estuvo muy bien. Cada mañana nos sentábamos en su caravana y contemplábamos el cuadro de todas las canciones de ABBA que más nos gustaban", cuenta Ol Parker. "Luego intentábamos crear un recorrido lógico entre ellas. También nos hacíamos reír mutuamente, porque ese era el objetivo principal".

Es difícil adivinar cuál de los dos es mayor fan de ABBA. "Richard tiene un conocimiento enciclopédico de ABBA, incluso mayor que el mío", reconoce Ol Parker, riendo. "Los dos conocemos su música a la perfección, lo que nos permitió usar un tema para presentar una escena; en otros casos, añadir una canción dentro de la escena, pero siempre debía parecer natural".

Ol Parker, como cualquier guionista que se precie, es capaz de imaginar qué funciona o no funciona en una película, y el concepto de la mezcla precuela/secuela le pareció perfecto. "Partiendo de los tres posibles padres, de cómo la joven Donna se convierte en Donna y llega a la isla, incluso de cómo aparecen los famosos pantalones de peto, todo era perfecto. No es un tema que habría escogido para una primera película, pero en este caso encajaba a la perfección con la historia de su hija. Descubren que están embarazadas y las dos bautizan a sus hijas a la vez. Hay un montón de momentos simétricos que provocan un eco emocional en la historia de Sophie".

Gary Goetzman reconoce le impresionó la cantidad de "tesoros escondidos" que contenía el guión. "Al escribir MAMMA MIA! VAMOS OTRA VEZ, Ol y Richard encontraron un montón de conexiones, detalles, guiños con la primera entrega. Las canciones dicen muchas cosas y han sabido colocarlas en el momento oportuno en cada escena. Siempre tuvimos en cuenta la primera película durante todo el proceso".


Los padrinos de Mamma Mia! La colaboración de Benny Andersson y Björn Ulvaeus

Judy Craymer no esconde su satisfacción con la nueva entrega de la historia de Mamma Mia!: "MAMMA MIA! VAMOS OTRA VEZ ha sido una experiencia llena de alegría para todos. Una vez más, un reparto estelar, un guión impecable y la música de ABBA llevarán al espectador por un viaje emocional y alegre". Y no duda en añadir que una experiencia semejante habría sido imposible sin dos colaboradores brillantes: "Benny y Björn son genios, e hicieron un gran regalo al mundo con la música de ABBA".

Hace mucho que Gary Goetzman conoce a Benny Andersson y a Björn Ulvaeus, y hace aún más que es fan de su música. Cuando se empezó a hablar de una nueva entrega, el productor no estaba preocupado por la falta de material musical: "ABBA tiene una inmensa lista de temas e incluso las canciones que no conocemos son increíbles. Muchas composiciones suyas encabezaron las listas internacionales y quedan muchísimas canciones que no se usaron en la primera entrega. En este caso, la combinación me parece muy buena; hay canciones muy conocidas y otras que lo son menos. Benny y Björn se preocuparon de ofrecernos un maravilloso cuadro musical y lo hemos aprovechado".

Benny Andersson y Björn Ulvaeus son productores ejecutivos de la película, además de ocuparse de la música y de las letras. Björn Ulvaeus también tiene un cameo como profesor de la universidad en el primer número durante la ceremonia de graduación de Donna y las Dínamos en Oxford. El productor ejecutivo comenta que siempre ha sentido algo especial por ese tema. "Cuando compusimos 'When I Kissed the Teacher' en 1975 creía que una canción no podía tener un recorrido de más de dos años y me siento extraño al reencontrarla. Es una canción joven, llena de energía y perfecta para dar el pistoletazo de salida a la película".

Las canciones cobran una nueva vida al ser interpretadas por las jóvenes Dínamos. "Cuando oía a estas jóvenes cantar los temas, me sentía humilde y disfrutaba cada momento", dice Björn Ulvaeus. "Pero lo que más me sorprende es que esta canción, compuesta hace tanto tiempo, encaje tan bien en la película".

El musical y la película Mamma Mia! han dado una relevancia a la música de ABBA que nadie podía imaginar. "Después de la primera película, nunca pensé que habría otra porque fue dificilísimo tejer las canciones en la historia y dudaba de que tuviéramos el material adecuado", añade. "Pero cuando Judy me llamó para decirme que estaban dándole vueltas a una idea con Richard Curtis y Ol Parker, creí que era interesante y quise intentarlo. Soy admirador del cine de ambos. La forma en que Richard usa la música en Love Actually y en Cuatro bodas y un funeral es maravillosa. Ambos entienden la música y lo que puede dar a una película".


Benny Andersson y Björn Ulvaeus conocieron a Judy Craymer en los ochenta, antes de que les propusiera crear un musical a partir de los temas que habían compuesto. "No estábamos nada convencidos, pero nos presentó el guión de Catherine Johnson", recuerda Benny Andersson. "Nos gustó que la narración se basara en las canciones y que la música fuese lo que empujaba la historia. Éramos y seguimos siendo muy protectores con nuestra música. Formamos una empresa con ella, lo que nos daba la posibilidad de dejarlo cuando quisiéramos. ¡Por suerte, no lo hicimos!".

Cuando se presentó la oportunidad de la segunda entrega, el músico volvió a dudar, pero dejó la puerta abierta. "La primera película tuvo un enorme éxito porque era muy buena, y no estábamos seguros de que otra funcionara", explica. "Es maravilloso haber podido contar con los mismos actores, nos tranquilizó. Lo mejor fue volver al estudio de grabación con los compañeros de antes para regrabar los temas que no están en la primera película y que, excepto los fans más acérrimos de ABBA, probablemente no se conozcan".

Sobre las canciones escogidas para esta película, añade: "Todas son muy diferentes y buenas. 'When I Kissed the Teacher' es divertida y optimista. 'My Love, My Life', del año 1973, es una canción preciosa y aparece al final de la película".

En cuanto a trabajar con el reparto de primeras figuras de MAMMA MIA! VAMOS OTRA VEZ, recuerda riendo que hace falta un tiempo para conocerse: "Ahora nos hemos acostumbrado. Hace diez años no estábamos nada cómodos cuando Meryl Streep, Pierce Brosnan y Colin Firth llegaron al estudio de grabación. Estaban tan tensos como nosotros, pero enseguida se dieron cuenta de que no éramos peligrosos y de que todos queríamos lo mismo, que saliera bien. Una vez que eso queda claro, todo va sobre ruedas. Confían en mí y yo en ellos, sólo queda trabajar".

La colaboración fue la base de la producción. Gary Goetzman añade: "No hay nada más pegadizo que una canción de ABBA. Basta con oírla una vez para no poder sacártela de la cabeza. No se va, pero no cansa. La música de ABBA es atemporal. Atrae a jóvenes y mayores, da igual dónde, en la pista de baile, el coche o la ducha. ABBA manda".


La búsqueda de la joven Donna: Lily James se une a la familia

Tratándose de encontrar a la actriz capaz de interpretar a Donna de joven, todos sabían que no lo tendrían fácil. Lily James, conocida por sus asombrosas actuaciones en Baby Driver y Cenicienta, así como en la serie "Downton Abbey", ha llevado el personaje a otro nivel. "Lily encarna el espíritu de Donna, tiene la perfecta dosis de descaro", dice Judy Craymer. "Se lo pensó mucho antes de aceptar el papel porque encarnar a una joven versión de Meryl Streep es un inmenso reto para cualquier actriz, pero se metió totalmente en el papel. Era su oportunidad para trabajar en un musical y tiene una voz preciosa, muy pura".

Aunque los productores y el director querían que la joven Donna recordara al público a la Donna que todos conocemos y queremos, tampoco creyeron crucial que el parecido fuera extremo. Gary Goetzman lo explica: "Lily va más allá de eso, no importa realmente que se parezca mucho o poco a Meryl. Aporta otra cosa al personaje, una gran fuerza y una maravillosa interpretación. Su actuación es magistral, es una fabulosa actriz con una voz maravillosa".

Björn Ulvaeus trabajó con Lily James durante la preproducción y se quedó atónito. "Lily vino a Estocolmo para grabar las canciones de la película. Habíamos visto videos suyos, la habíamos oído cantar, pero ignorábamos que tuviera tanto talento, fue una sorpresa increíble", recuerda. "Como letrista, colmó mis expectativas porque sabe contar una historia cantando, y eso no es un don que abunda. Era un placer oírla cantando nuestros temas".

Benny Andersson también se quedó impresionado al oír a Lily James y a Amanda Seyfried en el estudio de grabación. "Lily canta realmente bien, es una mujer encantadora, maravillosa y ha demostrado ser perfectamente capaz de hacer frente a la enorme tarea que requería esta película. Amanda también tiene una voz preciosa. Es fabuloso oír cómo canta 'I've Been Waiting for You'".

Para Lily James fue muy importante saber que tenía el apoyo de los dos creadores de ABBA, pero lo era aún más obtener la aprobación de la misma Donna. Meryl Streep reconoce que la interpretación que hizo la joven actriz de su personaje la conmovió profundamente. "Había visto a Lily en la serie 'Downton Abbey', donde encarna a una rubia recatada con un toque pícaro y pensé: 'Es perfecta'. Pero fue todo un descubrimiento verla en la película. No tenía ni idea de que cantara así ni de que fuese una gran intérprete y bailarina. Tiene el mismo espíritu que la joven Donna, ha sabido hacerse con ella".

Meryl Streep también apreció el hecho de que la joven actriz viera al menos diez veces Mamma Mia! La película para preparar el rodaje. Y desde luego supo repetir a la perfección los famosos movimientos con el pantalón de peto. "Lily tiene energía en la voz, una energía que hace bailar", comenta la actriz. "Hay personas que cantan sin más, pero hay otras que cantan desde la punta de los pies y sacuden la sala. Lily pertenece a estas últimas, es asombrosa, está genial".

Para Lily James era una oportunidad única y apasionante. "Fue todo un reto porque Donna es un personaje querido por todos y no hay ni hubo ninguna actriz del calibre de Meryl Streep. Me gustaba mucho la idea. La vida, la fuerza, el espíritu de esa mujer son irresistibles. He disfrutado enormemente con la oportunidad de poder mostrar quién era Donna hasta que Meryl Streep se hace con ella, antes de que Sam le parta el corazón y antes de quedarse sola en la isla con una niña recién nacida".

Lily James vio el musical "Mamma Mia!" en el West End siendo aún una niña. "Me encantaba el musical sobre todo por la música, es alucinante. Cuanto más se escucha, más engancha. Todas las canciones son conocidas, pero también están los personajes de los que te enamoras, son imperfectos, diferentes, llenos de vida. Es una historia nada convencional, divertida y que no hace concesiones".

La joven actriz dice: "Vemos a Donna de joven cuando sale de la Universidad de Oxford y seguimos a una chica alocada decidida a descubrir el mundo y que no respeta las reglas. Quiere ser libre y encontrarse a sí misma. Conoce a tres hombres y realiza el recorrido que la convertirá en la Donna que conocemos y queremos".


El primer número musical es "When I Kissed the Teacher", y con él descubrimos a las jóvenes Dínamos. "La película arranca con Donna, la primera mujer en encabezar su promoción en Oxford", explica Lily James. "Empieza dando un discurso y, de pronto, se pone a cantar, causando el caos más total. Las tres componentes de Las Dínamos son auténticas rebeldes, como se ve en ese número, cuando se quitan las togas y bailan entre los profesores. Las Dínamos son la banda original del 'poder a las mujeres' y el espectador entra de lleno en el corazón de la banda".

Lily James explica cómo se han integrado las canciones de ABBA en la narración: "Las canciones tocan sentimientos diferentes. Han usado temas conocidos, les han dado la vuelta y han creado algo totalmente nuevo. Cantar 'Mamma Mia!' fue alucinante. Fingí ser una estrella del pop. La música y las canciones son maravillosas; tengo mucha suerte de haberlas podido cantar con la alegría, la pasión y el caos que se merecen".

Ol Parker no tiene palabras para describir las cualidades de la actriz protagonista, especialmente tratándose de la primera secuencia musical. "Lily James es una auténtica estrella del rock y supo encarnar maravillosamente a la joven Donna, es puro dinamismo en la pantalla. 'When I Kissed the Teacher' es el tema perfecto para que arranque la película y el recorrido de las tres integrantes de la banda. Es movido, enérgico y brillante".

Naturalmente, MAMMA MIA! VAMOS OTRA VEZ debía estar a la altura del enorme éxito que obtuvo la película anterior y Lily James siente un profundo respeto por todo lo que consiguió una magia semejante. "Esta entrega aporta la misma sensación y tiene el mismo tono que Mamma Mia! La película. Hay temas clásicos de ABBA y algunos menos conocidos. Transcurre en la isla de Kalokairi y están todos los personajes de los que nos enamoramos en la primera película. Y ahora también se les conoce cuando eran jóvenes. Son divertidos, sinceros".

También habla del guión de Ol Parker y de su trabajo como realizador: "Ol es un director tranquilo y generoso, perfecto para esta película porque MAMMA MIA! VAMOS OTRA VEZ debe ser alegre y estar llena de vida. Deja espacio suficiente a cada uno para que nadie se estrese y se sienta responsable de su personaje. Así es como consigue que los temas y las escenas se interpreten naturalmente, sin presión. Sé que me dio todas las herramientas necesarias para que me asegurara de que la joven Donna fuese como la verdadera Donna".

Y para resumir su experiencia en la película, dice: "Hacer esta película ha sido lo más parecido a unas mágicas vacaciones de verano cuando se es una adolescente enamorada totalmente feliz. Crees que el mundo nunca podrá ser mejor, y sé que los otros actores comparten esta opinión. No queríamos dejar la isla porque tiene algo mágico. Pasará lo mismo viendo la película; está llena de sol y es asombrosa. No se puede impedir, la alegría engancha".


Mamma Mia! Un reencuentro

Era imposible concebir una secuela sin que participara el reparto original. Tanto Judy Craymer como Gary Goetzman lo tenían muy claro: si no estaban todos, no valía la pena intentarlo. A pesar de tener la esperanza de que todos los actores y actrices repitieran, el productor sabía que no había nada seguro. "Hacer una película de éxito no significa que todo el mundo quiera volver a ponerse los leotardos", dice. "Por suerte, en nuestro caso, todos estaban más que dispuestos".

"Normalmente, se rueda una película, se convierte en un éxito y todo el mundo sigue con su vida", explica. "Pero nunca me había encontrado con una historia que se quedara tanto en el corazón de los actores".


Sophie y Sky

Al regresar a la isla descubrimos que Sophie y Sky ya no son los mismos que hace diez años. Hablando del personaje de Sophie, Richard Curtis comenta: "En la primera entrega, Sophie es una niña que intenta apartarse de la sombra de su madre. Ahora es una mujer que intenta hacer lo correcto y tomar decisiones valientes como las que tomaba su madre".

Amanda Seyfried habla de lo que siente por el personaje de Sophie: "Tener la oportunidad de volver a encarnar a Sophie significa algo muy especial. En la primera entrega yo tenía 21 años, fue una de las primeras películas importantes en las que trabajé. Reconozco que me interpreté a mí misma desde los créditos del principio hasta los del final. Pero han pasado diez años, aunque en la historia sólo son unos cinco, y creo que las cosas han cambiado mucho más para mí personalmente que para Sophie. Pero eso sí, el júbilo sigue vivo, incluso más que antes".

"Leí el guión y me quedé atónita", sigue diciendo la actriz. "Ol supo darle profundidad mediante una nueva dinámica y un recorrido de los personajes muy realista. Cuando la música para, no queda más remedio que enfrentarse a cosas devastadoras, pero así es la vida, y esta película contiene muchos mensajes. No se me ocurre una idea mejor para seguir la historia de Mamma Mia! La película".

Por suerte para el público, en la película hay unos cuantos números de Amanda Seyfried con canciones de ABBA. A la pregunta de por qué quiere que el mundo vea MAMMA MIA! VAMOS OTRA VEZ, nos contesta inmediatamente: "Porque volvimos a esa maravillosa isla, por tener a ABBA otra vez en mi vida. Además, he podido apreciar aún más su música a través de canciones que desconocía y que ahora me encantan. Casi no me creo lo que voy a decir, pero esta película es más grande, más espectacular que la primera. No me lo esperaba y me alegro muchísimo".

Su madre en la ficción habla de lo que consigue Amanda Seyfried en esta entrega: "Amanda aporta algo muy especial en este nuevo capítulo", dice Meryl Streep. "Es el latido de la película. Su emoción lleva la historia hacia delante. Me conmovió verla. Creo que es mágica. Además, ahora ha tenido más oportunidades de demostrar que tiene una gran voz".

Dominic Cooper vuelve a encarnar a Sky, el novio de Sophie, y los dos cantan "One of Us" juntos, una secuencia que gustó mucho al actor: "La canción habla de dos personas que no están bien juntas, que lo pasan mal. Sky y Sophie se están planteando separarse, no parece que la pareja vaya a funcionar, pero el dúo es genial. Nunca había oído la canción interpretada así, es totalmente diferente".


El actor estaba encantado de volver a dar vida a Sky, a pesar de que hubieran pasado diez años desde el estreno de Mamma Mia! La película. "No pienso en ellos cada día, pero hay un trocito de todos los personajes que he interpretado dentro de mí", explica. "Tenía muy claro el papel de Sky en la película y sentía que estaba en su piel. Era como ponerse unos viejos zapatos muy cómodos. Además, fue genial volver a este ambiente, reencontrarme con todo el mundo y trabajar en el plató que se reconstruyó íntegramente para la ocasión".

En cuanto a lo que esta entrega da los fans de Mamma Mia! La película, añade: "Solo diré que pasan muchas más cosas en cuanto a lo emocional. El recorrido de los personajes es fantástico y muy divertido. No sólo la música, sino también los diálogos cautivan a cualquiera. Ha sido maravilloso ver cómo todo esto cobraba vida".

Dominic Cooper aprovecha para hablar de Sophie y Sky: "Cada uno ha seguido su camino profesional. Sophie intenta renovar la casa de su madre, y Sky se fue a Nueva York para estudiar Administración Hotelera. Al principio de la película hay una conversación telefónica en la que se deduce que no irá a la inauguración del maravilloso hotel que por fin Sophie consigue abrir. Discutimos y parece que es el fin de nuestra relación".

El actor es consciente de lo que significa la música de ABBA. "No podemos negar que estas películas se deben a sus canciones", dice. "Es de lo mejor de la música pop. Fueron los temas de mayor éxito entonces y se siguen escuchando hoy en día. Judy Craymer es un genio por haberse dado cuenta y haber creado la saga. Basta con oír esas canciones para sentirse vivo, lleno de alegría. Pero esta película es muy diferente de la primera, en ningún momento intenta imitar a la original. La música es maravillosa, nos afecta a todos y nos involucra en un viaje emocional".

Resumiendo la esencia de la película, acaba diciendo: "Es una historia acerca de la vida misma; acerca de las generaciones, el éxito y el fracaso, el romance, la amistad, y la importancia que tiene el trabajo en nuestras vidas. Veremos a algunos equivocarse y cómo siguen adelante a pesar de las dificultades. Todo lo anterior mezclado con un maravilloso lirismo que sustenta la historia impregnándola de alegría".


Donna y las Dínamos

Cuando recuerda cómo fue volver a llevar los cómodos pantalones de peto, Meryl Streep se ríe con ganas: "Entré en el plató y ahí estaban Colin, Stellan, Pierce, Christine, Julie y Amanda, sonrientes, felices. Fue como volver a casa. Tragamos saliva y nos preguntamos en qué nos habíamos metido, pero empezó a sonar la música, nos pusimos los leotardos y todo encajó".

Meryl Streep cree que la bondad de la música de ABBA hace posible que sea así. "Hay un elemento profundamente tierno en las composiciones de Benny y de Björn, una dulzura real y muy emotiva", dice. "La sensibilidad de la música se mezcla a la perfección con la de las letras".

Sobre lo que esta película puede ofrecer a los espectadores, dice: "Espero sinceramente que sientan lo mismo que yo cuando la vi, puro júbilo. Quiero que salgan de la sala tan felices como salí yo. Dar felicidad es algo poco común en este mundo, pero todo el equipo se reunió para lograrlo. Si hacemos feliz a la gente, no puedo pedir nada más".

Tanya y Rosie, las mejores amigas de Donna, se unen a Sophie en la isla para la inauguración del hotel Bella Donna. Las tres actrices estaban encantadas de verse de nuevo. Amanda Seyfried explica el tema musical que acompaña el esperado reencuentro: "Sophie lo está pasando mal porque Sky no vuelve a llamarla después de que hayan discutido; Tanya y Rosie me hablan de relaciones pasadas en sus vidas y las tres cantamos "Angel Eyes". Estamos conectadas, funciona muy bien. También cantamos "I've Been Waiting for You", un tema conmovedor en torno al dolor y el amor, muy al estilo de las Dínamos".

Julie Walters habla de su personaje y de dónde se encuentra en este momento de la historia: "Rosie es una famosa cocinera de televisión, también escribe libros de cocina. No tiene pareja y su vida amorosa nunca ha sido brillante, pero es una mujer cálida, realista, un poco torpe, que siempre mete la pata si se presenta la ocasión. Sus mejores amigas son Donna y Tanya. Formamos un trío y somos las Dínamos".

"Sophie, la hija de Donna, ha regresado a la isla griega para reconstruir el hotel en honor a su madre", sigue diciendo. "Vamos a la inauguración y Sophie anuncia que está embarazada. Al igual que en Mamma Mia! La película, nada sale como estaba previsto. Bill, al que da vida Stellan, me gusta mucho en la primera entrega, aunque todo se tuerce un poquito. Esta vez volvemos a estar juntos. Hay un toque estilo comedia shakespeariana, todos acaban con una pareja al final".


La actriz reconoce que siempre es una ayuda volver a un personaje conocido. "Me gusta mucho reencarnar a un personaje porque sé a quién interpreto y cómo interactuar con los otros actores. Todos hemos trabajado juntos, hemos cantado juntos. La verdad, pensé que no me acordaría de cómo cantar "Dancing Queen", pero en el momento que oí las primeras notas en el piano, me volvió a la mente. Fue un rodaje extraordinario".

Hablando de lo que el público puede esperar, Julie Walters añade: "MAMMA MIA! VAMOS OTRA VEZ es especial, gira en torno al amor y a la vida. Es una película inspiradora y conmovedora. Los espectadores tendrán ganas de levantarse y bailar en los pasillos, como ocurrió con la primera, pero creo que esta vez se sentirán aún más cerca de los personajes. Es una película profunda, aunque sigue siendo muy entretenida".

Por cierto, la actriz tuvo que ausentarse en pleno rodaje porque fue nombrada "Dama Walters" por la Reina de Inglaterra.

El tercer miembro de las Dínamos es Tanya, encarnada por Christine Baranski, a quien le interesa que esta entrega llegue a una nueva generación. "Vendrá un público totalmente nuevo, que aún desconoce el cuento de hadas, la magia y la mitología de Mamma Mia!", dice. "Esta película se basta a sí misma, no hace falta haber visto la anterior, pero sí hará que muchos vuelvan a verla. Además, también es una precuela, por lo que hay intérpretes jóvenes y atractivos en nuestros papeles. El equilibrio entre lo que ya conocemos y lo nuevo está muy bien conseguido".

Cambiando de tema, añade: "Judy Craymer es el alma de Mamma Mia!, es una mujer genial. Nunca alza la voz. Es capaz de reunir a un montón de personas extraordinarias, pero no se inmuta por nada. Judy casi vendió todo lo que tenía para sacar adelante el musical original, estaba convencida de que funcionaría y nunca se rindió. Y no se equivocó, fue un tremendo éxito internacional, como la primera película. Es la verdadera 'mamma' de Mamma Mia! La adoro".

Y al hablar del guión, reconoce que fue una sorpresa de lo más agradable. "Hicieron algo muy inteligente. Por una parte, es una precuela donde se ve a Donna y a sus dos amigas cuando eran jóvenes, y varias historias de amor. Por lo tanto, hay tres mujeres preciosas y tres chicos guapísimos con motos y veleros en decorados maravillosos. Pero luego volvemos a Sophie y al legado que nos dejó la película anterior. Estoy convencida de que los fans apreciarán y se conmoverán con semejante reunión".

Cuando Tanya regresa con Rosie a la isla de Kalokairi para la apertura del hotel Bella Donna, no tardamos en descubrir que sigue siendo igual que antes. "Ha vuelto a casarse y a divorciarse, está soltera de momento y ya lleva tres divorcios en vez de dos", explica la actriz, riendo. "Sigue a la caza del hombre perfecto, viste con la misma ropa provocativa y lleva los mismos tacones de aguja, por lo que anda con cierta dificultad por las empedradas calles del pueblo. Es la misma mujer, pero incluso Tanya tendrá derecho a su 'y fueron felices'".

"MAMMA MIA! VAMOS OTRA VEZ es lo más parecido a subir a bordo de un barco maravilloso y zarpar dejando atrás la oscuridad del mundo en que vivimos", concluye Christine Baranski. "Viajamos con todos los personajes, madres, hijas, padres, jóvenes amantes, mientras oímos fantásticas canciones que nos hacen sentir de maravilla. Es una visión feliz, sexy, sensual, positiva y totalmente optimista de la vida. Reúne todo lo que se necesita sentir por el mundo ahora mismo".


Los tres padres

Pierce Brosnan vuelve a encarnar a Sam Carmichael, el padrastro de Sophie y uno de sus tres posibles padres biológicos, y también está de acuerdo en que unir la precuela con la secuela es una genialidad. "Dieron en el clavo juntando la precuela y la secuela", dice. "Disponían de bastante material de ABBA y de una historia maravillosa. La alegría y la energía positiva recorren la película. Los seguidores de ABBA conocen todos estos temas, pero mucha gente se encontrará con sorpresas".

La primera entrega sigue ocupando un lugar especial en el corazón y en la carrera del afamado actor: "Este tipo de proyecto no aparece a menudo. La primera película fue divertida, brillante, nadie esperaba que ofreciera tanto", recuerda. "La música de Mamma Mia! La película es efervescente, ABBA supo crear una tapicería de amor que conecta con la vida entonces y ahora".

En MAMMA MIA! VAMOS OTRA VEZ, Sam y Sophie viven en la isla de Kalokairi. "Sam se ha convertido en el padre de Sophie, tal como ya se ve en la primera entrega", explica Pierce Brosnan. "Me acepta como tal sabiendo que tiene otros dos padres en su vida que también la adoran. Sam y Sophie se han dedicado a renovar el hotel y a devolverle su antigua gloria. Hay mucho cariño y amor entre los dos".

El actor sólo tiene elogios para el realizador: "Ol es un pozo sin fondo de comprensión y humanismo, pero además tiene un sexto sentido en cuanto a qué hacer con el material del que dispone y una tremenda intuición cómica. Es sabio y deja a todos trabajar en paz. Contó con un reparto magnífico, un gran director de fotografía y un equipo técnico - personalmente ya había trabajado antes con muchos de ellos – formado por auténticos expertos. Con un buen equipo, el guión adecuado y manteniendo el control de la historia, basta con dejar que todo siga su curso. Fue un auténtico placer trabajar con él".

Pierce Brosnan da un pequeño avance de lo que podemos esperar: "Meryl vuelve en todo su esplendor. Es un momento muy conmovedor para todos, pero especialmente para las madres e hijas. Canta un tema muy poético con una melodía preciosa. Es irresistible".


El director Ol Parker reconoce que se sorprendió ante la ternura que comunican los diálogos que escribió para Pierce Brosnan y Amanda Seyfried. "Casi me atrevería a decir que mis momentos preferidos en toda la película son las escenas entre Pierce y Amanda", dice el guionista y realizador. "También se llevan muy bien en la vida real. Pierce es un hombre y un padre maravilloso, y Amanda es un cielo. Están muy unidos, se lo pasan muy bien juntos, y hay un gran ternura entre los dos".

Posiblemente lo que más llegue al público sea la yuxtaposición de la alegría más pura con el dolor causado por una pérdida. "El dolor une a los dos personajes", sigue diciendo. "Son tremendamente conmovedores en la pantalla. Fue maravilloso rodar estas escenas".

Pierce Brosnan estaba encantado con el resto de actores que regresaban para esta nueva entrega. "En cuanto me dijeron que estaba Meryl, me apunté. Y luego siguieron todos los demás, Colin, Stellan, Dominic, Amanda, Christine y Julie. Además, teníamos a Andy, lo que me pareció una idea genial, y obiamente Cher. Reconozco que estar en el plató y ver a Cher charlando tranquilamente con Amanda me resultó bastante surrealista. Siempre he adorado a Cher, su versatilidad, su forma de enfrentarse a la vida y su enorme talento".

Otro de los posibles padres de Sophie es Bill, al que encarna Stellan Skarsgård, que recuerda su reacción cuando le hablaron de una posible secuela: "Nos lo pasamos muy bien en la primera, rodar es una actividad social para mí. Me moría de ganas de empezar".

Está de acuerdo con Pierce Brosnan en que es un placer trabajar con Ol Parker: "Es genial trabajar con Ol; todo el estrés desaparece, dan ganas de ir al plató. Estoy seguro de que esta película tendrá el mismo encanto y generosidad que la primera para que los espectadores sientan que se les invita a participar".

Hablando de su personaje, dice: "Bill escribe guías de viaje. Es un hombre alegre, nunca se ha casado y no tiene hijos. Creo que vivió unos años muy locos. En esta película, por fin consolida su relación con Rosie, algo que ya se intuía en la entrega anterior".

Stellan Skarsgård comparte una escena icónica con sus compañeros cuando llegan a Kalokairi a bordo de una flotilla, cantando y bailando "Dancing Queen": "Soy un enamorado del mar, fue fantástico. Hacía muy buen tiempo, la isla estaba deslumbrante y todos bailábamos al son de la música de ABBA. Fue increíble".

Él también estaba encantado de reunirse con el reparto de la primera película: "Amanda es una actriz inteligente, divertida, valiente y canta como una diosa. Julie es fantástica y estoy muy contento de que me tocara besarla en esta película. No sólo es una actriz genial, también es divertida y generosa. Fue genial volver a trabajar con ellos; todos nos reímos mucho, no nos tomamos en serio y lo pasamos realmente bien".

Colin Firth, que vuelve a encarnar a Harry, el tercero de los posibles padres de Sophie, recuerda cuando le propusieron hacer esta nueva entrega: "Me sigue sorprendiendo que sigamos siendo parte de ese mundo maravilloso. Nunca me he vanagloriado de saber bailar o cantar, pero me pidieron que repitiera. Y no parecía importarles si lo hacía bien, me pareció maravilloso". Hace una pausa antes de añadir: "No hay nada más liberador que tirar la dignidad por la borda".

Una de las principales razones para aceptar el papel fue la oportunidad de volver a trabajar con Stellan Skarsgård y Pierce Brosnan. "Reconozco que pocas veces me lo había pasado tan bien en un rodaje como en la primera película, y ha vuelto a ocurrir lo mismo en esta. Es la misma sensación que en una reunión familiar. Quizá sea porque ponerse nervioso con otras personas igual de nerviosas es una experiencia que une y se convierte en auténtica amistad".

"Mi primera experiencia con Pierce y Stellan fue una grabación de prueba que hicimos con Benny hace diez años", recuerda. "Me presenté en el estudio sin estar convencido de mi talento como cantante; es más, estaba aterrado. Pero cuando les miré a los ojos y vi el mismo terror reflejado, fue como mirarme en un espejo. Unos momentos después estábamos los tres alrededor de un micro cantando 'Su-per Trou-per'. Ahí es donde nacen o mueren las relaciones, pero aquí estamos de nuevo".

Y pasa a describir a su personaje: "Parece ser que Harry ha estado solo la mayor parte de su vida. Cuando le conocemos en la primera película, es un tío trajeado que necesita relajarse urgentemente con una dosis de ABBA. Llegar a la isla, ver a Sophie y conocer a nuevos amigos le sienta de maravilla. Al final de la película, incluso encuentra a alguien. Ahora ha vuelto a la sala de reuniones y no puede más. La llamada de Sophie es la excusa perfecta para deshacerse de las cadenas".


Super Troupers: Los nuevos de la familia

Las jóvenes Dínamos
Una vez escogida Lily James, los productores y el realizador debían encontrar a las otras dos Dínamos. "Fue un reto, pero nos lo pasamos muy bien buscando a las jóvenes protagonistas", reconoce Judy Craymer. "Cada una debía tener algo especial. Escogimos a Alexa Davies para hacer el papel de Julie Walters, y luego nos enteramos de que era una fan total y de que había visto absolutamente todo lo que había hecho Julie. La encarna a la perfección".

La amistad entre las tres jóvenes, Donna, Rosie y Tanya, es muy fuerte, y Lily James no tuvo problema en identificarse con su personaje. "La relación entre Donna y las Dínamos refleja a la perfección lo que siento por mis mejores amigas", reconoce. "Cuando estamos juntas, podemos con todo, nos sentimos fuertes, tenemos el poder, somos rebeldes. Además, Alexa y Jessica son muy graciosas y tienen un talento inmenso".

"Se hicieron amigas enseguida", añade Ol Parker. "Al poco de conocerse ya estaban riendo y bailando juntas. Acabábamos de rodar una escena, pero seguían hablando y cantando, su energía nos contagió a todos".

"Jessica Keenan Wynn tiene mucha personalidad", añade Judy Craymer. "Posee ese humor que yo describo como 'humor seco'. Alquiló un coche para ir a visitar todos los puntos de interés cuando no estaba trabajando. No sólo es Tanya, sino también lo que Christine Baranski aporta a Tanya".

La joven actriz habla del personaje al que todos adoran: "Tanya es la más descarada de las tres. Si una de las chicas estaba interesada en un chico, es la que iba a verle y le daba un beso", explica Jessica Keenan Wynn. "En esta película descubrimos la dinámica de su amistad y lo unidas que están. Siempre se ayudan y se animan mutuamente. Es maravilloso ver cómo nace una amistad tan profunda".

La actriz estudió Mamma Mia! La película con el mismo rigor que Lily James. "No recuerdo cuántas veces vi la película durante las pruebas", dice. "Entendí que la relación entre Tanya y Rosie era muy especial porque casi siempre están juntas, y eso me dio una base para mi personaje. Funcionan un poco como dos jugadoras de baloncesto; Tanya tiene la pelota, se la pasa a Rosie, que vuelve a pasársela a Tanya. Mis dos escenas favoritas son cuando Rosie y Tanya llegan a la isla en barco. Rosie se adapta inmediatamente, pero Tanya intenta guardar la compostura hasta que echa un vistazo a una cesta llena de pescado y se pone a chillar como una loca. La segunda es cuando cantan 'Chiquitita' para animar a Donna. Son absurdas y brillantes".


Alexa Davies rememora lo que sintió cuando se enteró de que le habían dado el papel en MAMMA MIA! VAMOS OTRA VEZ: "Me llamaron para decirme que interpretaría a Rosie de joven y me puse a llorar. Estaba muy emocionada por ser parte de algo tan maravilloso como Mamma Mia!, pero también porque interpretar a Julie Walters era algo enorme. Mi versión es muy parecida a la de Julie, excepto que al ser un personaje más joven, mi Rosie es más vulnerable e ingenua".

Confirma que las Dínamos se llevaban de maravilla dentro y fuera del plató. "Me siento afortunada por haber tenido a dos compañeras tan geniales", dice. "Lily y Jessica son asombrosas, maravillosas, y hicieron que el rodaje resultara aún más interesante. Las adoro. No hacía falta interpretar que nos llevábamos bien, somos auténticas amigas. Nos divertimos mucho las tres, y ya pueden acostumbrarse a verme a menudo, no van a deshacerse de mí".

Alexa Davies también se sumergió en Mamma Mia! La película. "La interpretación de Julie en la primera es divertidísima", dice. "Se le dan muy bien los gags y siempre da la impresión de que le duele algo. Intenté imitarla. Por ejemplo, cuando acabamos de bailar en el número de 'Mamma Mia!', me esforcé en aparentar incomodidad y torpeza. También trabajé mucho para imitar su acento; es muy peculiar porque creció en Smethwick, pero fue a clase de locución. Convertirme en Rosie requería aprender muchas cosas".

Los futuros padres
Los espectadores descubrirán en esta película cómo se enamora Donna. "Jeremy Irvine encarna a Sam de joven, el papel de Pierce Brosnan, y Hugh Skinner es Harry de joven; la verdad es que tiene algo muy Colin Firth", añade Judy Craymer. "Josh Dylan es el joven Bill, y hay unos momentos preciosos cuando conoce a la joven Donna. Debía ser un muchacho de ensueño, bronceado y guapísimo. Estamos en 1979, tiene un fabuloso yate de época y zarpa cantando 'Why Did It Have to Be Me?' Es un momento de lo más Busby Berkeley".

Es la segunda vez que Jeremy Irvine trabaja con Ol Parker. "A Ol se le da muy bien captar las emociones genuinas", explica. "Me emocioné leyendo el guión, se me puso la carne de gallina. Encontró la forma de demostrar que los tres encuentros son auténticos. Donna siente algo por cada uno de estos hombres, y el público también se enamora. Es muy importante porque sólo así pueden ser los maravillosos padres de Sophie".

Ol Parker le explicó a Jeremy Irvine que los espectadores debían enamorarse de los tres, sobre todo de Sam. "Sam hace algo que no debe. Tiene novia, va a casarse con ella, pero conoce a Donna y se enamora locamente. El público debe entender que la ama de verdad y que no es infiel por capricho".

Josh Dylan es Bill de Joven. "Ya conocemos a Bill de Mamma Mia!", comenta el actor. "Es muy activo, un espíritu libre y aventurero que pasa mucho tiempo en un barco precioso en alta mar. Creo que no me equivoco al decir que Bill tiene miedo de comprometerse. Quiere seguir explorando. Conoce a Donna cuando esta pierde el ferry a la isla y se ofrece para llevarla. Se caen muy bien. Una cosa conduce a la otra y antes de que se den cuenta, acaban bailando juntos en el puente del barco en medio del mar".

Reconoce que le atrajo "la relación especial que existe entre Donna y Bill, como si fueran grandes amigos que se llevan de maravilla, a pesar de ser amantes muy poco tiempo. Cuando se ven por primera vez, sus ojos brillan, se nota que son espíritus afines. Esto también se aprecia en la canción 'Why Did It Have to Be Me?' Siempre están compitiendo para hacerlo mejor que el otro, como suele ocurrir entre grandes amigos".

Josh Dylan disfrutó mucho trabajando con Lily James: "No sólo es muy guapa y recuerda a Meryl Streep, lo mejor de todo es que nunca parece estar imitando a nadie. Aporta algo totalmente suyo al papel. Además, gracias a su generosidad y calidez naturales, trabajar con ella es una experiencia como pocas. Es una actriz asombrosa y ha sabido dar vida a una joven Donna libre y alegre".

Hugh Skinner es Harry de joven en la precuela. "Cuando Donna conoce a Harry, tienen un breve romance en París antes de que ella coja un avión hacia Grecia", explica el actor. "Él está dando sus primeros pasos como banquero, pero se enamora inmediatamente de Donna, y al darse cuenta de que va a seguir con su viaje, decide seducirla cantando 'Waterloo' en una secuencia brillante".

Interpretar el papel significaba seguir los grandes pasos de Colin Firth. "Cuando me dieron el papel, empecé a ver muchísimas de películas de Colin para saber qué características podía adoptar yo para el papel de Harry, pero en vez de ayudarme, sólo me pareció aún más difícil", recuerda el joven actor, riendo. "Me alegra mucho haber tenido la oportunidad de compartir el papel con Colin Firth".

Hugh Skinner dice que tuvo un poco de mala suerte: "No aparezco en ninguna escena con las jóvenes Dínamos, pero durante los ensayos tuvimos la oportunidad de ver lo que hacíamos todos. Cuando Lily, Jessica y Alexa cantan 'Mamma Mia!' por primera vez, ninguno de los tres chicos esperábamos que fuera tan genial. Nos quedamos atónitos y acabamos gritando como adolescentes".

Andy Garcia y Cher
Andy Garcia da vida al enigmático Sr. Cienfuegos. La productora Judy Craymer habla de este inesperado papel: "Andy encarna a un personaje nuevo y misterioso. Y eso es lo mejor del guión de Ol, no sólo nos quedamos con los romances del pasado, la historia nos lleva mucho más allá".

El actor alaba el guión: "Tiene mucha gracia, está realmente bien escrito. Las canciones son románticas, conmovedoras. Es una película que celebra la vida con efervescencia, pero también está llena de anhelo, añoranza y nostalgia. Las canciones de ABBA hablan de temas que tienen mucha fuerza, el público respondía a ellas, y ahora se han tejido en algo visual. Estoy convencido de que los espectadores reaccionarán de la misma forma que hicieron con la primera".


Para Andy Garcia, unirse al reparto de MAMMA MIA! VAMOS OTRA VEZ significó alejarse de sus papeles habituales, en principio más serios y dramáticos. "Disfruto mucho con las comedias, y en todos estos años he buscado la oportunidad de participar en alguna", reconoce. "En este caso, también está el elemento musical, algo que nunca había hecho antes. Me pareció un reto interesante".

Andy Garcia le agradece a Ol Parker que no simplificara su personaje, todo lo contrario, y pasa a describirlo someramente: "Incluso el apellido está bien escogido, "cien fuegos"... Es el director y sumiller del hotel Bella Donna, del que Sophie es la propietaria. Ha encontrado la tranquilidad en la isla después de que le partieran el corazón, pero va a recibir una sorpresa inesperada".

Y habla del personaje nuevo con el que comparte unas cuantas escenas: "Además, tengo la increíble oportunidad y el privilegio de trabajar con Cher. Nuestros personajes vivieron una apasionada historia de amor que resurge de sus cenizas. Ella llega a la isla porque es la abuela de Sophie. Incluso cantamos juntos". Hace una pausa y añade, riendo: "Bueno, Cher canta, yo me uno a ella ocasionalmente".

La legendaria música, cantante y actriz Cher interpreta a Ruby Sheridan, la madre de Donna y, por consiguiente, abuela de Sophie. "No habíamos visto nunca a la madre de Donna", explica Judy Craymer. "Se habla bastante de ella, pero no se la ve, y todos pensamos que sólo podía encarnarla la roquera máxima, la reina. Contar con Cher es un sueño hecho realidad; encima es una fan del musical. Fuimos a por la mejor, y oírla cantar 'Fernando' es maravilloso".

Ol Parker reconoce que escribió el papel para Cher y que nunca pensó en otra actriz: "Sencillamente decidí que no aceptaría un “no” por respuesta, afortunadamente aceptó el papel. Fue aún más asombrosa de lo que yo esperaba, dentro y fuera del plató. Hizo suya la canción 'Fernando', no hay nada igual. El momento en que empezó a cantar fue algo extraordinario".

Richard Curtis habla de lo que aporta Cher al mundo de Mamma Mia!: "Cher es una legendaria estrella de la música pop, además de una buena actriz. Cuando Cher acepta un papel, sabes que va a darlo todo. Es graciosa, buena actriz, está llena de energía y tiene una voz única. Además, me gusta ese lado suyo un poco canalla, que vuelve a salir cuando canta 'Fernando', una canción que siempre me ha parecido extraña y exótica".

El productor Gary Goetzman expresa el pensamiento de todos los presentes aquel día: "Jamás ha habido un emparejamiento mejor entre una canción y una artista como ha pasado con Cher y 'Fernando'".

Cher presenta al personaje del que tanto se habla en la primera película: "Ruby es la madre de Donna. Llega sin avisar, y Sophie, su nieta, no parece muy feliz de verla. Ruby se esfuerza en explicarle lo que ocurrió realmente y, poco a poco, aunque Sophie no la perdona del todo, acaba encariñándose de ella. El amor es mutuo. Ruby y Sophie tienen unas escenas preciosas juntas. Mi personaje intenta ayudar a Sophie en todos los problemas, ha venido para eso, y va a quedarse. Al principio no se fía de mí, pero tengo una vena un poco loca, y eso le gusta".

En cuanto a trabajar con Amanda Seyfried, Cher dice: "Fue muy fácil. Después de la primera escena en la que me abro a Sophie y ella me acepta a regañadientes, nos hicimos amigas y así seguimos".

Reconoce que no le costó tomar la decisión de formar parte de la familia de Mamma Mia!: "Me lo he pasado muy bien con todo el mundo, ha sido genial. Julie es la persona más divertida que conozco. Colin, Pierce y Stellan están de lo más graciosos. Cuando Meryl y Amanda cantan juntas en la capilla, parecen dos chiquillas".

Y añade que trabajar con Ol Parker fue un verdadero placer: "Es una película impresionante. El otro día, viendo el video de promoción, me pareció fantástica, te entran ganas de bailar. Ol es uno de los cuatro grandes directores con los que he trabajado, a la altura de Mike Nichols, Robert Altman y Norman Jewison".

Es muy probable que nadie estuviera tan entusiasmado como Meryl Streep con la idea de reunirse con su amiga después de tantos años y, sobre todo, de tener la oportunidad de cantar juntas al final de la película. "¿Oyes el tambor, Fernando?", susurra la actriz. "Mi amiga Cher se hace con la escena, y lo más alucinante es que interpreta a mi madre. Está divina, fue maravilloso verla. Trabajamos juntas en Silkwood, creo que hace 36 años. ¡Ahora estamos juntas de nuevo! Y no por última vez".


Cantando para los maestros: La música de la película

La pregrabación de las canciones de MAMMA MIA! VAMOS OTRA VEZ se realizó en los Air Studios de Londres.

Por suerte, la paciencia y experiencia de los creadores de ABBA siempre estuvo a disposición del reparto y de Ol Parker para contestar cualquier pregunta o hacer una aportación. "Benny y Björn son dos padrinos bondadosos", dice el guionista y director. "Son maravillosos. Cuando les presentamos la primera versión, nos hicieron unos comentarios perfectamente justificados. Hablamos y lo solucionamos. Desde el principio nos apoyaron plenamente y han demostrado ser increíblemente generosos. Sus notas me ayudaron mucho".

Siempre que fue necesario hacer avanzar la narrativa, Benny Andersson y Björn Ulvaeus trabajaron con Ol Parker para retocar las letras. "Cambiaron del todo la letra de la canción 'My Love, My Life' y funciona de maravilla en la película. Sophie la canta pensando en su nacimiento y eso nos permite pasar directamente a Lily".

Cher considera que la música de ABBA es realmente atemporal e icónica: "Antes, cuando escuchaba a ABBA, me gustaba la música, pero nunca escuchaba la letra. No supe realmente de qué iba 'Fernando' hasta que empecé a cantarla, y entonces me di cuenta de la profundidad de la letra. No componen ni escriben desde un enfoque inglés o estadounidense, por eso las letras son diferentes. Me quedé atónita. Luego escuché 'Super Trouper' y reconocí inmediatamente a la chica de la que habla. ABBA sabía contar una historia con una canción".

"Fernando es una canción acerca de un hombre y una mujer que se conocieron en 1959, durante la revolución", explica la cantante. "Se amaban profundamente, pero la vida los separó. Cuando vuelven a encontrarse son viejos y tienen el pelo canoso, pero la pasión no ha muerto. Es una canción sobre dos personas durante la guerra. Me parece preciosa, la cantamos al estilo de una balada".

Cher disfrutó mucho interpretándola con Andy Garcia: "Canto para Andy y él canta para mí. Trabajar con otro actor que siente la música y sabe interpretar es realmente asombroso. Cuando ruedas un videoclip piensas en la letra, pero no tienes a nadie delante. Pero esto fue una interpretación en toda regla, estábamos embelesados".

Andy Garcia explica lo que hizo Cher con la canción: "La estructura melódica es la misma, pero Cher canta esa letra con el alma. Es una interpretación muy personal. Canta para mí lo que 'Fernando' significa para ella. Además, Cher es una de las más exitosas cantantes de la historia del pop. Tiene una voz muy característica y basta con oírla para darse cuenta de que esta canción está hecha para ella".

En su papel de la joven Donna, Lily James comparte una canción con cada uno de los tres posibles futuros padres. "Donna conoce a Harry en París", explica. "Hay unas cuantas escenas muy divertidas antes de una versión totalmente imposible de 'Waterloo'. Es lo mejor de ABBA en un entorno tan maravilloso como inesperado. Cuando conoce a Sam, es el turno de la canción 'Andante, Andante'. Es amor a primera vista por parte de los dos, y Donna se la canta en la taberna del puerto. Creo que es mi canción favorita. Tiene un toque estilo jazz, parece sencilla y es muy sensual. Me gusta sentir esa melodía en mi voz".

Jessica Keenan Wynn recuerda cómo fue grabar las canciones en el estudio con Benny Andersson: "El hecho de que MAMMA MIA! VAMOS OTRA VEZ sea en parte una precuela hará posible que una nueva generación oiga las canciones de ABBA. El día que iba a conocer a Benny, estaba bastante nerviosa. Grabamos las canciones en los Air Studios antes de empezar a rodar. Cuando se sentó ante un maravilloso piano de cola y empezó a tocar, Alexa y yo nos miramos, emocionadas. Fue un momento inolvidable".

Describe los temas que canta en la película: "Las jóvenes Dínamos interpretan una selección de canciones de ABBA. La primera es 'When I Kissed the Teacher', una canción superdivertida con la que arranca la historia. Es perfecta como trampolín para hablar del empoderamiento, la sororidad y la independencia de la mujer. También hacemos una versión asombrosa de 'Mamma Mia!', que empieza a capela y es absolutamente conmovedora, pero que explota y se vuelve totalmente loca".

La banda sonora incluye algunos de los grandes éxitos de ABBA y otras canciones menos conocidas. "Me gusta que suenen canciones de ABBA que no sean tan conocidas. Enganchan inmediatamente", explica Alexa Davies. "Están los clásicos como 'Waterloo' o 'Dancing Queen', pero también otras maravillas como 'When I Kissed the Teacher', 'I've Been Waiting for You' y la preciosa 'My Love My Life'.

Dominic Cooper tenía ganas de cantar 'One of Us' con Amanda Seyfried: "Es una canción bella y tranquila, romántica y triste a la vez". El compositor y el letrista le ayudaron mucho. "Benny y Björn lo pusieron todo de su parte remasterizando y cambiando ligeramente algunas de las letras", añade. "Saben exactamente cómo quieren que suenen, las armonías que desean obtener, por eso tienen tanto éxito. La música de ABBA se basa en una melodía especial y saben qué tipo de sonido necesitan para que funcione tan bien".

Josh Dylan también disfrutó trabajando con los dos músicos. "Las canciones de ABBA son pegadizas y parecen sencillas, pero cuando estás delante de la partitura y empiezas a cantarlas, te das cuenta de que son auténticos genios", dice. "Estas canciones tienen una dosis de magia, por eso gustan tanto".

Jeremy Irvine comparte la opinión de sus dos compañeros: "Cuando me tocó grabar la música, empecé con Benny acompañándome al piano. Fue un momento extraño, pero también un enorme honor. No sólo compuso las canciones, también las cantó, y yo debía estar a la altura. Ha reescrito y hecho nuevos arreglos para que encajaran mejor en la película. Por ejemplo, 'Knowing Me, Knowing You' es una canción maravillosa".

"'Andante, Andante' es una balada de amor perfecta para el momento en que Donna y Sam se enamoran", sigue diciendo el joven actor. "Ella se levanta y empieza a cantar, y él no puede resistirse. Es otra maravilla".

Los actores que ya habían trabajando en Mamma Mia! La película se alegraron de que sus nuevos compañeros vivieran una experiencia similar a la suya de hace diez años. Pierce Brosnan recuerda algunos de los momentos de mayor nerviosismo por los que pasó entonces. "Llegué y me encontré a Benny y a Björn delante del piano. Lo único que me hizo sentir un poco mejor fue ver la expresión de Colin y de Stellan, pálidos y aterrados", dice. "Pero Benny es una magnífica persona y nos facilitó mucho el trabajo. Lo primero que tocó fue 'S.O.S.'. Antes de que nos diéramos cuenta, estábamos cantando para el maestro".

El actor sigue contando su experiencia en ambos rodajes: "Todos los que pertenecen a la familia de Mamma Mia! tienen un gran sentido humano, carecen de ego y están aquí para vivir una experiencia. Así, cuando las cámaras empiezan a rodar, todos podemos pasarlo bien, disfrutar y conseguir que el público también se lo pase bien".

Julie Walters canta 'Angel Eyes' con Amanda Seyfried y Christine Baranski: "Sophie lo está pasando mal porque Sky no contesta a sus llamadas, por eso empezamos a cantar, para animarla. Yo intento contarle mi experiencia con Bill, pero Tanya no para de interrumpirme, típico de una buena amiga. Amanda toma las riendas de la conversación y canta lo que siente. Todas las canciones de ABBA cuentan una historia y 'Angel Eyes' habla de la infidelidad, de romper el corazón de la persona que amabas. No conocía esta canción, pero disfruté mucho aprendiéndola, sobre todo porque la coreografía del número es realmente una enorme tontería".

"Christine y yo también cantamos 'I've Been Waiting for You', y con Amanda", sigue diciendo. "Es un tema muy emotivo porque simboliza a una madre esperando que nazca su hijo. Amanda tiene una voz angelical, lleva la canción a otro nivel".

La preciosa y conmovedora canción que Amanda Seyfried canta con Meryl Streep y Lily James es "My Love, My Life". "Todos los espectadores estarán esperando ese momento", dice Amanda Seyfried. "Será una sorpresa y un regalo, todo en uno. Meryl es la luz de la esperanza, y entonces se cierra el círculo".

Uno de los momentos más memorables del rodaje fue el 17 de noviembre de 2017, cuando Lily James y Jeremy Irvine rodaron el tema 'The Name of the Game'. Hacía exactamente 40 años que la canción se había colocado a la cabeza de las listas en 1977.


No hay comentarios:

Publicar un comentario